¿Se acuerdan de las películas de Terminator? En ellas, a parte de muchas explosiones, persecuciones, efectos especiales y un Schwarzenegger desatado, había un protagonista oculto. Skynet, la red informática (con ese nombre inspirada en Internet) que había tomado conciencia de sí misma y había desatado la guerra contra los hombres. Es Skynet quien fabrica los Terminator y la fuente de todos los problemas. Una creación humana que a los hombres se les había ido de las manos.
Pues bien, leyendo la interesante entrevista que ayer publicaba El País a Jerôme Kerviel tenía la sensación de que ya hay una creación de los hombres que se nos ha ido de las manos y que amenaza con destruirnos, si no con robots que nos asesinen, sí con máquinas que reduzcan a cero el valor de nuestros ahorros e inversiones. Supongo que recuerdan a Kerviel, un joven operador de bolsa del banco francés Societeé Generale, que hace dos años se hizo famoso por ser un enorme especulador que a punto estuvo de hundir su banco, el mayor de Francia, con sus arriesgadas apuestas de inversión financiera. Sometido a juicio, Kerviel ha sido condenado cinco años de cárcel y a pagar una cifra por la que tendría derecho a pedir el rescate que Irlanda solicita de la Unión Europea. Cuando salió la sentencia me enfadé mucho, no tanto por que considere a Kerviel más o menos culpable de lo sucedido, sino porque sólo él fue juzgado y condenado. Era imposible que un solo individuo desarrollase semejantes apuestas de inversión, de miles de millones de euros, sin conocimiento y supervisión de su entidad. Sin embargo al juicio fue él sólo, sin jefe alguno, y a él sólo le condenaron. En la entrevista citada relata Kerviel su ascenso progresivo en la escala del banco a medida que sus apuestas eran cada vez mayores, más acertadas y más lucrativas para la entidad. Él se beneficiaba económicamente de ello, como no, pero sus jefes directos, indirectos y de mucho más arriba aún más, y las comisiones de todos ellos no dejaban de crecer exponencialmente a medida que Kerviel sumaba ceros a su casa de apuestas. Y creo que estos dos son los factores interesantes del asunto. Uno es el que el sistema bancario fomentaba estas prácticas arriesgadas, y no sólo las fomentaba, las gratificaba con creces, te obligaba a ello y era la principal fuente de ingresos. Día a día ese comportamiento se repetía en la mesa de Kerviel, y en la de sus compañeros, y en la de miles y miles de operadores en todo el mundo. En las torres de oficinas de Madrid que veo desde mi ventana había, y hay, miles de Kervieles potenciales, que día a día juegan, apuestan y arriesgan inmensas cifras para conseguir la comisión que les permita mantenerse en el puesto de trabajo, llevarse a casa algo de ese dinero extra y satisfacer el ansia de beneficios de unas empresas y directivos que no serían capaces de obtener si sólo realizasen el clásico negocio bancario. Los tiburones financieros ya no sólo navegan por hedge funds y entidades por el estilo. Están en todas partes, han canibalizado la banca tradicional, y en caso de error sólo el operador de turno es acusado, no los responsables de implantar este loco sistema de gestión. La falta de ética y responsabilidad en toda la estructura financiera es total.
El otro punto de interés es el propio sistema financiero, convertido en un casino global multiconectado, con miles, millones de jugadores haciendo apuestas inmensas que, como relata Kerviel, son absorbidas en segundos, y que, como a el mismo le pasó, tarde o temprano puede fallar por algún lado. Este sistema ya funciona de manera independiente de la banca, la economía real, los estados, los gobiernos y todo lo que uno pueda imaginarse, y se ha descontrolado incluso para los que participan en él. No se como puede reconducirse, pero por lo que leo por ahí tampoco los expertos lo saben. No tiene robots, pero sí algo similar a la vida propia……
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