viernes, abril 03, 2020

Entregados


Una de las mayores impotencias que sufro al contemplar esta crisis es la de no poder hacer nada. Para la inmensa mayoría de nosotros lo que más ayuda para que pase cuanto antes es el encierro hogareño, el estar entre las cuatro paredes de nuestras casas, el no hacer nada. ES la paradoja absoluta, el activismo social más demandado es el de la inacción, y eso supone, otra vez, un contraste total frente a lo que estamos acostumbrados. Nuevamente, esta pesadilla derrumba nuestros esquemas y nos deja sin palabras ni respuestas ante las miles de preguntas que se suceden a cada instante, preguntas que Moncloa no logra filtrar en nuestra conciencia.

Pero los hay que sí están aportando todo lo posible, y más, para salvar vidas. MI perfil profesional está muy alejado del mundo sanitario, por lo que conozco a pocas personas de ese ámbito, pero a alguna sí. AAA trabaja en Osakidetza, servicio vasco de salud, y desde su puesto de administrativo de un hospital de aquella comunidad, se desvela día a día para que el centro no colapse y hace de todo junto a todos para aliviar la presión de las UCIs y de cualquier otro servicio del centro. IMC es pediatra, y vive la crisis con la misma angustia que todos, con la cierta tranquilidad de saber que sus pacientes pueden contagiar pero apenas sufrir, pero sin dejar de acudir a su consulta de un ensanche de Madrid día tras día y llamando sin cesar a los padres para seguir el estado de salud de los niños a la forzosa distancia a la que obliga este encierro social. La hermana de EIdA es dermatóloga, y trabaja en un hospital madrileño, y ahora trabaja a destajo en lo suyo y sabe que en cualquier momento puede ser llamada para ayudar con los pacientes de coronavirus, por lo que sus jornadas son eternas, no acaban nunca, pero lo asume como un deber. Su hermana, EIdA, se dedica a los números en el Ministerio de Industria, y desde allí habla sin cesar con empresas que están recibiendo ayudas para tratar de cambiar planes financieros y salvar la viabilidad de las fábricas que ahora están paradas. Compañeros suyos, como IMA, CVC o JLdP buscan sin cesar vías para que fábricas que antes producían coches ahora hagan respiradores o que otras textiles se dediquen a las mascarillas, como es el caso del taller del hermano de EBC, que está tratando de reconvertir sus líneas en productoras de mascarillas, y la homologación de esos productos es necesaria para que puedan ser utilizados por los muy necesitados sanitarios que los demandan sin cesar.  Otro compañero y amigo del Ministerio de Industria, JLRC, no apaga nunca la pequeña impresora 3D que tiene en casa, con la que está fabricando soportes para viseras protectora, y junto a otros que también están desde sus casas imprimiendo están poniendo a disposición del personal de batalla herramientas que les permitan paliar la escasez de recursos a la que se enfrentan día a día, habiendo creado una red de “coronamakers” que funciona y aporta mucho. La antes citada EBC trabaja en una empresa farmacéutica, y quizás ella no, pero alguien en su trabajo está devanándose los sesos tratando de crear moléculas que sirvan como tratamiento paliativo de la enfermedad. Junto a ella cientos de profesionales de empresas de investigación biotecnológica, apoyadas financieramente no pocas de ellas con fondos europeos del FEDER, en lo que yo trabajo, pasan día y noche encerradas en sus laboratorios buscando vacunas y fórmulas que permitan paliar los efectos de la pandemia y que, ya a estas alturas, abran un horizonte de rápida vuelta a la normalidad, que sólo llegará con un tratamiento médico eficaz.

Si hurgamos entre nuestros contactos nos encontraremos a héroes de este tipo, personas que encarnan esa palabra que estos días se repite tanto y que posee un significado tan profundo como, a veces, equívoco. El héroe sufre como cualquier otro, padece lo mismo que el resto, se duele tanto como cualquiera, pero posee un sentido de la responsabilidad y el sacrificio que es lo que lo distingue. Alrededor nuestro, fuera de nuestras casas, hay héroes que están haciendo todo lo que pueden para ayudar a los demás mientras el resto no hacemos nada, que es lo único que está en nuestra mano para resultar útiles. Por ellos, gracias a ellos, gracias a su entrega.

No hay comentarios: