El revuelo organizado por el
indulto al pederasta español puede hacernos creer que esto de los indultos y
las medidas de gracia es algo propio de países autocráticos o dictatoriales, en
los que la ley y las condenas son burladas por unos gobernantes que no se
someten a ellas. Nada más lejos de la realidad. Pese a que no es muy conocido,
el indulto se recoge en casi todos los sistemas legales modernos y es usado por
los gobiernos, normalmente con sentido, pero a veces generando intensas
polémicas. Seguro
que recuerdan la que se organizó hace no muchos meses cuando Gallardón tramitó
el perdón para un conductor kamikaze.
Bien, pues algo parecido ha
pasado hace pocos días en Estados Unidos, lugar en el que la ley pesa tanto y
las arbitrariedades no tienen lugar, hasta que suceden como en todas partes, en
este caso ante un pelito de carácter económico e industrial. Es el caso de la
guerra de las patentes que mantienen Apple y Samsung por medio mundo, en el que
Apple denuncia sistemáticamente que Samsung le ha copiado todo, o casi todo, y
trata de bloquear la venta de los dispositivos de la empresa coreana. Es un
asunto complejo del que no se casi nada, aunque me da que Apple lucha una
batalla que tiene perdida a largo plazo porque, aunque parece evidente que Jobs
y compañía desarrollaron la tecnología táctil que ahora todos utilizamos (cómo
la obtuvieron es un asunto más complejo e interesante, créanme) el objeto de
patentarla sería como si Daimler, inventor del motor de gasolina, hubiera
impedido que nadie más hiciera coches que usaran su invento como propulsor. La
cuestión es que hace unos meses un organismo regulador del gobierno de EEUU
decidió que era Apple la que estaba violando derechos legítimos de Samsung, por
lo que le imponía restricciones a la venta de determinados modelos. Fíjense,
porque es interesante. Una agencia del gobierno de un país falla en contra de
la empresa de ese mismo país frente a un competidor extranjero. Un ejemplo de,
a distancia, objetividad, limpieza de juego y ausencia de chovinismo o patrioterismo
rancio. Curioso, inaudito por estos lares, o en la misma Unión Europea. Esta
decisión no era firme hasta que transcurriera un plazo, siendo sólo la decisión
en contra del Presidente Obama la única que podía revertir ese fallo. Y justo
cuando expiraba ese plazo, al borde de la campana Obama
ha actuado, y ha enmendado a la agencia federal y ha determinado que ese
veredicto es nulo. Es decir, ha tomado parte por una de las dos empresas y
ha decidido de manera unilateral cuál es la que tiene razón en la disputa.
Curiosamente, o no, ha optado por la empresa nacional, la que sin duda más ha aportado
de las dos a la financiación de sus pasadas campañas electorales, la que genera
más empleo en EEUU, la que es vista como un símbolo de la competitividad
industrial y tecnológica de la nación, la dueña de una marca líder en el mundo
y expresión de la California idílica casi tanto como una tabla de surf al ritmo
de los Beach Boys o una película de Hollywood y, casi seguro, la que más dinero
de las dos invierte en lobbys de presión en los aledaños del Capitolio de
Washington. Cierto es que la medida no va a tener un gran impacto dado que la
disputa hacía referencia a modelo de iphone e ipad de generaciones pasadas, que
hace un par de años eran la bomba y ahora languidecen en ventas, pero el
mensaje que se lanza al viento es claro: “Empresas norteamericanas, el gobierno
está para ayudaros y lo hará dónde sea y cómo sea”. Juntos de la mano, como
miembros de la iglesia capitalista, gobierno y empresas en EEUU defienden sus
derechos y se intercambian cuotas de poder y dinero en una red de intereses en
la que cada vez es más difícil determinar quién está subordinado a quién, quién
decide y quién acata… quién manda.
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