Hoy es 11 de Marzo, séptimo aniversario de los atentados de Madrid. Eso, y el recuerdo a las víctimas, es lo importante, lo que viene ahora es anecdótico.....
Ayer fue otro día de esos para olvidar, que cuando uno llega a casa tiene la sensación de que le han vapuleado. Moodys nos bajó la calificación de la deuda un escalón, la bolsa cayó, el diferencial del bono español subió, y por la tarde el Banco de España publicó las necesidades de capitalización del sistema financiero nacional, quedándose todo el mundo muy satisfecho al ser requeridos sólo 15.152 millones de euros. Eso es una burrada, y además, está calculado a la baja. Parece que el sistema financiero más sólido del mundo está tan podrido como todos los demás.
En medio de este panorama, uno puede consolarse comiendo unos cruasanes con chocolate, que están muy buenos, al menos los del Mercadona, o zamparse unos pistachos, que son como los de marca pero que cuestan la mitad, o comiendo unos yogures con trozos de frutas que están tan buenos como los Danone pero cuestan también la mitad. ¿Es ese el secreto del Mercadona? No lo se, pero lo cierto es que ayer esta marca de distribución hizo historia, porque por primera vez en España El Corte Inglés se vio superado en facturación, por Mercadona. Los 16.485 millones de euros de facturación, cifra un poco superior a las necesidades de las cajas, y los casi 400 millones de euros de beneficio son las cifras que relatan la historia de un éxito aplastante. Mercadona es un caso único, no se si en el mundo, pero pudiera ser. No hace anuncios, campañas, spots televisivos, cuñas en prensa, patrocinios… nada. Nada. No tiene centros comerciales, ni hipermercados ni grandes superficies. Su éxito se basa en una enorme red de supermercados de barrio, y el boca a boca de miles de consumidores que acuden ávidos a sus centros, y que les cuentan al resto de que allí las cosas son más baratas y, toma ya, a veces mejores. Dicen algunos foros por Internet que Google y Hacendado (la marca blanca del grupo) se harán con el mundo, y pudiera ser, visto el éxito. Como empresa de origen familiar se enfrenta a un futuro complejo cuando se produzca la sucesión de su presidente, Juan Roig, la mano firme que gobierna ese barco con dos premisas fundamentales. Cada céntimo vale, y si se puede ahorrar se ahorra, y cada trabajador vale más que los céntimos de ahorro, por lo que se debe cuidar y fijar. Presume la marca, no se si es cierto, de que toda la plantilla tiene contrato indefinido, y que las condiciones que se fijan para, por ejemplo, permisos, maternidad, bajas y otras son de las mejores del mercado. Ello no quita que el trabajo en el centro comercial no sea tan ingrato como en otras cadenas, porque en sí mismo es muy poco agradecido, pero parece que hay algo de verdad en esas condiciones por encima del resto de marcas del sector de la distribución. Es cierto que Mercadona se ha visto favorecida por la crisis, porque su modelo de negocio, basado en una marca blanca muy poderosa y la restricción a la marca de fabricante se demanda mucho cuando el bolsillo mengua como pasa ahora, pero coyunturas aparte, su éxito es indudable, y supone un ejemplo de profesionalidad, buen hacer empresarial y liderazgo, y eso que tanto echamos de menos en este país Mercadona nos lo muestra dái a día, sin descanso. Es justo reconocerlo.
Pero es que además su dirigencia habla con sentido común. Ayer, en la presentación de los resultados, Juan Roig podía haberse echado flores y eludir la crisis y decir que todo va bien. Pues no. Hizo un discurso muy duro, señalando que lo bueno de 2011 es que será mejor que 2012, que la crisis no se acaba, ni mucho menos, que debemos ser productivos, esforzarnos, sacrificarnos, trabajar, y no vivir por encima de nuestras posibilidades. Ayer el señor Roig hizo un discurso valiente, sincero, leal a su sociedad, al lado del cual las palabras diarias del PSOE, el PP y el resto de partidos palidecen, producen sólo vergüenza. Sólo por ese discurso merece la pena ir de compras esta tarde y pillarse unos cuantos dulces en sus tiendas…
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