viernes, agosto 17, 2012

La vuelta de Mario Conde


Llevamos mucho tiempo reclamando caras y formas nuevas en la política, que la rescaten de la sima de corrupción y descrédito en la que se ha instalado desde ya hace demasiados años. Pedimos honradez, decencia, buen ejemplo, talante conciliador, altura de miras, personas que sacrifiquen sus intereses personales en aras del bien común, que su comportamiento sea un referente ético y moral para los demás, que sean profesionales y se esfuercen… ¿y cuál es la respuesta que surge de esa efervescencia popular? Mario Conde. Increíble.

Desde hace meses se especulaba con la posibilidad de que Conde diera el salto de la tertulia de los gatos a la política, y parece que eso se va a producir finalmente a la vuelta de este caluroso verano. Desde su papel de tertuliano de guardia de la cadena, Conde llevaba meses predicando sus soluciones, que en el fono no eran sino el manual del eterno tertuliano, que todo lo sabe sobre todo, y broncas adiestro y siniestro sobre la incompetencia generalizada. Ahora se anima a lanzarse al ruedo político, empezando a demostrar desde sus primeras entrevistas que no conoce muy bien cómo funciona el sistema electoral español, porque aquí nadie se presenta a presidente del gobierno, sino que es elegido como tal por la cámara, siendo el agraciado normalmente el líder del partido que encabeza la circunscripción de Madrid, y que sólo es votado directamente por los electores de esta comunidad (esto no es un sistema presidencialista, aunque lo parezca y a algunos les gustara): En su honor hay que señalar que ha escogido el camino correcto para cambiar las cosas, si es que eso es lo que quiere, organizando un partido político y presentándose a las elecciones, arriesgándose al juicio crítico del votante, que puede ser muy favorable, muy cruel o tan indiferente como voluble. Frente a él los del 15M siguen sumidos en un desconcierto organizativo que ha acabado por diluir el movimiento en el aire como si fuera calor agosteño. De ahí en adelante el candidato Conde no me seduce, y proclamo desde ya que mi voto no será para él ni para su partido (bueno, como sigo empadronado en Elorrio no podría serlo en ningún caso). Es cierto que Conde es una persona lista, muy lista, y que sin duda sabe mucho de economía, política y derecho, pero no lo es menos que es un personaje turbio, y que su pasado condiciona completamente lo que uno pueda esperar de su gestión como gobernante. No se si habrá aprendido de él, pero su labro al frente de Banesto se saldó con un fracaso económico y financiero que dejó a España en un pasmo y con un agujero inmenso, aunque comparado a posteriori con las estafas de Bankia y similar Banesto parece un mero cachivache de feria. La intervención del banco, descapitalizado, arruinado y desfondado para sostener la carrera de quien entonces era el personaje más admirado, envidiado y temido de España hundió su prestigio y lo llevó a la cárcel, en lo que puede haber sido su experiencia más dura pero, paradójicamente, la que más le haya podido enseñar cómo funciona realmente el mundo. Siempre ha denunciado que la intervención se debió a motivos políticos, que le tenían miedo y que era un personaje a derruir para evitar que hiciera sombra a los poderes establecidos, y no negaré que muchos de esos intereses que él denuncia vieron su caída como una bendición, pero lo cierto es que Banesto estaba en quiebra. Que luego algunos se beneficiaran mucho con su caída, en todos los órdenes imaginables, es otra cosa.

Así, Conde es un personaje que si se empeña puede hacerse un hueco en el panorama político nacional, y en un debate cuerpo a cuerpo pondría en serios aprietos a políticos tradicionales del PP y PSOE, muchos de los cuales no son capaces de argumentar si no leen lo que les han escrito, y desde la tribuna del Congreso daría tardes memorables, pero me parece un sinsentido que su figura sea la respuesta de la sociedad española a la crisis económica, moral, social y política que padecemos. Hay personas mucho más valiosas en el plano ético y profesional que podrían cumplir ese papel. ¿Por qué no lo hacen y lo intentan? Debiéramos reflexionar porqué desde hace ya muchos años los mejores huyen de la política.

Me cojo el Lunes festivo. Hasta el Martes 21, disfruten y refrésquense, que falta hará.

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