El pasado sábado, tras una vuelta mirando edificios interesantes del PAU de Vallecas, acabé en el IKEA que está junto al centro comercial La Gavia. Con el calor que hacía ese día tenía su cierta lógica que la gente se refugie en los pasillos del centro comercial, amparados bajo el chorro del aire acondicionado. A mi no me gustan esos lugares, normalmente voy a ellos muy pocas veces al año, y lo de pasar una tarde en una de esas galerías me produce urticaria. Eso sí, si esos edificios son las catedrales de nuestro tiempo, el IKEA es el ábside de las mismas.
Poca cosa compré en mi paseo entre muebles, aunque comí allí. Cuando llegué a las cajas para pagar me encontré con una de las cosas que más rabia me dan hoy en día en las tiendas, centros comerciales y demás. Se trata de eso que los del Alcampo denominan “caja amiga” y otros llaman autoservicio o de otras maneras. Tras haber cogido tú los productos de la tienda resulta que te ofrecen la posibilidad de que tú mismo te los factures, pasando los códigos de barras, metas la tarjeta de crédito, pagues, firmes y te vayas. Es decir, que el cliente haga el trabajo de la cajera. Eso, adornado de sonrisas impresas, mensajes alentadores y llenos de retos y estímulos a tu creatividad se vende como un avance para el consumidor cuando es una estafa monumental, y no sólo porque la tienda consigue así ahorrarse algunos puestos de trabajo, sino porque uno mismo se ve forzado a trabajar para la tienda a coste 0. Porque yo me pregunto, si uno va a la gasolinera y se autosirve y se autopaga y se la “autotodo” porqué tiene que pagar lo mismo que si un empleado le sirve, le cobra y le “todo”? Lo lógico es que si tú te lo haces y no recibes el servicio del establecimiento, los productos te cuesten un porcentaje menos. Pero no, cuestan lo mismo. La cosa es que en el IKEA a la hora en al que yo pagaba había casi tantas cajas de “hágalo usted mismo” como de las normales. Yo estaba en una cola normal, y una señorita que por allí trabajaba nos indicó que podíamos pasar a alguna de las cajas “amigas” que estaban vacías. El señor que esperaba detrás de mí allá fue, y yo me quedé en mi cola, que no era muy grande, por cierto. La señorita me preguntó si prefería guardar la cola de mi caja o irme a las otras, y yo amablemente le indiqué que prefería la cola y que posteriormente me atendieran a no hacer cola y trabajar por ellos, a lo que me miró con una cara rara, el típico pensamiento de “de donde ha salido este tío” y se fue a otras colas clásicas para captar incautos para destinarlos a que se “alegrasen” jugando con la pistola de códigos de barras a encontrar las rayitas de marras entre los bultos que portaban. Al poco me llegó mi turno en caja, el empleado empezó a pasar los pocos productos que llevaba y, debido a que había cogido dos unidades de uno de ellos que estaban envueltas conjuntamente pero cada una poseía su etiqueta, el empleado no sabía si debía cobrar uno o dos.
Costo unas cinco llamadas de teléfono y algunos minutos saberlo, mientras en mi caja se estaba organizando una cola que, con astucia, era dirigida a las cajas “fraternales”. Al final el doble envoltorio era un error y cada artículo iba por separado. Pagué, recogí mis trastos, saludé al empleado, que se lo había currado con el teléfono, y me marche, no sin antes ver como unos niños en dos de las cajas “deliciosas” jugaban a dispararse con la pistola de códigos de barras. “Nos han ganado” pensaba para mis adentros. Cualquier día pagaremos por no llevarnos nada a cambio, y les lavaremos y fregaremos el local, y les daremos las gracias....
1 comentario:
Lo de las gasolineras es directamente un robo. Te cobran lo mismo, en gasolineras de la misma distribuidora, bien sean autoservicio o bien sean con servicio atendido. Eso, es toda lógica, es ser LADRONES.
Yo procuro repostar en las de servicio atendido, ya que no me gusta mancharme de combustible (o que si te sirves tu, tengas más posibilidades de mancharte), tener que hacer el trabajo por el que luego vas a pagar, y además, siempre será mejor que un profesional haga su trabajo...Pero vamos, las autoservicio son una vergüenza...
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