Hoy es 29 de Febrero, un día raro. El día raro, cabría decir. Se presenta con regularidad, pero estaremos de acuerdo en que algo que pasas sólo cada cuatro años tiene su toque de rareza. Los años bisiestos están llenos de supersticiones y leyendas, todas falsas, y mucha gente los mira mal cuando, al empezarlos, se dan cuenta de su particularidad. Quizá de todos los estigmas que se les asocian el único cierto sea que, con el mismo sueldo, hay que pasar un día más, y en esos tiempos no deja ser un sacrificio.
Sin embargo el bisiesto tiene una ventaja, y es que fija algo más los recuerdos y, si algo importante sucede en un 29 de febrero, puede que sea más fácil recordarlo. Piense en ello, porque todo lo que suceda hoy sólo podrá conmemorarse de manera estricta dentro de cuatro años, aunque se use como convención el 28 del mes como sustituto para los siguientes ejercicios. Hoy por ejemplo, hay una macrosubasta del Banco Central Europeo para dar oxígeno a los bancos y que presten dinero. Es poco probable que el efecto vaya más allá de dar fondos extra con los que financiar indirectamente la compra de deuda soberana europea, y que el ciudadano no vea un euro de toda esa millonada, pero será dentro de cuatro años cuando podamos volver a recordar ese acto. ¿Habrá crisis para entonces? ¿Euro? ¿y el BCE, existirá o habrá pasado a la historia? Quién sabe. Casi nadie hablaba de crisis el 29 de Febrero de 2008, salvo Roubini y algún otro clarividente, y mira lo que ha llovido desde entonces (bueno, nada los últimos meses). También hoy el ejército sirio controlado por Bashar al Asad seguirá con su carnicería en Homs y otras ciudades del país, y el 29 de febrero de 2012 se asociará a esas muertes, al igual que el día anterior y el posterior, y ni en esta fecha ni en otra intervendrá tropa extranjera alguna para evitar esa masacre. Dentro de cuatro años, al echar la vista atrás, ¿Qué imagen tendremos de lo que sucede en Siria? Quizás ya sea para todos una evidencia que Homs es la Srebrenica de oriente próximo, el lugar en el que, como sucedió en los Balcanes, la comunidad internacional, encabezada por la muy cobarde y vecina Europa, fracasó y dejó asesinar sin límite al dictador, serbio en aquel caso, mientras ponía en marcha sanciones inútiles con el único objetivo de acallar su conciencia culpable. ¿Quién gobernará Siria? Supongo que Siria seguirá existiendo, pero lo demás está en el aire. Hace cuatro años gobernaba al Asad, y hace ocho, y hace doce su padre, y hace dieciséis, y hace veinte.... Así mismo este 29 de Febrero puede ser importante para el estado de salud de Miguel Boyer, hospitalizado ayer tras haber sufrido un derrame cerebral. Su estado es grave y se desconoce su evolución futura. Quizás dentro de cauto años poca gente se acuerde de Boyer, que espero siga para entonces en el mundo de los vivos, pero su vida estará marcada por lo que le suceda en el hospital un día como el 29F, fecha que recuerda mucho al 23F, día en el que tuvo lugar el golpe de estado de tejero (1981) y en el que el propio Boyer nacionalizó Rumasa, 1983, empezando una historia muy berlanguiana que sólo puede producirse en España. Para Boyer el mes de Febrero ha sido muy importante en su vida, y desde este año el último día de ese mes puede que sea el más decisivo de todos.
¿Y cada uno de nosotros? Dentro de cuatro años viviremos un nuevo 29 de Febrero, en 2016. ¿Dónde estaremos entonces? ¿Qué haremos? ¿Dónde trabajaremos? (espero que lo hagamos, aunque a este paso…) ¿Con quién lo pasaremos? ¿En qué moneda pagaremos el periódico de ese día? ¿Habrá periódicos para entonces? ¿Con quién nos acostaremos? (si se da la oportunidad) ¿Habrá nuevos miembros en nuestras familias? Cuatro años dan para mucho, pero puede ser curioso analizar lo que puede cambiar nuestras vidas en ese tiempo. Como mi memoria es desastrosa dudo que sea capaz de hacerlo, pero anote en algún lugar hechos que le resulten significativos de su vida y de la actualidad del día de hoy, y pruebe a revisarlos dentro de cuatro años. Seguro que hay muchas sorpresas…. Que todas sea buenas.
miércoles, febrero 29, 2012
martes, febrero 28, 2012
8,51%
Cristóbal Montoro, Ministro de Hacienda, sabe mucho de cuentas públicas, impuestos, fiscalidad y otro tipo de materias que le son propias, pero no sabe dar una rueda de prensa. Su comparecencia de ayer, voluntariosa, fue un perfecto ejemplo de desmadre informativo, en el que por momentos el compareciente pierde el control de la sala y la prensa, desmadrada, logra hacerse con el dominio de la situación. En medio de un mundo de comunicados cerrados sin preguntas ayer los periodistas se vengaron delante del primero que les dio la oportunidad. Para la siguiente vez, Cristóbal, di dos párrafos con lo sustancial y que la rueda la gestione otro.
Pero bueno, vayamos a lo importante, que es el valor del déficit público con el que se cerraron las cuentas el año pasado. Un 8,51% fue al cifra ofrecida ayer por Hacienda, claramente superior a la estimación inicial del 8% – 8,2% que se barajaba desde hace unas semanas y en las antípodas del 6% que se comprometió a cumplir el gobierno de ZP con Bruselas en el plan de estabilidad de 2011. Vamos, que nos hemos lucido con respecto a lo que dijimos que íbamos a hacer. La cifra tiene dos derivadas importantes. La primera es descomponer ese 8,51% en factores para saber qué administraciones han aportado más, o se han desviado más respecto a sus objetivos, y es que estos matices son importantes. Pueden verlo en este PDF que les enlazo. Resulta que algo más de cinco puntos de déficit corresponden a la Administración General del Estado, que es la que más aporta, se desvía un punto respecto a lo previsto, cerca de un 20%. Los ayuntamientos pesan poquísimo y se desvían poco. La Seguridad Social se preveía superavitaria y ha acabado con un muy preocupante déficit de dos décimas de punto del PIB, lo que vuelve a poner sobre la mesa la sostenibilidad a futuro del sistema de pensiones, y las Comunidades Autónomas, que se estimaban deficitarias en algo más de un punto porcentual lo han sido casi en tres. Así, de los dos puntos y medio de desviación acumulado, uno y medio corresponde a las Comunidades. Su comportamiento individual es de lo más dispar, con extremos que van desde la Comunidad de Madrid, la única que cumple con el límite del 1,3% hasta Castilla la Mancha, que presenta un 7,3% de dimensiones que podemos calificar como griegas. Todas superan el 1,3%, y cifras por encima del 3% se repiten con asiduidad. Hizo bien Montoro en no cargar las tintas sobre las Comunidades, y presentar un discurso patriótico sobre la necesidad de reducir entre todos el déficit porque nos afecta a todos, pero de las cifras presentadas no hace falta ser un genio para descubrir que el sistema autonómico, tal y como está montado, empieza a hacer aguas a toda velocidad, y que de seguir así las cosas durante un tiempo algunas comunidades serán financieramente inviables. Tres cuartos de lo mismo, pese a que no hay datos publicados por Hacienda, se puede afirmar de muchos ayuntamientos. Sólo aportan el 0,48% del déficit nacional, pero dada la precariedad de sus ingresos corrientes ese volumen de deuda debe estar asfixiándolos sin piedad. La medida de la semana pasada del Consejo de Ministros de obligar a publicar las facturas impagadas trata de poner negro sobre blanco qué supone este déficit a nivel municipal, pero nuevamente la solución se desconoce.
La otra derivada de estas cifras es su papel en la elaboración del presupuesto, de aquí a cuatro semanas, y el objetivo de déficit que allí se prevea, consensuado previamente con Bruselas. El PIB español permite simplificar las cuentas, de tal manera que cada décima del mismo equivale a mil millones de euros, un punto son 10.000 millones, y recortar desde el 8,5% hasta el 4,4% previsto supone, a los teóricos 15.000 millones de recorte efectuados antes de fin de año, sumarles otros 26.000 millones más. En un estado recesivo como el actual es imposible. Montoro ayer no lo dijo, no podía, pero su presentación estaba más dirigida a Bruselas, a exhibir la causa del incumplimiento de lo pactado, que a los medios reunidos en el caserón de Alcalá, y es que la tensa negociación con la UE (léase Alemania) continua….
Pero bueno, vayamos a lo importante, que es el valor del déficit público con el que se cerraron las cuentas el año pasado. Un 8,51% fue al cifra ofrecida ayer por Hacienda, claramente superior a la estimación inicial del 8% – 8,2% que se barajaba desde hace unas semanas y en las antípodas del 6% que se comprometió a cumplir el gobierno de ZP con Bruselas en el plan de estabilidad de 2011. Vamos, que nos hemos lucido con respecto a lo que dijimos que íbamos a hacer. La cifra tiene dos derivadas importantes. La primera es descomponer ese 8,51% en factores para saber qué administraciones han aportado más, o se han desviado más respecto a sus objetivos, y es que estos matices son importantes. Pueden verlo en este PDF que les enlazo. Resulta que algo más de cinco puntos de déficit corresponden a la Administración General del Estado, que es la que más aporta, se desvía un punto respecto a lo previsto, cerca de un 20%. Los ayuntamientos pesan poquísimo y se desvían poco. La Seguridad Social se preveía superavitaria y ha acabado con un muy preocupante déficit de dos décimas de punto del PIB, lo que vuelve a poner sobre la mesa la sostenibilidad a futuro del sistema de pensiones, y las Comunidades Autónomas, que se estimaban deficitarias en algo más de un punto porcentual lo han sido casi en tres. Así, de los dos puntos y medio de desviación acumulado, uno y medio corresponde a las Comunidades. Su comportamiento individual es de lo más dispar, con extremos que van desde la Comunidad de Madrid, la única que cumple con el límite del 1,3% hasta Castilla la Mancha, que presenta un 7,3% de dimensiones que podemos calificar como griegas. Todas superan el 1,3%, y cifras por encima del 3% se repiten con asiduidad. Hizo bien Montoro en no cargar las tintas sobre las Comunidades, y presentar un discurso patriótico sobre la necesidad de reducir entre todos el déficit porque nos afecta a todos, pero de las cifras presentadas no hace falta ser un genio para descubrir que el sistema autonómico, tal y como está montado, empieza a hacer aguas a toda velocidad, y que de seguir así las cosas durante un tiempo algunas comunidades serán financieramente inviables. Tres cuartos de lo mismo, pese a que no hay datos publicados por Hacienda, se puede afirmar de muchos ayuntamientos. Sólo aportan el 0,48% del déficit nacional, pero dada la precariedad de sus ingresos corrientes ese volumen de deuda debe estar asfixiándolos sin piedad. La medida de la semana pasada del Consejo de Ministros de obligar a publicar las facturas impagadas trata de poner negro sobre blanco qué supone este déficit a nivel municipal, pero nuevamente la solución se desconoce.
La otra derivada de estas cifras es su papel en la elaboración del presupuesto, de aquí a cuatro semanas, y el objetivo de déficit que allí se prevea, consensuado previamente con Bruselas. El PIB español permite simplificar las cuentas, de tal manera que cada décima del mismo equivale a mil millones de euros, un punto son 10.000 millones, y recortar desde el 8,5% hasta el 4,4% previsto supone, a los teóricos 15.000 millones de recorte efectuados antes de fin de año, sumarles otros 26.000 millones más. En un estado recesivo como el actual es imposible. Montoro ayer no lo dijo, no podía, pero su presentación estaba más dirigida a Bruselas, a exhibir la causa del incumplimiento de lo pactado, que a los medios reunidos en el caserón de Alcalá, y es que la tensa negociación con la UE (léase Alemania) continua….
lunes, febrero 27, 2012
El Oscar de The Artist
Este ha sido el fin de semana de “El Artista”, y no me estoy refiriendo de manera irónica a Iñaki Urdangarín, que también nos ha amenizado con sus paseos las tardes y noches de estos últimos días, sino a la película francesa que, como se esperaban ha ganado el Óscar al mejor film del pasado año, y de paso también se ha llevado el premio a la dirección, Michael Hazanavicious, y al mejor actor, Jean Dujardin, todo ello por una película muda y en blanco y negro, que pese a tener varias trampas no deja de ser algo que suena a antiguo. Vaya por delante que estoy encantado de que haya ganado el premio. Se lo merece.
Vi esa película al poco de estrenarse, y supongo que como la mayoría de los que estábamos en la sala, tenía dudas antes de que comenzara su proyección. No por el blanco y negro, porque esa maravilla de Geerge Clooney llamada “Buenas Noches y Buen Suerte” ya logró que hace pocos años muchos desfilasen por una pantalla llena de grises. Me daba miedo el silencio, el “mudo” con el que se anunciaba. Sí, habría música, pero los actores no iban a hablar, y sospechaba que eso me iba a dificultar mucho introducirme en el argumento. Frente a ello las críticas le ponían muy bien, y no dejaban de alabar su atrevimiento y frescura. Vamos allá, pensé, y empezó la proyección. Y qué poco duraron mis temores. Cierto, los actores no hablan en ningún momento, pero dicen muchísimo, no pronuncian palabra alguna, pero no la necesitan para expresar lo que piensan, sienten y padecen. La trama avanza, con momentos de mayor o menor brillantez, como es lógico, pero en ningún momento el espectador se siente desubicado, perdido o limitado por la ausencia de la voz. De hecho llega a un punto en el que si alguien hubiera hablado se hubiese cargado la película, logra convertir a la voz en algo superfluo, innecesario. Las caras que pone Dujardin en su papel de galán clásico son de antología, especialmente en las escenas en las que come con su mujer, en las que hay un punto socarrón y sarcástico que es maravilloso. Pero hay una escena, la que más me gustó de todas, en la que el gesto, la mirada y la pose lo son todo. En ella la actriz principal, Bérénice Bejo, mujer en la vida real del director, que interpreta el papel de una aspirante a actriz que, por casualidades de la vida, logra el triunfo, consigue, al principio del metraje, introducirse en el camerino de la estrella que encarna Dujardin, de la que está enamorada como todas las mujeres de esa época. Allí, sola, en medio de un sueño que para ella se está empezando a hacer realidad, agarra un perchero y logra que el espectador se conmueva hasta un punto inimaginable. Sin decir nada, sin abrir la boca. Muestra su sueño, su fantasía, la desarrolla delante del espectador que, atónito, no puede dejar de admirar la simpleza y profundidad con la que la imagen le atrapa. A lo largo de la película la trama evoluciona, y asistimos a la decadencia de esa estrella, asociada a un mundo sin palabras que sucumbe ante la llegada de cine sonoro, y el ascenso de la protagonista, que encuentra en las películas habladas el filón que la eleva a los cielos. Sin embargo el vínculo casual que se produjo entre los dos protagonistas al principio de la historia sigue hasta el final. Se cambian los papeles, pero el amor, la atracción se mantiene. El final, como todo el conjunto de la obra, es un sentido homenaje al cien en estado puro, a la fábrica de sueños que es la pantalla y la obra para ella creada, y deja al espectador con un delicioso sabor de boca.
En el fondo el que una película así, y encima francesa, haya ganado tantos Oscars y haya tenido éxito entre el público encierra un mensaje muy profundo. La mayor parte de la gente va al cine a entretenerse y que le cuenten historias que le seduzcan, interesen y de hagan pasar el rato. Los efectos, la técnica, el presupuesto, están bien, y llaman la atención, pero si no se cuenta una buena historia no hay decorados ni efectos especiales que valgan. Lo difícil de una película es lograr que se convierta en esa historia que conmueva, y El Artista lo logra excluyendo todo artificio imaginable. Como metáfora de lo que es importante en el cine, y en la vida, no está nada mal. Y encima le han premiado! Suban el volumen y emitan un sonoro aplauso.
Vi esa película al poco de estrenarse, y supongo que como la mayoría de los que estábamos en la sala, tenía dudas antes de que comenzara su proyección. No por el blanco y negro, porque esa maravilla de Geerge Clooney llamada “Buenas Noches y Buen Suerte” ya logró que hace pocos años muchos desfilasen por una pantalla llena de grises. Me daba miedo el silencio, el “mudo” con el que se anunciaba. Sí, habría música, pero los actores no iban a hablar, y sospechaba que eso me iba a dificultar mucho introducirme en el argumento. Frente a ello las críticas le ponían muy bien, y no dejaban de alabar su atrevimiento y frescura. Vamos allá, pensé, y empezó la proyección. Y qué poco duraron mis temores. Cierto, los actores no hablan en ningún momento, pero dicen muchísimo, no pronuncian palabra alguna, pero no la necesitan para expresar lo que piensan, sienten y padecen. La trama avanza, con momentos de mayor o menor brillantez, como es lógico, pero en ningún momento el espectador se siente desubicado, perdido o limitado por la ausencia de la voz. De hecho llega a un punto en el que si alguien hubiera hablado se hubiese cargado la película, logra convertir a la voz en algo superfluo, innecesario. Las caras que pone Dujardin en su papel de galán clásico son de antología, especialmente en las escenas en las que come con su mujer, en las que hay un punto socarrón y sarcástico que es maravilloso. Pero hay una escena, la que más me gustó de todas, en la que el gesto, la mirada y la pose lo son todo. En ella la actriz principal, Bérénice Bejo, mujer en la vida real del director, que interpreta el papel de una aspirante a actriz que, por casualidades de la vida, logra el triunfo, consigue, al principio del metraje, introducirse en el camerino de la estrella que encarna Dujardin, de la que está enamorada como todas las mujeres de esa época. Allí, sola, en medio de un sueño que para ella se está empezando a hacer realidad, agarra un perchero y logra que el espectador se conmueva hasta un punto inimaginable. Sin decir nada, sin abrir la boca. Muestra su sueño, su fantasía, la desarrolla delante del espectador que, atónito, no puede dejar de admirar la simpleza y profundidad con la que la imagen le atrapa. A lo largo de la película la trama evoluciona, y asistimos a la decadencia de esa estrella, asociada a un mundo sin palabras que sucumbe ante la llegada de cine sonoro, y el ascenso de la protagonista, que encuentra en las películas habladas el filón que la eleva a los cielos. Sin embargo el vínculo casual que se produjo entre los dos protagonistas al principio de la historia sigue hasta el final. Se cambian los papeles, pero el amor, la atracción se mantiene. El final, como todo el conjunto de la obra, es un sentido homenaje al cien en estado puro, a la fábrica de sueños que es la pantalla y la obra para ella creada, y deja al espectador con un delicioso sabor de boca.
En el fondo el que una película así, y encima francesa, haya ganado tantos Oscars y haya tenido éxito entre el público encierra un mensaje muy profundo. La mayor parte de la gente va al cine a entretenerse y que le cuenten historias que le seduzcan, interesen y de hagan pasar el rato. Los efectos, la técnica, el presupuesto, están bien, y llaman la atención, pero si no se cuenta una buena historia no hay decorados ni efectos especiales que valgan. Lo difícil de una película es lograr que se convierta en esa historia que conmueva, y El Artista lo logra excluyendo todo artificio imaginable. Como metáfora de lo que es importante en el cine, y en la vida, no está nada mal. Y encima le han premiado! Suban el volumen y emitan un sonoro aplauso.
viernes, febrero 24, 2012
Previsiones económicas
Los economistas no aprendemos de nuestros errores. Seguimos confiando en nuestra capacidad predictiva sobre algo que no comprendemos del todo y usando unas herramientas arcaicas y claramente insuficientes. Aún así cada cierto tiempo organismos y personajes públicos realizan vaticinios sobre qué harán las variables macro, y sus palabras son tomadas por divinas, hasta que la realidad las corrige y…. son requeridos para que digan nuevas palabras de la Ley, que serán seguidas nuevamente con el máximo fervor.
Ayer fue un día donde las previsiones fueron las reinas. El comisario europeo Olli Rehn, un hombre para el que adjetivo de serio se le queda corto, presentó el cuadro de previsiones de crecimiento para la eurozona en este 2012, y aquí el término crecimiento es una mera forma de hablar, porque hay países que crecen, como Alemania, Francia, Irlanda y Polonia, pero luego hay otros que retroceden, y mucho, como Grecia, Italia, Portugal y, oh!! Sorpresa!! España. Nos auguran una caída del PIB del -1% para este año par, que es el mejor de los guarismos que han presentado los organismos internacionales, ya que el FMI nos anticipó un -1,7% y el Banco de España un -1,5%. Feo, muy feo. Con este panorama es obvio que no se creará empleo, sea cual sea la reforma laboral que se produzca, y la evolución del déficit público será mala, porque aunque se recorten los gastos los ingresos, procíclicos, caerán en medio de este entorno recesivo. Así, la elaboración de los ya famosos presupuestos de 2012 se presenta complicada, no tanto por los plazos, que también, sino por el mero hecho de saber cómo se van a insertar en ese cuadro unas previsiones de déficit público moderadas, partiendo del 8% que ahora tenemos, en medio de esta recesión. El gobierno dice que va a cumplir el 4,4% pactado con Bruselas, pero eso es mentira, simplemente porque es imposible. Siendo generosos sería todo un éxito si este 2012 lo terminamos con un déficit en torno al 6%. Y eso lo sabe el gobierno y Bruselas. En esta coyuntura ha comenzado una especie de teatro entre el gobierno y la Comisión en la que Rajoy y Cía afirman que cumplirán el objetivo pactado (falso) y la Comisión que no relajará los objetivos de déficit de los países (falso), y por detrás, ambos actores, junto con el resto de gobiernos europeos, están tratando de acordar una nueva senda de cumplimiento de los objetivos que sea más realista con los datos de crecimiento (jeje) presentados ayer. Sólo en este marco de negociación bajo la mesa se pueden entender declaraciones como las que ayer efectuó Mario Draghi, el presidente del BCE, en las que se negaba en redondo a reconsiderar los objetivos de déficit de España y de ningún otro país. Ayer Draghi adoptó la posición dura, mientras que de las respuestas a la rueda de prensa que ofreció Rehn se podía intuir una puerta a la negociación. Sin embargo toda cesión tiene un precio. España, junto con el resto de países angustiados por sus desfases, debe ofrecer reformas duras, creíbles y sinceras, y aplicarlas, para que Bruselas determine que está haciendo los esfuerzos necesarios y le permita respirar con el déficit, y que el BCE compre deuda y controle la prima de riesgo. Por así decirlo, la reforma laboral nos puede suponer más de medio punto de relajamiento, y eso son 5.000 millones de euros menos a recortar, y así por cada paquete de reformas que el gobierno presente y, en contraste con lo que sucede en Grecia, lleve a la práctica.
Pero todo esto no es más que mi predicción, o intuición de lo que está pasando en la realidad, no dispongo de información privilegiada. Simplemente es lo más lógico, porque si finalmente la Comisión no da su brazo a torcer y sigue firme en el 4,4%, el gobierno realizará un presupuesto que, el papel lo aguanta todo, alcance ese 4,4%, pero no se llevará a cabo de ninguna manera, y el objetivo será incumplido flagrantemente, y todos nos llevaremos las manos a la cabeza y el año acabará fatal, mucho peor de lo que han dicho cualquiera de los organismos internacionales que han opinado. En fin, espero que esta predicción no sea errónea, pero dada mi profesión, no se fíen un pelo de mis augurios.
Ayer fue un día donde las previsiones fueron las reinas. El comisario europeo Olli Rehn, un hombre para el que adjetivo de serio se le queda corto, presentó el cuadro de previsiones de crecimiento para la eurozona en este 2012, y aquí el término crecimiento es una mera forma de hablar, porque hay países que crecen, como Alemania, Francia, Irlanda y Polonia, pero luego hay otros que retroceden, y mucho, como Grecia, Italia, Portugal y, oh!! Sorpresa!! España. Nos auguran una caída del PIB del -1% para este año par, que es el mejor de los guarismos que han presentado los organismos internacionales, ya que el FMI nos anticipó un -1,7% y el Banco de España un -1,5%. Feo, muy feo. Con este panorama es obvio que no se creará empleo, sea cual sea la reforma laboral que se produzca, y la evolución del déficit público será mala, porque aunque se recorten los gastos los ingresos, procíclicos, caerán en medio de este entorno recesivo. Así, la elaboración de los ya famosos presupuestos de 2012 se presenta complicada, no tanto por los plazos, que también, sino por el mero hecho de saber cómo se van a insertar en ese cuadro unas previsiones de déficit público moderadas, partiendo del 8% que ahora tenemos, en medio de esta recesión. El gobierno dice que va a cumplir el 4,4% pactado con Bruselas, pero eso es mentira, simplemente porque es imposible. Siendo generosos sería todo un éxito si este 2012 lo terminamos con un déficit en torno al 6%. Y eso lo sabe el gobierno y Bruselas. En esta coyuntura ha comenzado una especie de teatro entre el gobierno y la Comisión en la que Rajoy y Cía afirman que cumplirán el objetivo pactado (falso) y la Comisión que no relajará los objetivos de déficit de los países (falso), y por detrás, ambos actores, junto con el resto de gobiernos europeos, están tratando de acordar una nueva senda de cumplimiento de los objetivos que sea más realista con los datos de crecimiento (jeje) presentados ayer. Sólo en este marco de negociación bajo la mesa se pueden entender declaraciones como las que ayer efectuó Mario Draghi, el presidente del BCE, en las que se negaba en redondo a reconsiderar los objetivos de déficit de España y de ningún otro país. Ayer Draghi adoptó la posición dura, mientras que de las respuestas a la rueda de prensa que ofreció Rehn se podía intuir una puerta a la negociación. Sin embargo toda cesión tiene un precio. España, junto con el resto de países angustiados por sus desfases, debe ofrecer reformas duras, creíbles y sinceras, y aplicarlas, para que Bruselas determine que está haciendo los esfuerzos necesarios y le permita respirar con el déficit, y que el BCE compre deuda y controle la prima de riesgo. Por así decirlo, la reforma laboral nos puede suponer más de medio punto de relajamiento, y eso son 5.000 millones de euros menos a recortar, y así por cada paquete de reformas que el gobierno presente y, en contraste con lo que sucede en Grecia, lleve a la práctica.
Pero todo esto no es más que mi predicción, o intuición de lo que está pasando en la realidad, no dispongo de información privilegiada. Simplemente es lo más lógico, porque si finalmente la Comisión no da su brazo a torcer y sigue firme en el 4,4%, el gobierno realizará un presupuesto que, el papel lo aguanta todo, alcance ese 4,4%, pero no se llevará a cabo de ninguna manera, y el objetivo será incumplido flagrantemente, y todos nos llevaremos las manos a la cabeza y el año acabará fatal, mucho peor de lo que han dicho cualquiera de los organismos internacionales que han opinado. En fin, espero que esta predicción no sea errónea, pero dada mi profesión, no se fíen un pelo de mis augurios.
jueves, febrero 23, 2012
Firmar la hipoteca (para IGU)
Hoy, 23F, si todo sale como está previsto, mi amigo IGU firmará la hipoteca ante el notario y será dueño, mejor alquilado de lujo, de su nuevo y flamante piso de Elorrio. El acto de firma es una de esas cosas que uno no olvida, y por cada movimiento del bolígrafo se tiene la sensación de extra introduciéndose en un terreno oscuro y desconocido, como si esa tinta fuera la del calamar que todo lo ennegrece. Luego te dan la mano y felicitan, pero desde ese momento sabes que nunca estarás sólo en la vida. El banco te acompañará….
Como IGU es un tipo brillante y afortunado no tendrá problema alguno para pagar su hipoteca, porque nunca le faltará trabajo. Sin embargo todos conocemos casos en los que se llega a final de mes de la peor manera posible, y que el coste de la hipoteca puede asfixiar y, si todo va mal, convertirse en la llave hacia el desahucio y la calle. Afortunadamente no le ha pasado a nadie de mi entorno, pero todos los días en la tele vemos casos que se producen en cualquier punto de España. Desde muchas asociaciones y plataformas se lleva tiempo reclamando que se instaure aquí también la figura de la dación en pago, mediante la cual uno cancela la deuda hipotecaria con la entrega del piso, independientemente de cual sea el valor de venta del mismo y de por cuánto se otorgó el préstamo. Esta fórmula está muy extendida en el mundo anglosajón, pero en España es una rareza. La hemos visto mucho estos años en Estados Unidos, donde la simbólica entrega de las llaves supone la renuncia de la vivienda pero también el saldo de la deuda. Aquí no, porque la pérdida de la casa implica que se cubre la hipoteca por el valor residual del bien, pero si éste es menor de lo que se debe, se tiene que seguir pagando hasta cubrir la totalidad de la deuda, y eso en una época de precios a la baja es más habitual de lo que parece. Introducir la dación como comportamiento opcional en todos los contratos tiene ventajas e inconvenientes para ambas partes. En época de precios al alza, como en la burbuja, y pese a que lo normal sería poder pagar el piso, una entrega de la casa beneficia al banco y perjudica al propietario, que se desprende de un activo que se revaloriza. En momentos como los actuales, re crisis económica y precios descendentes, la dación beneficia al hipotecado y perjudica al banco, que recibe un bien con una liquidez escasa (el mercado está parado) y que probablemente valga menos de lo que supone al deuda asociada. Fijémonos que, por tanto, la dación no es neutra, se comporta en función de cómo se encuentre el mercado inmobiliario. Esto tiene, simplificando mucho, una ventaja y un inconveniente, como todo en la vida, salvo el amor. La ventaja es que es una fórmula que, al menos en parte, reequilibra la situación entre el hipotecado y el banco, de tal manera que hace que los riesgos que asume la entidad se incrementen en caso de llegar a una época como la actual y ofrece una alternativa al hipotecado de la que ahora no dispone, reduciendo así un poco la evidente desproporción que existe entre las dos partes. El inconveniente, derivado de lo anterior, es que el banco se pensará más si concede la hipoteca (su riesgo crece) y probablemente lo haga a precios algo más altos, para compensar esa subida en el riesgo. Uno pensará que ya que nos sangran todo lo posible que más da un poco más, pero ese efecto existiría. En el saldo global, creo que las ventajas son superiores a los inconvenientes y debiera incluirse como cláusula habitual en los contratos hipotecarios.
Pero esta discusión teórica es válida para las nuevas hipotecas, las que se firmen desde el momento en el que ese factor se tenga en cuenta. Las antiguas, las que no contemplan esa posibilidad, y se encuentran en riesgo de impago, son las que poseen un problema muy serio, y donde introducir la dación no deja de ser motivo de inseguridad jurídica. El gobierno aprobó ayer una norma para que los bancos, de manera voluntaria, la apliquen a las hipotecas vivas y así solucionen el problema de los desahucios. Acto voluntarioso, sí, pero que depende de lo que quieran hacer los bancos. Creo que les conviene aplicarlo, porque nadie entendería socialmente su postura de no hacerlo, pero eso aumentará sus pasivos y sus deudas, y volvemos a lo de lo bueno y lo malo. Menos mal que en el caso de IGU sí hay amor verdadero y todo esto no deja de ser un rollo que a él ni le va ni le viene……. Felicidades!!!
Como IGU es un tipo brillante y afortunado no tendrá problema alguno para pagar su hipoteca, porque nunca le faltará trabajo. Sin embargo todos conocemos casos en los que se llega a final de mes de la peor manera posible, y que el coste de la hipoteca puede asfixiar y, si todo va mal, convertirse en la llave hacia el desahucio y la calle. Afortunadamente no le ha pasado a nadie de mi entorno, pero todos los días en la tele vemos casos que se producen en cualquier punto de España. Desde muchas asociaciones y plataformas se lleva tiempo reclamando que se instaure aquí también la figura de la dación en pago, mediante la cual uno cancela la deuda hipotecaria con la entrega del piso, independientemente de cual sea el valor de venta del mismo y de por cuánto se otorgó el préstamo. Esta fórmula está muy extendida en el mundo anglosajón, pero en España es una rareza. La hemos visto mucho estos años en Estados Unidos, donde la simbólica entrega de las llaves supone la renuncia de la vivienda pero también el saldo de la deuda. Aquí no, porque la pérdida de la casa implica que se cubre la hipoteca por el valor residual del bien, pero si éste es menor de lo que se debe, se tiene que seguir pagando hasta cubrir la totalidad de la deuda, y eso en una época de precios a la baja es más habitual de lo que parece. Introducir la dación como comportamiento opcional en todos los contratos tiene ventajas e inconvenientes para ambas partes. En época de precios al alza, como en la burbuja, y pese a que lo normal sería poder pagar el piso, una entrega de la casa beneficia al banco y perjudica al propietario, que se desprende de un activo que se revaloriza. En momentos como los actuales, re crisis económica y precios descendentes, la dación beneficia al hipotecado y perjudica al banco, que recibe un bien con una liquidez escasa (el mercado está parado) y que probablemente valga menos de lo que supone al deuda asociada. Fijémonos que, por tanto, la dación no es neutra, se comporta en función de cómo se encuentre el mercado inmobiliario. Esto tiene, simplificando mucho, una ventaja y un inconveniente, como todo en la vida, salvo el amor. La ventaja es que es una fórmula que, al menos en parte, reequilibra la situación entre el hipotecado y el banco, de tal manera que hace que los riesgos que asume la entidad se incrementen en caso de llegar a una época como la actual y ofrece una alternativa al hipotecado de la que ahora no dispone, reduciendo así un poco la evidente desproporción que existe entre las dos partes. El inconveniente, derivado de lo anterior, es que el banco se pensará más si concede la hipoteca (su riesgo crece) y probablemente lo haga a precios algo más altos, para compensar esa subida en el riesgo. Uno pensará que ya que nos sangran todo lo posible que más da un poco más, pero ese efecto existiría. En el saldo global, creo que las ventajas son superiores a los inconvenientes y debiera incluirse como cláusula habitual en los contratos hipotecarios.
Pero esta discusión teórica es válida para las nuevas hipotecas, las que se firmen desde el momento en el que ese factor se tenga en cuenta. Las antiguas, las que no contemplan esa posibilidad, y se encuentran en riesgo de impago, son las que poseen un problema muy serio, y donde introducir la dación no deja de ser motivo de inseguridad jurídica. El gobierno aprobó ayer una norma para que los bancos, de manera voluntaria, la apliquen a las hipotecas vivas y así solucionen el problema de los desahucios. Acto voluntarioso, sí, pero que depende de lo que quieran hacer los bancos. Creo que les conviene aplicarlo, porque nadie entendería socialmente su postura de no hacerlo, pero eso aumentará sus pasivos y sus deudas, y volvemos a lo de lo bueno y lo malo. Menos mal que en el caso de IGU sí hay amor verdadero y todo esto no deja de ser un rollo que a él ni le va ni le viene……. Felicidades!!!
miércoles, febrero 22, 2012
La hermana Lisa
Ayer fue un día muy especial en el Museo del Prado, digno de recordarse. Tras mucho revuelo mediático, y con la presencia de una montaña de periodistas y curiosos, la pinacoteca mostró por primera vez al público la restaurada copia del cuadro de la Gioconda que desde hace mucho tiempo yacía olvidad en el fondo de sus sótanos. Al parecer se sabía desde hace tiempo que existía esa copia, pero ha sido la restauración la que ha desvelado unos fondos idénticos a los del famoso cuadro original y ha permitido suponer que este cuadro se hizo por un copista a la vez que Leonardo pintaba su obra más conocida.
Lo cierto es que si uno entra en el enlace que he añadido arriba y hace el juego de comparar la imagen clásica con esta las similitudes son asombrosas. Los fondos, montañosos y nublados son casi idénticos, y es la expresión de la cara de la retratada la que varía, más en la parte izquierda del rostro según se mira que en la derecha, que es prácticamente calcada. La Gioconda del Prado, por así llamar, luce luminosa tras el trabajo de restauración y el efecto que esto produce sobre el vestido que porta es impresionante. Las mangas lucen un rojo intenso que no se adivina por ninguna parte en la Gioconda del Louvre, y la gasa que lleva por encima crea un juego de transparencias muy interesante sobre el brazo izquierdo de la modelo, el que está a la derecha según se mira el cuadro. El cuello del vestido luce así mismo unos bordados y filigranas que en la versión original están completamente ocultos, y que apenas si se adivinan. Por así decirlo, la versión madrileña posee toda la luz que le falta al cuadro que reside en París. Realmente el efecto resulta de lo más curioso, y la mera posibilidad de que ambos cuadros fueran pintados a la vez, uno por el maestro Leonardo y otro por algún discípulo suyo, resulta apasionante. La escena bien pudiera ser tal que la modelo posa ante los dos retratistas, o quién sabe si llegó a haber más. Quizás sólo Leonardo la mira directamente, mientras que el alumno se encuentra de espaldas y gira la cabeza de tanto en tanto para fijarse en los detalles y seguir con su obra. Lo cierto es que no se tiene mucha idea de en que contexto podemos introducir esta escena. ¿Estaba Leonardo dando una clase de retrato a un aventajado discípulo y este era uno de sus “exámenes”? ¿O era normal hacer varias copias del mismo retrato por si alguna se perdía o deterioraba? Quizás el copista fuera eso, un mero copiador de la obra que por encargo pintaba para hacer un segundo juego y destinarlo a un almacén o a satisfacer otro contrato. Puede que la modelo, orgullosa, quisiera dos obras, una para cada uno de sus hipotéticos palacios, y que la de Leonardo, el maestro, se destinara a su residencia habitual y la otra a su residencia de verano. No se si habrá forma de saberlo, pero lo cierto es que la visión de las dos imágenes juntas muestra tantas similitudes que abre la puerta a la imaginación, a fantasear historias de lo que sucedía en el taller del genio de Vinci y en cómo trabajaban los pintores y artistas de la época, que recordemos eran más empleados autónomos a destajo de sus clientes que creadores de arte, y que una vez instalados en la fama poseían un equipo de trabajo que, junto a ellos, creaba las obras que los han inmortalizado.
En pocas semanas la Gioconda madrileña se irá de viaje a París, a conocer a su hermana gemela, con la que puede que no se haya reunido desde que fueron creadas hace ya varios siglos. En una sala del Louvre de París, ambas serán expuestas una junto a la otra, y mirándose de manera tan pícara como sensual, a saber las cosas que se contarán una a la otra, la alegría que sentirán al reunirse nuevamente tras tan larga separación, y la de historias jugosas que pueden llegar a imaginarse ante las dos imágenes de, quizás, la mujer retratada más famosa de la historia. Fascinante.
Lo cierto es que si uno entra en el enlace que he añadido arriba y hace el juego de comparar la imagen clásica con esta las similitudes son asombrosas. Los fondos, montañosos y nublados son casi idénticos, y es la expresión de la cara de la retratada la que varía, más en la parte izquierda del rostro según se mira que en la derecha, que es prácticamente calcada. La Gioconda del Prado, por así llamar, luce luminosa tras el trabajo de restauración y el efecto que esto produce sobre el vestido que porta es impresionante. Las mangas lucen un rojo intenso que no se adivina por ninguna parte en la Gioconda del Louvre, y la gasa que lleva por encima crea un juego de transparencias muy interesante sobre el brazo izquierdo de la modelo, el que está a la derecha según se mira el cuadro. El cuello del vestido luce así mismo unos bordados y filigranas que en la versión original están completamente ocultos, y que apenas si se adivinan. Por así decirlo, la versión madrileña posee toda la luz que le falta al cuadro que reside en París. Realmente el efecto resulta de lo más curioso, y la mera posibilidad de que ambos cuadros fueran pintados a la vez, uno por el maestro Leonardo y otro por algún discípulo suyo, resulta apasionante. La escena bien pudiera ser tal que la modelo posa ante los dos retratistas, o quién sabe si llegó a haber más. Quizás sólo Leonardo la mira directamente, mientras que el alumno se encuentra de espaldas y gira la cabeza de tanto en tanto para fijarse en los detalles y seguir con su obra. Lo cierto es que no se tiene mucha idea de en que contexto podemos introducir esta escena. ¿Estaba Leonardo dando una clase de retrato a un aventajado discípulo y este era uno de sus “exámenes”? ¿O era normal hacer varias copias del mismo retrato por si alguna se perdía o deterioraba? Quizás el copista fuera eso, un mero copiador de la obra que por encargo pintaba para hacer un segundo juego y destinarlo a un almacén o a satisfacer otro contrato. Puede que la modelo, orgullosa, quisiera dos obras, una para cada uno de sus hipotéticos palacios, y que la de Leonardo, el maestro, se destinara a su residencia habitual y la otra a su residencia de verano. No se si habrá forma de saberlo, pero lo cierto es que la visión de las dos imágenes juntas muestra tantas similitudes que abre la puerta a la imaginación, a fantasear historias de lo que sucedía en el taller del genio de Vinci y en cómo trabajaban los pintores y artistas de la época, que recordemos eran más empleados autónomos a destajo de sus clientes que creadores de arte, y que una vez instalados en la fama poseían un equipo de trabajo que, junto a ellos, creaba las obras que los han inmortalizado.
En pocas semanas la Gioconda madrileña se irá de viaje a París, a conocer a su hermana gemela, con la que puede que no se haya reunido desde que fueron creadas hace ya varios siglos. En una sala del Louvre de París, ambas serán expuestas una junto a la otra, y mirándose de manera tan pícara como sensual, a saber las cosas que se contarán una a la otra, la alegría que sentirán al reunirse nuevamente tras tan larga separación, y la de historias jugosas que pueden llegar a imaginarse ante las dos imágenes de, quizás, la mujer retratada más famosa de la historia. Fascinante.
martes, febrero 21, 2012
Escayola para tapar la ruina
Esta noche se ha llegado un acuerdo en Bruselas entre la Troika, compuesta por la Unión Europea, el FMI y el Instituto Internacional de Finanzas, y el gobierno griego para que la Unión desbloquee los cerca de 130.000 millones de euros del segundo rescate al país heleno. Se logra así evitar la quiebra insolvente de la economía griega y su desmoronamiento, y con él el de gran parte de lo que llamamos Unión Europea. Seguro que tras leer los titulares rápidos de los medios alguno se anima con el champán y brinda para dar por finalizado todo este episodio. Que lo haga, porque a nadie le amarga un dulce, pero esto está muy lejos de acabarse.
Y es que si se fijan la situación griega es tan agónica que el objetivo del rescate pactado no es otro que el de devolver gran parte del principal y los intereses del primer rescate y de otras obligaciones de deuda contraídas por Grecia. Más que una solución, se ha pactado una refinanciación, una forma de volver a echar el muerto hacia delante, y a ver si en el futuro no nos lo encontramos. Se ha hecho una quita, sí, generosa por parte de los “voluntarios” acreedores privados, pero referida a las deudas pasadas. Desde hoy las deudas griegas se incrementan en el volumen neto que resulte de restar al rescate otorgado la deuda que con él se amortiza, por lo que en el fondo el problema sigue estando más o menos como al principio. De medidas para lograr que Grecia crezca económicamente y pueda generar recursos para pagar su deuda, que es la única manera real de salir de este agujero, de nada de nada. Ni se las espera ni, por lo que se ve, se las conoce. Además el acuerdo pactado incluye un aspecto muy novedoso y preocupante para lo griegos, y es la cesión total de soberanía que implica. Nadie se fía ya de Grecia, pese a que se la fíe dinero, y todos los agentes reunidos en Bruselas han constatado que las negociaciones habidas estos últimos meses han sido un mareo que ha conducido a la parálisis. Para evitarlo se ha decidido que, desde ahora, una representación permanente de la Troika resida en Grecia, y vigile que el gobierno griego realiza de manera efectiva todo aquello a lo que se ha comprometido, llámese venta de empresas públicas o bajadas de salarios y pensiones. Hasta ahora el gobierno griego había prometido de todo pero en la práctica poco había hecho, y desde hoy tendrá un supervisor que le obligará a cumplir. Esto se puede vender de muchas maneras, pero no es otra cosa que cargarse al gobierno griego, que figura como tal, pero que en la práctica no gobierna, sino que simplemente ejecuta las políticas adoptadas por la Troika. Da la cara sí, pero realmente no es el agente que decide lo que se va a hacer. De una manera sibilina, desde hoy Grecia es un protectorado económico y político de la Unión Europea, ha dejado de ser un país tal y como entendemos ese concepto asociado a un estado soberano, y se encuentra en manos de sus acreedores. Cuando en Abril se produzcan las previstas elecciones griegas los votantes acudirán a las urnas sabiendo, supongo que así será, que su voto no vale mucho, porque si algún candidato anuncia que rechaza el acuerdo no tendrá opciones de presentarse. La quiebra financiera ha provocado la quiebra política, y es que de poco sirve un gestor si no tiene qué gestionar.
Yendo un poco más allá, ¿es esta una solución al problema griego? Mi opinión es que no. El país está quebrado, su economía muerta y no tiene posibilidad alguna de sobrevivir dentro del euro. Tarde o temprano los números no darán y habrá que plantearse muy en serio la opción de su salida de la zona euro, porque encorsetado en la moneda única jamás podrá crecer ni generar recursos propios que alivien su deuda. El acuerdo de ayer salva la situación de mañana, pero deja el problema enquistado hasta que, dentro de unos meses, vuelva a resucitar. Denle al champán si desean, pero no se dejen engañar por sus burbujas.
Y es que si se fijan la situación griega es tan agónica que el objetivo del rescate pactado no es otro que el de devolver gran parte del principal y los intereses del primer rescate y de otras obligaciones de deuda contraídas por Grecia. Más que una solución, se ha pactado una refinanciación, una forma de volver a echar el muerto hacia delante, y a ver si en el futuro no nos lo encontramos. Se ha hecho una quita, sí, generosa por parte de los “voluntarios” acreedores privados, pero referida a las deudas pasadas. Desde hoy las deudas griegas se incrementan en el volumen neto que resulte de restar al rescate otorgado la deuda que con él se amortiza, por lo que en el fondo el problema sigue estando más o menos como al principio. De medidas para lograr que Grecia crezca económicamente y pueda generar recursos para pagar su deuda, que es la única manera real de salir de este agujero, de nada de nada. Ni se las espera ni, por lo que se ve, se las conoce. Además el acuerdo pactado incluye un aspecto muy novedoso y preocupante para lo griegos, y es la cesión total de soberanía que implica. Nadie se fía ya de Grecia, pese a que se la fíe dinero, y todos los agentes reunidos en Bruselas han constatado que las negociaciones habidas estos últimos meses han sido un mareo que ha conducido a la parálisis. Para evitarlo se ha decidido que, desde ahora, una representación permanente de la Troika resida en Grecia, y vigile que el gobierno griego realiza de manera efectiva todo aquello a lo que se ha comprometido, llámese venta de empresas públicas o bajadas de salarios y pensiones. Hasta ahora el gobierno griego había prometido de todo pero en la práctica poco había hecho, y desde hoy tendrá un supervisor que le obligará a cumplir. Esto se puede vender de muchas maneras, pero no es otra cosa que cargarse al gobierno griego, que figura como tal, pero que en la práctica no gobierna, sino que simplemente ejecuta las políticas adoptadas por la Troika. Da la cara sí, pero realmente no es el agente que decide lo que se va a hacer. De una manera sibilina, desde hoy Grecia es un protectorado económico y político de la Unión Europea, ha dejado de ser un país tal y como entendemos ese concepto asociado a un estado soberano, y se encuentra en manos de sus acreedores. Cuando en Abril se produzcan las previstas elecciones griegas los votantes acudirán a las urnas sabiendo, supongo que así será, que su voto no vale mucho, porque si algún candidato anuncia que rechaza el acuerdo no tendrá opciones de presentarse. La quiebra financiera ha provocado la quiebra política, y es que de poco sirve un gestor si no tiene qué gestionar.
Yendo un poco más allá, ¿es esta una solución al problema griego? Mi opinión es que no. El país está quebrado, su economía muerta y no tiene posibilidad alguna de sobrevivir dentro del euro. Tarde o temprano los números no darán y habrá que plantearse muy en serio la opción de su salida de la zona euro, porque encorsetado en la moneda única jamás podrá crecer ni generar recursos propios que alivien su deuda. El acuerdo de ayer salva la situación de mañana, pero deja el problema enquistado hasta que, dentro de unos meses, vuelva a resucitar. Denle al champán si desean, pero no se dejen engañar por sus burbujas.
jueves, febrero 16, 2012
Irán tensa la cuerda
Si ayer me refería a lo que sucede en el seno de la Unión Europea como una partida de póker, o de mus, un símil parecido puede emplearse a la relación que mantiene Irán con la comunidad internacional a cuenta del desarrollo, acelerado, de su programa nuclear. Ayer asistimos a una nueva escena dentro de ese juego, cuando por la mañana Irán anunció que, unilateralmente suspendía las exportaciones de crudo a varios países occidentales, entre ellos España, y a las pocas horas se retractó y dijo que eso no era cierto. ¿Farol? ¿Lucha interna? ¿Juego de nervios?
Lo cierto es que la tensión en la zona no deja de crecer, y la guerra fría que allí se mantiene se está calentando poco a poco, despacito pero sin pausa. Esta semana por ejemplo la batalla que mantienen el espionaje israelí y el iraní ha tenido un nuevo episodio violento. Tras el asesinato de varios expertos nucleares iraníes, a manos sospecha todo el mundo de agentes del Mosad, Irán ha pasado a la contraofensiva y ha tratado de atentar contra personal diplomático israelí sito en sus embajadas de India, Georgia y Tailandia. Fueron los efectos del frustrado atentado de Bangkok, que ocasionó graves heridas a quien lo iba a cometer lo que ha permitido que la noticia salga a la luz, aunque seguramente mucha gente ni se haya enterado. El balance demuestra que, al menos en este tipo de ataques, Israel le lleva mucha ventaja la régimen de los ayatolaes, porque no ha muerto ningún representante de los consulados judíos en los atentados. Ideal, verdad? En este contexto es normal que día sí y día también las webs que anuncian que Israel atacará en primavera crezcan como las flores en dicha estación, y la actitud desafiante del gobierno de nuestro gran amigo Ahmadineyad no contribuye a apaciguar los ánimos. Ayer, junto al amago de corte de suministro, “Ajma” y el resto de su tropa se pasearon ante la televisión oficial visitando otro centro de reprocesamiento de uranio, y presentando al mundo otras tres mil centrifugadoras, diseñadas no para convertir a Irán en una potencia en lo que hace al secado de ropa, no, sino pensadas para seguir aumentando la pureza del uranio y al cantidad reprocesada del mismo. Si como dice el régimen ha superado el grado del 20% de enriquecimiento (el material de una central requiere un 3% y la bomba cerca del 99%) es normal que todo el mundo se pregunte no ya si Irán busca la bomba, sino cuándo va a ser capaz de tenerla. La reacción norteamericana ha sido decir que “Ajma” le ha dado mucho bombo a su visita “científica” de ayer, como queriendo bajar la presión sobre el asunto y tratando de hacer ver que en parte, y es cierto, Irán juega tanto a la propaganda como a la confusión. La posición de Estados Unidos en este asunto es, de momento, incómoda. Embarcado en año electoral, una guerra en el Golfo Pérsico podría ser devastadora para la carrera presidencial de Obama, tanto por presentarse a las elecciones en medio de otra guerra en oriente Medio como por la influencia que tendría ese conflicto en el precio del petróleo y el agravamiento de la crisis que supondría su disparo. Parece que por ahora la Casa Blanca trata de frenar las ansias de ataque de Israel, mostrándole además que no posee los medios técnicos necesarios para acabar con el programa iraní, tal y como lo han protegido los técnicos persas.
En definitiva, un lío de los gordos. Por de pronto el farol de ayer puso el barril de Brent, referencia europea, en los 118 dólares, precio muy elevado, y con un euro a 1,3 dólares y bajando más cuanto más se líe lo de Grecia lo que es seguro es que ya pagamos en el surtidor parte de la tensión que se está cocinando entre Teherán y el resto del mundo. Está por ver al final que plato sale de ahí y a cuánto asciende la factura. Sospecho que el sabor del menú será amargo, y el importe muy elevado, pero aún quedan muchas jugadas hasta llegar a ese punto. Habrá que seguirlas con atención.
Me cojo vacaciones mañana viernes y el Lunes 20. Hasta el martes 21 si no hay sorpresas. Sean felices.
Lo cierto es que la tensión en la zona no deja de crecer, y la guerra fría que allí se mantiene se está calentando poco a poco, despacito pero sin pausa. Esta semana por ejemplo la batalla que mantienen el espionaje israelí y el iraní ha tenido un nuevo episodio violento. Tras el asesinato de varios expertos nucleares iraníes, a manos sospecha todo el mundo de agentes del Mosad, Irán ha pasado a la contraofensiva y ha tratado de atentar contra personal diplomático israelí sito en sus embajadas de India, Georgia y Tailandia. Fueron los efectos del frustrado atentado de Bangkok, que ocasionó graves heridas a quien lo iba a cometer lo que ha permitido que la noticia salga a la luz, aunque seguramente mucha gente ni se haya enterado. El balance demuestra que, al menos en este tipo de ataques, Israel le lleva mucha ventaja la régimen de los ayatolaes, porque no ha muerto ningún representante de los consulados judíos en los atentados. Ideal, verdad? En este contexto es normal que día sí y día también las webs que anuncian que Israel atacará en primavera crezcan como las flores en dicha estación, y la actitud desafiante del gobierno de nuestro gran amigo Ahmadineyad no contribuye a apaciguar los ánimos. Ayer, junto al amago de corte de suministro, “Ajma” y el resto de su tropa se pasearon ante la televisión oficial visitando otro centro de reprocesamiento de uranio, y presentando al mundo otras tres mil centrifugadoras, diseñadas no para convertir a Irán en una potencia en lo que hace al secado de ropa, no, sino pensadas para seguir aumentando la pureza del uranio y al cantidad reprocesada del mismo. Si como dice el régimen ha superado el grado del 20% de enriquecimiento (el material de una central requiere un 3% y la bomba cerca del 99%) es normal que todo el mundo se pregunte no ya si Irán busca la bomba, sino cuándo va a ser capaz de tenerla. La reacción norteamericana ha sido decir que “Ajma” le ha dado mucho bombo a su visita “científica” de ayer, como queriendo bajar la presión sobre el asunto y tratando de hacer ver que en parte, y es cierto, Irán juega tanto a la propaganda como a la confusión. La posición de Estados Unidos en este asunto es, de momento, incómoda. Embarcado en año electoral, una guerra en el Golfo Pérsico podría ser devastadora para la carrera presidencial de Obama, tanto por presentarse a las elecciones en medio de otra guerra en oriente Medio como por la influencia que tendría ese conflicto en el precio del petróleo y el agravamiento de la crisis que supondría su disparo. Parece que por ahora la Casa Blanca trata de frenar las ansias de ataque de Israel, mostrándole además que no posee los medios técnicos necesarios para acabar con el programa iraní, tal y como lo han protegido los técnicos persas.
En definitiva, un lío de los gordos. Por de pronto el farol de ayer puso el barril de Brent, referencia europea, en los 118 dólares, precio muy elevado, y con un euro a 1,3 dólares y bajando más cuanto más se líe lo de Grecia lo que es seguro es que ya pagamos en el surtidor parte de la tensión que se está cocinando entre Teherán y el resto del mundo. Está por ver al final que plato sale de ahí y a cuánto asciende la factura. Sospecho que el sabor del menú será amargo, y el importe muy elevado, pero aún quedan muchas jugadas hasta llegar a ese punto. Habrá que seguirlas con atención.
Me cojo vacaciones mañana viernes y el Lunes 20. Hasta el martes 21 si no hay sorpresas. Sean felices.
miércoles, febrero 15, 2012
Una tarde de nervios
Ayer por la tarde vivimos un complejo episodio que delata hasta que punto los nervios están a flor de piel en el patio económico y político europeo y de que los rumores, interesados o no, mandan más que la realidad. Como mínimo todo lo sucedido demuestra que la situación se está volviendo irracional hasta un punto en el que será difícil que vuelva a estar bajo control. Ayer el palo le tocó a España, pero hoy puede ser a Bélgica y mañana a Dinamarca, y sí, a Grecia y Portugal todos los días, de una manera u otra.
Al mediodía Reuters, una seria y fiable agencia de noticias, filtró que la Comisión europea estaba dudando de las cifras de déficit para el año 2011 de las que había informado el gobierno de España, y que consideraba que el 8% anunciado públicamente estaba inflado para así conseguir que el año 2012 saliera mejor en al comparativa pasara lo que pasase. La acusación era muy seria, porque falseando las cuentas es como empezó la tragedia griega. El gobierno salió rápido a desmentirlo, pero en el mundo de Internet rápido no es suficiente, y para cuando lo hizo todas las webs españolas de noticias, y muchas europeas, titulaban con acusaciones de falsear las cuentas. La presión iba en aumento y todos los ojos se dirigían a la Comisión Europea. Pasadas las 18 horas, Olli Rehn, finlandés, que es el comisario de asuntos económicos, dio una rueda de prensa en la que afirmaba que las informaciones de Reuters eran falsas…. pero insistía con fuerza en la necesidad de que el gobierno de España presente los presupuestos de 2012 de una vez y que se siga comprometiendo al déficit pactado del 4,4% para este 2012. Vamos, una de cal y cuatro de arena, porque el discurso de Rehn fue muy duro con España, y coincidió con la publicación del primer informe elaborado por el Mecanismo de Alerta temprana, una entidad creada por el Consejo Europeo para seguir la evolución de las variables macroeconómicas de los países de la UE para reducir los desequilibrios. En este examen se analizan diez variables, algo así como un análisis de sangre en el que te miran la tensión, el colesterol, triglicéridos, etc. Y España ha sacado suspenso en seis de ellas, por lo que salimos de la consulta con un diagnóstico nefasto, y el médico Rehn ayer nos impuso una estricta dieta y un recetario inmenso de duros tratamientos, me temo que sin protector gástrico. Como verán ayer nos dieron palos por todas partes, y al final del día el economista español estaba magullado, el gobierno se arrastraba a la esquina del cuadrilátero muy tocado y el público, ansioso de espectáculo, se quedaba sin saber muy bien como valorarlo. La pregunta clave es de dónde surgió la filtración de Reuters que originó toda la bronca. Los amantes de las conspiraciones lo tienen fácil, y ya señalan a los aledaños del PSOE en Bruselas, maquinando para hundir el prestigio del gobierno y dejar al descubierto sus debilidades, empezando por una muy cierta, que es el supeditar parte de su política a las elecciones autonómicas andaluzas (que el PP ganará de todas todas) Como es obvio no creo en esta teoría, y no crean que no es verosímil, pero ni me imagino a altos cargos y dirigentes socialistas haciendo una jugada tan cutre, que tarde o temprano se sabría, ni a la propia comisión Europea haciéndoles caso en un asunto tan delicado. No, los tiros no van por ahí.
Analizándolo en frío, ayer el gobierno sufrió un repentino aumento de presión para que no se dilate en el tiempo, no baje la guardia contra el déficit y cumpla con lo pactado. Pierde Rajoy, gana Bruselas. ¿De dónde parece lógico que surja la información? Sí, de Bruselas. Lo más probable es que fueran fuentes de la propia Comisión Europea las que malmetieron a Reuters para dar esa noticia y luego, por la tarde, aprovechando el río revuelto, desmintieron el tema del 8% pero cargaron las tintas en lo que les interesa. ¿Póker? ¿Mus? Una mezcla de todo, acompañada de una actitud bastante trilera, si. Menuda tarde la de ayer. Casi perdemos hasta la camisa.
Al mediodía Reuters, una seria y fiable agencia de noticias, filtró que la Comisión europea estaba dudando de las cifras de déficit para el año 2011 de las que había informado el gobierno de España, y que consideraba que el 8% anunciado públicamente estaba inflado para así conseguir que el año 2012 saliera mejor en al comparativa pasara lo que pasase. La acusación era muy seria, porque falseando las cuentas es como empezó la tragedia griega. El gobierno salió rápido a desmentirlo, pero en el mundo de Internet rápido no es suficiente, y para cuando lo hizo todas las webs españolas de noticias, y muchas europeas, titulaban con acusaciones de falsear las cuentas. La presión iba en aumento y todos los ojos se dirigían a la Comisión Europea. Pasadas las 18 horas, Olli Rehn, finlandés, que es el comisario de asuntos económicos, dio una rueda de prensa en la que afirmaba que las informaciones de Reuters eran falsas…. pero insistía con fuerza en la necesidad de que el gobierno de España presente los presupuestos de 2012 de una vez y que se siga comprometiendo al déficit pactado del 4,4% para este 2012. Vamos, una de cal y cuatro de arena, porque el discurso de Rehn fue muy duro con España, y coincidió con la publicación del primer informe elaborado por el Mecanismo de Alerta temprana, una entidad creada por el Consejo Europeo para seguir la evolución de las variables macroeconómicas de los países de la UE para reducir los desequilibrios. En este examen se analizan diez variables, algo así como un análisis de sangre en el que te miran la tensión, el colesterol, triglicéridos, etc. Y España ha sacado suspenso en seis de ellas, por lo que salimos de la consulta con un diagnóstico nefasto, y el médico Rehn ayer nos impuso una estricta dieta y un recetario inmenso de duros tratamientos, me temo que sin protector gástrico. Como verán ayer nos dieron palos por todas partes, y al final del día el economista español estaba magullado, el gobierno se arrastraba a la esquina del cuadrilátero muy tocado y el público, ansioso de espectáculo, se quedaba sin saber muy bien como valorarlo. La pregunta clave es de dónde surgió la filtración de Reuters que originó toda la bronca. Los amantes de las conspiraciones lo tienen fácil, y ya señalan a los aledaños del PSOE en Bruselas, maquinando para hundir el prestigio del gobierno y dejar al descubierto sus debilidades, empezando por una muy cierta, que es el supeditar parte de su política a las elecciones autonómicas andaluzas (que el PP ganará de todas todas) Como es obvio no creo en esta teoría, y no crean que no es verosímil, pero ni me imagino a altos cargos y dirigentes socialistas haciendo una jugada tan cutre, que tarde o temprano se sabría, ni a la propia comisión Europea haciéndoles caso en un asunto tan delicado. No, los tiros no van por ahí.
Analizándolo en frío, ayer el gobierno sufrió un repentino aumento de presión para que no se dilate en el tiempo, no baje la guardia contra el déficit y cumpla con lo pactado. Pierde Rajoy, gana Bruselas. ¿De dónde parece lógico que surja la información? Sí, de Bruselas. Lo más probable es que fueran fuentes de la propia Comisión Europea las que malmetieron a Reuters para dar esa noticia y luego, por la tarde, aprovechando el río revuelto, desmintieron el tema del 8% pero cargaron las tintas en lo que les interesa. ¿Póker? ¿Mus? Una mezcla de todo, acompañada de una actitud bastante trilera, si. Menuda tarde la de ayer. Casi perdemos hasta la camisa.
martes, febrero 14, 2012
Españoles colgados por el mundo
El tema de conversación en estos días es el de la reforma laboral aprobada por el gobierno el pasado Viernes. No soy un experto en este tema, que es mucho más complejo de lo que parece, pero es evidente que el mercado de trabajo en España no funciona, e independientemente de que una reforma no crea empleo por sí sola, y de que la demanda no va a crecer en mucho tiempo, hay que intentar hacer algo que nos acerque a la legislación de los países de nuestro entorno, por lo que en principio le daré un voto de confianza. El tiempo dirá si el gobierno acertó en su planteamiento o no.
Lo que me parece claro de todas las declaraciones de sindicatos, patronal y gobierno que veo en estos días es que aún no parecen ser conscientes de la profunda catástrofe que se vive en el mundo del trabajo en España. Independientemente de que haya fraude en el paro registrado y estimado, que lo hay, el ciudadano español a pie de calle está aterrado ante la posibilidad de ser despedido, porque sabe que vive en uno de los países civilizados del mundo donde son menores las oportunidades de empleo y de encontrar una nueva ocupación. El paro en España es una condena por tiempo indefinido, a veces fijo. La situación está llegando a un extremo tal que asumimos como normal el absoluto fracaso que supone que la gente se largue del país para encontrar lo que aquí no hay. Sí, es un fracaso social, de las instituciones y de los muy mal llamados agentes sociales. Lo que ocurre es que a veces esa huída al exterior supone sustituir los problemas conocidos por otros quizá tan grandes pero, además, inesperados. Este Domingo El País publicaba un fascinante (y cruel) reportaje sobre un grupo de españoles, la mayor parte procedentes de la construcción, que animados por el idílico mundo que veían en el programa de TVE “Españoles por el mundo” se animaron a trasladarse a Bergen, Noruega, una ciudad de unos doscientos mil habitantes con ausencia total de paro y pobreza. Cargados de ilusiones, sueños, poco dinero y formación escasa, esperaban encontrar en ese destino el nuevo El Dorado, un lugar en el que trabajar y alcanzar el nivel de vida que habían visto en el reportaje de la televisión. Sin embargo muchos de ellos, transcurrido un tiempo desde que se encuentran allí, cuentan una película que no tiene nada que ver con lo que soñaban y, tengan por seguro, no será emitida en horario de máxima audiencia ni en TVE ni en otro canal. Solos, desamparados, en un ambiente hostil, en el que las temperaturas pueden bajar hasta cifras que ni somos capaces de imaginar, en una sociedad bastante cerrada y que habla un idioma completamente incomprensible, la mayoría relatan experiencias que empiezan con unos primeros días reambulantes por un Bergen de postal pero que acaban convirtiéndose en noches al raso, en buscar portales donde cobijarse para encontrar abrigo de un frío que no cesa, de conocer la mendicidad como forma de salir adelante, de emplear la caridad, cosa que muchos jamás habrían imaginado, para poder comer caliente una vez al día, de trabajos ilegales, realizados a escondidas, sin contrato ni garantía alguna. Cada una de las historias que allí se relatan son crudas, descarnadas y tristes, al menos esa es la percepción con la que acabé al leerlas. Sueños frustrados en medio del gélido viento norte, y el paraíso convertido en una pesadilla de frío y pobreza. La solidaridad entre ellos, la red que trataban de crear para protegerse en medio de esa batalla por la supervivencia era la única cara amable que se podía extraer de la historia, la única lección positiva. El resto no tenía nada de postal, y sí mucho de carta amarga.
Ayer por la noche, en el programa de la Brújula de Onda Cero, Alsina leyó un mensaje de una española residente en Holanda que había leído ese reportaje dominical, y que conocía también historias similares en la ciudad donde residía, y suplicaba a los españoles que no poseyeran formación, títulos y amplia experiencia laboral que, por favor, no viajaran allí, porque se iban a encontrar con el mismo panorama que mostraba el reportaje noruego. En fin, podrían esta semana los “agentes” leérselo y reflexionar hasta que punto estamos mal aquí como para que la gente acabe malviviendo en las cercanías del polo.
Lo que me parece claro de todas las declaraciones de sindicatos, patronal y gobierno que veo en estos días es que aún no parecen ser conscientes de la profunda catástrofe que se vive en el mundo del trabajo en España. Independientemente de que haya fraude en el paro registrado y estimado, que lo hay, el ciudadano español a pie de calle está aterrado ante la posibilidad de ser despedido, porque sabe que vive en uno de los países civilizados del mundo donde son menores las oportunidades de empleo y de encontrar una nueva ocupación. El paro en España es una condena por tiempo indefinido, a veces fijo. La situación está llegando a un extremo tal que asumimos como normal el absoluto fracaso que supone que la gente se largue del país para encontrar lo que aquí no hay. Sí, es un fracaso social, de las instituciones y de los muy mal llamados agentes sociales. Lo que ocurre es que a veces esa huída al exterior supone sustituir los problemas conocidos por otros quizá tan grandes pero, además, inesperados. Este Domingo El País publicaba un fascinante (y cruel) reportaje sobre un grupo de españoles, la mayor parte procedentes de la construcción, que animados por el idílico mundo que veían en el programa de TVE “Españoles por el mundo” se animaron a trasladarse a Bergen, Noruega, una ciudad de unos doscientos mil habitantes con ausencia total de paro y pobreza. Cargados de ilusiones, sueños, poco dinero y formación escasa, esperaban encontrar en ese destino el nuevo El Dorado, un lugar en el que trabajar y alcanzar el nivel de vida que habían visto en el reportaje de la televisión. Sin embargo muchos de ellos, transcurrido un tiempo desde que se encuentran allí, cuentan una película que no tiene nada que ver con lo que soñaban y, tengan por seguro, no será emitida en horario de máxima audiencia ni en TVE ni en otro canal. Solos, desamparados, en un ambiente hostil, en el que las temperaturas pueden bajar hasta cifras que ni somos capaces de imaginar, en una sociedad bastante cerrada y que habla un idioma completamente incomprensible, la mayoría relatan experiencias que empiezan con unos primeros días reambulantes por un Bergen de postal pero que acaban convirtiéndose en noches al raso, en buscar portales donde cobijarse para encontrar abrigo de un frío que no cesa, de conocer la mendicidad como forma de salir adelante, de emplear la caridad, cosa que muchos jamás habrían imaginado, para poder comer caliente una vez al día, de trabajos ilegales, realizados a escondidas, sin contrato ni garantía alguna. Cada una de las historias que allí se relatan son crudas, descarnadas y tristes, al menos esa es la percepción con la que acabé al leerlas. Sueños frustrados en medio del gélido viento norte, y el paraíso convertido en una pesadilla de frío y pobreza. La solidaridad entre ellos, la red que trataban de crear para protegerse en medio de esa batalla por la supervivencia era la única cara amable que se podía extraer de la historia, la única lección positiva. El resto no tenía nada de postal, y sí mucho de carta amarga.
Ayer por la noche, en el programa de la Brújula de Onda Cero, Alsina leyó un mensaje de una española residente en Holanda que había leído ese reportaje dominical, y que conocía también historias similares en la ciudad donde residía, y suplicaba a los españoles que no poseyeran formación, títulos y amplia experiencia laboral que, por favor, no viajaran allí, porque se iban a encontrar con el mismo panorama que mostraba el reportaje noruego. En fin, podrían esta semana los “agentes” leérselo y reflexionar hasta que punto estamos mal aquí como para que la gente acabe malviviendo en las cercanías del polo.
lunes, febrero 13, 2012
Whitney Houston, también tú
El año pasado se murió Amy Winehouse, de manera repentina, culminando una breve y brillante carrera musical llena de éxitos, excesos y escándalos personales. No llegó ni a los treinta. Ayer fue Whitney Houston la que falleció. Sus carreras no son comparables, ni su éxito y fama, pero sí su misma trayectoria, que las llevó a lo más alto en su estilo, las hizo famosas en todo el mundo, a Houston era una celebridad absoluta, y su bajada a los infiernos las iguala en decadencia y tristeza. Ambos nombres ya son leyenda, e imagen de un mundo, el de la música, donde parece anidar el malditismo y la fatalidad.
No voy a decir que era esperada, pero el tono de sorpresa al anunciar su muerte me parece, en algunos casos, fingido. Desde hace años las apariciones de Houston, contadas, eran lamentables, tanto por el aspecto que ofrecía como por compararlas a las de sus años de gloria. A principios de los noventa era todo, absolutamente todo, en el plano musical, comercial y personal. Incluso se produjo un inmenso videoclip musical llamado “El guardaespaldas” cuyo único objetivo era mostrarse cantando en todo el mundo, acompañada de Kevin Costner, que en aquella época estaba en el olimpo de Hollywood, para darle al conjunto una imagen de película más digna. La cinta fue un éxito monumental, arrasó en taquilla, y su banda sonora se oía en las discotecas y lavabos de todo el mundo. Sólo Michael Jackson lucía más en el firmamento musical que ella. Ese fue su momento culminante, el que nunca volvió a alcanzar. A partir de ahí comenzó una acelerada caída en la que las drogas, la violencia y la destructiva relación con su marido, Bobby Brown, la llevaron al fondo de un pozo del que nunca pudo salir. Sus discos empezaron a sonar un poco menos y su nombre salía rotulado en imágenes en las que la policía y los juzgados llenaban la escena. Discusiones, peleas, abusos, Houston fue diluyéndose poco a poco, en medio del escándalo. Su figura física también se deterioró, y la imagen de una chica joven, plena, de inmensa y brillante dentadura, fue dando paso a una mujer de rostro triste, demacrado, y sucios dientes producto de todo lo que ingería, bien por placer o como vía de escape ante el fracaso de su mundo. Y en un momento dado, a principios de la década de los ceros, el nombre de Houston ya no se asociaba a la música, sino a las clínicas de rehabilitación (un día tengo que escribir sobre esta patochada) las libertades condicionales y la indigencia. Se vieron imágenes de Whitney deambulando por Los Ángeles, como una pordiosera, viva imagen del homeless anglosajón, que nadie hubiera podido suponer de conocerla entonces quién era y de donde venía. Algunos amigos se acordaron de ella pero, como sucede en tantas ocasiones, la mayoría le olvidaron y le dieron la espalda una vez que de su chequera no salían fondos sino deudas. Fueron varios los rumores de que se iba a morir, pero luego volvía. Tuvo numerosos intentos de volver a cantar, pero sus apariciones era una pálida y triste sombra de lo que fue. Su voz portentosa, infinita, se perdió para siempre, y subida al escenario, tratando de arrullar unas notas, las comparaciones no eran odiosas, sino crueles. Finalmente su vuelta no ha sido posible, y desde ayer vuelve a haber otra habitación en un hotel de Beverly Hills asociada a la muerte de un cantante, otro lugar de peregrinación, otra maldita tumba de glamour y excesos asociada a la música.
Me gustaba Whitney, sí, pero mucho más la primera que la última. Salí horrorizado de El Guardaespaldas porque la película era muy mala y su canción principal, “I will always love you” era un prodigio de voz, pero no lograba emocionarme. Me gustaba mucho la primera, la más fresca, más Rythm & Blues que la diva en la que luego se convirtió, más parecida a otras que ya había. El tema que más me gustó de los suyos fue el de “I want dance with somebody who loves me” una canción fresca, optimista, vital, muy bien compuesta y mejor cantada, en la que Whitney sonreía a la par que entonaba como ninguna. Una pena que nunca encontrase la amorosa pareja de baile que ansiaba.
No voy a decir que era esperada, pero el tono de sorpresa al anunciar su muerte me parece, en algunos casos, fingido. Desde hace años las apariciones de Houston, contadas, eran lamentables, tanto por el aspecto que ofrecía como por compararlas a las de sus años de gloria. A principios de los noventa era todo, absolutamente todo, en el plano musical, comercial y personal. Incluso se produjo un inmenso videoclip musical llamado “El guardaespaldas” cuyo único objetivo era mostrarse cantando en todo el mundo, acompañada de Kevin Costner, que en aquella época estaba en el olimpo de Hollywood, para darle al conjunto una imagen de película más digna. La cinta fue un éxito monumental, arrasó en taquilla, y su banda sonora se oía en las discotecas y lavabos de todo el mundo. Sólo Michael Jackson lucía más en el firmamento musical que ella. Ese fue su momento culminante, el que nunca volvió a alcanzar. A partir de ahí comenzó una acelerada caída en la que las drogas, la violencia y la destructiva relación con su marido, Bobby Brown, la llevaron al fondo de un pozo del que nunca pudo salir. Sus discos empezaron a sonar un poco menos y su nombre salía rotulado en imágenes en las que la policía y los juzgados llenaban la escena. Discusiones, peleas, abusos, Houston fue diluyéndose poco a poco, en medio del escándalo. Su figura física también se deterioró, y la imagen de una chica joven, plena, de inmensa y brillante dentadura, fue dando paso a una mujer de rostro triste, demacrado, y sucios dientes producto de todo lo que ingería, bien por placer o como vía de escape ante el fracaso de su mundo. Y en un momento dado, a principios de la década de los ceros, el nombre de Houston ya no se asociaba a la música, sino a las clínicas de rehabilitación (un día tengo que escribir sobre esta patochada) las libertades condicionales y la indigencia. Se vieron imágenes de Whitney deambulando por Los Ángeles, como una pordiosera, viva imagen del homeless anglosajón, que nadie hubiera podido suponer de conocerla entonces quién era y de donde venía. Algunos amigos se acordaron de ella pero, como sucede en tantas ocasiones, la mayoría le olvidaron y le dieron la espalda una vez que de su chequera no salían fondos sino deudas. Fueron varios los rumores de que se iba a morir, pero luego volvía. Tuvo numerosos intentos de volver a cantar, pero sus apariciones era una pálida y triste sombra de lo que fue. Su voz portentosa, infinita, se perdió para siempre, y subida al escenario, tratando de arrullar unas notas, las comparaciones no eran odiosas, sino crueles. Finalmente su vuelta no ha sido posible, y desde ayer vuelve a haber otra habitación en un hotel de Beverly Hills asociada a la muerte de un cantante, otro lugar de peregrinación, otra maldita tumba de glamour y excesos asociada a la música.
Me gustaba Whitney, sí, pero mucho más la primera que la última. Salí horrorizado de El Guardaespaldas porque la película era muy mala y su canción principal, “I will always love you” era un prodigio de voz, pero no lograba emocionarme. Me gustaba mucho la primera, la más fresca, más Rythm & Blues que la diva en la que luego se convirtió, más parecida a otras que ya había. El tema que más me gustó de los suyos fue el de “I want dance with somebody who loves me” una canción fresca, optimista, vital, muy bien compuesta y mejor cantada, en la que Whitney sonreía a la par que entonaba como ninguna. Una pena que nunca encontrase la amorosa pareja de baile que ansiaba.
viernes, febrero 10, 2012
La guerra de los guiñoles
El caso Contador, y la sentencia del TAS conocida esta semana que le acusa de dopaje e inhabilita por dos años, ha encendido una viva polémica entre el mundo del deporte sobre las acusaciones de doping y el supuesto uso de prácticas ilegales por otros deportistas españoles. En Francia, los guiñoles del Canal Plus, que lamentablemente hace mucho que no se emiten ene su versión española, llevan ya un par de días haciendo bromas, caricaturas y chistes con las figuras de Nadal, Gasol, Casillas y otras estrellas deportivas, en las que usan las jeringuillas como bolígrafos y su sangre es más potente que la gasolina.
Y se ha montado la mundial, y ahí es donde empiezo a no entender nada. Resulta que el Ministerio de Asuntos Exteriores ha presentado una queja oficial ante el gobierno francés por lo que están haciendo esos muñecos. Sí, sí, como suena, una queja al gobierno por la actuación de un medio de comunicación privado!!!! Y el Ministro de Educación califica de “intolerable” el comportamiento del medio galo por como está ensuciando la imagen de los deportistas españoles. A medida que ayer oía y veía todo esto me iba recostando en mi sofá con, supongo, cara de tonto, sin saber si esto era una broma de mal gusto o algo muy en serio. Por la pinta de indignados que asomaba en los rostros de los ministros del gobierno español la cosa debía ser seria, y quizás por su enojo no se han llegado a dar cuenta de hasta que punto están haciendo el más infame de los ridículos. De hecho ayer Margallo, el Ministro de Exteriores, le puso peor cara por este asunto al gobierno francés que al régimen sirio por las matanzas que sigue perpetrando en su país. De locos. Este episodio demuestra no sólo que falta mucho sentido del humor en el mundo en el que vivimos, sino que denota que no entendemos como funcionan las cosas. Lo que hacen los guiñoles podrá ser de mejor o peor gusto, más o menos acertado, tendrá su gracia o no, pero es un programa satírico que se mete con todo y trata de hacer chistes con la actualidad. Así de simple. Podrán gustarnos o no, será más o menso ofensivo, tratará de ridiculizar más a los españoles o no, pero eso es algo que no tiene ninguna importancia. Es un programa de humo, así de sencillo. ¿Con cuánta gente, colectivos e ideas se meten en cada capítulo de los Simpson? ¿Cuántas viñetas se publican en la prensa diaria nacional haciendo caricaturas de personajes y mofándose de lo que hicieron el día anterior? ¿y las revistas? ¿hay alguna página de El Jueves que no se mofe de alguien? Pensando en Francia, ¿cuántos chistes hemos hecho sobre las alzas que se pone Sarkozy para no parecer bajito junto a Carla Bruni? ¿Debiera Francia poner una denuncia a los humoristas españoles que se burlan de la talla de su presidente? Sólo el enunciar estas preguntas me hace ver en qué estúpido debate nos hemos metido, y la absoluta falta de gracia que tiene todo esto. A escala, me recuerda un poco al asunto de las viñetas de Mahoma, en el que si recuerdan un dibujante danés hizo unas chistes con un Mahoma muy islamista y terroristas, y eso causó una revuelta en el mundo musulmán que acabó con varios muertos e intentos de asesinato del caricaturista y atentados contra las embajadas danesas y la sede del periódico en el que fueron publicadas las viñetas. En aquel momento nos echábamos las manos a la cabeza, y con motivo, por la cerrazón de los islamistas, su falta de sentido del humor y el dogmatismo con el que expresaban sus ideas, que no admitían ni crítica ni chiste, y defendíamos la libertad creativa del dibujante danés, nos gustasen más o menos sus chistes. Pues en este caso la reflexión debiera ser la misma. Que los guiñoles hagan lo que quieran y los caricaturizados que se rías, y ya está.
Sin duda, el que debe estar más contento con todo esto es el propio Canal Plus francés. Como siempre sucede en estos casos, la actitud irracional del burlado es la mayor fuente de propaganda, audiencia y, asociada a lo anterior, ingresos contantes y sonantes. Por cada tontería que dicen los ministros españoles la audiencia de los muñecos sube y su presencia en Internet y los medios crece y crece. Al final el gobierno español debiera pedir un porcentaje en las ganancias, porque ha sido su irracional actitud la mejor campaña de promoción de la cadena. Puro surrealismo.
Y se ha montado la mundial, y ahí es donde empiezo a no entender nada. Resulta que el Ministerio de Asuntos Exteriores ha presentado una queja oficial ante el gobierno francés por lo que están haciendo esos muñecos. Sí, sí, como suena, una queja al gobierno por la actuación de un medio de comunicación privado!!!! Y el Ministro de Educación califica de “intolerable” el comportamiento del medio galo por como está ensuciando la imagen de los deportistas españoles. A medida que ayer oía y veía todo esto me iba recostando en mi sofá con, supongo, cara de tonto, sin saber si esto era una broma de mal gusto o algo muy en serio. Por la pinta de indignados que asomaba en los rostros de los ministros del gobierno español la cosa debía ser seria, y quizás por su enojo no se han llegado a dar cuenta de hasta que punto están haciendo el más infame de los ridículos. De hecho ayer Margallo, el Ministro de Exteriores, le puso peor cara por este asunto al gobierno francés que al régimen sirio por las matanzas que sigue perpetrando en su país. De locos. Este episodio demuestra no sólo que falta mucho sentido del humor en el mundo en el que vivimos, sino que denota que no entendemos como funcionan las cosas. Lo que hacen los guiñoles podrá ser de mejor o peor gusto, más o menos acertado, tendrá su gracia o no, pero es un programa satírico que se mete con todo y trata de hacer chistes con la actualidad. Así de simple. Podrán gustarnos o no, será más o menso ofensivo, tratará de ridiculizar más a los españoles o no, pero eso es algo que no tiene ninguna importancia. Es un programa de humo, así de sencillo. ¿Con cuánta gente, colectivos e ideas se meten en cada capítulo de los Simpson? ¿Cuántas viñetas se publican en la prensa diaria nacional haciendo caricaturas de personajes y mofándose de lo que hicieron el día anterior? ¿y las revistas? ¿hay alguna página de El Jueves que no se mofe de alguien? Pensando en Francia, ¿cuántos chistes hemos hecho sobre las alzas que se pone Sarkozy para no parecer bajito junto a Carla Bruni? ¿Debiera Francia poner una denuncia a los humoristas españoles que se burlan de la talla de su presidente? Sólo el enunciar estas preguntas me hace ver en qué estúpido debate nos hemos metido, y la absoluta falta de gracia que tiene todo esto. A escala, me recuerda un poco al asunto de las viñetas de Mahoma, en el que si recuerdan un dibujante danés hizo unas chistes con un Mahoma muy islamista y terroristas, y eso causó una revuelta en el mundo musulmán que acabó con varios muertos e intentos de asesinato del caricaturista y atentados contra las embajadas danesas y la sede del periódico en el que fueron publicadas las viñetas. En aquel momento nos echábamos las manos a la cabeza, y con motivo, por la cerrazón de los islamistas, su falta de sentido del humor y el dogmatismo con el que expresaban sus ideas, que no admitían ni crítica ni chiste, y defendíamos la libertad creativa del dibujante danés, nos gustasen más o menos sus chistes. Pues en este caso la reflexión debiera ser la misma. Que los guiñoles hagan lo que quieran y los caricaturizados que se rías, y ya está.
Sin duda, el que debe estar más contento con todo esto es el propio Canal Plus francés. Como siempre sucede en estos casos, la actitud irracional del burlado es la mayor fuente de propaganda, audiencia y, asociada a lo anterior, ingresos contantes y sonantes. Por cada tontería que dicen los ministros españoles la audiencia de los muñecos sube y su presencia en Internet y los medios crece y crece. Al final el gobierno español debiera pedir un porcentaje en las ganancias, porque ha sido su irracional actitud la mejor campaña de promoción de la cadena. Puro surrealismo.
jueves, febrero 09, 2012
Por Atenas pasa nuestro futuro
Esta noche se han roto las negociaciones entre los partidos que sostienen al gobierno griego encabezado por el técnico Lucas Papadimos. Las condiciones, durísimas, impuestas por la llamada troika (La Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI) especialmente en lo que hace a la bajada de las pensiones, han impedido ese acuerdo, necesario para que a su vez la UE desbloquee el segundo tramo del rescate, que se destinará en gran parte a pagar el vencimiento del primer tramo, desembolsado hace ya casi un año. Para hoy se ha convocado en Bruselas una reunión urgente del Eurogrupo al respecto.
Si tienen la sensación de que asisten a un permanente baile en torno a la pista griega, en el que los danzantes son hacen más que girar y girar sobre sí mismo y pasar continuamente sobre el miso decorado de fondo, están en lo cierto. En esencia la situación griega es la misma que hace un año, cuando se aprobó el primer tramo. Bueno, la verdad es que igual igual tampo co, es mucho peor. Desde entonces la deuda del país ha crecido, su PIB ha caído y los niveles de paro y angustia social de la población no dejan de crecer. Si hace un año Grecia era insolvente y amenazaba quiebra hoy está en un estado tan ruinoso como su acrópolis y lo único que debiera discutirse es como gestionar su bancarrota. Esto es algo que todos los actores involucrados en este drama se niegan a aceptar y, gracias a ello, no atacan la raíz del problema. Se ha extendido la opinión de que la quita es inevitable, de que como muchos dijimos desde muchos foros Grecia jamás pagará lo que debe, pero es en la gestión de esta quita donde está el gran problema, ya que más importante aún de cuánto no pagará es saber qué parte de su deuda no será abonada. Y es que hay varios acreedores de deuda griega. Simplificando mucho las cosas, por un lado, grupo mayoritario, están las entidades privadas, griegas y, sobre todo, extranjeras. Por otro están los residentes griegos, bien particulares o empresas, y un tercer acreedor, que es el propio Banco Central Europeo, que ha comprado deuda en el mercado secundario para sostenerla en el pasado y que ahora mismo detenta casi un 30% del total. ¿Cómo hacemos el impago? ¿Tratamos a todos los acreedores por igual o a algunos les quitamos más y a otros menos? Hay ideas para todos los gustos. El BCE ha dicho por activa y por pasiva que él no va a renunciar a cobrar, porque de hacerlo supondría una descapitalización de su balance y eso sería malo para la imagen del euro en su conjunto. Los bonistas griegos están a verlas venir y, como su gobierno, pintan poco en toda esta historia. La parte más gruesa e importante está en esos acreedores privados. Se habla de la aceptación de una quita “voluntaria” del 70% en su tramo para conseguir una reducción del 50% en el volumen total de la deuda griega, y aquí el término “voluntario” es importante. La secuencia prevista por la UE es que si Grecia aprueba sus recortes la Unión le presta el segundo tramo del rescate, los acreedores privados acuerdan voluntariamente la renuncia a ese volumen de deuda y el país se encaminaría a un estado estacionario de ausencia de crecimiento pero con un volumen de deuda controlado. La alternativa es que no haya acuerdo de recortes con la Unión, y en ese caso no se procede a la entrega del rescate, el plan de quita voluntaria se viene abajo, el estado griego se declara en bancarrota en poco más de un mes, así lo declaran las agencias de calificación, y los acreedores privados ejecutan sus seguros de impago de deuda, los CDS, por lo que la caída de Grecia genera un efecto de arrastre financiero en todo el mundo, de dimensiones desconocidas.
Y, no lo duden, con un elevadísimo impacto sobre el euro. En el segundo escenario Grecia debiera salir de la moneda única, aunque eso no está nada claro como podría llevarse a la práctica ni si implicaría, probablemente, su salida de la Unión. Junten a todo esto una población que rechaza el plan de recortes en proporciones que superan el 80% y unas elecciones previstas para Mayo y el panorama es, como mínimo, endiablado. De esto se hablará, discutirá y rezará en Bruselas esta tarde. Y créanme, nos afecta a todos mucho más de lo que se pueda imaginar.
Si tienen la sensación de que asisten a un permanente baile en torno a la pista griega, en el que los danzantes son hacen más que girar y girar sobre sí mismo y pasar continuamente sobre el miso decorado de fondo, están en lo cierto. En esencia la situación griega es la misma que hace un año, cuando se aprobó el primer tramo. Bueno, la verdad es que igual igual tampo co, es mucho peor. Desde entonces la deuda del país ha crecido, su PIB ha caído y los niveles de paro y angustia social de la población no dejan de crecer. Si hace un año Grecia era insolvente y amenazaba quiebra hoy está en un estado tan ruinoso como su acrópolis y lo único que debiera discutirse es como gestionar su bancarrota. Esto es algo que todos los actores involucrados en este drama se niegan a aceptar y, gracias a ello, no atacan la raíz del problema. Se ha extendido la opinión de que la quita es inevitable, de que como muchos dijimos desde muchos foros Grecia jamás pagará lo que debe, pero es en la gestión de esta quita donde está el gran problema, ya que más importante aún de cuánto no pagará es saber qué parte de su deuda no será abonada. Y es que hay varios acreedores de deuda griega. Simplificando mucho las cosas, por un lado, grupo mayoritario, están las entidades privadas, griegas y, sobre todo, extranjeras. Por otro están los residentes griegos, bien particulares o empresas, y un tercer acreedor, que es el propio Banco Central Europeo, que ha comprado deuda en el mercado secundario para sostenerla en el pasado y que ahora mismo detenta casi un 30% del total. ¿Cómo hacemos el impago? ¿Tratamos a todos los acreedores por igual o a algunos les quitamos más y a otros menos? Hay ideas para todos los gustos. El BCE ha dicho por activa y por pasiva que él no va a renunciar a cobrar, porque de hacerlo supondría una descapitalización de su balance y eso sería malo para la imagen del euro en su conjunto. Los bonistas griegos están a verlas venir y, como su gobierno, pintan poco en toda esta historia. La parte más gruesa e importante está en esos acreedores privados. Se habla de la aceptación de una quita “voluntaria” del 70% en su tramo para conseguir una reducción del 50% en el volumen total de la deuda griega, y aquí el término “voluntario” es importante. La secuencia prevista por la UE es que si Grecia aprueba sus recortes la Unión le presta el segundo tramo del rescate, los acreedores privados acuerdan voluntariamente la renuncia a ese volumen de deuda y el país se encaminaría a un estado estacionario de ausencia de crecimiento pero con un volumen de deuda controlado. La alternativa es que no haya acuerdo de recortes con la Unión, y en ese caso no se procede a la entrega del rescate, el plan de quita voluntaria se viene abajo, el estado griego se declara en bancarrota en poco más de un mes, así lo declaran las agencias de calificación, y los acreedores privados ejecutan sus seguros de impago de deuda, los CDS, por lo que la caída de Grecia genera un efecto de arrastre financiero en todo el mundo, de dimensiones desconocidas.
Y, no lo duden, con un elevadísimo impacto sobre el euro. En el segundo escenario Grecia debiera salir de la moneda única, aunque eso no está nada claro como podría llevarse a la práctica ni si implicaría, probablemente, su salida de la Unión. Junten a todo esto una población que rechaza el plan de recortes en proporciones que superan el 80% y unas elecciones previstas para Mayo y el panorama es, como mínimo, endiablado. De esto se hablará, discutirá y rezará en Bruselas esta tarde. Y créanme, nos afecta a todos mucho más de lo que se pueda imaginar.
miércoles, febrero 08, 2012
La guerra Siria
Siria se desangra. Cada vez es más claro que la revuelta, en un principio localizada en pocas ciudades, se extiende por todo el país, y las peleas callejeras derivan cada vez más en combates entre el ejército sirio y las fuerzas rebeldes, con una población civil que, como siempre, vive a mercede de lo que imponga el dictatorial régimen de Basar Al Asad. De momento es la localidad de Homs la que centra los combates, las matanzas y la represión. Si para Libia y Gadafi fue el ataque a Misrata el inicio de su final, puede que Homs sea el lugar en el que Al Asad empiece a enterrar su régimen.
Pero no nos engañemos, Siria no es Libia. Lo único, y no es poco, que importaba realmente de Libia era su petróleo, y la figura de Gadafi era sinónimo de excentricidad y oculto desprecio en todo el mundo. Siria no. Su posición estratégica, fronterizo con Israel, su papel de financiando movimientos terroristas en Líbano y su estratégica alianza con Irán hacen de este país un actor decisivo en el polvorín de Oriente Medio, y por ello el régimen de Al Asad posee grandes y poderosos aliados. Además hay un factor que cada vez tiene más peso y se está obviando, que no es específico de Siria, pero sí le afecta dado que se encuentra en el ojo del huracán. Se trata de que, si se fijan, a medida que los regímenes dictatoriales del mundo caen, los que quedan se protegen entre ellos cada vez con más fuerza, para evitar ser derrotados. Y en esta dinámica es esencial el peso que China, potencia emergente, y Rusia, potencia decadente, están adquiriendo en el mundo. Ambos países son dictaduras, formal y rígida en el caso chino y de facto en el caso ruso pese a su apariencia democrática. Tanto Pekín como Moscú saben que si los dictadores del mundo son derribados por revueltas sus propios regímenes acabaran siendo amenazados, ya que un televidente chino (que eluda la censura oficial, claro) puede preguntarse eso de porqué allí y no aquí. Y también es obvio que esas revueltas tendrán más éxito si cuenten con apoyos internacionales, y el caso de Libia fue paradigmático. Los rebeldes estaban cercados en una Misrata bombardeada por el ejército de Gadafi, y las imágenes de los periodistas de todo el mundo forzaron a una resolución de la ONU en la que se daba carta blanca a la intervención militar en defensa de la población civil, y a partir de ahí comenzó la derrota del régimen de Trípoli. El dictador de Damasco ha aprendido de lo que sucedió en las arenas de aquel desierto, y ha sido muy efectivo su régimen a la hora de impedir el acceso de las cámaras de los medios de comunicación a Homs y el resto de localidades donde se combate. Apenas tenemos imágenes, de mala calidad, tomadas por los aterrados residentes de esas ciudades, en las que, de manera temblorosa, se muestran aparentes restos de batallas, heridos y cadáveres, pero que no logran dar esa impresión que produce la alta definición y el encuadre profesional. Sí, si no hay imágenes de guerra de verdad la guerra de verdad no se cuela en nuestro salón. Además, sabiendo que la presión internacional iría creciendo, Al Asad ha logrado contar con el apoyo explícito de Rusia y China, que día tras día bloquean en el Consejo de seguridad de la ONU resoluciones que puedan condenar al régimen de Damasco, y no dejan ni si quiera debatir un posible apoyo logístico a los rebeldes. Con su derecho de veto, mantienen a la ONU inerme ante la matanza siria y hunden aún más el prestigio de esa organización.
Frente al cortes y teatral llamamiento de los embajadores que han realizado los débiles países europeos, la imagen de ayer era la del Ministro de Asuntos Exteriores ruso visitando al carcelero de Damasco, queriendo así poner en sordina las críticas que se vierten contra el gobierno sirio en el resto de la comunidad internacional. Me preocupa como síntoma de una peligrosa deriva, en la que los países occidentales, con todos sus defectos, sumidos en una crisis económica que los hace cada vez más irrelevantes, ceden su puesto en el mundo a potencias emergentes para las que los derechos humanos son, simplemente, un obstáculo en su camino. Espero que el régimen sirio caiga, pero de momento, y lamentablemente, los que por ello luchan seguirán solos, muy solos.
Pero no nos engañemos, Siria no es Libia. Lo único, y no es poco, que importaba realmente de Libia era su petróleo, y la figura de Gadafi era sinónimo de excentricidad y oculto desprecio en todo el mundo. Siria no. Su posición estratégica, fronterizo con Israel, su papel de financiando movimientos terroristas en Líbano y su estratégica alianza con Irán hacen de este país un actor decisivo en el polvorín de Oriente Medio, y por ello el régimen de Al Asad posee grandes y poderosos aliados. Además hay un factor que cada vez tiene más peso y se está obviando, que no es específico de Siria, pero sí le afecta dado que se encuentra en el ojo del huracán. Se trata de que, si se fijan, a medida que los regímenes dictatoriales del mundo caen, los que quedan se protegen entre ellos cada vez con más fuerza, para evitar ser derrotados. Y en esta dinámica es esencial el peso que China, potencia emergente, y Rusia, potencia decadente, están adquiriendo en el mundo. Ambos países son dictaduras, formal y rígida en el caso chino y de facto en el caso ruso pese a su apariencia democrática. Tanto Pekín como Moscú saben que si los dictadores del mundo son derribados por revueltas sus propios regímenes acabaran siendo amenazados, ya que un televidente chino (que eluda la censura oficial, claro) puede preguntarse eso de porqué allí y no aquí. Y también es obvio que esas revueltas tendrán más éxito si cuenten con apoyos internacionales, y el caso de Libia fue paradigmático. Los rebeldes estaban cercados en una Misrata bombardeada por el ejército de Gadafi, y las imágenes de los periodistas de todo el mundo forzaron a una resolución de la ONU en la que se daba carta blanca a la intervención militar en defensa de la población civil, y a partir de ahí comenzó la derrota del régimen de Trípoli. El dictador de Damasco ha aprendido de lo que sucedió en las arenas de aquel desierto, y ha sido muy efectivo su régimen a la hora de impedir el acceso de las cámaras de los medios de comunicación a Homs y el resto de localidades donde se combate. Apenas tenemos imágenes, de mala calidad, tomadas por los aterrados residentes de esas ciudades, en las que, de manera temblorosa, se muestran aparentes restos de batallas, heridos y cadáveres, pero que no logran dar esa impresión que produce la alta definición y el encuadre profesional. Sí, si no hay imágenes de guerra de verdad la guerra de verdad no se cuela en nuestro salón. Además, sabiendo que la presión internacional iría creciendo, Al Asad ha logrado contar con el apoyo explícito de Rusia y China, que día tras día bloquean en el Consejo de seguridad de la ONU resoluciones que puedan condenar al régimen de Damasco, y no dejan ni si quiera debatir un posible apoyo logístico a los rebeldes. Con su derecho de veto, mantienen a la ONU inerme ante la matanza siria y hunden aún más el prestigio de esa organización.
Frente al cortes y teatral llamamiento de los embajadores que han realizado los débiles países europeos, la imagen de ayer era la del Ministro de Asuntos Exteriores ruso visitando al carcelero de Damasco, queriendo así poner en sordina las críticas que se vierten contra el gobierno sirio en el resto de la comunidad internacional. Me preocupa como síntoma de una peligrosa deriva, en la que los países occidentales, con todos sus defectos, sumidos en una crisis económica que los hace cada vez más irrelevantes, ceden su puesto en el mundo a potencias emergentes para las que los derechos humanos son, simplemente, un obstáculo en su camino. Espero que el régimen sirio caiga, pero de momento, y lamentablemente, los que por ello luchan seguirán solos, muy solos.
martes, febrero 07, 2012
Contador, descontado
La sentencia emitida ayer por el Tribunal de Arbitraje Deportivo por la que sanciona a Alberto Contador a dos años de inhabilitación por dopaje ha sido una bomba en el mundo del ciclismo, y de paso, en todo el mundillo deportivo. Se esperaba una condena, pero más leve, dado el ínfimo nivel de sustancia dopante encontrada en la sangre del ciclista y, que en todo caso no le afectaría a esta temporada 2012, al haberse cumplido preventivamente ya un tiempo de castigo. Sin embargo el castigo ha sido el máximo previsto por la normativa, y Contador, desposeído del Tour de 2010 y Giro de 2011, no podrá ir a los Juegos Olímpicos ni al Tour. Este año está finiquitado para él.
No se si Contador es culpable o no, o si la sanción es justa o no, por lo que al contrario que casi todo el mundo, no voy a usar esta tribuna para hacer un apasionado ejercicio de su defensa ni ciscarme en la madre de cada uno de los miembros de ese extraño tribunal. Lo que si digo aquí, y lo hago en todas partes, es que en este asunto del doping hay una inmensa hipocresía y que no se trata con justicia e igualdad a todos los deportistas. Si existe el acuerdo de que debe perseguirse el dopaje, debe hacerse con honestidad, y en todas partes ¿Por qué casi todos los acusados de dopaje son ciclistas? ¿Se debe acaso a que la cantera del ciclismo se nutre de los drogadictos que pululan por los pueblos? No, hay dos causas. Una es que en ese deporte se han instalado los controles más duros que puedan imaginarse, y pillan de todo, y otra es la inmensa debilidad que tiene el ciclista como figura de referencia, y no hablemos ya del equipo, mera casa publicitaria, que cambia de nombre cada año en función de su patrocinador. ¿Y el resto de deportes? Desengáñense, querido lector, el deporte profesional está plagado de dopaje, drogas y tráfico de sustancias ilegales, y me atrevo a afirmar que sin distinción de especialidades. Lo que sucede es que ni se hacen los controles pertinentes ni, por así decirlo, hay valor para afrontar sus consecuencias. ¿Acaso piensa alguien que, por citar a los dos grandes, no hay dopaje en el Madrid o el Barcelona? ¿Qué resultado arrojaría una redada por sorpresa, como se hace con el ciclismo, en el vestuario de uno de estos equipos? Quizás muchas sorpresas, y ninguna agradable. Y claro, imagínense lo que supondría que un Ronaldo, Messi u otro cualquiera fuera encontrado consumiendo sustancias ilegales. ¿Sería sancionado? ¿Su afición permitiría que se le retirase del campo? ¿Su poderoso equipo se quedaría de brazos cruzados y no protestaría? Piensen en la cantidad de contratos publicitarios y de imagen, en las decenas de millones de euros que se mueven en torno a esos jugadores y equipos, y empiecen a pensar en lo que le sucedería a un laboratorio que encontrase “sustancias” en la sangre de alguno de esos mitos. No, eso no sucederá, y nadie lo discute. Recuerdo que Maradona, que en sus tiempos era el Dios del césped (en Argentina aún lo es, y sobre todos los terrenos) fue un reconocido y famosos cocainómano, pero, causalidad, nunca dio positivo en ningún control. Y esto pasa en el fútbol, el baloncesto, la Fórmula 1, el atletismo, el tenis, y así podríamos seguir eternamente. El deporte profesional hoy en día es un inmenso negocio en el que se mueve muchísimo dinero, más del que uno se pueda imaginar, y por ganar y conseguir marcas se hace lo que sea necesario, y en ese “lo que sea necesario” entra todo, incluida la toma de sustancias dopantes y su vista gorda. Créanme, no tengo ninguna duda al respecto.
¿Cómo se soluciona esto? Como en el fondo este asunto es de tráfico y consumo de sustancias, las dos vías posibles son las que existen para el caso de las drogas. Una es iniciar una auténtica guerra contar el dopaje en serio, de manera internacional, que imponga los mismos tipos de controles, muy duros, a todos los deportes, y en todas las escalas. La otra es, simplemente, hacer la vista gorda, dejar que cada uno haga lo que quiera y tirar para adelante. En el ciclismo se ha ido por el primer camino, mientras que en el resto de deportes se ha optado por el segundo, y ahí están los resultados. Lo siento por el Contador deportista y, sobre todo, persona. Su carrera está herida, quién sabe si terminada.
No se si Contador es culpable o no, o si la sanción es justa o no, por lo que al contrario que casi todo el mundo, no voy a usar esta tribuna para hacer un apasionado ejercicio de su defensa ni ciscarme en la madre de cada uno de los miembros de ese extraño tribunal. Lo que si digo aquí, y lo hago en todas partes, es que en este asunto del doping hay una inmensa hipocresía y que no se trata con justicia e igualdad a todos los deportistas. Si existe el acuerdo de que debe perseguirse el dopaje, debe hacerse con honestidad, y en todas partes ¿Por qué casi todos los acusados de dopaje son ciclistas? ¿Se debe acaso a que la cantera del ciclismo se nutre de los drogadictos que pululan por los pueblos? No, hay dos causas. Una es que en ese deporte se han instalado los controles más duros que puedan imaginarse, y pillan de todo, y otra es la inmensa debilidad que tiene el ciclista como figura de referencia, y no hablemos ya del equipo, mera casa publicitaria, que cambia de nombre cada año en función de su patrocinador. ¿Y el resto de deportes? Desengáñense, querido lector, el deporte profesional está plagado de dopaje, drogas y tráfico de sustancias ilegales, y me atrevo a afirmar que sin distinción de especialidades. Lo que sucede es que ni se hacen los controles pertinentes ni, por así decirlo, hay valor para afrontar sus consecuencias. ¿Acaso piensa alguien que, por citar a los dos grandes, no hay dopaje en el Madrid o el Barcelona? ¿Qué resultado arrojaría una redada por sorpresa, como se hace con el ciclismo, en el vestuario de uno de estos equipos? Quizás muchas sorpresas, y ninguna agradable. Y claro, imagínense lo que supondría que un Ronaldo, Messi u otro cualquiera fuera encontrado consumiendo sustancias ilegales. ¿Sería sancionado? ¿Su afición permitiría que se le retirase del campo? ¿Su poderoso equipo se quedaría de brazos cruzados y no protestaría? Piensen en la cantidad de contratos publicitarios y de imagen, en las decenas de millones de euros que se mueven en torno a esos jugadores y equipos, y empiecen a pensar en lo que le sucedería a un laboratorio que encontrase “sustancias” en la sangre de alguno de esos mitos. No, eso no sucederá, y nadie lo discute. Recuerdo que Maradona, que en sus tiempos era el Dios del césped (en Argentina aún lo es, y sobre todos los terrenos) fue un reconocido y famosos cocainómano, pero, causalidad, nunca dio positivo en ningún control. Y esto pasa en el fútbol, el baloncesto, la Fórmula 1, el atletismo, el tenis, y así podríamos seguir eternamente. El deporte profesional hoy en día es un inmenso negocio en el que se mueve muchísimo dinero, más del que uno se pueda imaginar, y por ganar y conseguir marcas se hace lo que sea necesario, y en ese “lo que sea necesario” entra todo, incluida la toma de sustancias dopantes y su vista gorda. Créanme, no tengo ninguna duda al respecto.
¿Cómo se soluciona esto? Como en el fondo este asunto es de tráfico y consumo de sustancias, las dos vías posibles son las que existen para el caso de las drogas. Una es iniciar una auténtica guerra contar el dopaje en serio, de manera internacional, que imponga los mismos tipos de controles, muy duros, a todos los deportes, y en todas las escalas. La otra es, simplemente, hacer la vista gorda, dejar que cada uno haga lo que quiera y tirar para adelante. En el ciclismo se ha ido por el primer camino, mientras que en el resto de deportes se ha optado por el segundo, y ahí están los resultados. Lo siento por el Contador deportista y, sobre todo, persona. Su carrera está herida, quién sabe si terminada.
lunes, febrero 06, 2012
El eterno Rubalcaba
Lo más emocionante que he vivido en este gélido fin de semana ha sido la elección del nuevo secretario general del PSOE. Para muchos supongo que eso será un fiable indicador de hasta que punto resulta de apasionante mi vida privada, pero no les daré más detalles para que sigan con la duda… La cuestión es que el PSOE, parafraseando eso que se decía sobre el fútbol, es un partido en el que juegan y se pelan todos contra todos y al final siempre gana Rubalcaba, y en el fondo González. En este caso, y visto lo que había, han hecho lo mejor.
Vi el Sábado los dos discursos, cuyo orden de aparición lo determinó un sorteo. Rubalcaba fue muy fiel a su estilo didáctico, con puyas y segundas y retorcidas intenciones. Cuando mencionó eso de que él no es sectario seguro que recordaba el artículo de El País de hace unas semanas sobre el entorno de la candidata Chacón, y quizá se estaba arrepintiendo de haber ordenado publicarlo (no duden de que así fue). Es un magnífico orador, capaz de desenvolverse en cualquier escenario, y no necesitar papeles. Sin embargo le falta capacidad para transmitir calor, emoción, mensaje. Es un fontanero, un trabajador nato, estajanovista como a él le gusta definirse, pero no es seductor. Ni su figura ni estilo ni trayectoria generan seducción a las masas, cosa que Felipe lograba en sus discursos a los cinco minutos. Tras él intervino Carmen Chacón, que aún no se muy bien si llamarle Carmen, Carme o Carma, los malvados ponen Karma, porque ella tampoco se ha definido. Chacón es un producto de este tiempo, de la época zapatero. Un maravilloso suflé de buenas intenciones, sonrisas de calendario, mensaje de postín y pose de izquierda, diseñado para generar una inmensa empatía en el espectador, emocionarlo y arrastrarlo. Sus años en el gobierno de ZP han pasado por ella como si no hubiera estado allí, como si no fuera co responsable de lo sucedido ni artífice de las políticas desarrolladas. En esto, y el reportaje de El País no mentía, su marido y todo el equipo de asesores que la ha creado como producto tienen mucho mérito. Inexperta en el estrado, Chacón optó por un discurso más emocional, radical en las formas y en el fondo, queriendo escapar del estilo docto y sereno de su adversario. Quería lograr ese calor que Rubalcaba no es capaz de producir, y es cierto que al final de su intervención los aplausos y gritos de apoyo era más intensos y numerosos que al principio. Sin embargo el discurso de Carmen es una pieza para revisar de arriba abajo para aprender cómo no debe darse uno. Falto de ritmo, con zonas demasiado aceleradas frente a momentos de abulia, chillón, estridente en ocasiones, con gallos en la voz y flexiones forzadas que hacían recordar a las hermanas Llanos de Dover (verdad ABG???) ver a Carmen en el estrado era comprobar que su bisoñez no sólo era una acusación de sus oponentes, sino una dura y cruda realidad. Oírla con los ojos cerrados producía una sensación incómoda, que sin duda a sus partidarios encandiló, pero que al resto del auditorio debió parecer más una interpretación sobreactuada y por momentos descontrolada. Frente a un público que quería comprar un mensaje Rubalcaba fue un Steve Jobs carente de alma, pero muy efectivo, y Chacón fue una pregonera que llamó mucho la atención pero que acabó espantando a la clientela. Tras oírlos yo tenía muy claro a quién hubiese votado, y tras un resultado que se hizo esperar mucho más de lo debido (qué hacías en el recuento, Alfredo?) Rubalcaba ganó por primera vez en su vida una elección por 22 votos sobre casi mil, y es el nuevo secretario general. Alegría en PRISA y El País, llanto en Mediapró y Público.
Si se fijan en todo el artículo sólo he hablado de ambos candidatos refiriéndome a su pose, estilo y capacidad de comunicar, pero no he dicho nada de su mensaje. Y eso se debe a que, para mi, no hubo mensaje alguno. Viniendo de la derrota más estrepitosa que ha cosechado el partido en su historia, con una sangría de cuatro millones de votos, una socialdemocracia desnortada en su papel ante la crisis, y unas siglas que incluyen la palabra “obrero” en un país de servicios terciarios con más de cinco millones de parados, al menos esperaba autocrítica y la apertura de un serio proceso de reflexión sobre a dónde va el PSOE y la izquierda, pero no hubo nada de eso. Sólo estilo, formas y decorados.
Vi el Sábado los dos discursos, cuyo orden de aparición lo determinó un sorteo. Rubalcaba fue muy fiel a su estilo didáctico, con puyas y segundas y retorcidas intenciones. Cuando mencionó eso de que él no es sectario seguro que recordaba el artículo de El País de hace unas semanas sobre el entorno de la candidata Chacón, y quizá se estaba arrepintiendo de haber ordenado publicarlo (no duden de que así fue). Es un magnífico orador, capaz de desenvolverse en cualquier escenario, y no necesitar papeles. Sin embargo le falta capacidad para transmitir calor, emoción, mensaje. Es un fontanero, un trabajador nato, estajanovista como a él le gusta definirse, pero no es seductor. Ni su figura ni estilo ni trayectoria generan seducción a las masas, cosa que Felipe lograba en sus discursos a los cinco minutos. Tras él intervino Carmen Chacón, que aún no se muy bien si llamarle Carmen, Carme o Carma, los malvados ponen Karma, porque ella tampoco se ha definido. Chacón es un producto de este tiempo, de la época zapatero. Un maravilloso suflé de buenas intenciones, sonrisas de calendario, mensaje de postín y pose de izquierda, diseñado para generar una inmensa empatía en el espectador, emocionarlo y arrastrarlo. Sus años en el gobierno de ZP han pasado por ella como si no hubiera estado allí, como si no fuera co responsable de lo sucedido ni artífice de las políticas desarrolladas. En esto, y el reportaje de El País no mentía, su marido y todo el equipo de asesores que la ha creado como producto tienen mucho mérito. Inexperta en el estrado, Chacón optó por un discurso más emocional, radical en las formas y en el fondo, queriendo escapar del estilo docto y sereno de su adversario. Quería lograr ese calor que Rubalcaba no es capaz de producir, y es cierto que al final de su intervención los aplausos y gritos de apoyo era más intensos y numerosos que al principio. Sin embargo el discurso de Carmen es una pieza para revisar de arriba abajo para aprender cómo no debe darse uno. Falto de ritmo, con zonas demasiado aceleradas frente a momentos de abulia, chillón, estridente en ocasiones, con gallos en la voz y flexiones forzadas que hacían recordar a las hermanas Llanos de Dover (verdad ABG???) ver a Carmen en el estrado era comprobar que su bisoñez no sólo era una acusación de sus oponentes, sino una dura y cruda realidad. Oírla con los ojos cerrados producía una sensación incómoda, que sin duda a sus partidarios encandiló, pero que al resto del auditorio debió parecer más una interpretación sobreactuada y por momentos descontrolada. Frente a un público que quería comprar un mensaje Rubalcaba fue un Steve Jobs carente de alma, pero muy efectivo, y Chacón fue una pregonera que llamó mucho la atención pero que acabó espantando a la clientela. Tras oírlos yo tenía muy claro a quién hubiese votado, y tras un resultado que se hizo esperar mucho más de lo debido (qué hacías en el recuento, Alfredo?) Rubalcaba ganó por primera vez en su vida una elección por 22 votos sobre casi mil, y es el nuevo secretario general. Alegría en PRISA y El País, llanto en Mediapró y Público.
Si se fijan en todo el artículo sólo he hablado de ambos candidatos refiriéndome a su pose, estilo y capacidad de comunicar, pero no he dicho nada de su mensaje. Y eso se debe a que, para mi, no hubo mensaje alguno. Viniendo de la derrota más estrepitosa que ha cosechado el partido en su historia, con una sangría de cuatro millones de votos, una socialdemocracia desnortada en su papel ante la crisis, y unas siglas que incluyen la palabra “obrero” en un país de servicios terciarios con más de cinco millones de parados, al menos esperaba autocrítica y la apertura de un serio proceso de reflexión sobre a dónde va el PSOE y la izquierda, pero no hubo nada de eso. Sólo estilo, formas y decorados.
viernes, febrero 03, 2012
Frrrrrrío
Es invierno y hace frío. Menuda tontería, dirán muchos, y así es, en efecto, pero dado que llevamos mes y medio de invierno y hasta ahora no ha hecho frío han sido estos, los primeros días de auténtico abrigo, los que nos han recordado en que época del año estamos. Durante todo el mes de Enero hemos disfrutado en la mayor parte de España de días radiantes y soleados, con mínimas que rozaban la helada, sí, pero máximas entorno a los quince grados, que hacían agradable estar en la calle al sol del mediodía. Un espejismo, pero ha durado tanto…
La verdad sea dicha es que hace frío pero con moderación. En mi estancia madrileña, que se encamina a cumplir su décimo año, recuerdo inviernos con noches más frías que esta, en la que hemos alcanzado los tres o cuatro bajo cero en la capital. Hubo una, también en Febrero, pero no recuerdo de que año, en la que tocamos los menos nueve. No tenía aún el blog, por lo que debió ser en 2005, o 2004, porque ya vivía en el piso que compré en ese año. Recuerdo que salí de casa camino al metro y en el trayecto me empezó a doler un poco la cabeza. Hacía frío, sí, pero no sabía cuanto. Llegué al metro y allí, al calor del subsuelo, me refugié como otros tantos que teníamos escrito en la cara la sensación de alivio por encontrar el refugio frente a la inclemencia exterior. Pero de todo refugio se debe salir, y al llegar la trabajo nuevamente la misma sensación de “madre mía, qué pasa hoy” en la cara y cabeza. Junto a mi oficina hay una marquesina de autobús que sí tiene termómetro incorporado, y marcaba ese -9 que me dejó pasmado al verlo, y allí estuve un cierto rato, tampoco mucho la verdad, para luego entrar con ansias en el trabajo para allí encontrar el resguardo definitivo. Debido a la temperatura tuvimos ambiente en el barrio esa mañana, y es que gracias a la bajada tan brutal de la noche en el edificio de enfrente habían reventado algunas tuberías, no se si de los aires acondicionados o de las calderas de gas, y la gotera que se había producido se había congelado, formando unas estalactitas de hielo que colgaban por los balcones desde el piso sexto o séptimo, donde la tubería reventó, hasta el primero. Era una imagen preciosa, a la vez que algo bestial, y daba miedo pensar si algún pedazo de esa mole de hielo afilada se desprendiera y alcanzase a alguien que pasase bajo los balcones. Así que durante buena parte de la mañana los bomberos cortaron la calle y, subidos a la escalera y pico en ristre, se cargaron la formación glaciar que tanta atención llamaba desde nuestras ventanas. Supongo que para ellos, que se pasaron un buen rato a la intemperie eliminando todo aquello, maldita la gracia que les haría el hielo y el frío, y que esa mañana tomarían el café o el chocolate caliente con una sensación de placer difícil de expresar. No se que pensarían los residentes en el piso en el que se produjo la fractura, ni sus vecinos de más abajo, viendo al levantar la persiana como su casa se había convertido transitoriamente en la embajada de Groenlandia en Madrid, ni llegué a enterarme de los costes de la operación de deshielo y desescombro de tuberías y balconadas, pero lo cierto es que ese día el frío fue noticia, muy local en este barrio desde el que les escribo, y sospecho que nacional. No había entonces la pasión meteorológica que ahora llena los informativos, con mapas llenos de alertas de colores ante cualquier incidencia, pero seguro que ese día los avisos y alertas estuvieron justificados.
Para revivir experiencias similares, sin subirse a las montañas, hay que ir a pueblos y localidades donde el frío es un modo de vida habitual y, en teoría, están más preparados para combatirlo. En Madrid son los pueblos de la sierra en donde se alcanzan temperaturas que, por debajo de -5, empiezan a complicar seriamente la vida. Hoy es el gran día para lugares como Teruel, Soria, Sanabria, Sigüenza, Aranda de Duero, y otras tantas poblaciones que hoy habrán estado cerca de -10, en las que la calefacción y la manta son tan necesarias como el cariño verdadero. No les envidio, créanme, pero es lo que toca, así que a disfrutarlo quién pueda.
La verdad sea dicha es que hace frío pero con moderación. En mi estancia madrileña, que se encamina a cumplir su décimo año, recuerdo inviernos con noches más frías que esta, en la que hemos alcanzado los tres o cuatro bajo cero en la capital. Hubo una, también en Febrero, pero no recuerdo de que año, en la que tocamos los menos nueve. No tenía aún el blog, por lo que debió ser en 2005, o 2004, porque ya vivía en el piso que compré en ese año. Recuerdo que salí de casa camino al metro y en el trayecto me empezó a doler un poco la cabeza. Hacía frío, sí, pero no sabía cuanto. Llegué al metro y allí, al calor del subsuelo, me refugié como otros tantos que teníamos escrito en la cara la sensación de alivio por encontrar el refugio frente a la inclemencia exterior. Pero de todo refugio se debe salir, y al llegar la trabajo nuevamente la misma sensación de “madre mía, qué pasa hoy” en la cara y cabeza. Junto a mi oficina hay una marquesina de autobús que sí tiene termómetro incorporado, y marcaba ese -9 que me dejó pasmado al verlo, y allí estuve un cierto rato, tampoco mucho la verdad, para luego entrar con ansias en el trabajo para allí encontrar el resguardo definitivo. Debido a la temperatura tuvimos ambiente en el barrio esa mañana, y es que gracias a la bajada tan brutal de la noche en el edificio de enfrente habían reventado algunas tuberías, no se si de los aires acondicionados o de las calderas de gas, y la gotera que se había producido se había congelado, formando unas estalactitas de hielo que colgaban por los balcones desde el piso sexto o séptimo, donde la tubería reventó, hasta el primero. Era una imagen preciosa, a la vez que algo bestial, y daba miedo pensar si algún pedazo de esa mole de hielo afilada se desprendiera y alcanzase a alguien que pasase bajo los balcones. Así que durante buena parte de la mañana los bomberos cortaron la calle y, subidos a la escalera y pico en ristre, se cargaron la formación glaciar que tanta atención llamaba desde nuestras ventanas. Supongo que para ellos, que se pasaron un buen rato a la intemperie eliminando todo aquello, maldita la gracia que les haría el hielo y el frío, y que esa mañana tomarían el café o el chocolate caliente con una sensación de placer difícil de expresar. No se que pensarían los residentes en el piso en el que se produjo la fractura, ni sus vecinos de más abajo, viendo al levantar la persiana como su casa se había convertido transitoriamente en la embajada de Groenlandia en Madrid, ni llegué a enterarme de los costes de la operación de deshielo y desescombro de tuberías y balconadas, pero lo cierto es que ese día el frío fue noticia, muy local en este barrio desde el que les escribo, y sospecho que nacional. No había entonces la pasión meteorológica que ahora llena los informativos, con mapas llenos de alertas de colores ante cualquier incidencia, pero seguro que ese día los avisos y alertas estuvieron justificados.
Para revivir experiencias similares, sin subirse a las montañas, hay que ir a pueblos y localidades donde el frío es un modo de vida habitual y, en teoría, están más preparados para combatirlo. En Madrid son los pueblos de la sierra en donde se alcanzan temperaturas que, por debajo de -5, empiezan a complicar seriamente la vida. Hoy es el gran día para lugares como Teruel, Soria, Sanabria, Sigüenza, Aranda de Duero, y otras tantas poblaciones que hoy habrán estado cerca de -10, en las que la calefacción y la manta son tan necesarias como el cariño verdadero. No les envidio, créanme, pero es lo que toca, así que a disfrutarlo quién pueda.
jueves, febrero 02, 2012
Egipto descontrolado
Egipto ha vuelto a llenar portadas en los medios de comunicación, pero esta vez no por las consecuencias de su revolución (bueno, un poco sí, luego me explico) sino por un grave incidente en un partido de fútbol que se ha saldado con el escalofriante balance de algo más de setenta muertos y cientos de heridos. Una riña en las gradas, una invasión de campo, el pánico de la masa tratando de huir, todo se ha juntado para que en el ciudad de Port Said se haya vivido un drama de grandes dimensiones, y que de paso cuestiona seriamente la situación social y política en la que se encuentra el país.
Y es que, pese a que no hay duda de que este tipo de incidentes, afortunadamente mucho menos graves, suceden en todas partes, gracias a que el fútbol es el refugio predilecto de una gran cantidad de descerebrados que acuden a los campos a hacer gamberrismo, no es menos seguro que el clima de enfrentamiento que vive la sociedad egipcia desde la caída de Mubarak ha contribuido a que estos sucesos sean mucho más graves. Las informaciones son confusas, y se mezclan los que describen todo como puro vandalismo de hinchas que desean acabar con el equipo contrario hasta quienes ven la mano de los promubarak o antimubarak detrás de esto, o al menos aprovechándose de lo que pasaba en las gradas y el campo. En todo caso en Egipto se suceden manifestaciones que acaban en algaradas violentas, reprimidas a veces con gran sadismo por parte de la policía y el ejército, y que muestran que ese país se encuentra sumido, sino en el caos, en una peligrosa situación de descontrol. El resultado de las últimas elecciones, en las que los Hermanos Musulmanes, los moderados (es un eufemismo) han ganado de calle, y en las que los musulmanes radicales (aún más) han quedado segundos han puesto muy nerviosos a los analistas internacionales y a gran parte del pueblo egipcio ante el rumbo que puede tomar su revolución. Ahora celebramos un año de lo sucedido en la plaza Tahir, tomada por una multitud mayoritariamente laica, en la que el islamismo ni estaba ni se le esperaba, que con consignas no occidentales, pero sí poseedoras de aires de libertad, logró forzar la caída del régimen de Mubarak y abrió una puerta a la esperanza. Un año después se precia lo difícil que es construir un régimen democrático en un lugar en el que el dictador ha caído, cierto, pero en el que las estructuras de poder que lo sustentaron siguen plenamente operativas. El ejército egipcio se resiste como gato panza arriba a ceder un ápice de su inmenso poder, y sigue arropándose el papel de garante de todo lo que suceda, y el mundo islamista, que observaba desde la distancia los sucesos de Tahir, tomó buena nota de todo y ha sabido explotarlo en su propio beneficio. Los rumores que hablan de un cierto entendimiento entre los mayoritarios Hermanos Musulmanes y parte del ejército han soliviantado a muchas clases medias laicas de Egipto, que ven como su revolución puede acabar siendo frustrada, dominada por aquellos que ni participaron en ella ni hicieron nada para apoyarla en los momentos difíciles. Súmenle a todo esto un año de incidentes que deja rencores y venganzas dispersas por todas partes, y una situación económica muy mala, con el turismo, industria nacional, herido de gravedad por todo lo sucedido, y la consecuencia es una altísima tensión social que puede saltar en un campo de fútbol o en un mercado.
Todas las transiciones tienen momentos en los que parece que todo se va a ir a la porra. En España hubo momentos tras la muerte de Franco en los que parecía que todo ese esfuerzo camino a la democracia podría verse frustrado, y como muestra este artículo en el que Martín Villa rememora la trágica semana del asesinato de los abogados laboralistas de Atocha, y al final, afortunadamente, fuimos capaces de superarlo y alumbrar una nación libre y democrática, ETA al margen. Es obvio que la situación de Egipto es más profunda y compleja que la que vivía España en los setenta, y encara problemas de mucha mayor gravedad, tanto política como económica y social. Lo del fútbol es un síntoma del mal que aún late en aquel país, y que debe ser capaz de corregir. De lo contrario su futuro se tornará muy complicado.
Y es que, pese a que no hay duda de que este tipo de incidentes, afortunadamente mucho menos graves, suceden en todas partes, gracias a que el fútbol es el refugio predilecto de una gran cantidad de descerebrados que acuden a los campos a hacer gamberrismo, no es menos seguro que el clima de enfrentamiento que vive la sociedad egipcia desde la caída de Mubarak ha contribuido a que estos sucesos sean mucho más graves. Las informaciones son confusas, y se mezclan los que describen todo como puro vandalismo de hinchas que desean acabar con el equipo contrario hasta quienes ven la mano de los promubarak o antimubarak detrás de esto, o al menos aprovechándose de lo que pasaba en las gradas y el campo. En todo caso en Egipto se suceden manifestaciones que acaban en algaradas violentas, reprimidas a veces con gran sadismo por parte de la policía y el ejército, y que muestran que ese país se encuentra sumido, sino en el caos, en una peligrosa situación de descontrol. El resultado de las últimas elecciones, en las que los Hermanos Musulmanes, los moderados (es un eufemismo) han ganado de calle, y en las que los musulmanes radicales (aún más) han quedado segundos han puesto muy nerviosos a los analistas internacionales y a gran parte del pueblo egipcio ante el rumbo que puede tomar su revolución. Ahora celebramos un año de lo sucedido en la plaza Tahir, tomada por una multitud mayoritariamente laica, en la que el islamismo ni estaba ni se le esperaba, que con consignas no occidentales, pero sí poseedoras de aires de libertad, logró forzar la caída del régimen de Mubarak y abrió una puerta a la esperanza. Un año después se precia lo difícil que es construir un régimen democrático en un lugar en el que el dictador ha caído, cierto, pero en el que las estructuras de poder que lo sustentaron siguen plenamente operativas. El ejército egipcio se resiste como gato panza arriba a ceder un ápice de su inmenso poder, y sigue arropándose el papel de garante de todo lo que suceda, y el mundo islamista, que observaba desde la distancia los sucesos de Tahir, tomó buena nota de todo y ha sabido explotarlo en su propio beneficio. Los rumores que hablan de un cierto entendimiento entre los mayoritarios Hermanos Musulmanes y parte del ejército han soliviantado a muchas clases medias laicas de Egipto, que ven como su revolución puede acabar siendo frustrada, dominada por aquellos que ni participaron en ella ni hicieron nada para apoyarla en los momentos difíciles. Súmenle a todo esto un año de incidentes que deja rencores y venganzas dispersas por todas partes, y una situación económica muy mala, con el turismo, industria nacional, herido de gravedad por todo lo sucedido, y la consecuencia es una altísima tensión social que puede saltar en un campo de fútbol o en un mercado.
Todas las transiciones tienen momentos en los que parece que todo se va a ir a la porra. En España hubo momentos tras la muerte de Franco en los que parecía que todo ese esfuerzo camino a la democracia podría verse frustrado, y como muestra este artículo en el que Martín Villa rememora la trágica semana del asesinato de los abogados laboralistas de Atocha, y al final, afortunadamente, fuimos capaces de superarlo y alumbrar una nación libre y democrática, ETA al margen. Es obvio que la situación de Egipto es más profunda y compleja que la que vivía España en los setenta, y encara problemas de mucha mayor gravedad, tanto política como económica y social. Lo del fútbol es un síntoma del mal que aún late en aquel país, y que debe ser capaz de corregir. De lo contrario su futuro se tornará muy complicado.
miércoles, febrero 01, 2012
Aterrizaje forzoso
La noticia más impactante de este fin de semana ha sido el cierre de Spanair. Nuevamente los aeropuertos españoles han sido el escenario de una pesadilla en la que todo se ha conjurado para que el pasajero, siempre el más inocente, pague por todos los platos rotos. Desvíos, búsqueda de alternativas, carreras y personas atrapadas. Siempre que en el telediario se conecta con un aeropuerto para dar noticias es por algo similar, y a sabiendas de que nadie pagará por lo sucedido, ni se hará responsable, ni sufrirá ni la centésima parte de los disgustos y penalidades que ha provocado a muchas personas que sólo querían volar.
Lo de Spanair es una buena metáfora de cómo ha funcionado España durante estos últimos años y el futuro que nos espera. Fundada hace ya mucho tiempo por una compañía escandinava, SAS, para dar servicios charter, Spanair se fue haciendo un hueco en los mostradores gracias a la impericia y soberbia de Iberia, y se convirtió en la segunda aerolínea de España. La llegada de las líneas low cost y el encarecimiento del combustible (posee una flota vieja y muy tragona) le hizo mucho daño, y poco a poco entró en pérdidas que cada vez se hicieron más abultadas. Abocada a la quiebra hace unos años, fue rescatada por la Generalitat de Cataluña, que pensó que si otras Comunidades hacían aeropuertos, ella podía tener compañía de bandera. Así, el gobierno catalán y el Ayuntamiento de Barcelona se convirtieron en propietarios y gestores de una aerolínea, cosa que en su momento me pareció fuera de lugar, pero que era aplaudido desde todas las tribunas. La idea era que Spanair fuera la principal usuaria de la nueva terminal del aeropuerto de Barcelona, y que se convirtiera en la aerolínea catalana de referencia, la Iberia de Cataluña, más o menos, y todo ello acompañado de grandes subvenciones que permitiera hacer frente a unos costes que, lejos de disminuir, crecían a medida que la crisis dejaba los aviones con más plazas libres. Los números no daban, pero no importaba, seguía habiendo dinero en la caja pública y el presupuesto lo aguanta todo, debió pensar algún político iluminado que soñaba con las nubes flanqueadas de aviones portando señeras. El derrumbe económico de estos últimos años y el accidente de Barajas han sido la puntilla. Incapaz de hacer frente a la competencia de unas compañías de bajo coste que se lo comen todo, las aerolíneas tradicionales han optado por fusionarse o cerrar todo lo posible para poder vivir. Iberia se unió hace un año, tras un complejo proceso, con British Airways, y cada año más o menos quebraba una compañía aérea en España. Primero fue Air Madrid y, hace dos navidades, Air Comet, dejando en todos los casos indignados pasajeros en tierra, y abultadas deudas en los juzgados. Y a medida que pasaba el tiempo la conflictividad en Iberia crecía, cosa tan natural como la caída de la hoja en otoño, y Spanair, fuera del foco de los medios, acumulaba unas pérdidas que iban camino de record. Hace ya algunos meses que se oyó que estaba a la búsqueda de un socio estratégico, un salvavidas donde poder resguardarse de la ruina y del riesgo, cada vez más claro, de que la Unión europea considerase ilegales las ayudas otorgadas por la Generalitat y obligase a devolverlas. Finalmente ese caballero blanco no ha llegado y Spanair dejó de volar el pasado Viernes.
¿Consecuencias? Miles de trabajadores en la calle, algunos recolocables en otras compañías, muchos abocados a un largo y duro desempleo, miles y miles de viajeros indignados, estafados en su derecho a usar los billetes que sí habían pagado, cientos de millones de euros de dinero público tirados a la basura por parte de autoridades pusilánimes y manirrotas, que construyeron absurdos sueños en el aire con el dinero de todos, y unos gestores, públicos y privados, que harán todo lo posible para eludir su responsabilidad en todo esto, y que como es habitual, ni serán condenados ni devolverán a la sociedad todo el dinero que le han defraudado. ¿Es un reflejo de lo que pasa en el país o no?
Lo de Spanair es una buena metáfora de cómo ha funcionado España durante estos últimos años y el futuro que nos espera. Fundada hace ya mucho tiempo por una compañía escandinava, SAS, para dar servicios charter, Spanair se fue haciendo un hueco en los mostradores gracias a la impericia y soberbia de Iberia, y se convirtió en la segunda aerolínea de España. La llegada de las líneas low cost y el encarecimiento del combustible (posee una flota vieja y muy tragona) le hizo mucho daño, y poco a poco entró en pérdidas que cada vez se hicieron más abultadas. Abocada a la quiebra hace unos años, fue rescatada por la Generalitat de Cataluña, que pensó que si otras Comunidades hacían aeropuertos, ella podía tener compañía de bandera. Así, el gobierno catalán y el Ayuntamiento de Barcelona se convirtieron en propietarios y gestores de una aerolínea, cosa que en su momento me pareció fuera de lugar, pero que era aplaudido desde todas las tribunas. La idea era que Spanair fuera la principal usuaria de la nueva terminal del aeropuerto de Barcelona, y que se convirtiera en la aerolínea catalana de referencia, la Iberia de Cataluña, más o menos, y todo ello acompañado de grandes subvenciones que permitiera hacer frente a unos costes que, lejos de disminuir, crecían a medida que la crisis dejaba los aviones con más plazas libres. Los números no daban, pero no importaba, seguía habiendo dinero en la caja pública y el presupuesto lo aguanta todo, debió pensar algún político iluminado que soñaba con las nubes flanqueadas de aviones portando señeras. El derrumbe económico de estos últimos años y el accidente de Barajas han sido la puntilla. Incapaz de hacer frente a la competencia de unas compañías de bajo coste que se lo comen todo, las aerolíneas tradicionales han optado por fusionarse o cerrar todo lo posible para poder vivir. Iberia se unió hace un año, tras un complejo proceso, con British Airways, y cada año más o menos quebraba una compañía aérea en España. Primero fue Air Madrid y, hace dos navidades, Air Comet, dejando en todos los casos indignados pasajeros en tierra, y abultadas deudas en los juzgados. Y a medida que pasaba el tiempo la conflictividad en Iberia crecía, cosa tan natural como la caída de la hoja en otoño, y Spanair, fuera del foco de los medios, acumulaba unas pérdidas que iban camino de record. Hace ya algunos meses que se oyó que estaba a la búsqueda de un socio estratégico, un salvavidas donde poder resguardarse de la ruina y del riesgo, cada vez más claro, de que la Unión europea considerase ilegales las ayudas otorgadas por la Generalitat y obligase a devolverlas. Finalmente ese caballero blanco no ha llegado y Spanair dejó de volar el pasado Viernes.
¿Consecuencias? Miles de trabajadores en la calle, algunos recolocables en otras compañías, muchos abocados a un largo y duro desempleo, miles y miles de viajeros indignados, estafados en su derecho a usar los billetes que sí habían pagado, cientos de millones de euros de dinero público tirados a la basura por parte de autoridades pusilánimes y manirrotas, que construyeron absurdos sueños en el aire con el dinero de todos, y unos gestores, públicos y privados, que harán todo lo posible para eludir su responsabilidad en todo esto, y que como es habitual, ni serán condenados ni devolverán a la sociedad todo el dinero que le han defraudado. ¿Es un reflejo de lo que pasa en el país o no?
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