jueves, noviembre 22, 2018

El derrumbe bursátil de las FAANG


Hace poco más de un mes los índices de la bolsa norteamericana marcaron nuevos máximos históricos, espoleados por el sector tecnológico. El Dow Jones y el SP500, índice selectivo y general de empresas de aquel país subía con ganas, pero era el Nasdaq, el índice de empresas tecnológicas e innovadoras, el que lideraba la fiesta. Y allí destacaban, por encima de todo, las FAANG, acrónimo de Facebook, Apple, Amazón, Netflix y Google (su matriz es Alphabet, pero no rompamos por ello una buena sigla) con subidas imparables en el años. Al inicio del otoño las dos “A” de la sigla alcanzaron una capitalización bursátil del billón de dólares, billón europeo, millón de millones, el PIB de España. Una barbaridad.

Hoy las cosas son bastante diferentes, tras más de un mes de volatilidad desatada y caídas en todos los índices. Ese grupo de empresas ha perdido, de media, algo más de un 20% en sus cotizaciones, con bajadas que en el caso de Facebook superan el 30%, y aplicar esos porcentajes de corrección al volumen de capitalización bursátil nos genera pérdidas por cientos de miles de millones de dólares, cifras estratosféricas del capital que se ha desvanecido en unos pocos días. A más de uno la cena de acción de gracias, que se celebra hoy en EEUU le va a sentar muy mal cuando vea el estado de sus inversiones, y quienes, con razón, se sentían en la gloria hace no mucho ahora tendrán el susto en el cuerpo muy bien metido, sin que sepan qué hace, si mantener posiciones o liquidarlas, en función de las ganancias que acumulen o las pérdidas que puedan aflorar, que de todo habrá. ¿Qué se esconde detrás de esta bajada? ¿Hay causas profundas que expliquen esta corrección? El derrumbe de Apple se produjo al poco de presentar sus últimos resultados trimestrales, inmensos en volúmenes de facturación e ingresos, en consonancia con lo esperado, pero con unas perspectivas algo sombrías para la temporada navideña y con la sensación de haber llegado a un techo en las ventas de sus modelos. ¿Esto es así? ¿basta eso para que la acción sufra semejante correctivo? En temas complejos como estos debemos huir de las causas únicas y, probablemente, lo que tengamos detrás es un conjunto de circunstancias que han aflorado, de manera caprichosa, en estas jornadas. El ciclo de la economía norteamericana está siendo larguísimo y se nota agotamiento, en algún momento deberá caer y esos miedos crecen a medida que no llega la bajada de PIB esperada, la pérdida de impulso del crecimiento económico global que afecta a EEUU y el resto de naciones, las políticas que surgen desde los centros de poder, no sólo la Casa blanca, se llenan de populismo y siembran inestabilidad global, la guerra comercial con China sigue ahí, con picos y valles, la propia desaceleración china tan anunciada y, quizás, algo presente, el elevado valor de las propias cotizaciones bursátiles, que viven un inmenso mercado alcista como pocos se recuerdan, y que a buen seguro necesitaran de una corrección hubiera o no motivos externos… echen la culpa a lo que prefieran. También se está hablando de un factor nuevo, que es la madurez, o el agotamiento incluso, del modelo de negocio de las redes sociales, cosa que le hace especial daño a Facebook. Las redes ya no son tan idílicas y molonas (por usar un término que no me gusta pero que en ellas se emplea mucho) y muchos están descubriendo el lado oscuro de las mismas, especialmente en lo que hace al linchamiento social que generan y a la sensación, certera, de que todo se encamina a sacar dinero al usuario vía la comercialización de su información. Como siempre pasa, muchas redes empezaron siendo una utopía libertaria, un mundo nuevo sin los factores oscuros que nos torturan en nuestro día a día real, y han acabado replicando el mundo analógico en lo bueno y en lo malo, creando propiedades específicas de lo digital, tanto también en lo bueno como en lo malo. Si las redes empiezan su decadencia, o al menos han dejado ya atrás el estrellato, todos los negocios vinculados a ellas se verán afectados. ¿Se esconde algo así tras estas vejadas? Sólo el tiempo lo dirá

Curiosamente, o no, en la bolsa China se vivió un fenómeno similar hace un año con la caída de las BAT, trío de empresas formado por Baidu (el Google chino) Ali Babá (el Amazon chino) y Tencent, conglomerado tecnológico que para entendernos aúna componentes de Apple, Microsoft y Oracle. La caída de esos gigantes ha sido seguida allí por el resto de empresas y la bolsa de Shanghái ofrece ahora mismo un rendimiento anual del entorno del -20%, que deja al -9% de nuestro Ibex convertido en un chollo. En el caso asiático es más probable que la bajada de las BAT fuera una señal de enfriamiento de la economía de aquel gigante, pero no se si las FAANG son el indicador más certero para anunciar la inminencia de la esperada recesión norteamericana, aunque es verdad que, por su propio tamaño, podrían precipitarla. En fin, como ven, muchas dudas en un apasionante mundo del que casi nada entendemos.

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