Hace
poco más de un mes los índices de la bolsa norteamericana marcaron nuevos
máximos históricos, espoleados por el sector tecnológico. El Dow Jones y el
SP500, índice selectivo y general de empresas de aquel país subía con ganas,
pero era el Nasdaq, el índice de empresas tecnológicas e innovadoras, el que
lideraba la fiesta. Y allí destacaban, por encima de todo, las FAANG, acrónimo
de Facebook, Apple, Amazón, Netflix y Google (su matriz es Alphabet, pero no
rompamos por ello una buena sigla) con subidas imparables en el años. Al inicio
del otoño las dos “A” de la sigla alcanzaron una capitalización bursátil del
billón de dólares, billón europeo, millón de millones, el PIB de España. Una
barbaridad.
Hoy
las cosas son bastante diferentes, tras más de un mes de volatilidad desatada y
caídas en todos los índices. Ese grupo de empresas ha perdido, de media, algo
más de un 20% en sus cotizaciones, con bajadas que en el caso de Facebook superan
el 30%, y aplicar esos porcentajes de corrección al volumen de capitalización
bursátil nos genera pérdidas por cientos de miles de millones de dólares,
cifras estratosféricas del capital que se ha desvanecido en unos pocos días. A
más de uno la cena de acción de gracias, que se celebra hoy en EEUU le va a
sentar muy mal cuando vea el estado de sus inversiones, y quienes, con razón,
se sentían en la gloria hace no mucho ahora tendrán el susto en el cuerpo muy
bien metido, sin que sepan qué hace, si mantener posiciones o liquidarlas, en
función de las ganancias que acumulen o las pérdidas que puedan aflorar, que de
todo habrá. ¿Qué se esconde detrás de esta bajada? ¿Hay causas profundas que
expliquen esta corrección? El derrumbe de Apple se produjo al poco de presentar
sus últimos resultados trimestrales, inmensos en volúmenes de facturación e
ingresos, en consonancia con lo esperado, pero con unas perspectivas algo
sombrías para la temporada navideña y con la sensación de haber llegado a un
techo en las ventas de sus modelos. ¿Esto es así? ¿basta eso para que la acción
sufra semejante correctivo? En temas complejos como estos debemos huir de las
causas únicas y, probablemente, lo que tengamos detrás es un conjunto de
circunstancias que han aflorado, de manera caprichosa, en estas jornadas. El
ciclo de la economía norteamericana está siendo larguísimo y se nota
agotamiento, en algún momento deberá caer y esos miedos crecen a medida que no
llega la bajada de PIB esperada, la pérdida de impulso del crecimiento económico
global que afecta a EEUU y el resto de naciones, las políticas que surgen desde
los centros de poder, no sólo la Casa blanca, se llenan de populismo y siembran
inestabilidad global, la guerra comercial con China sigue ahí, con picos y
valles, la propia desaceleración china tan anunciada y, quizás, algo presente,
el elevado valor de las propias cotizaciones bursátiles, que viven un inmenso
mercado alcista como pocos se recuerdan, y que a buen seguro necesitaran de una
corrección hubiera o no motivos externos… echen la culpa a lo que prefieran.
También se está hablando de un factor nuevo, que es la madurez, o el agotamiento
incluso, del modelo de negocio de las redes sociales, cosa que le hace especial
daño a Facebook. Las redes ya no son tan idílicas y molonas (por usar un término
que no me gusta pero que en ellas se emplea mucho) y muchos están descubriendo
el lado oscuro de las mismas, especialmente en lo que hace al linchamiento social
que generan y a la sensación, certera, de que todo se encamina a sacar dinero
al usuario vía la comercialización de su información. Como siempre pasa, muchas
redes empezaron siendo una utopía libertaria, un mundo nuevo sin los factores
oscuros que nos torturan en nuestro día a día real, y han acabado replicando el
mundo analógico en lo bueno y en lo malo, creando propiedades específicas de lo
digital, tanto también en lo bueno como en lo malo. Si las redes empiezan su
decadencia, o al menos han dejado ya atrás el estrellato, todos los negocios
vinculados a ellas se verán afectados. ¿Se esconde algo así tras estas vejadas?
Sólo el tiempo lo dirá
Curiosamente,
o no, en la bolsa China se vivió un fenómeno similar hace un año con la caída de
las BAT, trío de empresas formado por Baidu (el Google chino) Ali Babá (el
Amazon chino) y Tencent, conglomerado tecnológico que para entendernos aúna
componentes de Apple, Microsoft y Oracle. La caída de esos gigantes ha sido
seguida allí por el resto de empresas y la bolsa de Shanghái ofrece ahora mismo
un rendimiento anual del entorno del -20%, que deja al -9% de nuestro Ibex
convertido en un chollo. En el caso asiático es más probable que la bajada de
las BAT fuera una señal de enfriamiento de la economía de aquel gigante, pero
no se si las FAANG son el indicador más certero para anunciar la inminencia de
la esperada recesión norteamericana, aunque es verdad que, por su propio tamaño,
podrían precipitarla. En fin, como ven, muchas dudas en un apasionante mundo
del que casi nada entendemos.
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