Ayer por la tarde vivimos un complejo episodio que delata hasta que punto los nervios están a flor de piel en el patio económico y político europeo y de que los rumores, interesados o no, mandan más que la realidad. Como mínimo todo lo sucedido demuestra que la situación se está volviendo irracional hasta un punto en el que será difícil que vuelva a estar bajo control. Ayer el palo le tocó a España, pero hoy puede ser a Bélgica y mañana a Dinamarca, y sí, a Grecia y Portugal todos los días, de una manera u otra.
Al mediodía Reuters, una seria y fiable agencia de noticias, filtró que la Comisión europea estaba dudando de las cifras de déficit para el año 2011 de las que había informado el gobierno de España, y que consideraba que el 8% anunciado públicamente estaba inflado para así conseguir que el año 2012 saliera mejor en al comparativa pasara lo que pasase. La acusación era muy seria, porque falseando las cuentas es como empezó la tragedia griega. El gobierno salió rápido a desmentirlo, pero en el mundo de Internet rápido no es suficiente, y para cuando lo hizo todas las webs españolas de noticias, y muchas europeas, titulaban con acusaciones de falsear las cuentas. La presión iba en aumento y todos los ojos se dirigían a la Comisión Europea. Pasadas las 18 horas, Olli Rehn, finlandés, que es el comisario de asuntos económicos, dio una rueda de prensa en la que afirmaba que las informaciones de Reuters eran falsas…. pero insistía con fuerza en la necesidad de que el gobierno de España presente los presupuestos de 2012 de una vez y que se siga comprometiendo al déficit pactado del 4,4% para este 2012. Vamos, una de cal y cuatro de arena, porque el discurso de Rehn fue muy duro con España, y coincidió con la publicación del primer informe elaborado por el Mecanismo de Alerta temprana, una entidad creada por el Consejo Europeo para seguir la evolución de las variables macroeconómicas de los países de la UE para reducir los desequilibrios. En este examen se analizan diez variables, algo así como un análisis de sangre en el que te miran la tensión, el colesterol, triglicéridos, etc. Y España ha sacado suspenso en seis de ellas, por lo que salimos de la consulta con un diagnóstico nefasto, y el médico Rehn ayer nos impuso una estricta dieta y un recetario inmenso de duros tratamientos, me temo que sin protector gástrico. Como verán ayer nos dieron palos por todas partes, y al final del día el economista español estaba magullado, el gobierno se arrastraba a la esquina del cuadrilátero muy tocado y el público, ansioso de espectáculo, se quedaba sin saber muy bien como valorarlo. La pregunta clave es de dónde surgió la filtración de Reuters que originó toda la bronca. Los amantes de las conspiraciones lo tienen fácil, y ya señalan a los aledaños del PSOE en Bruselas, maquinando para hundir el prestigio del gobierno y dejar al descubierto sus debilidades, empezando por una muy cierta, que es el supeditar parte de su política a las elecciones autonómicas andaluzas (que el PP ganará de todas todas) Como es obvio no creo en esta teoría, y no crean que no es verosímil, pero ni me imagino a altos cargos y dirigentes socialistas haciendo una jugada tan cutre, que tarde o temprano se sabría, ni a la propia comisión Europea haciéndoles caso en un asunto tan delicado. No, los tiros no van por ahí.
Analizándolo en frío, ayer el gobierno sufrió un repentino aumento de presión para que no se dilate en el tiempo, no baje la guardia contra el déficit y cumpla con lo pactado. Pierde Rajoy, gana Bruselas. ¿De dónde parece lógico que surja la información? Sí, de Bruselas. Lo más probable es que fueran fuentes de la propia Comisión Europea las que malmetieron a Reuters para dar esa noticia y luego, por la tarde, aprovechando el río revuelto, desmintieron el tema del 8% pero cargaron las tintas en lo que les interesa. ¿Póker? ¿Mus? Una mezcla de todo, acompañada de una actitud bastante trilera, si. Menuda tarde la de ayer. Casi perdemos hasta la camisa.
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