Seguramente recuerdan el argumento de diez negritos, maravillosa novela de Agatha Christie, y si no es el caso, dejen de leer esto y cómprenla, está en bolsillo y muy barata. En ella se cita a un grupo personas en un caserón de una isla con motivo de una celebración, y poco a poco, una a una, van apareciendo muertas. Los que permanecen vivos cada vez están más asustados porque no saben quién de ellos es el asesino, y el temor y la angustia crecen en un grupo cada vez más aterrado y reducido, porque cae otro, y otro….
Pues este argumento encaja como un guante en al situación que se vive en el seno de la Unión Europea con el tema de la crisis, la deuda y los rescates. Tras la aprobación este fin de semana del rescate irlandés (que está por ver si es viable) se esperaba que ayer fuese un día tranquilo, sino de euforia, sí de relajamiento de las tensiones de la deuda de los países periféricos y del resto de indicadores. Pues no, justo lo contrario. Fue un día de nervios en el que las bolsas cayeron, y la que más la española, en el que los CDS que miden el riesgo de impago de la deuda y el diferencial de la misma con el bono alemán subieron sin cesar y en el que la frase esa de “España no es Irlanda” estaba en boca de todos, pero con un tono tan lúgubre y temeroso que la hacía poco creíble. En Irlanda fue un día de rumores políticos que se sustanciaron cuando por la noche, el primer ministro Brian Cowen anunció elecciones anticipada en Enero, lo que es una manera de dimitir ante el desastre. Antes de esos comicios lo que queda de gobierno debe aprobar el plan de rescate internacional, quizás sea lo único que puede hacer ya, lo que ha dejado a los irlandeses con la cierta sensación de haber perdido su independencia. Las imágenes de protestas en las calles de Dublín y otras ciudades del país, aún pequeñas y contenidas, empiezan a asomar por las pantallas. Y Portugal también reclamó ayer su cuota de protagonismo. La presión empieza a agobiar al gobierno de Lisboa, que si no me equivoco este próximo Viernes debe votar los presupuestos de 2011 en el parlamento, y más nos vale que los saque adelante. Una vez caída Irlanda, Portugal es la siguiente en la lista, y si en la isla celta los bancos españoles tienen dinero, en Portugal poseen medio país. Somos de los primeros en posesión de la deuda pública portuguesa, y un rescate de Lisboa supondría nuestra debacle, quizás eso era lo que se cotizaba ayer. Parece que poco a poco se está desmoronando un castillo de naipes que pensábamos estaba más solidamente construido pero que no soporta los vendavales financieros que estamos viviendo. Como cada día puede pasar una cosa a lo mejor hoy el Ibex sube y la situación se relaja, pero es evidente que el problema de fondo sigue ahí. Irlanda, sus bancos y su gobierno, no pude pagar lo que debe, y pese al plan de rescate y los recortes de gasto público habrá que determinar qué no cobran los acreedores. Ese es el miedo que ayer circulaba por ahí, la certeza de que Irlanda no pagará todo. Creo que cuanto antes se asuma, y se diga públicamente, mejor que mejor. Sino seguiremos poniendo parches y, como pueden ver, este balón remendado cada vez amenaza más con explotar del todo. De momento tiren a la basura las camisetas en las que se decía “España no es Grecia” y sustituyan Grecia por Irlanda. Quizás en unas semanas tengamos que decir Portugal, y tarde o temprano, España será España.
Como no todo van a ser sombras en este mundo, tiene muy buena pinta el trabajo que ha hecho la fundación everis, en el que participan montones de empresarios y economistas españoles, sobre las transformaciones que a su juicio necesita España, y que será lo que en el fondo se discuta en la anunciada reunión de ZP con los dirigentes de las grandes empresas. Pueden descargarse el documento completo y un resumen aquí. La pena es que no si esta iniciativa llega tarde, porque de lo que menos disponemos ahora mismo es de tiempo, pero todas las llamadas a la sensatez son pocas, así que bienvenido sea el esfuerzo. Habrá que leerlo.
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