miércoles, abril 22, 2015

Hacienda es la “repera patatera”

Hace un par de días validé el borrador de mi declaración de la renta. Como todos los años desde que me compré el piso, y gracias a la desgravación hipotecaria de la que todavía me puedo beneficiar el saldo es a devolver, abundantemente, cosa que hace que mi visión anual del fisco siempre sea más bondadosa que la de la media. Otro cantar será cuando acabe de pagar la hipoteca o, temo que antes, cambie de piso porque ya no quepa, y diga adiós a esa gracia fiscal que tan bien me vino en el pasado, y que la ley actual no contempla. Era la “repera” pensaré al recordarla.

El escándalo Rato y toda la polémica que hay encima de la mesa sobre la amnistía fiscal de 2012 y los más de setecientos investigados ha estallado en plena campaña de la renta. Los asalariados, como es mi caso, no tenemos vías reales para defraudar, por lo que somos la ubre que el estado exprime sin reparo ni error alguno para abastecerse de ingresos. Pero parece ser que hay muchos cientos de miles que pueden eludir el control del fisco, y deciden hacerlo. Consideran que el resto de españoles somos pringados, gilipollas y tontos. El que ese pensamiento sea el dominante en nuestra sociedad durante muchos siglos es el que ha permitido que el fraude no sea perseguido con la intensidad debida, porque es comprendido por muchos. No se si las cosas están cambiando, sería la “repera” si así fuera. De momento el gobierno, en este caso, tiene un lío de mil narices encima de la mesa, porque la detención de Rato y su escarnio público, grave herida para el gobierno y el PP infringida, según muchos, por fuego amigo, ha dejado en evidencia no sólo a uno de los mitos del partido y maltrecha la historia de éxito del pasado, sino los agujeros y desastres que la amnistía de 2012 trató de encubrir. Vista desde cualquier perspectiva, esa decisión fiscal ha supuesto un tremendo error. No sirvió para ingresar mucho, poco más de mil millones de euros, que los de los ERE o los cursos de formación se pueden fundir en lo que se tardan en atiborrarse de gambas. Permitió que muchos miles de millones de euros más regresasen a España, pero en unas condiciones de tal ventaja que suponían una discriminación absoluta respecto a los patrimonios regulares que estaban desde antes aquí. Y, como era de temer, sirvió para para que presuntos, de momento, delincuentes lavasen sus ingresos y patrimonio, obtenidos no se sabe muy bien cómo o, siendo mal pensado, sabiéndolo perfectamente. Es cierto que la ley que ampara esa amnistía dice que, independientemente de la regularización, se investigaría si los capitales tenían una procedencia irregular y, en su caso, se perseguiría, pero quedaba claro que en ningún caso se iba a dar a conocer la lista de los que se habían acogido a la misma, por el simple hecho de que si yo ofrezco un trato ventajoso a alguien sólo se apuntarán los que, por vergüenza, sepan que van a seguir amparados en el anonimato. Los nombres de quienes, por ahora, sabemos que se acogieron a esa amnistía, han surgido porque están involucrados en otras causas penales (Gürtel, Pujol, Rato, etc) y son los jueces que las instruyen los que han requerido esa información. Sin embargo, ahora que sabemos que hay una lista de setecientos reyes de la sinvergonzonería entre el grupo de aprovechados amnistiados, sospecho que no pasará demasiado tiempo antes de que empiecen a filtrarse nombres o indicios que puedan señalar a unos y a otros. Y eso sería la “repera”

O no. Y por eso quizás la comparecencia de ayer del director de la Agencia Tributaria vino a transmitir un mensaje muy similar al que, de manera más abrupta y tosca, bramó Pujol en su comparecencia. “No movamos el árbol que se caen las ramas”, dijo el nada honorable. Esto es la “repera patatera” comentó ayer Menéndez en una expresión muy de tebeo de Mortadelo, pero que veía a decir que, como todos sabemos que todos estamos metidos en el ajo, mejor que no nos hagamos daño unos a otros. Y eso contribuye a mantener la imagen de que el que paga impuestos en este país es un “pringao”, que lo mejor es defraudar, vivir a cuerpo de Rey sin dar golpe y robando a los demás. Y luego, ser amnistiado por los míos o por los otros. Sí, sí que es la “repera patatera”

No hay comentarios: