Obama está de gira por Asia, con motivo de la reunión periódica que celebra la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, la ASEAN. Hace unos días tuvo una reunión en Japón con el nuevo gobierno de las islas y luego acudió a la reunión de la ASEAN, que en esta ocasión se ha celebrado en Singapur. Sin embargo lo más gordo del viaje empezó ayer, con un encuentro ante estudiantes en Sanghai, en el primer día de su visita oficial a China, donde Obama defendió con ardor la libertad de expresión frente a la dictadura del Partido Comunista Chino. Hoy, el plato fuerte del viaje, se reunirá en Pekín con Hu Jintao, el presidente chino.
Creo que este viaje a China es más importante de lo que parece. Es como si fuera la inauguración de un nuevo periodo en las relaciones internacionales en las que los dos grandes actores, Estados Unidos y China, escenifican que gobiernan el mundo. En la foto que ilustra la noticia que hoy sale en El Mundo se ve a Obama con al mano en el pecho y cabeza alta, junto a Jintao, con rostro aburrido y algo más cabizbajo. La escena induce a confusión, porque en ese ambiente de fría cordialidad realmente ambos tienen cogido al otro por sus partes. Los chinos son los principales poseedores de deuda pública norteamericana, se estima que en la astronómica cuantía de 800.000 millones de dólares, y han sido los principales financiadores del crecimiento norteamericano de estos años, y en sus manos está que el dólar se sostenga o se derrumbe del todo. Por su parte los americanos son el principal mercado exportador de una China volcada al exterior, son el mayor y mejor cliente, y una decisión proteccionista americana generaría enormes perjuicios en la economía china, produciendo un caos monetario en su actual sistema, basado en una moneda exterior, el remimbi, que tiene una cotización artificial. Además el poderío estratégico y militar norteamericano tiene posiciones avanzadas cerca del territorio chino, principalmente en el Pacífico y en Corea, y ambos se vigilan. Si ambos actores se embarcan en una guerra comercial proteccionista, como han empezado a hacer con algunos productos, los dos saldrán perjudicados, y de paso todos los demás. Pero más allá del enorme poderío económico, resulta evidente que la reunión de Obama y Jintao reúne Poder, así, en mayúsculas. Poder político y geoestratégico, de tal manera que las dos naciones parecen bastarse para tomar medidas autónomas sobre el resto. Una simple muestra de ello es el acuerdo que han alcanzado para que la cumbre del clima de Copenhague de Diciembre sea algo preliminar, y es que dado que son los principales contaminadores del mundo y los poseedores del mayor tejido industrial, es realmente imposible no ya que se reduzcan las emisiones, sino que haya una simple foto del tipo “hagamos algo pero no nos comprometemos a nada” sin que aparezcan en ella EE.UU y China. El hecho de que vayan a tratar asuntos como el desarme nuclear norcoreano, el problema nuclear iraní y la maldita crisis confiere a la reunión de hoy de una altura y dimensión que, repito, me parecen mucho más grande de lo que los medios nos venden. En cierto modo hoy en Pekín se reúnen los dos que nos gobiernan, nos abastecen de productos y entretenimiento y nos cuidan y vigilan, con todo lo que ello implica.
¿Es esto el fin del multilateralismo? Desde luego es un serio golpe, y lo que es más importante, la distancia entre estos dos gigantes y el resto del mundo se ensancha. Sólo hay un actor en teoría por sus dimensiones capaz de hacerles algo de sombra, que es al Unión Europea, pero a parte de una suma de PIBs y rentas percápitas, la UE no tiene el más mínimo peso político ni una presencia decisiva en la escena internacional más allá de la de un respectado consejero. Poco a poco el eje del mundo se traslada del Atlántico al Pacífico y pro primera vez en siglos Europa empieza a dejar de ser el centro del mundo. Lo que daría por oír (con traducción) lo que hoy se digan estos dos gigantes en Pekín.....
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