viernes, junio 07, 2019

Sánchez, candidato


Sin novedades ni sorpresas, el Rey terminó ayer la ronda de consultas con los partidos políticos presentes en el Congreso y, tras ello, encargó a Sánchez presentarse a la investidura. A los pocos minutos de hacerse oficial esta decisión, se celebró una improvisada rueda de prensa en Moncloa en la que el candidato a presidente del gobierno aceptaba el encargo, algo casi de trámite, hasta que Rajoy lo convirtió en una decisión trascendente, y anunciaba el inicio de una ronda de conversaciones con tres partidos (PP, Ciudadanos y Podemos) y contactos con todos los demás, de cara a realizar un proceso que, afirmó, espera sea rápido.

¿Es posible una investidura rápida y sencilla? Pudiera parecer que no, pero está por ver que así sea. Recordemos que, frente a la moción de censura, donde resultó fácil armar una mayoría “a la contra de” que es lo que permitió a Sánchez alcanzar el gobierno, en una investidura se requiere un voto “a favor de” un candidato, y eso puede ser más complicado. Los números que dejaron las elecciones de abril dictaminan un Congreso fragmentado, con una mayoría absoluta parece que finalmente reducida por la no renuncia de sus actas de los congresistas independentistas presos, pero que en todo caso se sitúa en los 173 escaños, una cifra impensable en una primera vuelta. En una segunda, en la que se requieren más voto a favor que en contra, el juego de formaciones actuales puede venirle bien al PSOE, más que nada porque es cierta una de las afirmaciones que hizo ayer Sánchez, y es que si el PSOE no gobierna nadie lo puede hacer, porque el bloque de derecha no suma en ningún caso. Es decir, se puede alcanzar una situación de no elección de candidato, pero no hay candidatos alternativos. Eso pone presión, y mucha, a aquellos que el PSOE pueda situar como obstaculizadores del proceso de elección. Si, pongamos, Podemos se pone muy pesado con que Iglesias el fracasado llegue a tener un Ministerio y eso hace que las negociaciones encallen, sería sencillo para Ferraz empezar a vender un discurso en el que la falta de acuerdo se derive de las ansias personales de poder de un individuo, o de una formación, sumida en una grave crisis interna, que quiere alcanzar algo de poder para lamerse las heridas, en un acto más propio de oportunismo típico de muy vieja política que de regeneración. Ciudadanos, aunque menos dadas las posiciones actuales, también puede llegar a ocupar ese posible papel de culpable de una falta de acuerdo, y sentir presión. Recordemos que nuestro sistema de elección presidencial tiene aciertos y, también, fallos. Uno de los gordos es que no hay plazos tasados para cuándo debe celebrarse la primera votación de investidura tras las elecciones. En principio pueden pasar semanas, meses… años, nada está escrito al respecto. Una vez celebrada esa primera votación sí se pone en marcha el reloj de dos meses de plazo, transcurridos los cuales se convocan automáticamente elecciones, como descubrimos en 2015. También, al contrario que en algunos estatutos de autonomía, en cada votación se pueden repetir las posturas negativas hasta el infinito, sin que se fuerce a posiciones de abstención que permitan que una candidatura pueda prosperar. Desde que el bipartidismo atraviesa por malos momentos los escenarios de bloqueo son perfectamente posibles y la probabilidad de tener que repetir elecciones está siempre ahí, no lo olvidemos. En este caso es baja, pero no nula, y puede llegar a materializarse. Si se diera ese escenario algunos partidos saldrían beneficiados y otros no, y eso lo saben ellos mejor que usted y yo, y se supone que esa información también jugará un papel a lo largo de las próximas semanas.

De momento el sábado 15, en apenas una semana, se constituye todos los ayuntamientos de España, y ahí veremos una primera versión de la estructura de pactos y desacuerdos que va a estar presente a lo largo de este ciclo de gobierno. Lo que ocurra en determinadas capitales (Madrid, Barcelona, Pamplona…..) puede indicar mucho sobre por dónde irán los tiros y si será factible que haya acuerdos o cesiones en el Parlamento. Así que no esperen que se fije una primera sesión de investidura hasta pasadas algunas semanas. Mientras tanto, cada día tendremos informaciones interesadas de parte sobre cómo van las negociaciones, y el ruido de acuerdos y desacuerdos nos lo llenará todo. Habrá que esperar a que todo se clarifique y veamos finalmente pactos, o rupturas.

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