viernes, febrero 26, 2010

Mis jefes no se aclaran

Todos en el trabajo tenemos jefes, muchos o pocos, habitualmente demasiados. Por simplificar mucho las cosas, en la planta de este edificio donde yo trabajo está mi jefe y su jefa. Diecisiete pisos por debajo está el jefe de ambos. Saliendo de este complejo y viajando al centro histórico de Madrid, en un gran edificio de la calle Alcalá está el jefe de todos ellos, llamado Carlos Ocaña, y creo que en el piso superior al del despacho de Ocaña está la jefa de todos, que se llama Elena Salgado y es Ministra de Economía y Hacienda.

Pues bien, todos estos grandes jefes han contribuido esta semana a dar la imagen de que el gobierno no se entera de nada, y así nos va. El Jueves Carlos Ocaña, en su comparecencia al presentar el histórico agujero de las cuentas públicas de 2009,
dijo claramente que estaba en estudio la revisión del acuerdo salarial de los funcionarios y la posible congelación, o incluso bajada, de sus sueldos. Esa tarde hubo revuelo en los medios y ayer, con motivo de la reunión de la comisión de la crisis con los grupos parlamentarios (a la vez que escribo me aguanto la risa) ese asunto rondaba las cabezas de todos, pero ya salieron en tromba los comisionados, encabezados por Elena Salgado, para decir que no, que de revisión o bajada salarial a los funcionarios nada de nada. Adujeron un problema de comunicación en las declaraciones de Ocaña y que de ahí venía esa errónea interpretación. ¿Se explicó mal Ocaña? Acepto que el señor no es mediático y ni está dotado con un don de la palabra, pero lo dijo muy claro. Hay que reducir un 4% el gasto de personal de las Administraciones Públicas de aquí a 2013 y eso no se logra sólo no convocando plazas que repongan las bajas por jubilación. La única solución que , como técnico que es, veía, es que nos tienen que bajar el sueldo, y fíjense que digo el término “nos” porque no soy funcionario pero cobro de la misma caja, por lo que en una reducción de la masa salarial a repartir también me tocaría una porción de recorte. De hecho es algo que vengo proponiendo desde hace ya casi un año en notas y artículos varios. Dado que los que trabajamos para el gobierno tenemos el privilegio de ser fijos (en mi caso no es exactamente así, pero eso no es lo importante) lo lógico es que nos sacrifiquemos en nuestros ingresos, viendo como muchas personas se van al paro todos los días. Además esta medida sería popular, muy bien vista por la gente, y le daría credibilidad a un gobierno que va a tener que hacer nuevos recortes, y más duros que éste. Sin embargo está claro que Salgado, que no es técnica y sí política, no tiene el valor, coraje y fuerza necesaria para tomar ni esa medida ni otras que será necesario adoptar en el futuro. Y lo vengo avisando y nadie me hace caso, cuanto más tarden en hacer recortes, más duros serán los mismos. En Irlanda han bajado los sueldos públicos en torno al 10%, y eso , o más, es lo que nos espera aquí. Y los sueldos públicos en España no son sólo los de la Administración Central, no: Son también los de las derrochadoras e ineficaces Comunidades Autónomas, que muchas veces tiran el dinero por la ventana como si fuera gratis, y los endeudaos Ayuntamientos, que ya no tienen ni para pagar a los recalificadotes. Hay que meter las tijeras de podar por todas partes, o como diría un amigo mío, dar algunos estacazos, en este caso en el corazón de las partidas de gasto.

El desmentido de ayer es otro más en una larga lista que lo único que produce es desazón. En ella el gobierno ha enterrado su credibilidad, y resulta claro que ni es capaz ni puede tomar las medidas que se requieren en esta grave crisis que vivimos. La oposición no parece estar en mejores condiciones. Así, la desazón cunde por todas partes,
y parece que a los dirigentes y cabezas pensantes de este país sólo se les ha ocurrido crear una página web para sacarnos de esta. Y luego se preguntan porqué el estado de ánimo es bajo, porqué la gente estamos preocupados, porqué no hay esperanza......

Me cojo el Lunes festivo, ojo al viento, que soplará con fuerza. Hasta el Martes

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