Todo se mueve. Pese a que cuando esté agobiado en el metro, o rodeado de insoportable, tedioso y nada estimulante trabajo chutes imaginarlo, todo está en movimiento. Cada vez que alguien me dice que la vida da muchas vueltas suelo contestar con una frase chistosa que a nadie le hace gracia, que dice “sí, al menos una al día”. En un día la tierra da una vuelta entera y recorre 40.000 kilómetros en 24 horas, lo cual da una velocidad radial de algo más de 1.600 kilómetros por hora, en cada momento. Piense en ello la próxima vez que esté sumido en un atasco, por ejemplo....
Lo más intrigante es que todo se mueve. La luna alrededor nuestro, nosotros y los demás planetas del sistema solar respecto al sol, éste, y con ellos nosotros sobre otras estrellas, y así hasta el infinito literalmente. Todo esto viene a cuenta de un artículo que salía ayer en El País sobre física estelar. Los científicos están intrigados porque nuestra galaxia, el complejo de estrellas en el que nos encontramos, y cuyas dimensiones exceden por mucho la imaginación que podamos tener cada uno de nosotros, también se mueve, a una velocidad según se dice en el texto, de 600 kilómetros por segundo, suficiente como para librarse del atasco de salida de Madrid un viernes cualquiera. ¿Y hacia dónde vamos? Pues parece que hacia el cúmulo de Virgo, cosa que seguramente no hará mucha gracia a algunos de los mandamases de la Junta de Extremadura ya sus ideólogos de campañas. El problema surge cuando, según las mediciones, la masa del cúmulo de Virgo no es suficiente como para general la atracción gravitatoria que de la velocidad a la que nos acercamos a ella. Dicho de otra forma, hay algo que nos arrastra hacia Virgo, pero que parece no ser el propio grupo virginal. Y entonces, ¿Qué es? Algunos científicos han propuesto la idea de que hay un supercúmulo de galaxias, de unas dimensiones y pesos fantasiosas, que es lo que nos atrae en dirección a Virgo, y es lo que llaman el Gran Atractor, que no es un miembro de los Jonas Brothers de los que hablábamos ayer. También lo llaman el Muro, pero no parece que vaya a caer como lo hizo el otro hace veinte años. De todas maneras, no tengan miedo por si nos precipitamos sobre ese Muro y nos destroza la última reforma que hemos hecho en el baño, no, porque pese a que sí nos acercamos a Virgo, en movimiento relativo nos alejamos del Atractor, así que el único riesgo que se ve a corto plazo (algunas decenas de millones de años) es que nos al demos contra la galaxia vasca.... perdón, virginal. Lo que es más curioso es que el movimiento de atracción que genera ese Gran Atractor sobre nosotros no es simétrico en el otro lado, es decir, que el Atractor tira de nosotros pero a su vez algo tira del Atractor, lo que podría indicarnos que más allá existe otro supercúmulo de galaxias aún más grande del que conforma el Atractor y que a su vez tira de é, de la Vía Láctea, de Virgo, del Sol, la Luna, y de los coches que, sumidos en el atasco, se resisten a sentir la fuerza gravitatoria que les empuja contra eso que podríamos denominar la Gran Muralla, frente al más modesto Muro al que nos referíamos antes. Quizás aquí los chinos eran unos visionarios con sus obras.... y bueno, políticamente pensemos que cayó el muro comunista alemán pero la Gran Muralla comunista china sigue en pie, así que....
Podrá ahora el lector decir “bueno y puede haber otro enorme atractor detrás del superatractor que atraiga al Gran Atractor? Pues no me extrañaría, sinceramente, y que detrás hubiese otro, y otro, y que al final esto no fuese otra cosa que un infinito juego de muñecas rusas en la que siempre hay otra detrás.... Como verán, esto es aún más complejo y apasionante que las luchas intestinas del PP o la mala gestión del gobierno del secuestro del pesquero y los piratas somalíes, o las enajenaciones mentales de Camps, pero a que es mucho más interesante y bello??? Disfruten del fin de semana, del atasco si les toca.... y de los atractores.
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