Hay
un viejo adagio bursátil anglosajón que reza “sell in May ando go away” algo
así como “vende en mayo y lárgate” que viene a recomendar que, si el primer
tramo del año ha sido muy bueno, ya has hecho el ejercicio, liquida posiciones
y dedícate a ver pasar el tiempo. Los muy buenos resultados de la bolsa en este
primer trimestre hicieron que el pasado fin de semana se hablara mucho de este
consejo, y análisis numerosos salieron sobre si mayo es un mes bajista o no. Al
final, como siempre, conclusiones para todos los gustos. Desde luego, a viernes
10, la bajada del Ibex de más de un 5% que llevamos en la semana hará pensar a
muchos que siguen en mercado que por qué no hicieron caso a esas palabras del
dicho y vendieron antes de la caída.
¿Por
qué estas caídas? Como buena ciencia forense, la economía es atinada
encontrando culpables para sucesos que no fue capaz de prever antes de que se
dieran. En este mayo revuelto todos los ojos se vuelven hacia EEUU y China, y
sus disputas comerciales. Esta semana concluye el plazo, en teería, para firmar
una serie de acuerdos entre ambas potencias para desescalar las hostilidades, y
a lo largo de la semana la sensación general ha ido mutando desde la
expectativa optimista al temor al desastre. ¿Por qué? No hay mucha información
disponible, pero si ruido e indicios. Los indicios hacen referencia al viaje de
varios altos cargos de la economía china a Washington con cara de pocos amigos,
ánimo de decir casi nada y muestras de preocupación en su semblante. Todo esto
por sí mismo no quiere decir (casi) nada. El ruido proviene del inefable Trump.
Armado con su twitter, que parece ser mucho más efectivo como arma de
destrucción masiva de mercados que cualquier bomba convencional, el disparate
que gobierna EEUU lleva toda la semana lanzando amenazas contra los chinos,
reiterando que subirá los aranceles y mostrando su hartazgo ante unas
conversaciones que ni avanzan ni se encaminan hacia sus intereses. A golpe de
tuit Trump ha desestabilizado los mercados y ha marcado su rumbo, en un proceso
que es tan absurdo como peligroso. ¿Juega Trump de farol? Muchos son los que
dicen que esta es su táctica habitual de negociar, rodear al enemigo,
asustarlo, aterrorizarlo y, luego, acabar firmando un acuerdo en el que obtiene
algunas ganancias, pero no muchas. Tácticas marrulleras de este estilo pueden
ser válidas entre pillos que juegan al pelotazo inmobiliario en un solar de
Manhattan, pero están completamente fuera de lugar en el contexto de las
relaciones internacionales y, si me apuran, dese luego de son impropias de ser
narradas en vivo y en directo. Quizás entre bambalinas las negociaciones
comerciales sean mucho más agresivas que las broncas de aficionados a esa cosa
que se juega pegando patadas a un balón (que ya es decir) pero no se narran en
abierto, porque eso supone ofrecer bazas al contrario y genera daños en todos
los actores que pueden ser más o menos permanentes. De hecho gran parte de los
profesionales de los mercados empiezan a estar más que hartos de trump, sus
tuits y su pose, que sólo crea inestabilidad, incertidumbre, malos ratos. Algún
muy mal pensado cree que Trump, quizás, lo que busca, es forrarse en la bolsa.
Es el que posee la información privilegiada de mayor calado, y gestiona los
tiempos. Hunde el mercado con dos tuits en los que anuncia el fracaso de las
conversaciones y su furibunda ira, compra, y luego vuelve a tuitear diciendo
que en el último minuto se ha alcanzado u acuerdo que le hace muy feliz. El
mercado reacciona, sube, y Trumo se forra. De acuerdo, eso sería MUY ilegal, pero
¿a que no le sorprendería que el personaje actuase de esta manera?
De
momento, en los hechos, a las seis de la mañana horario nuestro ha entrado en
vigor un recargo adicional del 10% por parte de EEUU a las importaciones de miles
de productos chinos, recargo que se suma al 15% que ya estaba establecido.
¿Una última baza negociadora para meter miedo y demostrar que no se juega de
farol? ¿Preludio del acuerdo? ¿Síntoma de ruptura de negociaciones? ¿Tacticismo
o estrategia? No lo se, aún es pronto para ello, pero es probable que en pocas
horas o días sepamos como acaba este episodio. De momento veremos cómo
responden hoy los mercados y cómo acaba esta semana aciaga para el Ibex. En todo
caso, recuerden, en las guerras comerciales no gana nadie, perdemos todos. Unos
más y otros menos, pero todos perdedores.
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