Wikileaks, esa web especializada en filtraciones de documentos públicos, la ha vuelto a armar, y su papel y relevancia se han convertido, por derecho propio, en una de las noticias principales de este 2010 que se encamina hacia su fin. Esta vez son más de 200.000 documentos los que se han colgado, una cifra monstruosa, que no tengan ninguna duda de que no me los he leído, aunque sospecho que sí lo han hecho muchas personas que han trabajado en su clasificación y actual publicación. Ha debido ser un coñazo.
Esta vez Wikileaks no ha trabajado sola, sino que ha involucrado a varios periódicos convencionales. Les ha pasado los informes, como si de una fuente pública se tratase, y han sido estos medios los que están publicando el contenido, progresivamente dado el volumen, de lo que en esos papeles y comunicados secretos se dice. ¿Por qué ha hecho esto? Quizás por un instinto de protección. La web, su director y personal se encuentran cada vez más acorralados por presiones de aquellos a quienes han dejado en ridículo publicando su secretos, y esta puede ser una manera de corresponsabilizar y distribuir la carga de la culpa y de la responsabilidad, algo así como “ya no vas contra los locos de la web, sino contra la prensa internacional”. Entre los periódicos seleccionados está El País, que lleva dos días sacando titulares, sobre asuntos generales y temas que puedan afectar a España. La mayor parte de lo filtrado corresponde a cables y comunicaciones entre el personal de las embajadas norteamericanas en todo el mundo y el Departamento de Estado de Washington. Así, la mayor parte de al información, pese a ser interesante, no dejan ser parecerme poco más que chismes, impresiones personales y juicios de valor que, a bote pronto, un sujeto realiza sobre otro, como los que podemos realizar todos los días usted y yo sobre Putin, Sarkozy o la vecina del 4C, que son privados y que ahora se han vuelto públicos. A nadie le debe extrañar por tanto la existencia de esos comentarios, bromas y demás que no van más allá de cotilleos sin mucha sustancia. Sin embargo de entre toda esta información sí hay asuntos importantes, y entre ellos no está España, porque no olvidemos que somos un país mediano de segunda fila para todo, también para esto. Lo más sustancioso de lo conocido, en mi opinión, hace referencia al gran problema estratégico que estamos dejando crecer delante de nuestras narices, y que se llama Irán. Día tras día el régimen iraní está más cerca de tener el arma nuclear, y con sus misiles tiene a tiro todos los campos de producción de petróleo de Oriente Medio, sus países vecinos, Israel y se especula que hasta Moscú y algunas capitales de Centro Europa. Seguimos mirando a Teherán y debatiendo que hacer, pero de mientras el gobierno del simpático Ahmadineyad no deja de avanzar en su loca senda de rearme. ¿Qué hacemos? Resulta que por estos papeles se ha sabido que los vecinos islámicos de Irán solicitan a Estado Unidos que haga lo que sea para detener al régimen, con el terrible y encubierto argumento de que sería menos desastrosa una guerra convencional que una guerra nuclear. Las monarquías del Golfo Pérsico demandan actuar ya, y como escribí aquí hace unos meses esta puede ser la excusa real del contrato de compra de armamento que Arabia Saudí suscribió con Estados Unidos hace poco, quizás porque desean actuar ya, antes de que sea demasiado tarde.
Y en relación con todo esto, ayer hubo un atentado en Teherán en el que murió un científico nuclear iraní y otro resultó herido. Irán se ha lanzado a culpar a occidente de ese acto y los países occidentales condenan pero no ocultan su embarazo y cierta satisfacción. ¿Es ese atentado, así me lo parece, obra del espionaje occidental? ¿Es una manera encubierta de parar el programa nuclear iraní sin recurrir a un ataque militar clásico? ¿Está usando el pentágono norteamericano estrategias terrositas iraquíes contra Irán?......¿Veremos publicada en wikileaks algún día la orden de este atentado?.
martes, noviembre 30, 2010
lunes, noviembre 29, 2010
La noche catalana
Desde que tengo recuerdo me han gustado las noches electorales. Las veía de crío en casa como algo raro, en el que unos señores decían que habían ganado y otros que no habían perdido, y todos intentaban mostrarse alegres, pese a que unos lo estaban de verdad y otros lo fingían muy mal. El confeti, los globos y aplausos formaban el atrezzo de un espectáculo curioso y que era como esas tracas de fuegos artificiales que cierran las fiestas, en este caso el proceso electoral. Como en las noches especiales, a veces uno se iba a la cama sin saber el resultado y se levantaba conociendo a los ganadores y los no ganadores.
Ayer se volvió a repetir este rito con las elecciones catalanas, pero es cierto que las nuevas tecnologías le han quitado algo de la mística que rodea a estas citas, porque en escasas dos horas se puede realizar un recuento que otorgue un reparto de escaños prácticamente inamovible. Ayer hubo cierta discrepancia entre las encuestas a pie de urna dadas a conocer a las 20:00 y el inicio del recuento. La estadística daba la victoria a CiU con más de sesenta escaños y la derrota al PSC con menos de treinta, pero el recuento inicial daba un 57 – 33 más cercano, que dulcificaba la derrota socialista. A medida que el porcentaje de voto escrutado subía también lo hacía la horquilla entre los dos partidos, hasta convertirse en una horca letal para las aspiraciones del PSC y de Montilla. Al final CiU arrasó de calle, con 62 escaños frente a los 28 del PSC y estos fueron el mayor ganador y perdedor de la noche. Entre los segundones ganó el PP, que sube de catorce a dieciocho escaños, una subida apreciable, y más dada la campaña de hostilidad a la que ha sido sometido el partido, pero que no deja de mostrar el escaso papel que esta formación, enorme en el conjunto del país, posee en una región tan importante como Cataluña. Tienen que seguir haciéndoselo mirar. La perdedora absoluta ha sido ERC, que se deja más de la mitad de los escaños, y que es de los miembros del tripartito la que recibe el golpe más duro. La caída de un partido como este, radical, asambleario y que ha hecho de las instituciones una extensión natural de sus dogmas y paranoias es una buena noticia en sí misma, quizás la mejor de toda la noche. Dos partidos que no se han visto muy movidos por el resultado pero que no pueden estar muy contentos son IU Verdes y Ciudadanos. Los primeros han perdido algunos escaños, pero son los menos afectados por el hundimiento del tripartito, y no pueden ocultar el que en medio de la crisis la alternativa de izquierda se encuentra sumida en su propia crisis ideológica e identitaria. La misma denominación del partido, llena de siglas y referencias ecosocialistas indica el cierto berenjenal en el que se encuentran. Ciudadanos repite, vuelve a sacar tres escaños, lo que consolida su posición pero, nuevamente en el periodo de crisis que vivimos, no ha sabido sacar partido del descontento popular, su mensaje no ha llegado mucho más allá de lo que lo hizo hace unos años, y se enfrenta a un escenario de caída suave pero continua si no es capaz de revitalizar y extender su discurso. Se ha agotado el efecto novedad. La frustrada alianza con UPyD se ha mostrado como no lesiva para ellos (en solitario UPyD no ha sacado prácticamente nada) pero deben reflexionar de cara al futuro, tras brindar por haber logrado sobrevivir.
Y Laporta. Laporta ha conseguido cuatro escaños, uno para él mismo, cosa que a mitad del escrutinio no parecía posible. Puse el Viernes a parir a este señor y a su campaña, soez, cutre y Berlusconiana (por supuesto, me reitero) y resulta que se ha convertido en ganador y tiene motivos sobrados para estar contento. Su mensaje, basado únicamente en la independencia catalana, sin referencias ni a la crisis ni como solucionar los problemas reales de los ciudadanos, puede haber servido para aglutinar algo del voto protesta, pero su triunfo es un poco el fracaso de todos los partidos. La que debe estar muy contenta es María Lapiedra. Sospecho como lo habrá celebrado, pero me asalta la duda de con quién...
Ayer se volvió a repetir este rito con las elecciones catalanas, pero es cierto que las nuevas tecnologías le han quitado algo de la mística que rodea a estas citas, porque en escasas dos horas se puede realizar un recuento que otorgue un reparto de escaños prácticamente inamovible. Ayer hubo cierta discrepancia entre las encuestas a pie de urna dadas a conocer a las 20:00 y el inicio del recuento. La estadística daba la victoria a CiU con más de sesenta escaños y la derrota al PSC con menos de treinta, pero el recuento inicial daba un 57 – 33 más cercano, que dulcificaba la derrota socialista. A medida que el porcentaje de voto escrutado subía también lo hacía la horquilla entre los dos partidos, hasta convertirse en una horca letal para las aspiraciones del PSC y de Montilla. Al final CiU arrasó de calle, con 62 escaños frente a los 28 del PSC y estos fueron el mayor ganador y perdedor de la noche. Entre los segundones ganó el PP, que sube de catorce a dieciocho escaños, una subida apreciable, y más dada la campaña de hostilidad a la que ha sido sometido el partido, pero que no deja de mostrar el escaso papel que esta formación, enorme en el conjunto del país, posee en una región tan importante como Cataluña. Tienen que seguir haciéndoselo mirar. La perdedora absoluta ha sido ERC, que se deja más de la mitad de los escaños, y que es de los miembros del tripartito la que recibe el golpe más duro. La caída de un partido como este, radical, asambleario y que ha hecho de las instituciones una extensión natural de sus dogmas y paranoias es una buena noticia en sí misma, quizás la mejor de toda la noche. Dos partidos que no se han visto muy movidos por el resultado pero que no pueden estar muy contentos son IU Verdes y Ciudadanos. Los primeros han perdido algunos escaños, pero son los menos afectados por el hundimiento del tripartito, y no pueden ocultar el que en medio de la crisis la alternativa de izquierda se encuentra sumida en su propia crisis ideológica e identitaria. La misma denominación del partido, llena de siglas y referencias ecosocialistas indica el cierto berenjenal en el que se encuentran. Ciudadanos repite, vuelve a sacar tres escaños, lo que consolida su posición pero, nuevamente en el periodo de crisis que vivimos, no ha sabido sacar partido del descontento popular, su mensaje no ha llegado mucho más allá de lo que lo hizo hace unos años, y se enfrenta a un escenario de caída suave pero continua si no es capaz de revitalizar y extender su discurso. Se ha agotado el efecto novedad. La frustrada alianza con UPyD se ha mostrado como no lesiva para ellos (en solitario UPyD no ha sacado prácticamente nada) pero deben reflexionar de cara al futuro, tras brindar por haber logrado sobrevivir.
Y Laporta. Laporta ha conseguido cuatro escaños, uno para él mismo, cosa que a mitad del escrutinio no parecía posible. Puse el Viernes a parir a este señor y a su campaña, soez, cutre y Berlusconiana (por supuesto, me reitero) y resulta que se ha convertido en ganador y tiene motivos sobrados para estar contento. Su mensaje, basado únicamente en la independencia catalana, sin referencias ni a la crisis ni como solucionar los problemas reales de los ciudadanos, puede haber servido para aglutinar algo del voto protesta, pero su triunfo es un poco el fracaso de todos los partidos. La que debe estar muy contenta es María Lapiedra. Sospecho como lo habrá celebrado, pero me asalta la duda de con quién...
viernes, noviembre 26, 2010
Berlusconi ganaría en Cataluña
La tormenta en la que vivimos lo eclipsa todo, y la angustia que provoca en la población le hace olvidar hasta las cosas importantes e inmediatas. La campaña de las elecciones catalanas de este próximo Domingo, esas elecciones mismas, se han convertido en víctima mediática y social. Si la primera semana no consiguió mucha notoriedad, el fantasma de Irlanda ha conseguido convertir en un espectro el panorama político catalán, habitualmente convulso y frecuente fábrica de titulares.
La campaña, debo decirlo, ha sido ruin, soez, mediocre y zafia hasta decir basta. Una porquería. No es de extrañar que la gente se abstenga ante el grado de inutilidad que demuestran sus teóricos líderes, pero que en campaña se hagan cosas como las que hemos visto roza el insulto a la inteligencia de las morsas. Y aquí no se salva nadie. Empezó el PP de Alicia Sánchez Camacho, mujer capaz de estar en tres tertulias televisivas a la vez, con aquel videojuego en el que Alicia “Croft” montada en una gaviota disparaba contra inmigrantes, lo que obviamente generó polémica por el marcado tinte racista de la imagen. A partir de ahí los estrategas de comunicación de los partidos optaron por el sexo como vía de movilización, pensando que no tiene componente político. Las juventudes del PSC emitieron un vídeo en el que una votante finge correrse (uy!! El Word marca esta palabra como errónea) mientras deposita la papeleta en la urna. El PSOE se desvinculó de semejante bodrio, pero la cosas ya circulaba por ahí sin freno. Los partidos más nacionalistas han optado por un discurso de brocha gorda, como esas declaraciones del dirigente de ERC Joan Puigcercos, en las que decía que en Andalucía no paga impuestos ni Dios, síntoma evidente de su nerviosismo ante la debacle que le auguran las urnas, y las juventudes de CiU, siguiendo por esta línea, sacaron un video en el que un ladrón, disfrazado de España, roba la cartera a los ciudadanos catalanes que vuelven a casa después de trabajar. No se que opinarán los irlandeses, por ejemplo, de todo esto. Pese a ello las formaciones minoritarias han seguido con el tema del sexo, ahondando si es posible en la putrefacción de la campaña. Monserrat Nebrera, ex líder del PP en la región, y que ahora va por libre, se presenta en un video como una insinuante actriz erótica, destapándose por Cataluña en una escena que produce más pena que otra cosa. Pero quien ha llevado hasta el paroxismo la situación es Joan Laporta, expresidente del FC Barcelona, independentista, macarra, mafioso y líder de una nueva formación a su servicio con el probable objetivo de conseguir un escaño que le proporcione inmunidad para evitar ser juzgado por todos los chanchullos en los que está metido. Laporta contrató a María Piedra, conocida strepper en Barcelona, para rodar un video en el que la Piedra aparecía envuelta en la Senyera por las calles de Madrid mostrando sus encantos y alabando a su jefe. Al menos esta mujer si es una pornostar y hace ese trabajo como se debe, no en plan aficionada cutre. Sin embargo parece que las relaciones entre Laporta y Lapiedra se han agrietado, en lo que puede ser la primera crisis importante del partido, y la señorita ha vuelto a sacar un video en el que, camiseta del Barça en mano (mejor, en pecho) ataca a Laporta, le acusa de haberse encaprichado con ella, utilizarle ya hora renegar de sus encantos, con todo lo que la mujer se ha esforzado por él…..
Todo esto no es una broma de mal gusto, no. Con el país al borde de la quiebra las elecciones en la región más rica de España discurren por un camino que a Berlusconi le haría sentirse como en casa, y como tiene varias, en su mansión erótica de Villa Certosa. Es lamentable. Así que no me extraña que el Domingo la abstención pueda ser inmensa, como síntoma del fracaso de la “clase” política catalana, perfecto reflejo de la incapaz “clase” nacional”. Ganará Artur Mas, con la duda de si sacará la mayoría absoluta o de a cuánto se quedará de la misma. Montilla perderá, el PP sacará lo de siempre, ERC caerá mucho y Laporta, si consigue el escaño, tratará de reconciliarse con María Lapiedra, y sino…… también!!!!
La campaña, debo decirlo, ha sido ruin, soez, mediocre y zafia hasta decir basta. Una porquería. No es de extrañar que la gente se abstenga ante el grado de inutilidad que demuestran sus teóricos líderes, pero que en campaña se hagan cosas como las que hemos visto roza el insulto a la inteligencia de las morsas. Y aquí no se salva nadie. Empezó el PP de Alicia Sánchez Camacho, mujer capaz de estar en tres tertulias televisivas a la vez, con aquel videojuego en el que Alicia “Croft” montada en una gaviota disparaba contra inmigrantes, lo que obviamente generó polémica por el marcado tinte racista de la imagen. A partir de ahí los estrategas de comunicación de los partidos optaron por el sexo como vía de movilización, pensando que no tiene componente político. Las juventudes del PSC emitieron un vídeo en el que una votante finge correrse (uy!! El Word marca esta palabra como errónea) mientras deposita la papeleta en la urna. El PSOE se desvinculó de semejante bodrio, pero la cosas ya circulaba por ahí sin freno. Los partidos más nacionalistas han optado por un discurso de brocha gorda, como esas declaraciones del dirigente de ERC Joan Puigcercos, en las que decía que en Andalucía no paga impuestos ni Dios, síntoma evidente de su nerviosismo ante la debacle que le auguran las urnas, y las juventudes de CiU, siguiendo por esta línea, sacaron un video en el que un ladrón, disfrazado de España, roba la cartera a los ciudadanos catalanes que vuelven a casa después de trabajar. No se que opinarán los irlandeses, por ejemplo, de todo esto. Pese a ello las formaciones minoritarias han seguido con el tema del sexo, ahondando si es posible en la putrefacción de la campaña. Monserrat Nebrera, ex líder del PP en la región, y que ahora va por libre, se presenta en un video como una insinuante actriz erótica, destapándose por Cataluña en una escena que produce más pena que otra cosa. Pero quien ha llevado hasta el paroxismo la situación es Joan Laporta, expresidente del FC Barcelona, independentista, macarra, mafioso y líder de una nueva formación a su servicio con el probable objetivo de conseguir un escaño que le proporcione inmunidad para evitar ser juzgado por todos los chanchullos en los que está metido. Laporta contrató a María Piedra, conocida strepper en Barcelona, para rodar un video en el que la Piedra aparecía envuelta en la Senyera por las calles de Madrid mostrando sus encantos y alabando a su jefe. Al menos esta mujer si es una pornostar y hace ese trabajo como se debe, no en plan aficionada cutre. Sin embargo parece que las relaciones entre Laporta y Lapiedra se han agrietado, en lo que puede ser la primera crisis importante del partido, y la señorita ha vuelto a sacar un video en el que, camiseta del Barça en mano (mejor, en pecho) ataca a Laporta, le acusa de haberse encaprichado con ella, utilizarle ya hora renegar de sus encantos, con todo lo que la mujer se ha esforzado por él…..
Todo esto no es una broma de mal gusto, no. Con el país al borde de la quiebra las elecciones en la región más rica de España discurren por un camino que a Berlusconi le haría sentirse como en casa, y como tiene varias, en su mansión erótica de Villa Certosa. Es lamentable. Así que no me extraña que el Domingo la abstención pueda ser inmensa, como síntoma del fracaso de la “clase” política catalana, perfecto reflejo de la incapaz “clase” nacional”. Ganará Artur Mas, con la duda de si sacará la mayoría absoluta o de a cuánto se quedará de la misma. Montilla perderá, el PP sacará lo de siempre, ERC caerá mucho y Laporta, si consigue el escaño, tratará de reconciliarse con María Lapiedra, y sino…… también!!!!
jueves, noviembre 25, 2010
Nuestra relación con los impuestos
A un mes de la Navidad nadie sabe cómo va a evolucionar la crisis que vivimos, pero me atrevería a afirmar que hay una cosa en la que todos, usted, yo y cualquier ciudadano, estamos de acuerdo. Nos subirán los impuestos. Pase lo que pase aumentarán las tasas de la basura, precios públicos, tramos del IRPF, IBIs y demás. ¿Cómo afectan los impuestos a nuestras vidas? ¿Determinan nuestro comportamiento económico? ¿Somos conscientes de lo que pagamos, de que manera lo hacemos y para qué se usa? ¿Pagamos mucho o poco?
Estas son preguntas tan vidriosas como las relativas al sexo, y como tales las respuestas deben tratarse con cuidado, pero por primera vez el CIS ha hecho una encuesta al respecto, y los resultados son interesantes. Hay muchas cifras, pero entre todas ellas tres me parecen las más reveladora. Una era de esperar, y es que más de la mitad de los encuestados, el 54,2% exactamente, piensa que paga demasiados impuestos. A mi me ha parecido un porcentaje escaso, dado lo quejitas que somos, y es curioso que poco menos de la mitad de la población piense que no paga demasiado, quizás porque no es consciente de lo que es realmente un impuesto. Pensamos en la renta y en las tasas del Ayuntamiento cuando nos hablan de tributos, pero no olvidemos que el IVA sobre el consumo es un inmenso impuesto, y el gravamen del alcohol, tabaco y gasolinas, y hay otras fuentes más sibilinas, como la lotería y los juegos de azar. Sí, la lotería son impuestos voluntarios, aunque no nos lo parezca. Las otras dos cifras están vinculadas y creo que son el meollo del asunto impositivo. Nada menos que un 78,3% opina que los impuestos no se pagan con justicia, de tal manera que quien más tiene menos paga y viceversa. Que cuatro de cada cinco encuestados vea injusto el sistema es grave, y está basado en la correcta percepción de que las clases medias asalariadas, como es mi caso, son las que soportamos los impuestos directos en su mayoría, mientras que los profesionales liberales, empresas y grandes o pequeñas fortunas evaden, legalmente o no, el pago de lo que les debiera corresponder. El único impuesto justo es el IVA, entendiendo justo como que todo el mundo lo paga porque compra cosas, aunque como figura que grava el consumo es sabido que es regresivo sobre la renta. Todo esto se vincula con el fraude fiscal. Un porcentaje aún mayor, el 85%, vamos, todo el mundo, opina que existen mucho o bastante fraude fiscal, y más de la mitad cree que no se hacen los sufrientes esfuerzos para perseguirlo. El fraude fiscal no es sólo un delito, sino algo inmoral. No pagar y hacer uso de los servicios públicos no es sólo no contribuir con el resto de los ciudadanos, es robarles. El problema es que en España el fraude fiscal sigue siendo un delito consentido porque no se ve realmente como un delito. Lo lógico sería pensar que si sabemos que alguien defrauda nos enfademos con él y denunciemos a las autoridades su fallo. Pues bien, pese a que se ha reducido ese sentimiento, seguimos mirando con envidia a quien evita pagar impuestos, y está muy extendida la percepción de que ese sí que es “listo” mientras que el que los paga es un “pringao”. De hecho se aspira a dejar de ser “pringao” y, como los documentales de la 2, que todo el mundo afirma ver pero que nadie mira, todos vendemos que somos contribuyentes y por debajo tratamos de eludir el pago.
¿Por qué en otros países existe un sentimiento de delito fiscal tan fuerte mientras que aquí permanece la idea de que no pagar es lo correcto? Difícil de explicar. Puede que ello esté muy relacionado con que, a lo largo de la historia, los gobiernos en España han sacado todo lo posible a sus ciudadanos para derrocharlo entre las élites, y ha sido la picaresca la que ha permitido al pueblo sobrevivir a los recaudadores, como bien cuenta el Lazarillo de Tormes. Sólo en los últimos años vemos el fruto de nuestro pago, en forma de hospitales y otros servicios, pero aún así casi la mitad cree que paga mucho en comparación con lo que recibe. ¿Y usted? ¿Cómo lo ve? ¿Cómo lo sobrelleva?
Estas son preguntas tan vidriosas como las relativas al sexo, y como tales las respuestas deben tratarse con cuidado, pero por primera vez el CIS ha hecho una encuesta al respecto, y los resultados son interesantes. Hay muchas cifras, pero entre todas ellas tres me parecen las más reveladora. Una era de esperar, y es que más de la mitad de los encuestados, el 54,2% exactamente, piensa que paga demasiados impuestos. A mi me ha parecido un porcentaje escaso, dado lo quejitas que somos, y es curioso que poco menos de la mitad de la población piense que no paga demasiado, quizás porque no es consciente de lo que es realmente un impuesto. Pensamos en la renta y en las tasas del Ayuntamiento cuando nos hablan de tributos, pero no olvidemos que el IVA sobre el consumo es un inmenso impuesto, y el gravamen del alcohol, tabaco y gasolinas, y hay otras fuentes más sibilinas, como la lotería y los juegos de azar. Sí, la lotería son impuestos voluntarios, aunque no nos lo parezca. Las otras dos cifras están vinculadas y creo que son el meollo del asunto impositivo. Nada menos que un 78,3% opina que los impuestos no se pagan con justicia, de tal manera que quien más tiene menos paga y viceversa. Que cuatro de cada cinco encuestados vea injusto el sistema es grave, y está basado en la correcta percepción de que las clases medias asalariadas, como es mi caso, son las que soportamos los impuestos directos en su mayoría, mientras que los profesionales liberales, empresas y grandes o pequeñas fortunas evaden, legalmente o no, el pago de lo que les debiera corresponder. El único impuesto justo es el IVA, entendiendo justo como que todo el mundo lo paga porque compra cosas, aunque como figura que grava el consumo es sabido que es regresivo sobre la renta. Todo esto se vincula con el fraude fiscal. Un porcentaje aún mayor, el 85%, vamos, todo el mundo, opina que existen mucho o bastante fraude fiscal, y más de la mitad cree que no se hacen los sufrientes esfuerzos para perseguirlo. El fraude fiscal no es sólo un delito, sino algo inmoral. No pagar y hacer uso de los servicios públicos no es sólo no contribuir con el resto de los ciudadanos, es robarles. El problema es que en España el fraude fiscal sigue siendo un delito consentido porque no se ve realmente como un delito. Lo lógico sería pensar que si sabemos que alguien defrauda nos enfademos con él y denunciemos a las autoridades su fallo. Pues bien, pese a que se ha reducido ese sentimiento, seguimos mirando con envidia a quien evita pagar impuestos, y está muy extendida la percepción de que ese sí que es “listo” mientras que el que los paga es un “pringao”. De hecho se aspira a dejar de ser “pringao” y, como los documentales de la 2, que todo el mundo afirma ver pero que nadie mira, todos vendemos que somos contribuyentes y por debajo tratamos de eludir el pago.
¿Por qué en otros países existe un sentimiento de delito fiscal tan fuerte mientras que aquí permanece la idea de que no pagar es lo correcto? Difícil de explicar. Puede que ello esté muy relacionado con que, a lo largo de la historia, los gobiernos en España han sacado todo lo posible a sus ciudadanos para derrocharlo entre las élites, y ha sido la picaresca la que ha permitido al pueblo sobrevivir a los recaudadores, como bien cuenta el Lazarillo de Tormes. Sólo en los últimos años vemos el fruto de nuestro pago, en forma de hospitales y otros servicios, pero aún así casi la mitad cree que paga mucho en comparación con lo que recibe. ¿Y usted? ¿Cómo lo ve? ¿Cómo lo sobrelleva?
miércoles, noviembre 24, 2010
De que va Corea del Norte
Ayer fue un día horroroso, en el que todo eran malas noticias. Era uno de esos en los que mejor nos hubiera ido a todos si nos hubiésemos quedado en la cama sin hacer nada, pensando en las musarañas….. pobres musarañas, habrían acabado mal. La bolsa se pegó otro castañazo por la debilidad del tesoro español y por el miedo generalizado a la insolvencia de la periferia del euro, de la que somos una pieza clave, y por si todo eso fuese poco, Corea del Norte decidió liarla en una isla pegada a la frontera de Corea del Sur, echando unos cohetes y matando a dos soldados surcoreanos. Idílico, verdad?
Analizar el porqué Corea del Norte decide ahora hacer algo así es una tarea muy compleja, porque realmente nadie sabe que sucede en el interior de ese país-cárcel ni en las desquiciadas mentes de sus mandatarios. Ambas Coreas se acusan de haberse amenazado previamente, en lo que parece un incidente más de la cadena de los muchos que han sucedido en esa frontera desde los años cincuenta, en los que se acabó la guerra pero no se alcanzó ningún acuerdo de paz. Este altercado es grave, porque hay dos muertos, y destrucción de infraestructuras civiles, y Corea del Norte ha mostrado algo de su capacidad balística, juguetes de muy corto alcance, pero que ciertamente funcionan. Lo más probable es que todo acabe enjuagado en duras declaraciones diplomáticas expresadas a cara de perro y poco más, pero que el asunto es grave no lo niega nadie. Los hay que relacionan esto con la reciente nominación del hijo del dictador Kim Il Sun como nuevo líder, y este sería una especie de golpe de fuerza del ejército para demostrarle al patrón sus capacidades y que le permita realizar sus primeros “juegos de guerra”. También se puede interpretar como un juego de fuerza en el marco de las negociaciones que mantiene con Corea del Sur, en el marco puesto por EEUU, Rusia y China, jugando una especie de farol del tipo “si no me dais lo que pido ya veis lo que soy capaz de hacer” en una jugada de órdago de mus pero con cartas. En ese juego Corea del Sur no desea la guerra bajo ningún aspecto, porque supondría su ruina económica, uy siendo como es un país desarrollado tiene mucho más que perder que el mísero vecino del norte. Este, por su parte, no puede dejar de envidiar la prosperidad que se vive en Seúl y alrededores, y pese a su doctrina belicista debe saber que, de seguir el estatus quo actual, el vecino rico ganará al pobre a largo plazo. Y tampoco podemos separar todos estos incidentes de la noticia publicada hace dos días en la que se revelaba la existencia de una planta de enriquecimiento de Uranio en la central norcoreana de Yongbyong, con el evidente fin de proporcionar material para bombas nucleares. Hasta ahora sabíamos que los colgados del Norte tenían la bomba atómica, aunque no éramos capaces de precisar de cuantas dispondrían. Esta noticia abre la puerta a que puedan fabricar varias, muchas en todo caso, sin tener que recurrir a la importación de material nuclear, que puede ser controlado y seguido por el espionaje de otros países, al menos en teoría. Así, la amenaza potencial de Corea del Norte ha subido un nuevo peldaño.
Y es que, no nos engañemos, es la posesión de la bomba atómica lo que permite al asesino régimen del Norte seguir en el poder. Todos sus vecinos le tienen miedo porque están a tiro de sus misiles y del potencial hongo nuclear. Así de crudo. Y por eso la comunidad internacional mima con tanto cuidado a ese país, por puro miedo. La lección, que países como Irán han aprendido, es que hacerse con la bomba da estatus respetable en el mundo (al menos acojona, que equivale) y permite hacer bravuconadas como las de ayer con un riesgo potencialmente escaso. Así de complejo y oscuro es el juego que se practica en la península de Corea.
Analizar el porqué Corea del Norte decide ahora hacer algo así es una tarea muy compleja, porque realmente nadie sabe que sucede en el interior de ese país-cárcel ni en las desquiciadas mentes de sus mandatarios. Ambas Coreas se acusan de haberse amenazado previamente, en lo que parece un incidente más de la cadena de los muchos que han sucedido en esa frontera desde los años cincuenta, en los que se acabó la guerra pero no se alcanzó ningún acuerdo de paz. Este altercado es grave, porque hay dos muertos, y destrucción de infraestructuras civiles, y Corea del Norte ha mostrado algo de su capacidad balística, juguetes de muy corto alcance, pero que ciertamente funcionan. Lo más probable es que todo acabe enjuagado en duras declaraciones diplomáticas expresadas a cara de perro y poco más, pero que el asunto es grave no lo niega nadie. Los hay que relacionan esto con la reciente nominación del hijo del dictador Kim Il Sun como nuevo líder, y este sería una especie de golpe de fuerza del ejército para demostrarle al patrón sus capacidades y que le permita realizar sus primeros “juegos de guerra”. También se puede interpretar como un juego de fuerza en el marco de las negociaciones que mantiene con Corea del Sur, en el marco puesto por EEUU, Rusia y China, jugando una especie de farol del tipo “si no me dais lo que pido ya veis lo que soy capaz de hacer” en una jugada de órdago de mus pero con cartas. En ese juego Corea del Sur no desea la guerra bajo ningún aspecto, porque supondría su ruina económica, uy siendo como es un país desarrollado tiene mucho más que perder que el mísero vecino del norte. Este, por su parte, no puede dejar de envidiar la prosperidad que se vive en Seúl y alrededores, y pese a su doctrina belicista debe saber que, de seguir el estatus quo actual, el vecino rico ganará al pobre a largo plazo. Y tampoco podemos separar todos estos incidentes de la noticia publicada hace dos días en la que se revelaba la existencia de una planta de enriquecimiento de Uranio en la central norcoreana de Yongbyong, con el evidente fin de proporcionar material para bombas nucleares. Hasta ahora sabíamos que los colgados del Norte tenían la bomba atómica, aunque no éramos capaces de precisar de cuantas dispondrían. Esta noticia abre la puerta a que puedan fabricar varias, muchas en todo caso, sin tener que recurrir a la importación de material nuclear, que puede ser controlado y seguido por el espionaje de otros países, al menos en teoría. Así, la amenaza potencial de Corea del Norte ha subido un nuevo peldaño.
Y es que, no nos engañemos, es la posesión de la bomba atómica lo que permite al asesino régimen del Norte seguir en el poder. Todos sus vecinos le tienen miedo porque están a tiro de sus misiles y del potencial hongo nuclear. Así de crudo. Y por eso la comunidad internacional mima con tanto cuidado a ese país, por puro miedo. La lección, que países como Irán han aprendido, es que hacerse con la bomba da estatus respetable en el mundo (al menos acojona, que equivale) y permite hacer bravuconadas como las de ayer con un riesgo potencialmente escaso. Así de complejo y oscuro es el juego que se practica en la península de Corea.
martes, noviembre 23, 2010
Diez negritos
Seguramente recuerdan el argumento de diez negritos, maravillosa novela de Agatha Christie, y si no es el caso, dejen de leer esto y cómprenla, está en bolsillo y muy barata. En ella se cita a un grupo personas en un caserón de una isla con motivo de una celebración, y poco a poco, una a una, van apareciendo muertas. Los que permanecen vivos cada vez están más asustados porque no saben quién de ellos es el asesino, y el temor y la angustia crecen en un grupo cada vez más aterrado y reducido, porque cae otro, y otro….
Pues este argumento encaja como un guante en al situación que se vive en el seno de la Unión Europea con el tema de la crisis, la deuda y los rescates. Tras la aprobación este fin de semana del rescate irlandés (que está por ver si es viable) se esperaba que ayer fuese un día tranquilo, sino de euforia, sí de relajamiento de las tensiones de la deuda de los países periféricos y del resto de indicadores. Pues no, justo lo contrario. Fue un día de nervios en el que las bolsas cayeron, y la que más la española, en el que los CDS que miden el riesgo de impago de la deuda y el diferencial de la misma con el bono alemán subieron sin cesar y en el que la frase esa de “España no es Irlanda” estaba en boca de todos, pero con un tono tan lúgubre y temeroso que la hacía poco creíble. En Irlanda fue un día de rumores políticos que se sustanciaron cuando por la noche, el primer ministro Brian Cowen anunció elecciones anticipada en Enero, lo que es una manera de dimitir ante el desastre. Antes de esos comicios lo que queda de gobierno debe aprobar el plan de rescate internacional, quizás sea lo único que puede hacer ya, lo que ha dejado a los irlandeses con la cierta sensación de haber perdido su independencia. Las imágenes de protestas en las calles de Dublín y otras ciudades del país, aún pequeñas y contenidas, empiezan a asomar por las pantallas. Y Portugal también reclamó ayer su cuota de protagonismo. La presión empieza a agobiar al gobierno de Lisboa, que si no me equivoco este próximo Viernes debe votar los presupuestos de 2011 en el parlamento, y más nos vale que los saque adelante. Una vez caída Irlanda, Portugal es la siguiente en la lista, y si en la isla celta los bancos españoles tienen dinero, en Portugal poseen medio país. Somos de los primeros en posesión de la deuda pública portuguesa, y un rescate de Lisboa supondría nuestra debacle, quizás eso era lo que se cotizaba ayer. Parece que poco a poco se está desmoronando un castillo de naipes que pensábamos estaba más solidamente construido pero que no soporta los vendavales financieros que estamos viviendo. Como cada día puede pasar una cosa a lo mejor hoy el Ibex sube y la situación se relaja, pero es evidente que el problema de fondo sigue ahí. Irlanda, sus bancos y su gobierno, no pude pagar lo que debe, y pese al plan de rescate y los recortes de gasto público habrá que determinar qué no cobran los acreedores. Ese es el miedo que ayer circulaba por ahí, la certeza de que Irlanda no pagará todo. Creo que cuanto antes se asuma, y se diga públicamente, mejor que mejor. Sino seguiremos poniendo parches y, como pueden ver, este balón remendado cada vez amenaza más con explotar del todo. De momento tiren a la basura las camisetas en las que se decía “España no es Grecia” y sustituyan Grecia por Irlanda. Quizás en unas semanas tengamos que decir Portugal, y tarde o temprano, España será España.
Como no todo van a ser sombras en este mundo, tiene muy buena pinta el trabajo que ha hecho la fundación everis, en el que participan montones de empresarios y economistas españoles, sobre las transformaciones que a su juicio necesita España, y que será lo que en el fondo se discuta en la anunciada reunión de ZP con los dirigentes de las grandes empresas. Pueden descargarse el documento completo y un resumen aquí. La pena es que no si esta iniciativa llega tarde, porque de lo que menos disponemos ahora mismo es de tiempo, pero todas las llamadas a la sensatez son pocas, así que bienvenido sea el esfuerzo. Habrá que leerlo.
Pues este argumento encaja como un guante en al situación que se vive en el seno de la Unión Europea con el tema de la crisis, la deuda y los rescates. Tras la aprobación este fin de semana del rescate irlandés (que está por ver si es viable) se esperaba que ayer fuese un día tranquilo, sino de euforia, sí de relajamiento de las tensiones de la deuda de los países periféricos y del resto de indicadores. Pues no, justo lo contrario. Fue un día de nervios en el que las bolsas cayeron, y la que más la española, en el que los CDS que miden el riesgo de impago de la deuda y el diferencial de la misma con el bono alemán subieron sin cesar y en el que la frase esa de “España no es Irlanda” estaba en boca de todos, pero con un tono tan lúgubre y temeroso que la hacía poco creíble. En Irlanda fue un día de rumores políticos que se sustanciaron cuando por la noche, el primer ministro Brian Cowen anunció elecciones anticipada en Enero, lo que es una manera de dimitir ante el desastre. Antes de esos comicios lo que queda de gobierno debe aprobar el plan de rescate internacional, quizás sea lo único que puede hacer ya, lo que ha dejado a los irlandeses con la cierta sensación de haber perdido su independencia. Las imágenes de protestas en las calles de Dublín y otras ciudades del país, aún pequeñas y contenidas, empiezan a asomar por las pantallas. Y Portugal también reclamó ayer su cuota de protagonismo. La presión empieza a agobiar al gobierno de Lisboa, que si no me equivoco este próximo Viernes debe votar los presupuestos de 2011 en el parlamento, y más nos vale que los saque adelante. Una vez caída Irlanda, Portugal es la siguiente en la lista, y si en la isla celta los bancos españoles tienen dinero, en Portugal poseen medio país. Somos de los primeros en posesión de la deuda pública portuguesa, y un rescate de Lisboa supondría nuestra debacle, quizás eso era lo que se cotizaba ayer. Parece que poco a poco se está desmoronando un castillo de naipes que pensábamos estaba más solidamente construido pero que no soporta los vendavales financieros que estamos viviendo. Como cada día puede pasar una cosa a lo mejor hoy el Ibex sube y la situación se relaja, pero es evidente que el problema de fondo sigue ahí. Irlanda, sus bancos y su gobierno, no pude pagar lo que debe, y pese al plan de rescate y los recortes de gasto público habrá que determinar qué no cobran los acreedores. Ese es el miedo que ayer circulaba por ahí, la certeza de que Irlanda no pagará todo. Creo que cuanto antes se asuma, y se diga públicamente, mejor que mejor. Sino seguiremos poniendo parches y, como pueden ver, este balón remendado cada vez amenaza más con explotar del todo. De momento tiren a la basura las camisetas en las que se decía “España no es Grecia” y sustituyan Grecia por Irlanda. Quizás en unas semanas tengamos que decir Portugal, y tarde o temprano, España será España.
Como no todo van a ser sombras en este mundo, tiene muy buena pinta el trabajo que ha hecho la fundación everis, en el que participan montones de empresarios y economistas españoles, sobre las transformaciones que a su juicio necesita España, y que será lo que en el fondo se discuta en la anunciada reunión de ZP con los dirigentes de las grandes empresas. Pueden descargarse el documento completo y un resumen aquí. La pena es que no si esta iniciativa llega tarde, porque de lo que menos disponemos ahora mismo es de tiempo, pero todas las llamadas a la sensatez son pocas, así que bienvenido sea el esfuerzo. Habrá que leerlo.
lunes, noviembre 22, 2010
El cabeza de turco de la banca
¿Se acuerdan de las películas de Terminator? En ellas, a parte de muchas explosiones, persecuciones, efectos especiales y un Schwarzenegger desatado, había un protagonista oculto. Skynet, la red informática (con ese nombre inspirada en Internet) que había tomado conciencia de sí misma y había desatado la guerra contra los hombres. Es Skynet quien fabrica los Terminator y la fuente de todos los problemas. Una creación humana que a los hombres se les había ido de las manos.
Pues bien, leyendo la interesante entrevista que ayer publicaba El País a Jerôme Kerviel tenía la sensación de que ya hay una creación de los hombres que se nos ha ido de las manos y que amenaza con destruirnos, si no con robots que nos asesinen, sí con máquinas que reduzcan a cero el valor de nuestros ahorros e inversiones. Supongo que recuerdan a Kerviel, un joven operador de bolsa del banco francés Societeé Generale, que hace dos años se hizo famoso por ser un enorme especulador que a punto estuvo de hundir su banco, el mayor de Francia, con sus arriesgadas apuestas de inversión financiera. Sometido a juicio, Kerviel ha sido condenado cinco años de cárcel y a pagar una cifra por la que tendría derecho a pedir el rescate que Irlanda solicita de la Unión Europea. Cuando salió la sentencia me enfadé mucho, no tanto por que considere a Kerviel más o menos culpable de lo sucedido, sino porque sólo él fue juzgado y condenado. Era imposible que un solo individuo desarrollase semejantes apuestas de inversión, de miles de millones de euros, sin conocimiento y supervisión de su entidad. Sin embargo al juicio fue él sólo, sin jefe alguno, y a él sólo le condenaron. En la entrevista citada relata Kerviel su ascenso progresivo en la escala del banco a medida que sus apuestas eran cada vez mayores, más acertadas y más lucrativas para la entidad. Él se beneficiaba económicamente de ello, como no, pero sus jefes directos, indirectos y de mucho más arriba aún más, y las comisiones de todos ellos no dejaban de crecer exponencialmente a medida que Kerviel sumaba ceros a su casa de apuestas. Y creo que estos dos son los factores interesantes del asunto. Uno es el que el sistema bancario fomentaba estas prácticas arriesgadas, y no sólo las fomentaba, las gratificaba con creces, te obligaba a ello y era la principal fuente de ingresos. Día a día ese comportamiento se repetía en la mesa de Kerviel, y en la de sus compañeros, y en la de miles y miles de operadores en todo el mundo. En las torres de oficinas de Madrid que veo desde mi ventana había, y hay, miles de Kervieles potenciales, que día a día juegan, apuestan y arriesgan inmensas cifras para conseguir la comisión que les permita mantenerse en el puesto de trabajo, llevarse a casa algo de ese dinero extra y satisfacer el ansia de beneficios de unas empresas y directivos que no serían capaces de obtener si sólo realizasen el clásico negocio bancario. Los tiburones financieros ya no sólo navegan por hedge funds y entidades por el estilo. Están en todas partes, han canibalizado la banca tradicional, y en caso de error sólo el operador de turno es acusado, no los responsables de implantar este loco sistema de gestión. La falta de ética y responsabilidad en toda la estructura financiera es total.
El otro punto de interés es el propio sistema financiero, convertido en un casino global multiconectado, con miles, millones de jugadores haciendo apuestas inmensas que, como relata Kerviel, son absorbidas en segundos, y que, como a el mismo le pasó, tarde o temprano puede fallar por algún lado. Este sistema ya funciona de manera independiente de la banca, la economía real, los estados, los gobiernos y todo lo que uno pueda imaginarse, y se ha descontrolado incluso para los que participan en él. No se como puede reconducirse, pero por lo que leo por ahí tampoco los expertos lo saben. No tiene robots, pero sí algo similar a la vida propia……
Pues bien, leyendo la interesante entrevista que ayer publicaba El País a Jerôme Kerviel tenía la sensación de que ya hay una creación de los hombres que se nos ha ido de las manos y que amenaza con destruirnos, si no con robots que nos asesinen, sí con máquinas que reduzcan a cero el valor de nuestros ahorros e inversiones. Supongo que recuerdan a Kerviel, un joven operador de bolsa del banco francés Societeé Generale, que hace dos años se hizo famoso por ser un enorme especulador que a punto estuvo de hundir su banco, el mayor de Francia, con sus arriesgadas apuestas de inversión financiera. Sometido a juicio, Kerviel ha sido condenado cinco años de cárcel y a pagar una cifra por la que tendría derecho a pedir el rescate que Irlanda solicita de la Unión Europea. Cuando salió la sentencia me enfadé mucho, no tanto por que considere a Kerviel más o menos culpable de lo sucedido, sino porque sólo él fue juzgado y condenado. Era imposible que un solo individuo desarrollase semejantes apuestas de inversión, de miles de millones de euros, sin conocimiento y supervisión de su entidad. Sin embargo al juicio fue él sólo, sin jefe alguno, y a él sólo le condenaron. En la entrevista citada relata Kerviel su ascenso progresivo en la escala del banco a medida que sus apuestas eran cada vez mayores, más acertadas y más lucrativas para la entidad. Él se beneficiaba económicamente de ello, como no, pero sus jefes directos, indirectos y de mucho más arriba aún más, y las comisiones de todos ellos no dejaban de crecer exponencialmente a medida que Kerviel sumaba ceros a su casa de apuestas. Y creo que estos dos son los factores interesantes del asunto. Uno es el que el sistema bancario fomentaba estas prácticas arriesgadas, y no sólo las fomentaba, las gratificaba con creces, te obligaba a ello y era la principal fuente de ingresos. Día a día ese comportamiento se repetía en la mesa de Kerviel, y en la de sus compañeros, y en la de miles y miles de operadores en todo el mundo. En las torres de oficinas de Madrid que veo desde mi ventana había, y hay, miles de Kervieles potenciales, que día a día juegan, apuestan y arriesgan inmensas cifras para conseguir la comisión que les permita mantenerse en el puesto de trabajo, llevarse a casa algo de ese dinero extra y satisfacer el ansia de beneficios de unas empresas y directivos que no serían capaces de obtener si sólo realizasen el clásico negocio bancario. Los tiburones financieros ya no sólo navegan por hedge funds y entidades por el estilo. Están en todas partes, han canibalizado la banca tradicional, y en caso de error sólo el operador de turno es acusado, no los responsables de implantar este loco sistema de gestión. La falta de ética y responsabilidad en toda la estructura financiera es total.
El otro punto de interés es el propio sistema financiero, convertido en un casino global multiconectado, con miles, millones de jugadores haciendo apuestas inmensas que, como relata Kerviel, son absorbidas en segundos, y que, como a el mismo le pasó, tarde o temprano puede fallar por algún lado. Este sistema ya funciona de manera independiente de la banca, la economía real, los estados, los gobiernos y todo lo que uno pueda imaginarse, y se ha descontrolado incluso para los que participan en él. No se como puede reconducirse, pero por lo que leo por ahí tampoco los expertos lo saben. No tiene robots, pero sí algo similar a la vida propia……
viernes, noviembre 19, 2010
¿Y si quiebra Madrid?
Cuando hablamos de Irlanda, Grecia y la deuda pensamos únicamente en lo que debe el gobierno central, o en todo caso los bancos. Pero el mal de la deuda excesiva está por todas partes. En el mundo privado, empresas y particulares estamos sobreendeudados (ese es de hecho el auténtico mal español, lo que nos diferencia) y en el plano público, aunque menos que en otros países, todas las administraciones tiene deudas más o menos graves. Sabemos la del Gobierno Central, sospechamos de las Autonomías, pero desconocemos, y nos da miedo, lo que se esconde en nuestros ayuntamientos.
Pongamos que hablo de Madrid. Se estima en algo menos de 30.000 millones de euros la deuda de los ayuntamientos españoles, de la que cerca de una cuarta parte, 7.000 millones, corresponde al consistorio de la capital. Desde hace tiempo el equipo de Gallardón trata de hacer malabarismos para conseguir cuadrar sus cifras, pero la realidad es tozuda y se lo impide. Ha subido los impuestos, con aumentos del IBI y de la tasa de la basura superiores al 10% año a año, y esos los conozco porque los pago. Las multas de aparcamiento y otros precios públicos han debido crecer también, por lo que se dice por ahí, pero aún así el Ayuntamiento hace tiempo que no paga a algunos proveedores y subcontratas. Las empresas de la limpieza denuncian que no cobran desde hace meses y que pagan a sus empleados con créditos bancarios, cada vez más caros y difíciles de obtener. Como la cosa pinta fea, Gallardón solicitó reunirse con Zapatero para lograr un compromiso del Gobierno Central para permitirle refinanciar la deuda y obtener liquidez para el inicio del año que viene, ya que se rumorea que son necesarios unos 200 millones de euros para pagos a efectuar en Enero de los que no se dispone. El resultado de la reunión fue el esperado. ZP se negó a que el Ayuntamiento se reendeudase para pagar lo que debe, porque más o menos es lo que se le está imponiendo a ZP desde Bruselas. Tras este encuentro, la culminación de disputas privadas y públicas entre los dos dirigentes, como la que tuvo lugar en el desfile del 12 de Octubre, Gallardón ha salido acusando al Gobierno Central de asfixiar a Madrid y querer provocar su ruina. Cierto es que si Madrid se declara insolvente y Gallardón es asediado por quejas y manifestaciones en Moncloa nadie va a llorar de pena, incluso lo verían como algo gozoso, pero el problema político aquí es una derivada menor, una chiquillada entre dirigentes: Lo grave es la posibilidad real de quiebra del Ayuntamiento, que empiezo a sospechar es posible vista la cara de susto que se le ha quedado al alcalde, que quizás esté jugando de farol, o no. También debe saber Gallardón que si su situación financiera es mala la del gobierno no es mejor, y que ambos tienen en sus manos la papeleta de cómo financiarse en un mundo sin recursos y con muchas presiones. Eso del “sálvese quien pueda” que se decía podía suceder en la cumbre del G20, rememorando riesgos de épocas pasadas, empieza a suceder en el tejido administrativo español. Unos ya no pueden respaldar a otros y otros no encontrarán socorro en terceros. La idea de Esperanza Aguirre de que el Ayuntamiento venda propiedades para pagar sus deudas es plausible, pero en una época de precios inmobiliarios a la baja, y más que caerán, no sirve como solución del problema. Aguirre también disfruta de los dolores de Gallardón, pero en breve le tocará a ella misma, no tenga dudas
Una de las consecuencias más visibles del impago a las empresas de la limpieza es que este año no se recogen las hojas del otoño de las calles. Se caen y se quedan hasta que el viento o la lluvia se las lleva, lo que otorga a la ciudad un aire melancólico bello, si me apuran. Pero digo esto por poner un tono poético en algo que es bastante serio. Otros ayuntamientos ya han quebrado, pero si lo hace el de Madrid la cosa puede ponerse muy fea. Al final va a tener razón mi amigo DCM y la corazonada olímpica de Gallardón va a acabar siendo una taquicardia para él y todos los habitantes de esta ciudad.
Pongamos que hablo de Madrid. Se estima en algo menos de 30.000 millones de euros la deuda de los ayuntamientos españoles, de la que cerca de una cuarta parte, 7.000 millones, corresponde al consistorio de la capital. Desde hace tiempo el equipo de Gallardón trata de hacer malabarismos para conseguir cuadrar sus cifras, pero la realidad es tozuda y se lo impide. Ha subido los impuestos, con aumentos del IBI y de la tasa de la basura superiores al 10% año a año, y esos los conozco porque los pago. Las multas de aparcamiento y otros precios públicos han debido crecer también, por lo que se dice por ahí, pero aún así el Ayuntamiento hace tiempo que no paga a algunos proveedores y subcontratas. Las empresas de la limpieza denuncian que no cobran desde hace meses y que pagan a sus empleados con créditos bancarios, cada vez más caros y difíciles de obtener. Como la cosa pinta fea, Gallardón solicitó reunirse con Zapatero para lograr un compromiso del Gobierno Central para permitirle refinanciar la deuda y obtener liquidez para el inicio del año que viene, ya que se rumorea que son necesarios unos 200 millones de euros para pagos a efectuar en Enero de los que no se dispone. El resultado de la reunión fue el esperado. ZP se negó a que el Ayuntamiento se reendeudase para pagar lo que debe, porque más o menos es lo que se le está imponiendo a ZP desde Bruselas. Tras este encuentro, la culminación de disputas privadas y públicas entre los dos dirigentes, como la que tuvo lugar en el desfile del 12 de Octubre, Gallardón ha salido acusando al Gobierno Central de asfixiar a Madrid y querer provocar su ruina. Cierto es que si Madrid se declara insolvente y Gallardón es asediado por quejas y manifestaciones en Moncloa nadie va a llorar de pena, incluso lo verían como algo gozoso, pero el problema político aquí es una derivada menor, una chiquillada entre dirigentes: Lo grave es la posibilidad real de quiebra del Ayuntamiento, que empiezo a sospechar es posible vista la cara de susto que se le ha quedado al alcalde, que quizás esté jugando de farol, o no. También debe saber Gallardón que si su situación financiera es mala la del gobierno no es mejor, y que ambos tienen en sus manos la papeleta de cómo financiarse en un mundo sin recursos y con muchas presiones. Eso del “sálvese quien pueda” que se decía podía suceder en la cumbre del G20, rememorando riesgos de épocas pasadas, empieza a suceder en el tejido administrativo español. Unos ya no pueden respaldar a otros y otros no encontrarán socorro en terceros. La idea de Esperanza Aguirre de que el Ayuntamiento venda propiedades para pagar sus deudas es plausible, pero en una época de precios inmobiliarios a la baja, y más que caerán, no sirve como solución del problema. Aguirre también disfruta de los dolores de Gallardón, pero en breve le tocará a ella misma, no tenga dudas
Una de las consecuencias más visibles del impago a las empresas de la limpieza es que este año no se recogen las hojas del otoño de las calles. Se caen y se quedan hasta que el viento o la lluvia se las lleva, lo que otorga a la ciudad un aire melancólico bello, si me apuran. Pero digo esto por poner un tono poético en algo que es bastante serio. Otros ayuntamientos ya han quebrado, pero si lo hace el de Madrid la cosa puede ponerse muy fea. Al final va a tener razón mi amigo DCM y la corazonada olímpica de Gallardón va a acabar siendo una taquicardia para él y todos los habitantes de esta ciudad.
jueves, noviembre 18, 2010
La eterna lucha contra la superstición
Ayer se produjo una noticia muy alentadora, de esas pocas que me reconcilian con el ser humano y me dan esperanza. La Junta de Andalucía impuso una sanción de 15.000 euros a la empresa que fabrica las pulseras Power Balance por publicidad engañosa. Esas pulseras, que se pusieron de moda hace unos meses, eran vendidas por sus supuestas propiedades médicas, porque otorgaban salud y equilibrio emocional y metabólico. Evidentemente son una estafa, no sirven para nada, excepto para enriquecer al fabricante, y sus propiedades no son sino un catálogo de deseos volcados sobre un anuncio falso. 15.000 euros no son mucho, pero menos es nada.
Este episodio de las pulseritas me enfadó bastante, porque nuevamente veía como otra vez la superstición, la incredulidad y el desconocimiento eran inmensos en la población media, y eso era aprovechado por sinvergüenzas estafadores, como es el caso de los que producen esa pulsera. Se puso de moda llevar esa tontería porque era beneficiosa, cuando no lo es en absoluto. Y eso a la vez que cada uno de los portadores de la pulsera de marras probablemente llevaba en su bolso o bolsillo una colección de dispositivos electrónicos fruto de los mayores avances habidos en tecnología y física. El Ipod y demás reproductores de MP3 son uno de los frutos más avanzados de la mecánica cuántica, uno de los pilares de la ciencia moderna. Su funcionamiento, diseño (y estrategia de ventas) son el compendio de lo más avanzado que pueda imaginarse, y la misma sociedad que crea y disfruta estos aparatos sigue siendo estafada por curanderos y cuentistas que venden milagros y salud en forma de pulseras, piedras magnéticas y otras muchas tonterías. Cada vez, en un contexto donde la autoridad moral está en franca decadencia y cada uno tiene derecho a decir lo que le de la gana sin importarle las consecuencias, la ciencia encuentra más problemas para que su mensaje racional sea escuchado en medio del griterío irracional que nos rodea, y menos mal que la gravedad funciona como la ley que es, sino muchos no dejarían de tirarse por las ventanas porque se creen investidos del derecho a volar (bueno, casi mejor que lo intenten…) Por poner un ejemplo muy claro, en Estado Unidos, donde el tejido investigador y científico es inmenso, poderoso y posee un prestigio indudable, sigue todos los días la batalla contra los creacionistas, un grupo de equivocados que siguen pensando que la vida fue creada directamente por Dios y que la teoría de la evolución darwiniana no es cierto. Es más, los creacionistas poseen grandes recursos financieros porque muchos, algunos millonarios, subvencionan su mensaje, e incluso en algunas escuelas obligan a que los niños estudien esas aberrantes teorías al mismo nivel que la teoría de Darwin. Eso es impresentable, no se puede consentir semejante retroceso intelectual. La teoría de la evolución no es un dogma, porque la ciencia no los posee, pero hoy en día es la mejor explicación que poseemos para comprender el inmenso rango de variedad de las especies vivas que existen en el planeta y cómo han llegado hasta la forma en la que las vemos hoy en día. Puede haber agujeros y fallas en la teoría, y por ello día a día los biólogos y demás científicos que trabajan en ese campo estudian, analizan y recopilan muestras para tratar de pulirla. Ese es el camino, no la imposición de burdas ideas dogmáticas, llenas de ignorancia y, por consiguiente, prejuicios.
Y para fomentar el conocimiento científico y luchar contra esos prejuicios e ideas absurdas todas las iniciativas son bienvenidas. Por ello, desde aquí felicito a la Universidad del País Vasco por haber creado una cátedra de divulgación científica, uno de cuyos fines es luchar contra la irracionalidad, la incultura y la superchería, en la que se incluyen los creacionistas, los de las pulseras mágicas y otro montón de tonterías. Ese es el camino correcto a seguir: investigación, divulgación y promoción del saber y del pensamiento crítico, razonada y basado en un método experimental, y si todo ello se adereza con financiación y formas de comunicarlo a la sociedad divertidas y atrayentes, mejor que mejor.
Este episodio de las pulseritas me enfadó bastante, porque nuevamente veía como otra vez la superstición, la incredulidad y el desconocimiento eran inmensos en la población media, y eso era aprovechado por sinvergüenzas estafadores, como es el caso de los que producen esa pulsera. Se puso de moda llevar esa tontería porque era beneficiosa, cuando no lo es en absoluto. Y eso a la vez que cada uno de los portadores de la pulsera de marras probablemente llevaba en su bolso o bolsillo una colección de dispositivos electrónicos fruto de los mayores avances habidos en tecnología y física. El Ipod y demás reproductores de MP3 son uno de los frutos más avanzados de la mecánica cuántica, uno de los pilares de la ciencia moderna. Su funcionamiento, diseño (y estrategia de ventas) son el compendio de lo más avanzado que pueda imaginarse, y la misma sociedad que crea y disfruta estos aparatos sigue siendo estafada por curanderos y cuentistas que venden milagros y salud en forma de pulseras, piedras magnéticas y otras muchas tonterías. Cada vez, en un contexto donde la autoridad moral está en franca decadencia y cada uno tiene derecho a decir lo que le de la gana sin importarle las consecuencias, la ciencia encuentra más problemas para que su mensaje racional sea escuchado en medio del griterío irracional que nos rodea, y menos mal que la gravedad funciona como la ley que es, sino muchos no dejarían de tirarse por las ventanas porque se creen investidos del derecho a volar (bueno, casi mejor que lo intenten…) Por poner un ejemplo muy claro, en Estado Unidos, donde el tejido investigador y científico es inmenso, poderoso y posee un prestigio indudable, sigue todos los días la batalla contra los creacionistas, un grupo de equivocados que siguen pensando que la vida fue creada directamente por Dios y que la teoría de la evolución darwiniana no es cierto. Es más, los creacionistas poseen grandes recursos financieros porque muchos, algunos millonarios, subvencionan su mensaje, e incluso en algunas escuelas obligan a que los niños estudien esas aberrantes teorías al mismo nivel que la teoría de Darwin. Eso es impresentable, no se puede consentir semejante retroceso intelectual. La teoría de la evolución no es un dogma, porque la ciencia no los posee, pero hoy en día es la mejor explicación que poseemos para comprender el inmenso rango de variedad de las especies vivas que existen en el planeta y cómo han llegado hasta la forma en la que las vemos hoy en día. Puede haber agujeros y fallas en la teoría, y por ello día a día los biólogos y demás científicos que trabajan en ese campo estudian, analizan y recopilan muestras para tratar de pulirla. Ese es el camino, no la imposición de burdas ideas dogmáticas, llenas de ignorancia y, por consiguiente, prejuicios.
Y para fomentar el conocimiento científico y luchar contra esos prejuicios e ideas absurdas todas las iniciativas son bienvenidas. Por ello, desde aquí felicito a la Universidad del País Vasco por haber creado una cátedra de divulgación científica, uno de cuyos fines es luchar contra la irracionalidad, la incultura y la superchería, en la que se incluyen los creacionistas, los de las pulseras mágicas y otro montón de tonterías. Ese es el camino correcto a seguir: investigación, divulgación y promoción del saber y del pensamiento crítico, razonada y basado en un método experimental, y si todo ello se adereza con financiación y formas de comunicarlo a la sociedad divertidas y atrayentes, mejor que mejor.
miércoles, noviembre 17, 2010
Dinero frente a soberanía
Ayer por la noche la reunión del eurogrupo en Bruselas dio para muy poco. Se acordó la necesidad de ayudar a Irlanda en un ejercicio conjunto de la Unión y el FMI, pero no se concretó mucho más, y en todo caso se está a la espera de lo que la propia Irlanda solicite, porque esa intervención financiera no puede ejecutarse (en principio) sin que el país solicitado lo pida expresamente. El Primer Ministro irlandés se niega en público a pedir el rescate, y su imagen cada vez me recuerda más a los banqueros de Lehman Brothers que negaban su ruina días antes de hacerla pública.
El título de la entrada de hoy lo he tomado prestado de la intervención que Juan Ignacio Crespo, presidente de Thomsom Reuters España, hizo ayer por la noche en el programa Hoy, de Iñalki Gabilondo en CNN+. Y es que en muy pocas palabras ese es el dilema irlandés y, por extensión, el de todos los países y ciudadanos del mundo. A lo largo de los años de bonanza todos hemos ido contrayendo unas deudas cada vez mayores en la confianza de que el crecimiento ininterrumpido nos las pagaría sin problemas, pero la crisis ha venido a ser la mano que golpea y derrumba ese castillo de naipes y sueños, que pensábamos sólidos, pero que han resultado ser etéreos. Ahora nos encontramos todos endeudados y a merced de quien nos prestó el dinero, como no podía ser de otra manera, y las exigencias de devolución empiezan a ser cada vez más meras extorsiones. En el caso irlandes, el problema no es tanto de la deuda pública del país como del sistema financiero, que era desmesurado para el tamaño de la economía nacional. Las fuentes varían, pero los bancos irlandeses deben varias veces el PIB del país, que sean cuatro o seis da igual. Es impagable. El gobierno, hace dos años, al inicio de esta pesadilla, se ofreció como garante universal de los depósitos y bonos de las entidades irlandesas, de tal manera que se atrapó con ellas e hizo propias sus deudas. Hay empezó el calvario para las cuentas públicas irlandesas, que poco a poco fueron sangradas por los rescates a sus bancos. Se estima que Irlanda acabará el año con un déficit público que rondará el 30% del PIB, sí, 30%, no le sobra un cero. Esas cifras son inmanejables. No hay sacrificios posibles a la población y economía irlandesa que permitan obtener los recursos necesarios para pagar todo eso. La única opción que veo es declarar al país, tanto al gobierno como al sistema financiero en quiebra, establecer un sistema de control de las cuentas bancarias que impida la salida de los recursos, lo que en Argentina se llamó “el corralito”, y que desde organismos supranacionales, UE y FMI, en colaboración con el gobierno irlandés, se trate de ver qué recursos se aportan del exterior, que deudas se pagan cuales no se pagarán y cómo se negocia con los acreedores un plan de salvamento del país. Y esto habría que hacerlo rápido. Mejor hoy por la mañana que por la tarde, mejor hoy que mañana, porque es lo que acabará sucediendo y cuanto más tarde se haga más castigo inflingirán “los mercados” a Irlanda, los periféricos (España entre ellos) y al resto de la Unión. Es inútil resistirse a la subida de la marea.
Esto implica, como no, que el gobierno irlandés deja de ser gobierno como tal, y el país se convierte en un “objeto” tutelado desde el exterior, lo que para la imagen del mismo y la moral de sus habitantes es algo muy duro y difícil de asumir. Algo humillante. Si no se hace, las consecuencias no serán humillantes, sino peores. Si el Primer Ministro irlandés quiere hacer un favor a su país, debe dar su brazo a torcer. Sino pasará a la historia como aquellos otros irlandeses que se jactaban de la insumergibilidad del barco que habían construido en los astilleros de Harland and Wolff de Belfast, de nombre Titanic….
El título de la entrada de hoy lo he tomado prestado de la intervención que Juan Ignacio Crespo, presidente de Thomsom Reuters España, hizo ayer por la noche en el programa Hoy, de Iñalki Gabilondo en CNN+. Y es que en muy pocas palabras ese es el dilema irlandés y, por extensión, el de todos los países y ciudadanos del mundo. A lo largo de los años de bonanza todos hemos ido contrayendo unas deudas cada vez mayores en la confianza de que el crecimiento ininterrumpido nos las pagaría sin problemas, pero la crisis ha venido a ser la mano que golpea y derrumba ese castillo de naipes y sueños, que pensábamos sólidos, pero que han resultado ser etéreos. Ahora nos encontramos todos endeudados y a merced de quien nos prestó el dinero, como no podía ser de otra manera, y las exigencias de devolución empiezan a ser cada vez más meras extorsiones. En el caso irlandes, el problema no es tanto de la deuda pública del país como del sistema financiero, que era desmesurado para el tamaño de la economía nacional. Las fuentes varían, pero los bancos irlandeses deben varias veces el PIB del país, que sean cuatro o seis da igual. Es impagable. El gobierno, hace dos años, al inicio de esta pesadilla, se ofreció como garante universal de los depósitos y bonos de las entidades irlandesas, de tal manera que se atrapó con ellas e hizo propias sus deudas. Hay empezó el calvario para las cuentas públicas irlandesas, que poco a poco fueron sangradas por los rescates a sus bancos. Se estima que Irlanda acabará el año con un déficit público que rondará el 30% del PIB, sí, 30%, no le sobra un cero. Esas cifras son inmanejables. No hay sacrificios posibles a la población y economía irlandesa que permitan obtener los recursos necesarios para pagar todo eso. La única opción que veo es declarar al país, tanto al gobierno como al sistema financiero en quiebra, establecer un sistema de control de las cuentas bancarias que impida la salida de los recursos, lo que en Argentina se llamó “el corralito”, y que desde organismos supranacionales, UE y FMI, en colaboración con el gobierno irlandés, se trate de ver qué recursos se aportan del exterior, que deudas se pagan cuales no se pagarán y cómo se negocia con los acreedores un plan de salvamento del país. Y esto habría que hacerlo rápido. Mejor hoy por la mañana que por la tarde, mejor hoy que mañana, porque es lo que acabará sucediendo y cuanto más tarde se haga más castigo inflingirán “los mercados” a Irlanda, los periféricos (España entre ellos) y al resto de la Unión. Es inútil resistirse a la subida de la marea.
Esto implica, como no, que el gobierno irlandés deja de ser gobierno como tal, y el país se convierte en un “objeto” tutelado desde el exterior, lo que para la imagen del mismo y la moral de sus habitantes es algo muy duro y difícil de asumir. Algo humillante. Si no se hace, las consecuencias no serán humillantes, sino peores. Si el Primer Ministro irlandés quiere hacer un favor a su país, debe dar su brazo a torcer. Sino pasará a la historia como aquellos otros irlandeses que se jactaban de la insumergibilidad del barco que habían construido en los astilleros de Harland and Wolff de Belfast, de nombre Titanic….
martes, noviembre 16, 2010
La mala pinta de Irlanda
Ayer fue otro de esos días claves, otra estación de penitencia en ese particular vía crucis que vive la periferia de la Unión Europea con su deuda y su capacidad para financiarla. Las presiones para que Irlanda solicite voluntariamente la ayuda de la Unión coinciden con la celebración hoy mismo del consejo de ministros de finanzas, el Ecofin, en el que lo más probable es que si Irlanda no se presenta como voluntaria la “nominen” como tal, dando inicio así al proceso de rescate. Se pondría en marcha, mucho más tarde de lo debido, un mecanismo inédito y de consecuencias desconocidas.
Y es que Irlanda está quebrada. Punto. Sus bancos privados, su hacienda pública y su sector exterior acumulan una deuda inasumible para el país. Por muchos recortes que hagan en salarios y demás sacrificios Irlanda no puede generar por sí misma el flujo de crédito necesario para pagar a sus acreedores. Y esos acreedores son de todo tipo, empresas privadas y gobiernos nacionales. Inversores minoristas y entidades financieras, gestores de fondos de pensiones, especuladores y todas las figuras que puedan imaginar. Cuando una empresa privada llega a esta situación, ahora llamada de manera eufemística concurso de acreedores, es el juzgado el que toma el control de la empresa para impedir que haya desfalcos y fugas de bienes y valores de la misma, y se establece un proceso de auditoria para saber cuánto patrimonio hay, a quién se le debe y, en función del orden establecido por la ley, cómo y cuanto se pagará a cada uno. Si no hay dinero para satisfacer a todos los acreedores se debe establecer una quita, cuánto se deja de cobrar de lo debido, y repartir las pérdidas entre todos, porque de donde no hay no se puede sacar. Evidentemente este proceso supone la destitución de la junta directiva de la empresa y el reconocimiento de su fracaso como gestores de la misma, exponiéndose a posibles consecuencias económicas y legales en caso de probarse una actuación de mala fe o de pura irresponsabilidad. Más o menos es a este escenario, muy simplificado respecto al real, al que nos enfrentamos. La Unión Europea haría el papel de juzgado mercantil que intervendría la economía irlandesa, dejando al gobierno actual del país en una posición de mero administrador dependiente de Bruselas. Se realizaría una evaluación de las deudas existentes y de los deudores, algo que prácticamente se conoce a nivel público pero que aún dista de saberse del todo en lo que hace a los balances de los bancos irlandeses. Como antes he dicho, no hay recursos en la isla esmeralda para pagar a todos, por lo que se deberá establecer una quita, una renuncia al cobro, que como ha defendido Alemania, debiera afectar tanto a deudores públicos como privados, que a estos efectos deben ser tratados como iguales. La Unión debe decidir también, ante al falta de fondos en el estado irlandés, si afronta los pagos de la deuda con recursos del resto de países, haciendo así realidad el famoso fondo de rescate creado con motivo de la crisis griega de Mayo que en realidad no era más que un compromiso, o declaración de principios. Y todo esto se debe hacer sin que haya ley concursal de por medio que dicte como gestionar la quiebra, sin experiencia previa de cómo hacerlo y tras muchos meses de espera diletante, que sólo han servido para empeorar las cuentas de la isla.
Además, cómo en el caso privado, la asunción del estado de quiebra por parte de las autoridades irlandesas supone la admisión del fracaso de su política y, de facto, la cesión de la soberanía nacional a un organismo, la Unión Europea, no dotado de legitimidad democrática. ¿En qué papel quedarían la constitución y las leyes irlandesas? ¿Se suspenderían durante un tiempo? En realidad el problema irlandés está a punto de empezar, esta es la semana de su derrumbe, como el de Lehman Brothers. Y por lo visto Portugal está a la cola de los necesitados, y España no es Grecia, ni Irlanda ni Portugal, pero cada vez se parece más…. Atentos a esta semana.
Y es que Irlanda está quebrada. Punto. Sus bancos privados, su hacienda pública y su sector exterior acumulan una deuda inasumible para el país. Por muchos recortes que hagan en salarios y demás sacrificios Irlanda no puede generar por sí misma el flujo de crédito necesario para pagar a sus acreedores. Y esos acreedores son de todo tipo, empresas privadas y gobiernos nacionales. Inversores minoristas y entidades financieras, gestores de fondos de pensiones, especuladores y todas las figuras que puedan imaginar. Cuando una empresa privada llega a esta situación, ahora llamada de manera eufemística concurso de acreedores, es el juzgado el que toma el control de la empresa para impedir que haya desfalcos y fugas de bienes y valores de la misma, y se establece un proceso de auditoria para saber cuánto patrimonio hay, a quién se le debe y, en función del orden establecido por la ley, cómo y cuanto se pagará a cada uno. Si no hay dinero para satisfacer a todos los acreedores se debe establecer una quita, cuánto se deja de cobrar de lo debido, y repartir las pérdidas entre todos, porque de donde no hay no se puede sacar. Evidentemente este proceso supone la destitución de la junta directiva de la empresa y el reconocimiento de su fracaso como gestores de la misma, exponiéndose a posibles consecuencias económicas y legales en caso de probarse una actuación de mala fe o de pura irresponsabilidad. Más o menos es a este escenario, muy simplificado respecto al real, al que nos enfrentamos. La Unión Europea haría el papel de juzgado mercantil que intervendría la economía irlandesa, dejando al gobierno actual del país en una posición de mero administrador dependiente de Bruselas. Se realizaría una evaluación de las deudas existentes y de los deudores, algo que prácticamente se conoce a nivel público pero que aún dista de saberse del todo en lo que hace a los balances de los bancos irlandeses. Como antes he dicho, no hay recursos en la isla esmeralda para pagar a todos, por lo que se deberá establecer una quita, una renuncia al cobro, que como ha defendido Alemania, debiera afectar tanto a deudores públicos como privados, que a estos efectos deben ser tratados como iguales. La Unión debe decidir también, ante al falta de fondos en el estado irlandés, si afronta los pagos de la deuda con recursos del resto de países, haciendo así realidad el famoso fondo de rescate creado con motivo de la crisis griega de Mayo que en realidad no era más que un compromiso, o declaración de principios. Y todo esto se debe hacer sin que haya ley concursal de por medio que dicte como gestionar la quiebra, sin experiencia previa de cómo hacerlo y tras muchos meses de espera diletante, que sólo han servido para empeorar las cuentas de la isla.
Además, cómo en el caso privado, la asunción del estado de quiebra por parte de las autoridades irlandesas supone la admisión del fracaso de su política y, de facto, la cesión de la soberanía nacional a un organismo, la Unión Europea, no dotado de legitimidad democrática. ¿En qué papel quedarían la constitución y las leyes irlandesas? ¿Se suspenderían durante un tiempo? En realidad el problema irlandés está a punto de empezar, esta es la semana de su derrumbe, como el de Lehman Brothers. Y por lo visto Portugal está a la cola de los necesitados, y España no es Grecia, ni Irlanda ni Portugal, pero cada vez se parece más…. Atentos a esta semana.
lunes, noviembre 15, 2010
La última broma de Berlanga
Hace no demasiadas semanas comentaba a algunos amigos míos que en este año de tantas despedidas había dos genios inmensos en España a los que les quedaba muy poco para dejarnos. Uno es Manuel Leguineche, maestro de periodistas reconocido en todo el mundo, que vive el final de sus días postrado en su casa de la Alcarria, alejado de casi todo. El otro es Luís García Berlanga, el mejor director de cine de España, y uno de los mejores de toda la historia. Pues bien, el Sábado Berlanga se murió, y él, que nos hizo reír a todos con su acidez, acabó por hacernos llorar.
Poco voy a añadir a lo que se ha escrito este fin de semana sobre la inmensa obra de Berlanga, alabada por los críticos y por toda la sociedad, y es que todos esos elogios son merecidos. Si Berlanga se llamase John Willismell, o algo similar, en inglés, este fin de semana hubiera sido de luto en el cine mundial, y todos los telediarios del planeta habrían abierto con la imagen de un Hollywood desolado rindiendo su adiós a su más alta joya. Pero Berlanga era español, hacía las películas en castellano, y muchas en una época en la que lo español, en su conjunto, no existía más allá de nuestras fronteras. Quizás con los años los extranjeros vean toda la filmografía de Berlanga y puedan llegar a sentirse tan conmovidos como todos los que lo han hecho por el ácido, cruel, duro y mordaz retrato del país que hizo este autor. Goya en sus cuadros reflejó la España de principios del XIX, y su arte es comparable a su capacidad de cronista de su tiempo. Berlanga hizo lo mismo de la España de la postguerra, junto con Rafael Azcona, El Guionista, así, con mayúsculas. Y aún más, supo retratar la idiosincrasia de los que poblamos este país. Personas en su mayoría nobles, pero corroídas por la pobreza, la incultura y la envidia. Además Berlanga no dejó de ser un cachondo toda su vida. Podía haber realizado ese retrato crítico envuelto en un sudario de trascendencia y seriedad, pero no, era un tipo divertido, y el sentido del humor le salía de todas partes. Es imposible no esbozar una sonrisa, cuando no unas buenas carcajadas, viendo una película suya, aunque luego nos demos cuenta de que de lo que nos estamos riendo es de algo muy serio. En su vida personal era también un transgresor. Huyó de la política, las subvenciones y el compadreo con el poder y los partidos políticos, en quienes quizás se inspiró para titular su “todos a la cárcel”. Políticamente incorrecto desde su juventud, era un erotómano convencido. Junto con Tusquets editores, fundó el premio literario de la sonrisa vertical dedicado a la literatura erótica, y era conocida su faceta de fetichista del calzado, especialmente de los tacones altos y delgados, que le volvían loco, y de los que llegó a almacenar montañas de pares. Había quien consideraba este y otros gustos como meras muestras de excentricidad, pero lo que pasaba es que Berlanga era así, un genio muy normal, un hombre común, con manías y gustos, como todos los tenemos (sí, todos somos fetichistas en algo, pese a que no podamos reconocerlo en público) pero que no renunciaba a ellos por cuestiones de decoro o similar. Era tan puro como las películas que dirigía, y tan auténtico como los personajes que mostraba, porque Berlanga era uno más de sus personajes.
Una muestra de su éxito, su triunfo social, es el uso que damos al término “berlanguiano”, que aún la Real Academia no ha admitido en el diccionario pero que debiera hacerlo ya, como muchos han solicitado desde hace años. Quijotesco, cervantino, pocos términos provienen de cuna tan ilustre como el apellido de un autor, y sí, Berlanga está a la altura de ellos. En este 2010 se nos han ido Miguel Delibes y Berlanga, dos inmensas joyas de la cultura del país. Es una pena que Delibes no pudiera haber inscrito el término berlanguiano en el diccionario de la RAE en vida del gran Luís. Seguro que ahora están en el cielo riéndose de todo eso.
Poco voy a añadir a lo que se ha escrito este fin de semana sobre la inmensa obra de Berlanga, alabada por los críticos y por toda la sociedad, y es que todos esos elogios son merecidos. Si Berlanga se llamase John Willismell, o algo similar, en inglés, este fin de semana hubiera sido de luto en el cine mundial, y todos los telediarios del planeta habrían abierto con la imagen de un Hollywood desolado rindiendo su adiós a su más alta joya. Pero Berlanga era español, hacía las películas en castellano, y muchas en una época en la que lo español, en su conjunto, no existía más allá de nuestras fronteras. Quizás con los años los extranjeros vean toda la filmografía de Berlanga y puedan llegar a sentirse tan conmovidos como todos los que lo han hecho por el ácido, cruel, duro y mordaz retrato del país que hizo este autor. Goya en sus cuadros reflejó la España de principios del XIX, y su arte es comparable a su capacidad de cronista de su tiempo. Berlanga hizo lo mismo de la España de la postguerra, junto con Rafael Azcona, El Guionista, así, con mayúsculas. Y aún más, supo retratar la idiosincrasia de los que poblamos este país. Personas en su mayoría nobles, pero corroídas por la pobreza, la incultura y la envidia. Además Berlanga no dejó de ser un cachondo toda su vida. Podía haber realizado ese retrato crítico envuelto en un sudario de trascendencia y seriedad, pero no, era un tipo divertido, y el sentido del humor le salía de todas partes. Es imposible no esbozar una sonrisa, cuando no unas buenas carcajadas, viendo una película suya, aunque luego nos demos cuenta de que de lo que nos estamos riendo es de algo muy serio. En su vida personal era también un transgresor. Huyó de la política, las subvenciones y el compadreo con el poder y los partidos políticos, en quienes quizás se inspiró para titular su “todos a la cárcel”. Políticamente incorrecto desde su juventud, era un erotómano convencido. Junto con Tusquets editores, fundó el premio literario de la sonrisa vertical dedicado a la literatura erótica, y era conocida su faceta de fetichista del calzado, especialmente de los tacones altos y delgados, que le volvían loco, y de los que llegó a almacenar montañas de pares. Había quien consideraba este y otros gustos como meras muestras de excentricidad, pero lo que pasaba es que Berlanga era así, un genio muy normal, un hombre común, con manías y gustos, como todos los tenemos (sí, todos somos fetichistas en algo, pese a que no podamos reconocerlo en público) pero que no renunciaba a ellos por cuestiones de decoro o similar. Era tan puro como las películas que dirigía, y tan auténtico como los personajes que mostraba, porque Berlanga era uno más de sus personajes.
Una muestra de su éxito, su triunfo social, es el uso que damos al término “berlanguiano”, que aún la Real Academia no ha admitido en el diccionario pero que debiera hacerlo ya, como muchos han solicitado desde hace años. Quijotesco, cervantino, pocos términos provienen de cuna tan ilustre como el apellido de un autor, y sí, Berlanga está a la altura de ellos. En este 2010 se nos han ido Miguel Delibes y Berlanga, dos inmensas joyas de la cultura del país. Es una pena que Delibes no pudiera haber inscrito el término berlanguiano en el diccionario de la RAE en vida del gran Luís. Seguro que ahora están en el cielo riéndose de todo eso.
viernes, noviembre 12, 2010
Je je je, 20
Puede que el tema de debate en el café de hoy en toda España sea el de la ubicación de un partido de fútbol en Lunes en vez de en Sábado o Domingo, y las consecuencias que ello tiene para los aficionados y el conjunto de la galaxia, a veces algo indistinguible, pero yo no voy a hablar de eso, dado que lo importante hoy está sucediendo en Seúl, muy lejos de aquí, y de hecho lo importante no es tanto lo que allí sucede sino lo que allí no va a pasar. No los acuerdos que se hayan públicos en la reunión del G20, sino los temas que no se van a resolver y que van a determinar el futuro, el suyo, el mío y el de los aficionados al fútbol.
En esta crisis mutante que vivimos, que parece cambiar de cara en cada instante, pero que sólo demuestra lo profunda que es y cómo es capaz de afectar a todo, ahora vivimos el capítulo de la guerra de las monedas. Todos los países quieren salir del agujero exportando, y para ello tratan de devaluar su moneda, haciendo que los productos nacionales sean más competitivos en el exterior. No hace falta ser un genio para suponer que si todos hacen lo mismo al final el efecto es nulo, pero por el camino habrá habido algunas zancadillas y tretas muy feas que habrán dejado la confianza internacional hecha unos zorros. Pues en esas estamos. Los americanos devalúan el dólar en nombre del crecimiento económico, los chinos mantienen su moneda, el yuan, artificialmente baja, y los japoneses y europeos recibimos de rebote una apreciación relativa de nuestras monedas que amenaza con frenar en seco el crecimiento exportador de Alemania. A este panorama se debe sumar el que el dólar, como ustedes sabrán, es la moneda de referencia mundial. La mayor parte de las reservas de los países están en dólares, las materias primas se cotizan en dólares, así que una devaluación del dólar tiene profundas y graves consecuencias en todas partes, algunas insospechadas. Ahora mismo se puede estar generando una enorme burbuja en el mercado del oro, que sube imparable por la bajada del dólar y por el miedo al riesgo futuro, y si el billete verde cae más es posible que se organice otro burbujón en las materias primas, petróleo, metales y cereales, por ejemplo. También el que el dólar sea la moneda de referencia mundial hace que su país emisor, Estados Unidos, tenga una capacidad de endeudamiento mucho mayor que la del resto, porque esa moneda siempre será canjeable por cualquier otra cosa de manera directa, dando la máxima liquidez posible al inversor. Pero la depreciación del dólar en el fondo empobrece a los tenedores del mismo, esos inversores internacionales, y hace que sus inversiones dependan en gran parte de lo que decida la FED, la Reserva Federal norteamericana, que lógicamente actúa en función de los intereses de Estados Unidos y no del mundo. En momentos de coincidencia de intereses el problema no es muy grave, pero ante la grave situación en la que nos encontramos las presiones para que la FED devalúe, cosa que en la práctica es uno de los objetivos del QE2, añade esos factores de riesgo antes mencionados al mercado internacional. Este es el problema que debiera tratarse en el G20, y es sobre el que se dirán algunas bonitas palabras en la clausura, pero que sospecho no serán otra cosa que palabras. Salvo sorpresa la cumbre de Seúl será un fracaso, y la utilidad del foro G20, lo que era la panacea hace poco más de un año, está cada vez más en entredicho.
Así, surgen voces sobre la cada vez mayor necesidad de reestructurar por completo el sistema internacional de divisas, se habla de volver nuevamente al patrón oro, cosa que me parece inviable, o al menos establecer al referencia no con el dólar sino con una cesta de monedas o similar. Pero el debate está aún en el plano teórico y hay muchas dudas sobre que sería más efectivo. Hizo falta una guerra mundial para llegar a los acuerdos de Bretton Woods, plasmación parcial de las teorías de Keynes. Ahora no tenemos a Keynes y espero que tampoco una guerra, pero sí la misma necesidad de acuerdos.
Y de mientras, Irlanda está al borde del abismo. Glups……
En esta crisis mutante que vivimos, que parece cambiar de cara en cada instante, pero que sólo demuestra lo profunda que es y cómo es capaz de afectar a todo, ahora vivimos el capítulo de la guerra de las monedas. Todos los países quieren salir del agujero exportando, y para ello tratan de devaluar su moneda, haciendo que los productos nacionales sean más competitivos en el exterior. No hace falta ser un genio para suponer que si todos hacen lo mismo al final el efecto es nulo, pero por el camino habrá habido algunas zancadillas y tretas muy feas que habrán dejado la confianza internacional hecha unos zorros. Pues en esas estamos. Los americanos devalúan el dólar en nombre del crecimiento económico, los chinos mantienen su moneda, el yuan, artificialmente baja, y los japoneses y europeos recibimos de rebote una apreciación relativa de nuestras monedas que amenaza con frenar en seco el crecimiento exportador de Alemania. A este panorama se debe sumar el que el dólar, como ustedes sabrán, es la moneda de referencia mundial. La mayor parte de las reservas de los países están en dólares, las materias primas se cotizan en dólares, así que una devaluación del dólar tiene profundas y graves consecuencias en todas partes, algunas insospechadas. Ahora mismo se puede estar generando una enorme burbuja en el mercado del oro, que sube imparable por la bajada del dólar y por el miedo al riesgo futuro, y si el billete verde cae más es posible que se organice otro burbujón en las materias primas, petróleo, metales y cereales, por ejemplo. También el que el dólar sea la moneda de referencia mundial hace que su país emisor, Estados Unidos, tenga una capacidad de endeudamiento mucho mayor que la del resto, porque esa moneda siempre será canjeable por cualquier otra cosa de manera directa, dando la máxima liquidez posible al inversor. Pero la depreciación del dólar en el fondo empobrece a los tenedores del mismo, esos inversores internacionales, y hace que sus inversiones dependan en gran parte de lo que decida la FED, la Reserva Federal norteamericana, que lógicamente actúa en función de los intereses de Estados Unidos y no del mundo. En momentos de coincidencia de intereses el problema no es muy grave, pero ante la grave situación en la que nos encontramos las presiones para que la FED devalúe, cosa que en la práctica es uno de los objetivos del QE2, añade esos factores de riesgo antes mencionados al mercado internacional. Este es el problema que debiera tratarse en el G20, y es sobre el que se dirán algunas bonitas palabras en la clausura, pero que sospecho no serán otra cosa que palabras. Salvo sorpresa la cumbre de Seúl será un fracaso, y la utilidad del foro G20, lo que era la panacea hace poco más de un año, está cada vez más en entredicho.
Así, surgen voces sobre la cada vez mayor necesidad de reestructurar por completo el sistema internacional de divisas, se habla de volver nuevamente al patrón oro, cosa que me parece inviable, o al menos establecer al referencia no con el dólar sino con una cesta de monedas o similar. Pero el debate está aún en el plano teórico y hay muchas dudas sobre que sería más efectivo. Hizo falta una guerra mundial para llegar a los acuerdos de Bretton Woods, plasmación parcial de las teorías de Keynes. Ahora no tenemos a Keynes y espero que tampoco una guerra, pero sí la misma necesidad de acuerdos.
Y de mientras, Irlanda está al borde del abismo. Glups……
jueves, noviembre 11, 2010
Anarchy in the UK
Sid Vicious y el resto de compañeros del movimiento punk deben estar retorciéndose de gusto en sus tumbas, porque ayer algunos de sus herederos organizaron en Londres una revuelta y asalto a la sede del partido conservador que parecía todo un ejercicio de anarquía y vandalismo típico de los punkis. Cristales rotos, mobiliario destrozado, objetos arrojados desde las azoteas e incluso alguna hoguera en el tejado para calentarse y dar a todo el espectáculo una apariencia de escena de el señor de las moscas, de William Golding, con los salvajes reunidos en torno al fuego purificador.
Los incidentes fueron el triste final de una manifestación de estudiantes que protestaban por el aumento de las tasas universitarias que ha impuesto el gobierno de David Cameron, dentro de su macroplán de ajuste. Esto, esa medida y al protesta, es lo interesante, y no la actitud de los vándalos. Nuevamente nos encontramos ante el dilema que tiene no el gobierno, sino la sociedad en su conjunto, para decidir donde se gasta sus cada vez más exiguos recursos. ¿Son o no son las matrículas de la Universidad pública demasiado baratas respecto a los costes de esa enseñanza? ¿Cuál debiera ser su precio justo? Entendiendo como justo aquel que no sea tan irrisorio como para que nadie lo valore ni tan elevado que no establezca distinción entre la Universidad pública y la privada. Una posible vía de solución es poner un precio alto y a la vez establecer un potente programa de becas que permita que los estudiantes de familias de rentas bajas realmente paguen menos, y los de las rentas altas sufraguen el coste real, así cada uno podría contribuir al estudio en base a su renta real. Pero una pega de este sistema es que si el estudiante de renta alta no encuentra esa diferencia antes comentada entre el precio público y el privado probablemente acabe optando por la enseñanza privada, y poco a poco la Universidad pública se convertirá en el destino de las rentas bajas, dotadas de pocos recursos y menso contactos de cara a una futura carrera laboral, y el problema de financiar los estudios seguiría creciendo para las arcas del gobierno. Como yo pienso que la sanidad y la educación son los pilares de la sociedad activa (pensiones y subsidios lo son de la pasiva, pero sin activos mal vamos) opino que el gobierno debe esforzarse económicamente en dotar de recursos y medios a la universidad pública para que sea atractiva, competitiva con la privada, y que genere demanda entre las clases bajas y altas. Ello implica centrar los esfuerzos, y en casos como el español proceder al cierre de algunas facultades creadas en los últimos años con el objeto de que se pueda estudiar económicas en cada provincia, cosa que no tiene sentido. La dispersión va en contra de la excelencia y a la larga es mala para todos. El programa de precios altos y becas, combinado con el esfuerzo inversor en profesorado, medios y programas de investigación me parece que es la única vía para que la universidad pueda tener futuro a largo plazo. ¿Y de donde sacamos los recursos? Pues lo de siempre, si lo doy a algo lo saco de otro lado. Debemos establecer que es lo prioritario y que es lo secundario, gastarnos los recursos en lo prioritario y dejar de hacerlo en lo secundario. Sino, corremos el riesgo de no hacer ni lo uno ni lo otro.
En todo caso el problema es complicado, y las protestas de ayer por la Universidad, de mañana por las pensiones y de pasado por la sanidad, no son sino un síntoma del serio malestar que se está incubando en nuestras sociedades ante la crisis que no cesa, sino que se agudiza en medio de la parálisis global, y los manifestantes de ayer expresaban una preocupación legítima, hasta que llegaron los de la hoguera en las azoteas y les reventaron la protesta, y es que esos vándalos no tienen futuro universitario, porque como dice el clásico, lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta.
Los incidentes fueron el triste final de una manifestación de estudiantes que protestaban por el aumento de las tasas universitarias que ha impuesto el gobierno de David Cameron, dentro de su macroplán de ajuste. Esto, esa medida y al protesta, es lo interesante, y no la actitud de los vándalos. Nuevamente nos encontramos ante el dilema que tiene no el gobierno, sino la sociedad en su conjunto, para decidir donde se gasta sus cada vez más exiguos recursos. ¿Son o no son las matrículas de la Universidad pública demasiado baratas respecto a los costes de esa enseñanza? ¿Cuál debiera ser su precio justo? Entendiendo como justo aquel que no sea tan irrisorio como para que nadie lo valore ni tan elevado que no establezca distinción entre la Universidad pública y la privada. Una posible vía de solución es poner un precio alto y a la vez establecer un potente programa de becas que permita que los estudiantes de familias de rentas bajas realmente paguen menos, y los de las rentas altas sufraguen el coste real, así cada uno podría contribuir al estudio en base a su renta real. Pero una pega de este sistema es que si el estudiante de renta alta no encuentra esa diferencia antes comentada entre el precio público y el privado probablemente acabe optando por la enseñanza privada, y poco a poco la Universidad pública se convertirá en el destino de las rentas bajas, dotadas de pocos recursos y menso contactos de cara a una futura carrera laboral, y el problema de financiar los estudios seguiría creciendo para las arcas del gobierno. Como yo pienso que la sanidad y la educación son los pilares de la sociedad activa (pensiones y subsidios lo son de la pasiva, pero sin activos mal vamos) opino que el gobierno debe esforzarse económicamente en dotar de recursos y medios a la universidad pública para que sea atractiva, competitiva con la privada, y que genere demanda entre las clases bajas y altas. Ello implica centrar los esfuerzos, y en casos como el español proceder al cierre de algunas facultades creadas en los últimos años con el objeto de que se pueda estudiar económicas en cada provincia, cosa que no tiene sentido. La dispersión va en contra de la excelencia y a la larga es mala para todos. El programa de precios altos y becas, combinado con el esfuerzo inversor en profesorado, medios y programas de investigación me parece que es la única vía para que la universidad pueda tener futuro a largo plazo. ¿Y de donde sacamos los recursos? Pues lo de siempre, si lo doy a algo lo saco de otro lado. Debemos establecer que es lo prioritario y que es lo secundario, gastarnos los recursos en lo prioritario y dejar de hacerlo en lo secundario. Sino, corremos el riesgo de no hacer ni lo uno ni lo otro.
En todo caso el problema es complicado, y las protestas de ayer por la Universidad, de mañana por las pensiones y de pasado por la sanidad, no son sino un síntoma del serio malestar que se está incubando en nuestras sociedades ante la crisis que no cesa, sino que se agudiza en medio de la parálisis global, y los manifestantes de ayer expresaban una preocupación legítima, hasta que llegaron los de la hoguera en las azoteas y les reventaron la protesta, y es que esos vándalos no tienen futuro universitario, porque como dice el clásico, lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta.
miércoles, noviembre 10, 2010
Los polvos y lodos saharianos
Dos han sido las noticias más relevantes de este puente, para los pocos que lo hemos disfrutado, claro. Una es el frío de Noviembre, lo más normal del mundo, pero que como no llegaba su irrupción ha sido más brusca de lo habitual. Frío, lluvia, viento y enormes olas que han causado destrozos pero que han dejado imágenes bellas y espectaculares a lo largo de todo el cantábrico, ideales para verlas en una tarde de otoño y luego irse a tomar algo caliente para recuperar la sensación de que las piernas y las manos existen.
La otra noticia, mucho más seria, ha tenido lugar en el Sahara Occidental, la antigua colonia española. Tras varios días de acampada de protesta por parte de los activistas polisarios a las afueras de El Aaiún, la capital de la región, el ejército marroquí decidió disolver el asentamiento por la fuerza, y después de un cerrojo informativo que no tiene nada que envidiar al de otras dictaduras con más fama de crueldad y terror, aún se duda de cual ha sido el balance de la actuación marroquí. Cada parte cuenta muertos, y se los atribuye a sí mismos, causados por los de enfrente. Es fácil suponer que serán más los muertos polisarios que los marroquíes dada la desproporción entre los medios militares de unos y de otros. Antes de que este ataque tuviese lugar tuvimos u calentamiento previo a base de declaraciones de dirigentes de Marruecos y de hostigamiento a los medios de comunicación que estaban presentes en al zona, especialmente a los españoles, para que se largasen de allí y dejaran el campo libre de testigos, táctica muy clásica de las dictaduras, siempre incómodas con la prensa y la libertad de información. Ante la gravedad de los hechos ¿Cuál ha sido la reacción de eso que llamamos comunidad internacional? Ninguna, probablemente ni se haya enterado de que ha pasado algo en no se sabe donde. ¿Y del gobierno español? Pues bastante similar. Tras dos días de incidentes lo único que henos oído a los portavoces del Ministerio de Exteriores es pedir prudencia y contención. Salvando las distancias que existen, hemos visto escenas de propias de la Intifada palestina y de la respuesta que suele darle el ejército de Israel. Ante ese conflicto cuáles suelen ser las reacciones lógicas de España? Indignación popular en las calles, cosa que en el caso marroquí se ha dado, y condena dura y tajante del gobierno, que contrasta con el silencio actual ¿Por qué ese cobarde y cómplice silencio? Porque, por decirlo a las claras, Marruecos nos tiene pillados por nuestras partes. Además de los intereses económicos en forma de cuotas de pesca y negocios inmobiliarios, si el gobierno de España condena la condenable actitud de Marruecos al día siguiente a lo mejor hay un montón de pateras con cadáveres en la costa de Granda, o puede que un grupo “aislado y sin el apoyo de nadie” decida asaltar la valla del perímetro de Ceuta y Melilla, o que algún islamista que Maruecos controla en sus cárceles escape de ellas de manera “sorpresiva”. Seamos sinceros, tenemos un problema entre lo que la moral nos pide que hagamos (condenar) y lo que los intereses y el miedo fruto de nuestra posición nos aconsejan (callarnos). Al final gana el pragmatismo y nos callamos como meretrices, para no llamarnos otra cosa, pero no deja de ser humillante. Es una manera de reconocer nuestra debilidad, inmensa y profunda debilidad.
En el Ministerio en el que trabajo, al lado de la cafetería, hay una mesa que solemos llamar “la del Sahara” porque día sí y día también tiene alguna fotocopia encima sobre el tema, casi siempre denunciando el acoso de Marruecos al Polisario y exigiendo la autodeterminación de la región. Esa mesa es una muestra del complejo de culpa que España tiene por el abandono que sufre aquella gente, que fueron nuestra colonia, y sospecho que esta semana será esa mesa el lugar donde se manifieste la protesta y la queja de la sociedad española ante lo que sucede en aquel desierto, pero no pasará de ahí. Esa mesa seguirá donde está, en la planta menos uno del edificio.
La otra noticia, mucho más seria, ha tenido lugar en el Sahara Occidental, la antigua colonia española. Tras varios días de acampada de protesta por parte de los activistas polisarios a las afueras de El Aaiún, la capital de la región, el ejército marroquí decidió disolver el asentamiento por la fuerza, y después de un cerrojo informativo que no tiene nada que envidiar al de otras dictaduras con más fama de crueldad y terror, aún se duda de cual ha sido el balance de la actuación marroquí. Cada parte cuenta muertos, y se los atribuye a sí mismos, causados por los de enfrente. Es fácil suponer que serán más los muertos polisarios que los marroquíes dada la desproporción entre los medios militares de unos y de otros. Antes de que este ataque tuviese lugar tuvimos u calentamiento previo a base de declaraciones de dirigentes de Marruecos y de hostigamiento a los medios de comunicación que estaban presentes en al zona, especialmente a los españoles, para que se largasen de allí y dejaran el campo libre de testigos, táctica muy clásica de las dictaduras, siempre incómodas con la prensa y la libertad de información. Ante la gravedad de los hechos ¿Cuál ha sido la reacción de eso que llamamos comunidad internacional? Ninguna, probablemente ni se haya enterado de que ha pasado algo en no se sabe donde. ¿Y del gobierno español? Pues bastante similar. Tras dos días de incidentes lo único que henos oído a los portavoces del Ministerio de Exteriores es pedir prudencia y contención. Salvando las distancias que existen, hemos visto escenas de propias de la Intifada palestina y de la respuesta que suele darle el ejército de Israel. Ante ese conflicto cuáles suelen ser las reacciones lógicas de España? Indignación popular en las calles, cosa que en el caso marroquí se ha dado, y condena dura y tajante del gobierno, que contrasta con el silencio actual ¿Por qué ese cobarde y cómplice silencio? Porque, por decirlo a las claras, Marruecos nos tiene pillados por nuestras partes. Además de los intereses económicos en forma de cuotas de pesca y negocios inmobiliarios, si el gobierno de España condena la condenable actitud de Marruecos al día siguiente a lo mejor hay un montón de pateras con cadáveres en la costa de Granda, o puede que un grupo “aislado y sin el apoyo de nadie” decida asaltar la valla del perímetro de Ceuta y Melilla, o que algún islamista que Maruecos controla en sus cárceles escape de ellas de manera “sorpresiva”. Seamos sinceros, tenemos un problema entre lo que la moral nos pide que hagamos (condenar) y lo que los intereses y el miedo fruto de nuestra posición nos aconsejan (callarnos). Al final gana el pragmatismo y nos callamos como meretrices, para no llamarnos otra cosa, pero no deja de ser humillante. Es una manera de reconocer nuestra debilidad, inmensa y profunda debilidad.
En el Ministerio en el que trabajo, al lado de la cafetería, hay una mesa que solemos llamar “la del Sahara” porque día sí y día también tiene alguna fotocopia encima sobre el tema, casi siempre denunciando el acoso de Marruecos al Polisario y exigiendo la autodeterminación de la región. Esa mesa es una muestra del complejo de culpa que España tiene por el abandono que sufre aquella gente, que fueron nuestra colonia, y sospecho que esta semana será esa mesa el lugar donde se manifieste la protesta y la queja de la sociedad española ante lo que sucede en aquel desierto, pero no pasará de ahí. Esa mesa seguirá donde está, en la planta menos uno del edificio.
viernes, noviembre 05, 2010
Mala semana para volar
Pues sí que ha sido una semana para olvidar en el sector aéreo. Empezamos el pasado viernes con la detección de artefactos explosivos en vuelos de carga, y el consiguiente miedo a la clásica retórica de la necesidad de aumentar las medidas de seguridad. Ayer fue un Airbus 380 el que tuvo un “serio incidente” y llenó las portadas, y esta mañana me levanto y resulta que de noche se han estrellado dos aviones, uno en Cuba y otro en Pakistán, con un balance de 68 y 22 muertos respectivamente. Qué desastre de semana.
Es el caso del Airbus 380 del que tenía pensado escribir cuando veía hace unos minutos en la tele las imágenes del fuego en una parte de Cuba, procedentes de otro avión. Ese Serio incidente, expresión retórica para no decir accidente aéreo, provocó ayer la paralización de los vuelos de este modelo por parte de las compañías que lo poseen, que no son muchas dado que hace pocos meses que se entregaron los primeros pedidos. El A380 es el mayor avión del mundo, un mastodonte del que no soy capaz de hacerme idea sobre sus dimensiones, que es el fruto de varios años de esfuerzo y colaboración de la industria aeroespacial europea, de miles de empresas, grandes y pequeñas, y de miles y miles de profesionales de los más variados ámbitos, todo ello financiado en parte con fondos públicos, y que es uno de los éxitos de la integración europea. Viendo ayer las imágenes, que mostraban el aparto en la pista del aeropuerto de Singapur con el careando de uno de los motores caídos me supongo que en EADS, el consorcio que lidera su construcción, debían estar muy enfadados, mientras que en Boeing, la competencia norteamericana, se debió brindar con champán, y con poco disimulo dada la ausencia de víctimas del accidente. Como en todo fallo aéreo ahora toca investigar que es lo que ha sucedido, algo que suele ser muy difícil. Los aviones son una de las máquinas más complejas que existen, con miles de componentes y estructuras en un estado de simbiosis que se ve alterado en un momento y se provoca el accidente. Determinar la secuencia de acontecimientos que han llevado hasta el fallo puede costar mucho tiempo, esfuerzos y, como no, dinero. En este caso el fallo ha sido de uno de los cuatro motores, fabricados por Rolls Royce. Puede haberse roto un álabe de la turbina, o soltarse alguna otra pieza interna, y que el giro frenético del motor haya convertido a esa pieza en una pequeña bomba que lo haya destruido. Tampoco se puede descartar que algo externo, un ave, o cualquier otra cosa, haya logrado penetrar hasta el motor en el vuelo y haya provocado los daños. En todo caso el motor falló, pero no llegó a explotar, ni se produjo destrozo en el fuselaje del aparato ni, por tanto, se crearon problemas insalvables. Se hizo un aterrizaje de emergencia porque el fallo de un motor es un asunto serio, y se necesita apagarlo y enfriarlo para que la avería, desconocida, no degenere en algo más grave, pero lo cierto es que no estamos ante un desastre ni nada por el estilo. Evidentemente para el pasaje que iba a bordo el susto ha debido ser de los gordos, mayor aún dada la confianza que uno le otorga a un modelo de avión nuevo y líder en todas las categorías, pero finalmente pueden verlo y contarlo todo desde el salón de sus casas.
Para contrarrestar la imagen que supone el accidente para la compañía, la prensa, y la propia Airbus, publican en su web el contrato firmado ayer con el gobierno chino para la compra de 102 unidades de distintos modelos de la marca. Lo de ayer también fue una batalla de imagen entre las dos compañías que mandan en el mercado aéreo civil, y la bolsa también fue el reflejo del accidente, con una bajada de EADS de cerca del 4%. Ahora toca investigar, depurar responsabilidades y procurar que lo que ha fallado esta vez no vuelva a suceder.
El Martes 9 es fiesta en Madrid ciudad. Me cojo puente, así que, en principio, hasta el Miércoles 10.
Es el caso del Airbus 380 del que tenía pensado escribir cuando veía hace unos minutos en la tele las imágenes del fuego en una parte de Cuba, procedentes de otro avión. Ese Serio incidente, expresión retórica para no decir accidente aéreo, provocó ayer la paralización de los vuelos de este modelo por parte de las compañías que lo poseen, que no son muchas dado que hace pocos meses que se entregaron los primeros pedidos. El A380 es el mayor avión del mundo, un mastodonte del que no soy capaz de hacerme idea sobre sus dimensiones, que es el fruto de varios años de esfuerzo y colaboración de la industria aeroespacial europea, de miles de empresas, grandes y pequeñas, y de miles y miles de profesionales de los más variados ámbitos, todo ello financiado en parte con fondos públicos, y que es uno de los éxitos de la integración europea. Viendo ayer las imágenes, que mostraban el aparto en la pista del aeropuerto de Singapur con el careando de uno de los motores caídos me supongo que en EADS, el consorcio que lidera su construcción, debían estar muy enfadados, mientras que en Boeing, la competencia norteamericana, se debió brindar con champán, y con poco disimulo dada la ausencia de víctimas del accidente. Como en todo fallo aéreo ahora toca investigar que es lo que ha sucedido, algo que suele ser muy difícil. Los aviones son una de las máquinas más complejas que existen, con miles de componentes y estructuras en un estado de simbiosis que se ve alterado en un momento y se provoca el accidente. Determinar la secuencia de acontecimientos que han llevado hasta el fallo puede costar mucho tiempo, esfuerzos y, como no, dinero. En este caso el fallo ha sido de uno de los cuatro motores, fabricados por Rolls Royce. Puede haberse roto un álabe de la turbina, o soltarse alguna otra pieza interna, y que el giro frenético del motor haya convertido a esa pieza en una pequeña bomba que lo haya destruido. Tampoco se puede descartar que algo externo, un ave, o cualquier otra cosa, haya logrado penetrar hasta el motor en el vuelo y haya provocado los daños. En todo caso el motor falló, pero no llegó a explotar, ni se produjo destrozo en el fuselaje del aparato ni, por tanto, se crearon problemas insalvables. Se hizo un aterrizaje de emergencia porque el fallo de un motor es un asunto serio, y se necesita apagarlo y enfriarlo para que la avería, desconocida, no degenere en algo más grave, pero lo cierto es que no estamos ante un desastre ni nada por el estilo. Evidentemente para el pasaje que iba a bordo el susto ha debido ser de los gordos, mayor aún dada la confianza que uno le otorga a un modelo de avión nuevo y líder en todas las categorías, pero finalmente pueden verlo y contarlo todo desde el salón de sus casas.
Para contrarrestar la imagen que supone el accidente para la compañía, la prensa, y la propia Airbus, publican en su web el contrato firmado ayer con el gobierno chino para la compra de 102 unidades de distintos modelos de la marca. Lo de ayer también fue una batalla de imagen entre las dos compañías que mandan en el mercado aéreo civil, y la bolsa también fue el reflejo del accidente, con una bajada de EADS de cerca del 4%. Ahora toca investigar, depurar responsabilidades y procurar que lo que ha fallado esta vez no vuelva a suceder.
El Martes 9 es fiesta en Madrid ciudad. Me cojo puente, así que, en principio, hasta el Miércoles 10.
jueves, noviembre 04, 2010
Bernanke en su laberinto
Ayer el protagonismo en Estados Unidos por la mañana correspondía a Obama, pero por la tarde era Bernanke, el Presidente de la Reserva Federal, el que acaparaba todas las miradas. Debía decidir si daba inicio a una nueva ronda de estímulo monetario, conocida con el oscuro acróstico de QE2, y que no deja de ser una forma sofisticada de darle a la imprenta de los dólares para poner más en el mercado y así tratar de reavivar la economía mediante una expansión monetaria de libro. Al final se decidió tirar para adelante por un total de 900.000 millones de dólares. Sí, a mi también me perece una cifra mareante….
Y ahora vienen las preguntas. ¿Es útil esta medida? ¿Conseguirá reactivar la economía americana? ¿O no servirá para nada más que aumentar el atesoramiento de la liquidez de los agentes financieros? Con unos tipos de interés a 0 como los actuales, ¿no es esto una admisión de la trampa de liquidez que vivimos y de la incapacidad de las autoridades monetarias por hacer su trabajo de manera “normal”? ¿Permitirá que los bancos puedan prestar dinero o se quedará en sus balances para seguir saneándolos de las hipotecas basura que allí siguen? ¿Y la inflación? Dado que estas medidas expansionistas son muy inflacionarias ¿Desatará todo esto un proceso de alza de precios que, una vez puesto en marcha, sea muy difícil de frenar? ¿Luchar contra la temida deflación puede llevarnos a la hiperinflación? ¿No viola esta política expansiva la tradición y el criterio antiinflacionista que rige los mandatos de los bancos centrales en todo el mundo? ¿No destruye las expectativas que los agentes se han hecho a lo largo de los años sobre su trayectoria? ¿Acaso sirven de algo las propias expectativas? Y los efectos internacionales. ¿No es lo ayer sino una devaluación encubierta del dólar? ¿y de paso, una revaluación del resto de monedas? Si esta medida favorece las exportaciones de los Estados Unidos al resto de países, ¿no son esos otros países perjudicados indirectamente por una intervención en el mercado de divisas muy poco rigurosa y ortodoxa? ¿Y si el resto actúa igual y nos enzarzamos en una carrera de devaluaciones proteccionistas? ¿Y qué opinan los chinos de esto? ¿Van a dejar que la competitividad de sus productos se reduzca con esta devaluación? ¿Qué pensarán al ver cómo sus carteras públicas, repletas de bonos norteamericanos, se van a devaluar al caer el valor de la moneda en l que están escriturados? Y con un dólar menguante, cómo afrontaremos el alza en el valor nominal de las materias primas como el petróleo, oro y muchas otras que cotizan en dólares? ¿Y cómo vemos esto los europeos? ¿Va a hacer algo similar el BCE? ¿Subirá tipos, bajará o se quedará mirando? ¿Cómo vamos a exportar fuera de la Unión con un euro que se revaloriza a toda prisa ante un dólar menguante? ¿Cómo Alemania, la segunda economía exportadora del mundo, podrá seguir siéndolo con una moneda tan cara? ¿Y España? ¿Cómo le afecta esta medida? ¿Somos meros espectadores y sufridores de sus consecuencias? ¿Nos viene mejor un euro fuerte o débil? ¿Cómo afectará a la venta de nuestra deuda pública? ¿Servirá para mejorar la situación del empleo, tras los malos datos de octubre conocidos ayer, o dará igual?
Ante tantas preguntas, y hay muchas más posibles, estarán desorientados y necesitados de una brújula. Pues yo y el resto de la profesión económica, también, La decisión de la FED es de una complejidad tal y posee unas implicaciones tan profundas y ramificadas que hay opiniones para todos los gustos, por parte de mentes muy lúcidas, que la califican desde ejercicio de valentía hasta suicidio. Consulten los medios y verán muchas respuestas y muy distintas a cada pregunta, síntoma de que, en el fondo, no sabemos muy bien lo que pasa y no tenemos ni idea de cómo salir de este agujero. Quizás esta asunción de desconocimiento sea el primer paso. Parafraseando al Obama de ayer, la crisis nos ha dado una paliza a los economistas.
Y ahora vienen las preguntas. ¿Es útil esta medida? ¿Conseguirá reactivar la economía americana? ¿O no servirá para nada más que aumentar el atesoramiento de la liquidez de los agentes financieros? Con unos tipos de interés a 0 como los actuales, ¿no es esto una admisión de la trampa de liquidez que vivimos y de la incapacidad de las autoridades monetarias por hacer su trabajo de manera “normal”? ¿Permitirá que los bancos puedan prestar dinero o se quedará en sus balances para seguir saneándolos de las hipotecas basura que allí siguen? ¿Y la inflación? Dado que estas medidas expansionistas son muy inflacionarias ¿Desatará todo esto un proceso de alza de precios que, una vez puesto en marcha, sea muy difícil de frenar? ¿Luchar contra la temida deflación puede llevarnos a la hiperinflación? ¿No viola esta política expansiva la tradición y el criterio antiinflacionista que rige los mandatos de los bancos centrales en todo el mundo? ¿No destruye las expectativas que los agentes se han hecho a lo largo de los años sobre su trayectoria? ¿Acaso sirven de algo las propias expectativas? Y los efectos internacionales. ¿No es lo ayer sino una devaluación encubierta del dólar? ¿y de paso, una revaluación del resto de monedas? Si esta medida favorece las exportaciones de los Estados Unidos al resto de países, ¿no son esos otros países perjudicados indirectamente por una intervención en el mercado de divisas muy poco rigurosa y ortodoxa? ¿Y si el resto actúa igual y nos enzarzamos en una carrera de devaluaciones proteccionistas? ¿Y qué opinan los chinos de esto? ¿Van a dejar que la competitividad de sus productos se reduzca con esta devaluación? ¿Qué pensarán al ver cómo sus carteras públicas, repletas de bonos norteamericanos, se van a devaluar al caer el valor de la moneda en l que están escriturados? Y con un dólar menguante, cómo afrontaremos el alza en el valor nominal de las materias primas como el petróleo, oro y muchas otras que cotizan en dólares? ¿Y cómo vemos esto los europeos? ¿Va a hacer algo similar el BCE? ¿Subirá tipos, bajará o se quedará mirando? ¿Cómo vamos a exportar fuera de la Unión con un euro que se revaloriza a toda prisa ante un dólar menguante? ¿Cómo Alemania, la segunda economía exportadora del mundo, podrá seguir siéndolo con una moneda tan cara? ¿Y España? ¿Cómo le afecta esta medida? ¿Somos meros espectadores y sufridores de sus consecuencias? ¿Nos viene mejor un euro fuerte o débil? ¿Cómo afectará a la venta de nuestra deuda pública? ¿Servirá para mejorar la situación del empleo, tras los malos datos de octubre conocidos ayer, o dará igual?
Ante tantas preguntas, y hay muchas más posibles, estarán desorientados y necesitados de una brújula. Pues yo y el resto de la profesión económica, también, La decisión de la FED es de una complejidad tal y posee unas implicaciones tan profundas y ramificadas que hay opiniones para todos los gustos, por parte de mentes muy lúcidas, que la califican desde ejercicio de valentía hasta suicidio. Consulten los medios y verán muchas respuestas y muy distintas a cada pregunta, síntoma de que, en el fondo, no sabemos muy bien lo que pasa y no tenemos ni idea de cómo salir de este agujero. Quizás esta asunción de desconocimiento sea el primer paso. Parafraseando al Obama de ayer, la crisis nos ha dado una paliza a los economistas.
miércoles, noviembre 03, 2010
Elecciones norteamericanas
Ahora mismo, 7:52, se está llevando a cabo el recuento de las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, las llamadas “mid term elections” y por lo que se sabe parece que no va a haber sorpresas y la derrota de Obama es clara. Los republicanos vuelven a tomar el control de la Cámara de Representantes y algunos Estados, aunque parece que el Senado seguiría siendo demócrata. Como hoy verán y leerán muchos análisis sesudos y profesionales sobre este resultado y sus consecuencias no voy a hacer yo el mío, que poca novedad podría aportarles.
Donde me quiero centrar es en el curioso, y grandioso me atrevería a decir, sistema de representación del voto en Estados Unidos. Es una república presidencialista, en la que el presidente es elegido directamente por los votos, cosa que aquí no ocurre, ya que se elige entre los miembros de la cámara. Este voto directo da al presidente un poder y legitimidad muy grande, lo que le permite legislar directamente y vetar propuestas del parlamento si así lo cree conveniente. Como en otros países, existen dos cámaras, pero en este caso cada una de ellas posee un poder muy similar. La Cámara de Representantes es la expresión directa de la elección popular, se escoge de manera proporcional a la población y cada dos años, dos, se renueva por completo. Tanto en las presidenciales como en estas de mitad de mandato se vuelve a elegir toda la cámara, por lo que es muy habitual que funcione como expresión de castigo del votante hacia el presidente, cosa que le ha pasado hoy a Obama y en el pasado a casi todos los presidentes. También esto provoca que esta cámara pueda reflejar de manera muy rápida los cambios que se producen en la sociedad. Es, a mi entender, el corazón del sistema americano. Luego está el senado, que es la cámara de representación territorial. Elegida por voto directo de los ciudadanos, se compone de cien senadores, dos por cada estado de la unión, con un mandato de seis años. En cada elección, que se produce cada dos años, se renueva un tercio del senado y las bajas que haya habido (fallecimiento, abandono de puesto, etc) Esta cámara no es algo secundario, ni un adorno caro y pomposo como sucede en España, ya que legislativamente tiene un peso equivalente al de la Cámara de Representantes. Si aquella es reflejo inmediato de la sociedad, el Senado se renueva a mucha menor velocidad y tiene una inercia que, en teoría, representa el largo plazo en la política americana. De la interacción de las dos cámaras, de esas distintas pulsiones y visión del tiempo, y de la agenda presidencial surgen las leyes y, como veremos a partir de hoy, la necesidad de establecer consensos entre la presidencia de un color, demócrata en este caso, y el congreso dividido, al parecer los representantes en manos republicanas y el senado en poder demócrata. A todo esto se une que los elegidos en ambas cámaras lo son por representación directa de electores de su territorio, mediante listas abiertas, y a él se deben, que las elecciones siempre se celebran el mismo día, el segundo martes después del primer lunes de Noviembre de años alternos, y que le mandato presidencial se limita a un máximo de dos elecciones y ya tienen los ingredientes para un sistema de gobierno de lo más completo que se haya inventado.
Y es que esta secuencia asincrónica entre la renovación de las cámaras y la elección presidencial hace muy complicado que todo el poder esté en algún momento en manos de un único grupo y persona, y que de llegarse a ese punto en dos años se podría frenar. Y todo esto se les ocurrió hace más de dos siglos a unos visionarios llamados Jefferson, Washington, Franklin, etc, que, asustados por el absolutismo europeo del que huían, trataron de crear una república que tuviese el poder lo más equilibrado posible. Sin olvidar los muchos y graves fallos que deja el día a día de la política norteamericana, no me dirán que es para admirar a aquellos pioneros.
Donde me quiero centrar es en el curioso, y grandioso me atrevería a decir, sistema de representación del voto en Estados Unidos. Es una república presidencialista, en la que el presidente es elegido directamente por los votos, cosa que aquí no ocurre, ya que se elige entre los miembros de la cámara. Este voto directo da al presidente un poder y legitimidad muy grande, lo que le permite legislar directamente y vetar propuestas del parlamento si así lo cree conveniente. Como en otros países, existen dos cámaras, pero en este caso cada una de ellas posee un poder muy similar. La Cámara de Representantes es la expresión directa de la elección popular, se escoge de manera proporcional a la población y cada dos años, dos, se renueva por completo. Tanto en las presidenciales como en estas de mitad de mandato se vuelve a elegir toda la cámara, por lo que es muy habitual que funcione como expresión de castigo del votante hacia el presidente, cosa que le ha pasado hoy a Obama y en el pasado a casi todos los presidentes. También esto provoca que esta cámara pueda reflejar de manera muy rápida los cambios que se producen en la sociedad. Es, a mi entender, el corazón del sistema americano. Luego está el senado, que es la cámara de representación territorial. Elegida por voto directo de los ciudadanos, se compone de cien senadores, dos por cada estado de la unión, con un mandato de seis años. En cada elección, que se produce cada dos años, se renueva un tercio del senado y las bajas que haya habido (fallecimiento, abandono de puesto, etc) Esta cámara no es algo secundario, ni un adorno caro y pomposo como sucede en España, ya que legislativamente tiene un peso equivalente al de la Cámara de Representantes. Si aquella es reflejo inmediato de la sociedad, el Senado se renueva a mucha menor velocidad y tiene una inercia que, en teoría, representa el largo plazo en la política americana. De la interacción de las dos cámaras, de esas distintas pulsiones y visión del tiempo, y de la agenda presidencial surgen las leyes y, como veremos a partir de hoy, la necesidad de establecer consensos entre la presidencia de un color, demócrata en este caso, y el congreso dividido, al parecer los representantes en manos republicanas y el senado en poder demócrata. A todo esto se une que los elegidos en ambas cámaras lo son por representación directa de electores de su territorio, mediante listas abiertas, y a él se deben, que las elecciones siempre se celebran el mismo día, el segundo martes después del primer lunes de Noviembre de años alternos, y que le mandato presidencial se limita a un máximo de dos elecciones y ya tienen los ingredientes para un sistema de gobierno de lo más completo que se haya inventado.
Y es que esta secuencia asincrónica entre la renovación de las cámaras y la elección presidencial hace muy complicado que todo el poder esté en algún momento en manos de un único grupo y persona, y que de llegarse a ese punto en dos años se podría frenar. Y todo esto se les ocurrió hace más de dos siglos a unos visionarios llamados Jefferson, Washington, Franklin, etc, que, asustados por el absolutismo europeo del que huían, trataron de crear una república que tuviese el poder lo más equilibrado posible. Sin olvidar los muchos y graves fallos que deja el día a día de la política norteamericana, no me dirán que es para admirar a aquellos pioneros.
martes, noviembre 02, 2010
Un puente de muertos y santos
Acabado el frío y lluvioso puente de Todos los Santos, se puede decir que tanto en la calle como en las noticias ha sido de lo más norteamericano. En la calle las visitas a los cementerios del día 1 se han sustituido por la estancia en garitos la noche del 31, y los dulces huesos de santo se baten en retirada ante los huesos de plástico y tela que decoran los disfraces de esa fiesta de nombre obtuso que todo el mundo pronuncia como “jálogüin”, que pronunciada con acento en la “í” en vez de en la “á” adquiere el toque cañí perfecto.
Disfraces de muertos vivientes…. Quines iban a fabricar muertos entre los vivos de verdad eran los de Al Queda. Este viernes empezó a coger cuerpo la noticia de la detección de objetos sospechosos en aviones de carga procedentes de Yemen, y esas imágenes que mostraban aparatos escoltados en los aeropuertos de Estados Unidos donde fueron obligados a aterrizar. Lo que parecía un nuevo susto se ha convertido en otra amenaza real, en la que se ha vuelto a hallar pentrita, el mismo explosivo, potente y de muy difícil detección, que portaba el sujeto que pretendió hacer estallar un avión en Navidad en Detroit. Esta vez las cargas se camuflaban en hardware, como toners de impresora y demás. Se sospecha que el destino era una sinagoga judía de Chicago, pero me de que, dada la potencia de la carga, su uso más probable sería el de hacer estallar los aviones en pleno vuelo y hacer que el terrorismo aparezca, con todos los titulares del mundo a su servicio, a escasa horas de las elecciones de mitad de mandato que se celebran hoy en los Estados Unidos. ¿Cuál hubiera sido el efecto en las mismas de un atentado? ¿Positivo o negativo para Obama? Quien lo sabe, y mejor quedarse con la duda. La cosa es que Al Queda reaparece, después de una temporada en la que la teníamos abandonada, perdida en el fondo de las columnas de la prensa. Sin embargo, siempre ha estado ahí, presionando, matando, destruyendo y conspirando, que es lo único que sabe hacer. Este mismo puente hemos asistido a otra acción de las suyas, aberrante y merecedora de todo el desprecio posible. El secuestro por parte de un comando de terroristas de una iglesia cristiana en Bagdad y la posterior operación de rescate desarrollada por el ejército de Irak, con apoyo norteamericano, se ha saldado con más de cincuenta muertos, en una acción calificada de “éxito” por parte de la autoridades iraquíes, quizás debido a que allí todo lo que baje de cien muertos por atentado sea “escaso”. Los asaltantes irrumpieron en el templo y los terroristas empezaron a disparar a los fieles allí secuestrados y a hacer estallar las cargas explosivas que llevaban adosadas. Algo difícil de creer y de imaginar, y menos en el recinto de una iglesia, pero no hay que imaginarlo, no. Ha sucedido, ha sido real, y como ha pasado allí no se han visto muchas imágenes en televisión, y se ha despachado el asunto con cierta trivialidad, cuando ha sido un atentado muy grave y de paso un intolerable ataque a la religión, en este caso a la cristiana. Al Queda ha anunciado una campaña contra los cristianos en Irak, y ya saben que estos energúmenos no desarrollan sus campañas con anuncios en televisión, sino con matanzas, que luego, es cierto, la televisión nos enseña. Repugnante.
Así que en estos tres días de sombras hemos podido presenciar el retorno de algunos fantasmas del cercano pasado, que no se han ido del todo. Seguiremos esta semana bajo el nerviosismo de los paquetes explosivos, ahora que se sospecha de la existencia de una infraestructura estable de los terroristas en Yemen, pero a los muertos en la iglesia de Bagdad no les recordará nadie, a sus familias menos, y nada sabremos de lo que allí pasó. Dado que Benedicto XVI viene a España el viernes debiera mencionarlo en sus homilías, y así dar algo de presencia a los asesinados de Bagdad, los auténticos santos de este puente de 2010.
Disfraces de muertos vivientes…. Quines iban a fabricar muertos entre los vivos de verdad eran los de Al Queda. Este viernes empezó a coger cuerpo la noticia de la detección de objetos sospechosos en aviones de carga procedentes de Yemen, y esas imágenes que mostraban aparatos escoltados en los aeropuertos de Estados Unidos donde fueron obligados a aterrizar. Lo que parecía un nuevo susto se ha convertido en otra amenaza real, en la que se ha vuelto a hallar pentrita, el mismo explosivo, potente y de muy difícil detección, que portaba el sujeto que pretendió hacer estallar un avión en Navidad en Detroit. Esta vez las cargas se camuflaban en hardware, como toners de impresora y demás. Se sospecha que el destino era una sinagoga judía de Chicago, pero me de que, dada la potencia de la carga, su uso más probable sería el de hacer estallar los aviones en pleno vuelo y hacer que el terrorismo aparezca, con todos los titulares del mundo a su servicio, a escasa horas de las elecciones de mitad de mandato que se celebran hoy en los Estados Unidos. ¿Cuál hubiera sido el efecto en las mismas de un atentado? ¿Positivo o negativo para Obama? Quien lo sabe, y mejor quedarse con la duda. La cosa es que Al Queda reaparece, después de una temporada en la que la teníamos abandonada, perdida en el fondo de las columnas de la prensa. Sin embargo, siempre ha estado ahí, presionando, matando, destruyendo y conspirando, que es lo único que sabe hacer. Este mismo puente hemos asistido a otra acción de las suyas, aberrante y merecedora de todo el desprecio posible. El secuestro por parte de un comando de terroristas de una iglesia cristiana en Bagdad y la posterior operación de rescate desarrollada por el ejército de Irak, con apoyo norteamericano, se ha saldado con más de cincuenta muertos, en una acción calificada de “éxito” por parte de la autoridades iraquíes, quizás debido a que allí todo lo que baje de cien muertos por atentado sea “escaso”. Los asaltantes irrumpieron en el templo y los terroristas empezaron a disparar a los fieles allí secuestrados y a hacer estallar las cargas explosivas que llevaban adosadas. Algo difícil de creer y de imaginar, y menos en el recinto de una iglesia, pero no hay que imaginarlo, no. Ha sucedido, ha sido real, y como ha pasado allí no se han visto muchas imágenes en televisión, y se ha despachado el asunto con cierta trivialidad, cuando ha sido un atentado muy grave y de paso un intolerable ataque a la religión, en este caso a la cristiana. Al Queda ha anunciado una campaña contra los cristianos en Irak, y ya saben que estos energúmenos no desarrollan sus campañas con anuncios en televisión, sino con matanzas, que luego, es cierto, la televisión nos enseña. Repugnante.
Así que en estos tres días de sombras hemos podido presenciar el retorno de algunos fantasmas del cercano pasado, que no se han ido del todo. Seguiremos esta semana bajo el nerviosismo de los paquetes explosivos, ahora que se sospecha de la existencia de una infraestructura estable de los terroristas en Yemen, pero a los muertos en la iglesia de Bagdad no les recordará nadie, a sus familias menos, y nada sabremos de lo que allí pasó. Dado que Benedicto XVI viene a España el viernes debiera mencionarlo en sus homilías, y así dar algo de presencia a los asesinados de Bagdad, los auténticos santos de este puente de 2010.
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