miércoles, junio 20, 2018

Importante acuerdo Merkel Macron para la Eurozona


Quizás no sean conscientes de ello, pero la Europa que vivimos es una entidad cada vez más amenazada e irrelevante en el contexto global. Asia crece de manera desaforada, en población y en PIB, y la economía global orbita cada vez más hacia allí, y el vínculo trasatlántico que nos une con EEUU, el país más poderoso del mundo, se rompe día a día entre exabruptos y demás irracionalidades que emanan de la Casa Blanca de Trump, que no deja de ensuciar a cada momento la imagen de su gran nación. Con una población en retroceso y un PIB que crece débilmente tras la pasada crisis, Europa cada vez es menos en el contexto global.

Por eso es fundamental que los europeos actuemos de manera conjunta, nos coordinemos y complementemos para cubrir nuestras particulares carencias y ser más fuertes en el contexto global. Sigue siendo Europa un lugar asociado a una idea de libertad, también de prosperidad económica, sí, pero con la seguridad, el respeto al individuo y la libertad por bandera, y eso nos hace distintos a casi todas las demás zonas del mundo. Esos bienes que defendemos como europeos no caen del cielo, ni nos los otorga alguien con su gracia, sino que deben ser cultivados y defendidos por quienes creemos en ellos, dado que los que no creen o, directamente, se oponen, no descansan día a día en su trabajo de derribo. Por eso, casi más por el mensaje de unidad que por las decisiones tomadas, es muy importante el acuerdo al que llegaron ayer Merkel y Macron, que establece una primera reforma seria de las normas del euro, dotando entre otras cosas al grupo de países que utilizamos la moneda única, de un presupuesto destinado a la inversión y la reducción de disparidades. En el acuerdo se mencionan la mayor parte de instituciones financieras creadas como respuesta a la crisis económica, y se plantea su reformulación, para que extiendan su influencia, alcance, permanencia y tamaño, y sean elementos decisivos para aportar estabilidad ante futuras crisis, sean puramente financieras o no. Muchos de estos detalles se dejan para el año 2021, que parece estar cerca, pero que a la velocidad a la que transcurren los acontecimientos se antoja muy lejano, pero lo decisivo, como antes señalaba, es que de cara a las próximas cumbres europeas, que serán determinantes respecto a las reformas del euro, existe un pacto entre los dos grandes países, sin los que es imposible realizar nada, que marca una estrategia de futuro. Como todo consenso, es un punto intermedio, en este caso entre las amplias aspiraciones de Macron y los recelos de Merkel, pero es un avance respecto a la situación actual. España debiera sumarse de manera entusiasta a este acuerdo y trabajar para que otras naciones también lo hagan, y así lograr que los plazos que en él se recogen no se dilaten en exceso y no caigamos, nuevamente, en marasmos típicos de la Unión que se eternizan en forma de burocrática reuniones en Bruselas que sólo sirven para desesperar a la mayoría de los que en ellas participan, y ni les cuento al resto. Este acuerdo tiene otra derivada muy importante, en este caso sobre el tema de la inmigración, que ahora tanto nos preocupa, y es que probablemente Alemania consiga así que Francia apoye sus propuestas para implantar controles más exhaustivos en las fronteras comunes y llevar a cabo los planes de los que se habla, consistentes en la creación de campos de acogida y clasificación de inmigrantes en territorio fuera de la UE. Sería una extensión de lo que ahora ya funciona en Turquía, para lo cual los europeos pagamos dinero, y que podría tener su réplica en naciones como Túnez o Marruecos, aunque aún es pronto para asegurarlo. El gobierno alemán vive una grave crisis interna debido a este tema, y los socios bávaros de la CSU, que siempre han estado coaligados con la CDU, el partido de Merkel, exigen mano dura y controles, contagiados por el discurso que los países de Visegrado empiezan a imponer en parte de la Unión.

La imagen de Merkel y Macron juntos, dándose la mano y ofreciendo unas guías y orientaciones de futuro llegan, como agua de mayo en este ardiente final de junio, tras lamentables declaraciones que, día tras día, nos asustan y hacen dudar del futuro de Europa. Es el impresentable de Mateo Salvini el que esta semana ha copado titulares con sus racistas declaraciones sobre los gitanos, pero si uno escarba verá que lo que ahora dice no es sino una réplica de sus manifestaciones de toda la vida, referidas a todos aquellos a los que no considera como propios. Así son los racistas, y Salvini lo es. Como ven, no sobran enemigos en casa, y fuera los tenemos para dar y regalar, así que todo lo que avancemos en unirnos será poco, y debe ser celebrado como se merece.

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