viernes, agosto 23, 2013

El año sin verano, jajajaja


Estamos a 23 de agosto, al final de una semana tórrida, la que probablemente haya sido la más calurosa en lo que llevamos de verano, y ha transcurrido lo suficiente del mismo, dos tercios, como para hacernos una ligera impresión de si los agoreros pronósticos que, allá por Mayo Junio se publicaron en la web, anunciando un año sin verano como el de 1816, finalmente se han cumplido o no. Cuando aquella noticia saltó a los medios se organizó un revuelo enorme, y recuerdo el ejercicio de honestidad y profesionalidad que hicieron los del espacio de El Tiempo de TVE mostrando tres predicciones estacionales que daban tres escenarios diferentes.

La realizada por la NOAA norteamericana auguraba un verano algo más cálido y seco de lo habitual, la de la AEMET español preveía un verano normal, sin parámetros destacables, y la de la web francesa preveía, obviamente, un mal verano, con temperaturas por debajo de la media y abundantes precipitaciones. Mostrando los escenarios Albert Barniol, el presentador del espacio aquella noche, dejaba escapar una sonrisa que venía a decir “no se fíen de ninguno de los tres, porque esto no lo acierta nadie”. Y ese es el mensaje con el que deben quedarse cuando vean previsiones a largo plazo y tendencias de estaciones. Sinceramente, con el conocimiento y medios actuales es imposible predecir cómo se va a comportar una estación en una zona del globo. Son tantas las variables que deben ser analizadas, los datos que se necesitan recopilar y, sobre todo, lo que aún se desconoce en relación a la influencia que unos factores pueden ejercer sobre otros que realizar este tipo de pronósticos es un ejercicio muy sofisticado pero que, a día de hoy, no ofrece una información mucho más precisa que la resultante de echarlo a los dados o a cara y cruz. Así de duro, pero así de real. Los modelos meteorológicos han progresado enormemente en lo que hace a pronósticos a corto plazo, de tal manera que hoy en día las previsiones a 72, tres días, tienen un grado de acierto cercano al 95% y las previsiones semanales pueden alcanzar valores de probabilidad muy elevados en determinadas circunstancias, como por ejemplo la que estamos viviendo estos días, con un anticiclón estancado y una masa de aire cálido quieta sobre la península ibérica. En épocas de mucho cambio de tiempo, casi siempre en primavera y otoño, los pronósticos semanales dejan de ser fiables y se limitan a mostrar múltiples escenarios que pueden darse o no, pero con un alto grado de error. Pueden creerme que se dedica mucho esfuerzo, investigación, tiempo de reloj y dinero a predecir la temperie, que es la palabra castellana que significa el tiempo atmosférico, el “weather” español, pero el reto es inmenso. Algunos de los mayores ordenadores del mundo están construidos específicamente para este fin, y apenas son capaces de ofrecer resultados consistentes a los mencionados siete días. Necesitamos muchas más estaciones de seguimiento que nos ofrezcan datos sobre la superficie que tratamos de estudiar, y la proliferación de aficionados y estaciones automáticas conectadas a internet es una maravillosa noticia en este sentido, y webs como meteoclimatic son un ejemplo de lo que es el futuro del seguimiento y la observación, pero como antes señalaba, además de datos y potencia de cálculo, nos falta conocimiento. Por ejemplo, se sabe que unas aguas marinas más calientes tras el verano son condición necesaria para que las tormentas de otoño tengan mayor intensidad, pero aún se desconoce cómo se produce ese fenómeno. Sabemos cómo evoluciona una tormenta, pero no podemos prever, ni con horas de margen, su formación sobre un determinado núcleo de población y hacia dónde se va a desplazar, hecho que en EEUU es la casusa de numerosas muertes debido a los tornados que, muchas veces, están asociados a los núcleos tormentosos. En definitiva, que nos queda un mundo por aprender.

Y a lo que iba al principio. ¿Qué sensación tiene usted de este verano? ¿Ha sido frío, cálido, ni fu ni fa? En esto del tiempo cada uno tiene una impresión que es la verdadera y única, pero estarán de acuerdo conmigo en que ha hecho un verano de verdad, de los de toda la vida, con calor sofocante y sudores. El primer análisis del mes de Julio, publicado por AEMET, habla de un mes muy cálido y seco en España, en el que apenas destacan los episodios tormentosos, que sí están siendo intensos en Agosto, pero localizados en Pirineos y en la zona este del país (sistema Ibérico y Cataluña principalmente). Vamos, que ha hecho un tiempo como para haberles dejado a los de la web francesa sentaditos una tarde sin sombrilla en al puerta del Sol para ver qué sensación obtenían…

Subo el fin de semana a Elorrio y me cojo el Lunes festivo, hasta el Martes!!!!

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