viernes, agosto 09, 2013

El Washington Post y el futuro de la prensa


La noticia de la que más se ha escrito en la prensa, nacional e internacional, no tiene nada que ver con Snowden, la crisis, Gibraltar o cualquier otro asunto de portada, sino con algo relacionado con el propio sector de la prensa, en un ejercicio de onanismo papelero que podría ser criticable si no fuera porque el hecho noticioso en sí es muy relevante. Tras más de ocho décadas, la familia Graham, propietaria del Washington Post, una de las cabeceras de referencia en el mundo, ha vendido el periódico. Eso de por sí es noticia, pero que el comprador sea Jeff Bezos, el dueño del imperio Amazon, y el precio pagado, 250 millones de dólares, lo convierten en algo muy relevante.

Este movimiento del Post se enmarca en la tremenda crisis que están sufriendo los medios de comunicación, crisis que en el caso de la prensa escrita es una auténtica debacle, dado que a las apreturas económicas se le debe sumar la revolución que internet ha supuesto en el consumo de noticias y el acceso gratuito a las mismas. No nos engañemos. Cada vez se venden menos periódicos, la facturación de los editores cae sin remedio y los ingresos, derivados de la venta y la contratación publicitaria, no dejan de reducirse trimestre tras trimestre, año tras año. Cada semana tenemos noticias de una cabecera, regional preferentemente, que cierra tras años de existencia ahogada en deudas e incapaz de encontrar su nicho de mercado en medio de semejante transformación. Véalo usted en su entorno, ¿cuánta gente conoce que compraba prensa hace unos años y lo sigue haciendo? En España, donde la difusión de internet es menor que en otros países y su uso no está demasiado extendido por las capas de población de edad más elevada, las ventas han aguantado algo más pero la crisis económica ha supuesto su puntilla. Las empresas editoras de El País, El Mundo, ABC, El Correo, La Vanguardia, El Periódico de Cataluña y de todas las demás banderas señeras de los quioscos nacionales han ejecutado drásticos EREs que se han saldado con recortes de plantilla, disminución de sueldos y total incertidumbre. Y aun así la caída se mantiene. En Estados Unidos, donde la penetración de la web es más intensa y este problema ha llegado antes, al desaparición de cabeceras regionales y locales ha sido enorme, y los grandes de la prensa, encabezados por el New York Times y el Washington Post, se han visto abocados a cierres de secciones y despidos impensables hace unos años, así como sufrir una abrupta y continuada caída en el precio de sus acciones en los mercados, hasta convertirlos en empresas financieramente irrelevantes. Los intentos de cobrar por contenidos en la web, en los que el NY Times fue pionero, y que parece ahora van a ser emulados en España por El Mundo y El País, a partir del otoño, tampoco han resultado ser la panacea que muchos anunciaban dado, entre otras causas, lo acostumbrado que está ya el usuario de la red a consumir noticias de manera libre y gratuita. Muchos usuarios no están dispuestos a empezar a pagar por algo que han disfrutado de sin límites ni costes durante tiempo. Así, abocados a un futuro sombrío, la venta del Post ha supuesto un aldabonazo en la conciencia de editores y periodistas de todo el mundo, que ven como “cae” una de las joyas de la profesión. Y el que sea Jezz Bezos, el dueño de Amazon, un empresario de la red, que ha transformado el comercio en internet y en el mundo real, creador de una empresa que acumula ganancias y destroza negocios de venta tradicionales como las librerías o los propios quioscos, ha sido visto como una cruel paradoja. Uno de los empresarios más criticados por la prensa tradicional como enemigo de su modelo de negocio se hace con una de las joyas de la corona impresa. Paradójico y, hasta cierto punto, cruel. Hay quien ve a Bezos como la salvación del periódico, dad su capacidad innovadora y su comprobado espíritu de negocio. Otros lo ven como el sepulturero del periódico de toda la vida. El tiempo lo dirá.

Un aspecto secundario de la compra que no quiero dejar de señalar. La operación de venta se ha saldado con un valor de compra de 250 millones de dólares. Parece alto, pero es ridículamente bajo. Uno de los periódicos más importantes, conocidos y prestigiosos del mundo se ha vendido por menos de la décima parte de lo que ha ganado el BBVA en el primer semestre de 2013, apenas un 1% de la fortuna personal de Bezzos. Si eso vale el Post, ¿cuánto vale nuestros cuasi arruinados periódicos, de tirada y relevancia mucho menor? ¿Cuánto se pagaría por El País o por El Mundo, lastrados de deudas y pérdidas como lo están? ¿Cuál será su futuro?

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