martes, junio 09, 2015

Tormenta en el, nada fijo, mercado de bonos

Desde hace un par de semanas, junto a la bajada del Ibex, se viene produciendo un brusco movimiento en el mercado de bonos soberanos, especialmente europeos. Viniendo de una rentabilidad mínima, la renta fija europea ha escalado posiciones a gran velocidad y el bono español a 10 años se ha colocado en la cota del 2,2%, niveles no vistos desde hace meses. ¿Es Grecia al culpable de todo esto? Pudiera ser. Pero lo que vuelve a estar en la cabeza de los inversores es que la renta fija ya no es ese negocio aburrido y casi seguro que ha sido durante tantos años, hasta que en 2008 todo cambió.

Quizás muchos de ustedes, lectores queridos, no hayan entendido la mayor parte del párrafo anterior, y estén pensando que cómo es posible que la renta fija no sea “fija”. La verdad es que el asunto tiene su miga, y voy a tratar, en este artículo de hoy, de explicárselo. Los bonos de renta fija son un título que promete al comprador del mismo una ganancia segura, de ahí el concepto de “fija” al vencimiento del título. Para simplificar las cosas, hablemos de valores de un año de duración. En Enero compro deuda española por 100 euros y me prometen una ganancia del 5%, lo que quiere decir que el 31 de diciembre el estado me reembolsa 105 euros. Aquí hay dos aspectos muy importantes. Uno es que lo realmente inamovible es que me van a pagar 105 euros en diciembre, y lo otro es que, una vez salido a la venta, el bono cotiza en el mercado. Supongamos que, como pasa ahora, el amigo Draghi y el BCE compran deuda soberana y desean acaparar títulos. La demanda de bonos crece a lo largo del año y podemos encontrarnos en, pongamos, marzo, con que el bono, emitido a 100 euros, vale 104 en el mercado, por ese exceso de demanda. Yo, que lo compré en enero, podría decidir venderlo en marzo y no ganar el 5%, pero sí un 4% en tres meses, que en tasa anualizada es mucho más que un 5% anual. Y el que compre el bono en marzo a 104…. Recibirá 105 euros en diciembre. La rentabilidad de la compra es, obviamente, muy baja, en este caso del 0,962% (la renta fija ya no parece tan fija, eh??) Veamos el caso inverso. Compro el bono en enero a 100 euros pero se desata una crisis porque Grecia decide no pagar y eso nos afecta a todos. Los inversores ponen a la venta sus bonos por miedo a no cobrarlos y el precio del bono en el mercado cae, supongamos, hasta los 90 euros en marzo. El que compre bonos ese día a 90 euros recibirá, el 31 de diciembre, los 105 prometidos, y en ese caso la rentabilidad se ha disparado, desde el 5% hasta el 16,66%, que no está nada mal. Si se paran a pensar, podemos hacer una resta entre ese 16,66% de rentabilidad actual y el 5% prometida, y esos 11,66% puntos de más que nos promete actualmente el bono podemos llamarlos “prima de riesgo” porque es eso lo que quiere decir, es una prima, una ganancia adicional, por el riesgo que supone adquirir un activo cuya rentabilidad originaria no está tan clara. Recordemos que los bonos han bajado de precio porque había dudas sobre si finalmente se pagarían o no. El que los vende no quiere riesgos, y prefiere perder algo, de 100 a 90, antes de perderlo todo, y el que compra a 90 espera ganar en la confianza de que, finalmente, se cobre el interés prometido. O quizás menos, pero en todo caso suficiente para que, desde los 90 de valor de compra, la jugada le sea rentable. Como pueden ver, el concepto de “fijo” se ha diluido por completo, y el objeto bono se convierte en un activo vivo en el mercado que fluctúa mucho más de lo que pudiera uno imaginarse. Y siempre en sentido inverso. Aumentos de rentabilidad significan bajadas de precio y, viceversa, caídas de rentabilidad se derivan de aumentos de precio.

Por tanto, la subida de la rentabilidad de la deuda europea de estas semanas se explica, por vía directa, por las ventas de títulos que los operadores están realizando de sus bonos continentales. La pregunta de difícil respuesta es por qué se producen esas ventas. Grecia y sus vaivenes están detrás, probablemente, pero también hay voces de que la burbuja organizada en el mercado de bonos por las compras masivas del BCE, que los han llevado a valores disparados (rentabilidad mínima) está llegando a su final, y que este es un movimiento lógico, y que puede seguir en el futuro. A saber. Lo único que hay que tener claro es que fijo, lo que se dice fijo, no hay nada en el mundo.

2 comentarios:

peich dijo...

La muerte. Ésa si es fijo que nos espera.
Y no es por ser pesimista. Sólo es por comentar.

David Azcárate dijo...

Y los impueestos, jajajaja Gracias