Hoy se puede gestar en Bruselas un complejo experimento cuyos resultados aún no son claros pero que sin duda marcarán el futuro inmediato de la Unión Europea. En un consejo de la Unión se debatirá el plan, parece que alemán, para salvar a Grecia, miembrote la Unión y del Euro, de la bancarrota, tratando de instalar una especie de cortafuegos que impida que el cáncer griego se extienda al resto de Europa. Voluntarioso, pero me da al sensación de que vamos a asistir al, perdonen el ejemplo, intento de extirpar una metástasis que y se ha reproducido por todo el cuerpo.
Viniendo en metro al trabajo he tenido muchas dudas sobre como titular la entrada de hoy. Primero pensé por un general “qué hacemos con Grecia” pero luego me he dado cuenta de que esa expresión, vista desde España, desde el “hacemos”, no tiene sentido. Ya ayer Paul Krugman repitió la idea de que quién peor está en proporción de sus números en la UE es Grecia, pero el gran peligro, por el tamaño de sus desequilibrios, es España. Por lo tanto poco vamos a poder aportar desde España en un plan de rescate, sería como si un tísico socorriera a un leproso. Además, suponiendo que ese plan, cuyo contenido desconozco, funcionase, y se sacara a Grecia del pozo, qué recursos le quedarían disponibles a la UE para poder hacer frente a un nuevo frente de rescate en, digamos, Portugal, o España? Se hablaba ayer de 20.000 millones de euros que se podrían poner sobre la mesa pro parte de Francia y Alemania, bien con préstamos o mediante avales a emisiones de deuda griega o alemana..... más deuda, más y más deuda. ¿Cómo devolveríamos esos 20.000 millones, ya no en este caso Grecia, sino los países ricos? ¿Puede este plan de salvación perjudicar seriamente las cuentas alemanas y francesas y ahogarlas? ¿Cómo reaccionaría la población de estos países si ve que Grecia empieza a suponer para ellos un coste inasumible? Muchas preguntas y pocas respuestas. Habrá que esperar a que los creadores del plan nos lo muestren y podamos estudiarlo en detalle, pero empiezo a tener al sensación de que estamos en una versión 2.0 de lo que vivimos con la banca norteamericana en otoño de 2008. Empezaron los riesgos en las entidades y el gobierno Bush se lanzó al rescate, hasta que llegó una llamada Lehmann Brothers, muy grande, a la que no se le pudo hacer frente y se derrumbó, y desde entonces hasta ahora. ¿Funcionaron los planes de rescate de la banca? Sí, si lo que pretendían era que los logotipos no se cayeran de los edificios, No si el objeto era que los bancos siguieran prestando y funcionando como tales. Ahora el riesgo es mucho más elevado, porque son países enteros los que se enfrentan al temido “default” o incapacidad de hacer frente a sus compromisos exteriores. Así, creo que llevamos ya cerca de dos años dándole vueltas al asunto sin hacer anda en serio, poniendo parches continuos y remedios a corto plazo basados en la emisión de deuda, lo que en el fondo supone asumir que como no podemos devolver lo que debemos a unos señores, nos reendeudamos con otros señores distintos. Creo que no soy el único al que esto le parece un juego cada vez más peligroso, más piramidal, y si ahora se meten en él los países más solventes de la UE, ¿cuáles pueden ser las consecuencias?: A saber.
La situación de deuda inmensa que vive Grecia, o la que se está gestando en España y que acabará reventando (no lo duden, queda poco) se puede paliar con ayudas internacionales, sean de la UE, del FMI o el Vaticano vía plegarias, pero sólo se pueden corregir con el propio esfuerzo del país afectado. Si Grecia no hace un plan de austeridad monumental no logrará evitar que su economía ofrezca una aspecto ruinoso muy acorde al estado actual de su Acrópolis. Y lo mismo se puede decir de otras naciones europeas como Portugal, Irlanda, Reino Unido... y España. Me apuesto a que este años vamos a liderar muchos titulares de periódicos.
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