viernes, septiembre 26, 2025

ChatGPT como amigo

Historia real de la mañana de este pasado martes. Iba el metro atestado en el camino desde mi casa al trabajo, todos presionados. Mi idea de ir leyendo en el trayecto la tuve que aplazar. Un par de paradas después de la mía subió, entre otros, una chica joven, moderna, era guapa. Se tuvo que poner muy cerca de mi. Llevaba el móvil en las manos y podía ver su pantalla, de echo tenía que hacer esfuerzos para no hacerlo dado las posiciones prensadas en las que estábamos todos. En ese momento se escribía por whatsapp con su madre, a eso de las 07:20 de la mañana. Discutían, con formas adecuadas, pero con firmeza mutua. No quise hacer caso al contenido concreto del problema.

Una parada después, tras haber cerrado el whatsapp, la chica abrió la app de ChatGPT, y se puso a escribir, y ahí no puede evitar engancharme. Contaba, resumidamente, que era una chica de 23 años, estudiante de derecho, carrera que no le gusta pero que la hace porque sus padres se lo habían exigido. Saca buenas notas pero a desgana. Lo que a ella realmente le gusta es la música, desde pequeña cantar, y desde hace un par de años componer sus propias canciones con las apps que ha descubierto para ello. Tiene estudios básicos de solfeo y le gustaría ampliarlos. Su idea, su gran idea, es dedicarse a eso una vez que acabe la carrera y olvidar el derecho para siempre, pero en casa no están de acuerdo y cada vez que surge el tema se organizan serias discusiones. Le escribía a ChatGPT para contarle todo esto y para que le ayudase, para que le diera consejo, para que le guiara sobre cómo afrontar las discusiones en casa, que le estaban haciendo la vida imposible, para que le animase cuando se iba a llorando a la habitación después de haber tenido otra bronca en la sala sobre su futuro, para que le diera fuerzas…. Y más o menos por aquí es cuando ella se bajó de parada y yo seguí en el vagón. Durante el tiempo en el que escribió a ChatGPT lo hizo de una manera bastante más pausada y reflexiva que cuando discutía por whatsapp, como si estuviera pensando con mucho más detalle lo que estaba poniendo, con un cuidado muy superior a la interacción con su madre. Eso me permitió seguir bastante bien el hilo de lo que le escribía a la IA. A medida que iba relatando su historia mi asombro no dejaba de crecer, porque al otro lado, en la IA, no hay nadie. De hecho no hay exactamente ni inteligencia, pero sí hay algo que escribe y responde de manera personalizada a todo aquel que le consulta lo que sea. Es probable que, cuando acabara su escrito y se lo mandase, ChatGPT tardase poco más de unos segundos en escribirle un texto lleno de recomendaciones, avisos, sugerencias, relativas a la necesidad de compaginar los deseos de su familia y los suyos, y todo con un lenguaje frío pero respetuoso y fabricado en exclusiva para ella. Supuse, durante el resto del viaje, que esa chica habría contado su problema a los amigos de la universidad, o a los que tenga fuera del mundo educativo, pero luego pensé que a lo mejor su círculo de amistades, como pasa cada vez más, es muy corto, y la relación no es tan estrecha ni íntima como es necesaria. Si tuviera pareja es casi seguro que ese debe ser uno de los grandes temas de conversación, y problema, en la relación, pero obviamente no tengo información al respecto. ¿Estaría usando ChatGPT para contrastar su “opinión” con la de otras personas del entorno? Quizás no estaba satisfecha con lo que el resto le ha sugerido y quería una opinión adicional, y sabiendo que la IA siempre está ahí recurrió a ella. No quiero pensar que esa referencia, la IA, era la principal de las suyas, o que le estaba contando su problema antes que a otras personas de su círculo íntimo, pero la proliferación de casos que se ven en las redes y la vida real de personas que usan a ChatGPT como compañero y amigo son tales que es una posibilidad que no es descartable. Prefiero pensar que no es así, pero se que no puedo asignarle un cero de probabilidad a algo que supondría la soledad profunda de esa chica ante su problema y, desde luego, las demás complejidades de su vida.

Sí, cada vez estamos más solos. Tenemos montones de “amigos” en las redes que, en muchos casos, no son sino bots o personas que están al otro lado de una aplicación, pero fuera de nuestra realidad. En nuestros entornos personales la frialdad crece, la consolidación de las amistades se vuelve más difícil en un mundo de narcisismo creciente y la complejidad de la vida moderna erosiona los patrones de relación social que han existido durante infinidad de años y nos han moldeado a la hora de relacionarnos con los demás. Recurrir a ChatGPT como amigo o confidente es el síntoma de un problema más profundo, novedoso, y que, sinceramente, no se muy bien cómo se puede abordar.

Este finde subo a Elorrio y me cojo dos días de ocio. Si no pasa nada raro nos leemos el miércoles 1 de octubre.

jueves, septiembre 25, 2025

La grave crisis de la ONU

Septiembre es el mes de la ONU, cuando la institución se viste de gala para celebrar su asamblea general y dirigentes de todo el mundo acuden a Nueva York a intervenir ante el plenario con un tiempo tasado, breve. Muchos de los mandatarios usan esta oportunidad para reivindicarse, otros para huir de los problemas que les acechan en su país y algunos para proponer cosas interesantes. En general, son discursos ampulosos sobre grandes problemas globales que ningún país es capaz de resolver por sí sólo, pero que sirven para que los dirigentes aumenten su talla internacional, cosa que alimenta el ya bien nutrido ego de muchos de ellos.

La ONU está sumida en la que, quizás, es su mayor crisis desde que fue creada tras la IIGM, y esa crisis se deriva de la caída progresiva del orden internacional que se instauró tras esa contienda. Habiendo estudiado el fracaso de la Sociedad de Naciones que se desarrolló tras la IGM, la ONU se crea con mayores garantías, instituciones novedosas, como el consejo de seguridad, agencias paralelas que se encarguen de temas específicos de índoles social más allá de la geopolítica, como la UNESCO, FAO, etc. Y, lo más importante, el compromiso de los países poderosos de otorgarle representatividad y, con ello, poder. Como toda institución creada por acuerdos entre naciones, sobrevive y se desarrolla en la medida en la que sus creadores mantienen la fe en ella, sino está abocada al fracaso. Bajo el dominio occidental la ONU ha tenido un papel muy relevante en la diplomacia global y ha servido como punto de encuentro para tratar de buscar acuerdos que desencallen conflictos y acaben con las guerras. Su balance es positivo, pero con muchas sombras, porque cuando los países más poderosos, léase EEUU y la URSS durante la segunda mitad del siglo XX, querían hacer lo que les interesaba, no contaban para nada con la opinión del resto ni, claro, de este foro. En los tiempos actuales la ONU ha ido perdiendo relevancia a medida que varias naciones, encabezadas por China, han ido reclamando una cuota de poder global que no poseen en las instituciones, pero sí en la economía y sociedad mundial. EEUU, el hasta ahora líder del mundo, ha emprendido un camino de desentendimiento respecto a problemas globales, centrado cada vez más en sus intereses propios y en lo que le pasa de fronteras para dentro, y el discurso de Trump del martes ante la asamblea general fue casi el simulacro del portazo de la Casa Blanca a la institución. Si China busca un mundo moldeado a su imagen y EEUU no defiende las instituciones creadas en el pasado es casi imposible que la ONU, y otras muchas siglas que nos son familiares, tengan un contenido real más allá de las letras que las definen. Guerras como las de Rusia en Ucrania o Israel en Gaza muestran la quiebra total de un mecanismo de gobernanza global, con sus problemas ineludibles, que se basaba en el multilateralismo, en el respeto a la soberanía de las naciones y los derechos humanos como bandera. Las dos guerras que he mencionado, originadas de manera muy distinta, son ejercicios de fuerza despiadada por uno de los bandos que elude cualquier idea de someterse a una jurisdicción internacional, en la que no cree. Son ejercicios de poder duro, puro, de fuerza bruta por quienes han descubierto que la poseen y que las reglas de convivencia con las que se dotaron las naciones hace unas cuantas décadas están empezando a diluirse. Ante ambas guerras hay naciones que han optado por sancionar a los atacantes, y por protestar por sus crueles acciones, pero el respaldo de China a Rusia y el de EEUU a Israel muestran quienes realmente dirigen el mundo y operan al margen de lo que el resto puedan o no opinar. La sede de la ONU corre el grave riesgo de acabar siendo un cascarón vacío, un bello elemento decorativo en un Manhattan lleno de iconos, pero sin apenas relevancia global. Y eso sería una mala noticia

¿Para quién? No sólo para los que trabajan allí, desde luego, sino sobre todo para naciones que carecen de fuerza, que no son agresivas, que no tienen ejércitos que puedan servir de disuasión frente a terceros. Piense usted en la UE, pero no sólo. Sobando la metáfora clásica sobre el tema, en un mundo de carnívoros los herbívoros tienen las de perder. La ONU era el amparo global a muchas de las decisiones legales que surgían de instituciones como la Comisión Europea, el Tribunal Penal Internacional, la Organización Mundial de Comercio y otras. Su decadencia pone en tela de juicio todo ese trabajo legal y multilateral, que sólo genera efectos reales si todos creen en él lo respetan, y hacen respetar.

miércoles, septiembre 24, 2025

El disparo de Alliança

Ripoll es una pequeña localidad de Gerona, de unos diez mil habitantes, algo más que Elorrio, en la que el independentismo ha sido una fuerza política dominante desde hace tiempo, como ha sucedido en muchas comarcas interiores de Cataluña. Tras ser gobernado por el PSC, su ayuntamiento pasó a ser regido por formaciones nacionalistas de derechas e izquierdas (es un decir) hasta que Convergencia Junts ganó dos mandatos consecutivos. En las últimas elecciones, las de 2023, la victoria correspondió a Alliança catalana, y se proclamó como alcaldesa Silvia Orriols, la presidenta de ese partido, una formación extremista bastante singular, que a cuenta de este triunfo empezó a ser conocida en todo el país.

El último sondeo electoral publicado por La Vanguardia sobre elecciones autonómicas arroja unos resultados que han dejado asombrados a todos, sobre todo por el papel de Alliança. Se registra una bajada relevante del PSC, que seguiría en primera posición, un debilitamiento de Esquerra, un desplome relevante de Junts y un disparo de Alliança y Vox, con un PP quieto. Vox pasaría de 11 a 16 escaños, superando al PP, pero es que Alliança, que ahora tiene sólo dos escaños, escalaría hasta los diecinueve, convirtiéndose en la cuarta formación del parlamento, en un escenario de fragmentación absoluto en el que lograr pactos de gobierno se antoja casi imposible y que refleja una derechización creciente del electorado catalán. Junts es el gran perjudicado, y Alliança la gran receptora de votantes del sedicioso. Esto ha alarmado a muchos, especialmente en las filas del independentismo a sueldo del fugado, que ve como su poder mengua a pasos acelerados a medida que avanza la legislatura. Frente a ellos está surgiendo una alternativa que les disputa el espacio independentista pero que va mucho más allá en otro tipo de propuestas. Y es que Orriols, la presidenta de Alliança, es una mujer de armas tomar con una mezcla ideológica digna de estudio. Independentista radical, odia a todo lo que no sea catalanismo del duro, negando papel alguno al español como idioma y a lo español como concepto de nación compartida. Es abiertamente xenófoba con todo lo que suene a español, pero en ese sentido su supremacismo es consistente, porque también desprecia la inmigración de otras naciones como algo ajeno. Unida desde el principio a la teoría del gran remplazo, considera a los inmigrantes como impurezas que están pervirtiendo la esencia de lo catalán y que deben ser extirpadas, un discurso tan curo como el que pregona Trump o los mentecatos de Vox. Desde su visión, solo el catalán catalán, que por supuesto ella y los suyos decidirán quién cumple los requisitos para serlo, tiene derecho a residir en Cataluña, y todos los demás deben irse. Este planteamiento se mezcla en su discurso con una defensa de los derechos LGTBI, lo que la diferencia de las posiciones clásicas de la extrema derecha, aunque recalca que el buen catalán debe ser cristiano y católico, por lo que quizá acabe proclamándose papisa de una congregación que se reúne en torno a la cruz pero que es permisiva con las orientaciones sexuales privadas. En materia internacional es abiertamente pro israelí, quizás no tanto por defender las posiciones de Netanyahu como por el odio que tiene hacia lo musulmán, lo que sí le emparenta con las formaciones extremistas del resto de Europa. Todo este mejunje mental, de mucho sectarismo y brocha gorda, recibe el aplauso de los votantes según se refleja en la encuesta, y es probable que este sondeo, como todos los que reflejan el ascenso de una formación de la que no hay datos pasados para comparar, infravalore los resultados finales del partido. Por ahora Alliança es mucho más fuerte en pueblos que en el área de Barcelona, pero el sistema electoral beneficia a las comarcas interiores frente a la gran ciudad para no sesgar al conjunto del territorio por lo que el porcentaje de voto que pueda lograr se traduciría en un resultado en escaños proporcionalmente mayor. Súmenle a eso el efecto de fuga de votos de Junts, que se puede acelerar, y tenemos servida una situación de vértigo.

Más allá de estos números, y del crecimiento de algo tan antisistema como Alliança, en el movimiento del sedicioso están en crisis. Sin poder en la Generalitat siguen extorsionando al gobierno de Sánchez, con la plena colaboración del inquilino de Moncloa, pero eso no se traduce en beneficios en forma de votantes. El fugado Puchi sabe que, o retoma el poder de verdad, o se verá obligado a renunciar al insultante tren de vida que se pega en Bruselas, a cuenta de su falso victimismo. ¿Forzará Junts un adelanto electoral nacional para frenar la sangría y actuar como oposición real? ¿Necesita Junts un gobierno en Moncloa de otro color para hacerse la víctima y competir por el electorado indepe en Cataluña? ¿Hasta dónde pude llegar la locura de Orriols?

martes, septiembre 23, 2025

Perdón y odio

Hay varias cosas que distinguen a los norteamericanos de los europeos, que les hacen ser más distintos de lo que pudiéramos pensar. Una de ellas, que es obvia en la actividad pública, es el peso de la religión, muy diluido entre nosotros, pero indispensable para entender la sociología de aquella nación. Aunque entre los millenial y los Z se está dando un proceso de laicidad creciente, el país aún está imbuido de misticismo cristiano por todas partes, empezando por ese “In God we trust” (confiamos en Dios) que luce en los billetes de un dólar, algo que sería impensable ni en la ceca de la más creyente comunidad protestante europea.

Esta es la causa de que el acto funerario realizado el pasado domingo como homenaje a la memoria del asesinado activista Charlie Kirk se convirtiera en una extraña ceremonia de canonización civil en la que el mesianismo lo inundaba todo y la fe en Dios y en el mensaje de Kirk se aunaban de una manera que resulta tan absurda como hortera vista desde aquí. Todo el acto se parecía a una especie de misa, sin comunión física, pero sí comunión espiritual de los presentes en torno a la figura del líder asesinado. Su imagen, su vida, su testimonio, un ensalzamiento que rozaba la idolatría y que crea en su figura la de un mártir para una causa que, bajo las siglas de MAGA, empieza a ser un movimiento con más que vida propia. En ese acto intervinieron muchas personalidades de la vida norteamericana, junto a familiares y allegados del fallecido, y han sido dos de todas esas apariciones las que han suscitado más interés para los medios, por motivos obvios. Y esta vez sí que la atención puesta en ellas resulta merecida. Una ha sido la presencia de su viuda, la típica rubia neumática norteamericana, exmodelo, madre abnegada, creo que con intenciones de divorciarse antes del fatal hecho, convertida en la viuda de América para los MAGA. En su intervención, sentida y llorosa, como es lógico, lanzó un mensaje de reconciliación, de rendido homenaje a su marido, sí, pero de búsqueda de la grandeza, de exaltación de sus valores, pero de necesidad de compartirlos. No se dejó llevar por la ira, y en un gesto derivado de su creencia cristiana profunda, proclamó entre sollozos el perdón al asesino de su marido, algo que no es nada habitual, y menos apenas transcurrida una semana del asesinato, cuando el trauma de lo que ha pasado apenas acaba de empezar. Érika, que así se llama la mujer, no quiere la pena de muerte para el asesino de su marido, cargo al que probablemente se enfrente el presunto culpable cuando tenga lugar el juicio. Sus palabras bajaron las revoluciones del acto y, curioso, supusieron un bálsamo para el conjunto de un país aún conmocionado, y asustado por lo que pueda suponer este crimen para su futura convivencia. La otra intervención comentada es, obviamente, la de Trump. Un Trump que no gritó, pero trasladó un mensaje de dureza cruel, justo el opuesto al de Érika. El presidente, de manera explícita, afirmó que discrepa de la viuda, y que él no perdona a los enemigos, que los odia, los odia, recalcando ese término “hate” entre los aplausos de una masa no enfervorecida, pero sí sometida al magnate. Justo cuando más necesario es aplacar la situación, enfriarla, sentarse para debatir cómo acabar con la violencia política que se hace fuerte en el país y empieza a convertirse en una amenaza para el futuro, el presidente, la máxima autoridad de la nación, lanza un mensaje de odio a todo lo que pueda entender como rivales, contribuyendo a inflamar aún más a los extremistas que empiezan a hacerse fuertes a izquierda y derecha, por simplificar las cosas, en el espectro político del país. Las palabras de Trump, frente a las de Érika, suponen echar más gasolina a un fuego que no deja de avivarse y se puede descontrolar por completo.

Para los MAGA, la imagen de Kirk ya es un icono digno de ser colocado en el altar de la patria, en un proceso de unificación de ese movimiento político con una visión cristiana integrista que no deja de ser preocupante. Toda esa fuerza unificada, por una fe y una creencia política, está en manos de Trump ahora mismos, y de su responsabilidad y de cómo actúe se derivará si se acaba convirtiendo en una parte del establishment nacional, domesticándose, o en algo capaz de subvertir el orden establecido, mediante la reforma legal o incluso el uso de la violencia. Conociendo ligeramente al personaje naranja me temo que los augurios no son nada buenos.

lunes, septiembre 22, 2025

Aviones que sí y que no

Ha sido este un fin de semana de lío en el mundo de los aviones, con presencia de algunos donde no debían estar y ausencia de otros que tenían que volar y no han podido hacerlo. El viernes sobre el espacio estonio y ayer sobre el mar Báltico, fueron detectados cazas rusos, en reiterados ejercicios de violación del espacio aéreo de la OTAN. Estonia, al igual que Polonia la semana pasada, invocó al artículo 4 de la OTAN y durante el fin de semana se han organizado patrullas de cazas de países de la Alianza, merodeando por allí para evitar nuevas incursiones no debidas. No está claro qué es lo que pretende Putin con estas acciones. Nada bueno, seguro.

Mientras los cazas rusos hacían de las suyas, el sábado fue un día de caos en el espacio aéreo civil europeo a cuenta de un ciberataque. La empresa atacada, norteamericana, se encarga del software que se emplea en la gestión de los embarques y facturación en varios aeropuertos, entre ellos Bruselas, Berlín y Heathrow. El sistema se cayó por el ataque y durante muchas horas esos aeropuertos tuvieron que cancelar montones de vuelos y operar los pocos que fueron posibles de manera manual. Siendo como son centros muy importantes en el continente, sus problemas se han ido extendiendo como una mancha de aceite a lo largo de toda Europa, ya que aunque otros aeropuertos no estuvieran afectados por la incidencia, por ejemplo, los que gestiona AENA en España, el hecho de que las conexiones con esos centros no funcionasen hacía imposible que vuelos que debían llegar a destino no afectado pudieran retornar. En definitiva, un lío de narices bastante grande, que aún hoy lunes se prolonga, al menos en el aeropuerto de Bruselas. Incomodidades, molestias, costes, desorganización, sensación de vulnerabilidad…. La pregunta que le ha surgido a mucha gente a lo largo del fin de semana es si los dos hechos comentados, las incursiones rusas y el ciberataque, están relacionados, si nos encontramos ante una cadena de actos que han surgido de la misma fuente y que, de manera física y de forma híbrida, han pretendido generar temores en el contienen europeo. En el caso de los cazas, la presencia y voluntad de Rusia es obvia, en el del ciberataque, la situación no es tan clara. Es difícil poder establecer a ciencia cierta el origen de este tipo de acciones porque, entre otras cosas, quienes las realizan son bastante buenos en lo suyo y dedican esfuerzos y trabajo en ocultar su procedencia, accediendo a los sistemas desde servidores pantalla, saltando de uno a otro y creando pistas falsas que puedan esconder su rastro. Es mucho más fácil saber que estamos siendo atacados en la web y descubrir lo que está pasando que quién y cómo se ha producido la incidencia. Muchas veces este tipo de ataques quedan impunes porque no está nada clara la procedencia de los mismos y quiénes han sido realmente sus autores. Por eso es apresurado atribuir a Rusia la culpabilidad de lo sucedido, pero no es ningún disparate, entre otras cosas porque sí ha sido su mano la que ha estado detrás de otras acciones de hackeo desarrolladas por las granjas de bots y activistas que operan desde su país. Es imprudente acusar a un país u organización de un acto de este tipo, porque para ello deben descartarse todas las demás alternativas, y la auditoría que la empresa atacada haga sobre lo sucedido es la condición necesaria para saber exactamente qué es lo que ha pasado y, a partir de ahí, determinar quién lo ha provocado. A veces este tipo de problemas ha surgido por fallos internos del software de la empresa afectada. Recordemos una actualización de Microsoft que dejó tirada a gran parte de la aviación comercial durante horas el año pasado, si no recuerdo mal. En ese caso no hubo una acción ofensiva por parte de un atacante, sino un fallo interno del procedimiento de la empresa informática que generó una caída en sus sistemas. El apagón de abril en España también parecía inicialmente un problema relacionado con ataques, y la realidad ha resultado ser bastante más prosaica. Por eso, no nos precipitemos…..

…pero, ¿y si ha sido Rusia? ¿Y si estamos ante una acción ofensiva de tanteo, como la de acercar los cazas a la frontera y hacerlos traspasarla unos pocos kilómetros? ¿Y si todo es una estrategia que busca ir aumentando los costes y miedos para los europeos occidentales para que rebajen la presión sobre el Kremlin? Algo así como “bueno, si nos seguís sancionando vais a empezar a tener problemas en vuestro elevado nivel de vida y os vamos a complicar la existencia”. Es una posibilidad, creíble, entre otras muchas. Desde luego da que pensar lo que ha pasado, y es necesario saber todo lo posible cuanto antes. Sea lo que sea, la vulnerabilidad europea sigue creciendo.

viernes, septiembre 19, 2025

El Late Show agoniza ante Trump

Desde hace algunos años el Late Show vive una crisis en la nación que le vio nacer, EEUU. Ese formato de programa nocturno en el que un presentador realiza algún monólogo gracioso de actualidad y luego encadena entrevistas a personajes famosos en un ambiente distendido, siempre con un fondo urbano nocturno iluminado. En España se ha intentado pone en marcha varias ocasiones, siendo la versión que ahora realiza Marc Giro en La2 o La1 la última. Aquí, en general, no ha triunfado. No es una de las causas, pero en nuestro país los fondos suelen ser paisajes urbanos nocturnos falsos, porque en España nuestras ciudades no relucen como las de allí cuando se pone el sol. Es lo de menos, pero resulta indicativo.

La crisis del formato viene de lejos, y se ha reflejado en unas audiencias menguantes. Hubo una época en la que Jay Lenno o Stephen Colbert reunían ante el televisor a gran parte del país y les entretenían. Ahora esos programas no son, ni mucho menos, los más vistos de las parrillas de unas televisiones que han visto como su audiencia ha ido cayendo a medida que las nuevas generaciones huyen de la programación lineal para enclaustrarse en su móvil y ver lo que quieran y cuando quieran. Programas emitidos en directo, producciones caras, sueldos elevados para presentadores de relumbrón… costes crecientes e ingresos menguantes, mala combinación. A ello se debe sumar que vivimos los tiempos de la cancelación, esa manera moderna de denominar a la censura de toda la vida. Ahora sale alguien haciendo chistes de algo y siempre va a haber alguno que se sienta ofendido por lo que sea y solicite la lapidación del humorista. No se recurre a lo obvio, que es no ver lo que a uno no le gusta, sino que se persigue prohibir todo lo que escape del criterio personal. En cada momento, el humorista se debe ceñir a lo que el sentido político del momento y del gobernante decreta, y si se sale de ahí hordas de bots y de pusilánimes contratados buscarán destruirle en las redes sociales, convertidas en la versión digital de las hogueras medievales. En España hacer chistes contra Sánchez supone que la masa al servicio del gobierno sitúe al cómico en la fachosfera, concepto inventado desde Moncloa que algunos usan con una frivolidad impropia de personas de más de cinco años. En EEUU el tema de la cancelación se disparó tras fenómenos como el del asesinato de George Floyd o el movimiento feminista MeToo. Lo woke se hizo con un poder enorme en la sociedad y, como la vieja inquisición, decretaba de qué se podía hablar y de qué no, y condenaba al ostracismo a quien osaba salirse de las pautas correctas que ese movimiento dictaba, con un aire insoportable de superioridad moral. Los creadores y, en general, todos los que trabajaban en el mundo del espectáculo allí, empezaron a sentirse acosados, vigilados, con la sensación cierta de que su libertad de expresión estaba siendo coaccionada, y se impuso lo que se llama la autocensura, que es la represión propia para evitar la ajena que te amenaza. Fenómeno antes no visto allí, y que desde luego impacto en todos los programas, también en los Late Show, que a su crisis propia añadían un problema muy gordo, porque si el humor y la crítica social eran en gran parte lo que les sostenía como idea, ¿cómo iban a poder seguir trabajando de igual manera en esos tiempos?. La victoria de Trump el año pasado y el debilitamiento de los woke, ahogados en gran parte por su propio dogmatismo, otorgó una momentánea sensación de relajo, de que la presión social ante el humorista iba a disminuir, pero fue una ilusión falsa. Ahora las tornas han cambiado y, directamente, la presión no viene de movimientos sociales sino del propio poder. En su idea autoritaria de la presidencia, Trump ha alentado la fulminación de programas, presentadores y formatos, y los Late Show han sido, desde el principio, una de sus principales piezas de caza. A lo largo de este año Colbert ha anunciado que se retira tras dos décadas de carrera, entre cansado y asustado, y esta semana la ABC, de Disney, ha anunciado que retira el programa de Jimmie Kimell tras unos chistes que el presentador hizo relativos al asesinato de Charlie Kirk. Trumo lo ha celebrado y ha dicho que no será este el último de los que no le gustan que se va a tener que largar.

Trump disfrutaría como un enano de los medios púbicos en España, enormes, costosos y tristes aparatos de propaganda al servicio del gobernante, nacional o autonómico. Se moriría de envidia al ver como aquí el poder manipula informativos y pone cargos para que la loa no cese. En EEUU la cadena pública PBS es residual y son las privadas las que se llevan toda la audiencia. Trump ha decidido ir a por ellas, amenazarlas, tratar de ahogar sus fuentes de financiación, buscar resquicios que le permitan revocar licencias, etc. Y los medios, asustados, ante una situación que han denunciado muchas veces en otras naciones pero que no habían vivido nunca en carne propia, están cediendo. El Late Show agoniza y la libertad, en EEUU, empieza a estar asediada.

jueves, septiembre 18, 2025

La FED baja los tipos en EEUU

Ayer, cumpliendo previsiones, la FED, el Banco Central de EEUU, bajó los tipos de interés, un 0,25% Es la primera bajada desde hace mucho tiempo y, probablemente, vaya seguida de recortes similares en las próximas reuniones de la institución. Uno de los miembros del FOMC, organismo colegiado que dirige la institución, votó a favor de una rebaja mayor, del 0,5%, pero al final el deseo de este acérrimo partidario de Trump no se cumplió y el descenso estuvo dentro de lo esperado. La reacción de los mercados fue bastante insulsa, con unas caídas suaves tras conocerse la decisión que acabaron siendo bastante contenidas. Hecho muy descontado, por lo que parece.

En su comparecencia, Powell, el presidente de la FED, uno de los personajes a los que Trump más manía tiene, afirmó que la decisión de reducir los tipos venía motivada por las señales de desaceleración en el mercado laboral y por la, por ahora, contención de la inflación. El nuevo escenario económico en el que nos ha situado la política trumpista altera gran parte de las certezas que teníamos hasta hace no demasiados meses, y nos obliga a todos a revisar datos y posiciones. Por la parte de los precios, su contención es el primer mandato de la FED, es de esperar que los aranceles se traduzcan en subida, pero por ahora son leves. Se ha producido un efecto de acopio de importaciones en los meses que transcurrieron desde el anuncio de las tarifas y su puesta en marcha, por lo que hay stock acumulado a precios no tasados que va a sostener ligeramente los precios durante un tiempo. Además, hay empresas que, por ahora, están internalizando la subida de precios, de tal manera que no la trasladan por completo al consumidor, pero eso es algo que, se supone, será temporal. Por ahora, en todo caso, la presión inflacionista es moderada, dentro de un orden, pero Powell sabe que no se le puede desmadrar. Lo que sí ha empezado a dar señales contractivas es el mercado de trabajo, con unos niveles mensuales de creación de empleo mucho más discretos, y la creación de empleo es el segundo mandato de la FED (no es así en el BCE y resto de autoridades monetarias, centradas sólo en la inflación). Powell achacó está debilidad en los datos laborales a tres posibles causas, todas ellas muy interesantes. Una general, debida a la posible ralentización de la economía por la acumulación de incertidumbres fruto de las erráticas políticas de Trump (esto último, la causa de la incertidumbre, es cosecha mía) y eso frena las contrataciones. Un segundo motivo es el freno a la llegada de inmigrantes, por las agresiva políticas de control de la inmigración en frontera y las redadas que se han producido en varios sectores y regiones. La inmigración es determinante en muchos sectores de baja cualificación e intensivos en mano de obra, pensemos en muchas labores relacionadas con la industria agroalimentaria, y el freno a la entrada de inmigrantes drena la oferta laboral, que la demanda de las empresas no logra cubrir. Esto se puede acabar traduciendo o en caídas en la producción o en aumento de los costes, o en ambas, por lo que también actuaría como freno del crecimiento económico general. El tercer factor que mencionó Powell tiene un carácter más prospectivo e incierto, pero es muy relevante. Se refirió a los primeros datos sobre le impacto de la IA en el mercado laboral y el aumento detectado de despidos en sectores de media y alta cualificación. Frente al caso anterior, la IA es capaz de suplir algunas labores que se desarrollan en oficinas y centros de trabajo de alto nivel, y eso, aunque aún es un fenómeno en ciernes, empieza a ser relevante. Hace unos días un artículo en prensa mencionaba que las Big Four, las cuatro grandes auditoras internacionales, estaban empezando a frenar la tradicional contratación de “juniors” al inicio del curso porque la IA empezaba a realizar algunas de sus funciones. El cómo se va a desarrollar esta tendencia es algo bastante desconocido y de un enorme interés.

Powell sigue al frente de la FED, pero sabe que su mandato, asediado por Trump, agoniza, y que en cuanto pueda el magnate va a colocar a un títere que le baile el agua y haga todo lo que se dicte desde la Casa Blanca. En su defensa de la independencia de la institución frente al acoso gubernativo, Powell debe combinar las acciones técnicas propias de su profesión y trabajo con un perfil sereno pero combativo. Sabe perfectamente que la credibilidad de la institución que todavía preside es una de las principales bazas con las que cuenta para que sus medidas sean efectivas. Y es que, en cierto modo, los bancos centrales hacen algo de magia.

miércoles, septiembre 17, 2025

Ese chico rubio llamado Robert

Extraños en un parque, los días del cóndor, dos hombres y un destino, todos los hombres del presidente, leones por corderos, memorias de África, las aventuras de Jeremiah Johnson, Brubaker, juego de espías, el golpe, el hombre que susurraba a los caballos, ….. uno puede empezar a recitar títulos de películas que ha visto en varias ocasiones y no parar en mucho tiempo, y en todas ellas, como actor principal o secundario, aparecer un chico rubio que luego se transformó en un señor pelirrojo que encandilaba tanto a la cámara como a la audiencia, especialmente al sector femenino, pero también a todo el que adoraba al cine.

Robert Redford murió ayer a los 89 años y en vida llegó a ser una estrella de fama mundial de unas dimensiones con las que no pueden ni soñar los que ahora se dicen influencers en las redes. En un mundo en el que el cine era realmente la fábrica de los sueños, en el que la industria del entretenimiento tenía a las películas como su mayor estandarte, Redford logró un éxito apabullante gracias a su calidad como actor y, porque no negarlo, a una belleza masculina que arrasaba. De hecho, uno de sus principales problemas de cara a la cámara, como también le pasó a su contemporáneo Paul Newman, era como lograr que la belleza de la imagen no opacase el trabajo de actor. Ambos consiguieron superar ese reto con creces, y con el aplauso unánime de todos los que se desenvuelven en el mundo de las películas. Redford, al contrario que Newman, que tenía aficiones muy distintas a las del rodaje, llenaba su vida con el cine, y a medida que fue cumpliendo años escaló en la profesión hasta llegar a ser un director de corta producción pero alta calidad. Trabajos como gente corriente o el río de la vida son más que suficientes para consagrar a alguien al otro lado de la cámara, y no contento con eso, se embarcó en la aventura de crear su propio festival de cine. Él tenía poder y acceso sin límite a los popes de la industria, de la financiación y producción, pero sabía que los que empezaban no contaban con semejante apoyo, por lo que decidió que su festival se iba a consagrar a eso que se llama cine independiente, el alejado de las grandes productoras. Su alejamiento físico del mundo del Hollywood californiano y su refugio en Utah le llevó a crear allí el festival, en la localidad de Sundance, que desde entonces es una cita importante en el mundo de los creadores. Su vida transcurría en ese estado, y residía en un rancho que compró en la época de esplendor de su carrera y en el que daba rienda suelta a sus intereses por la naturaleza. Además del cine, la preservación de esos entornos fue una de sus principales obsesiones, y se convirtió en uno de los primeros famosos que abrazó el mensaje ecologista, sin titubeos pero también sin histerias. A medida que cumplía años esa faceta de naturalista fue creciendo en él, quizás al ver cómo el mundo urbano iba consumiendo cada vez más espacio incluso en unos EEUU en los que el corazón de la ciudadanía sigue siendo, cada vez menos, una granja en medio de un sembrado en una planicie infinita. Redford nunca se retiró de la escena pública, daba entrevistas y acudía a su festival y a toda clase de galas y homenajes, pero era evidente que la salud empezaba a pasarle factura. La edad es cruel, lo es para todos, probablemente más para ellas, y desde luego despiadada para los que han sido guapos, y la visión de Redford a sus superados ochenta años mostraba las cicatrices del tiempo, de las operaciones y de la piel de los pelirrojos, que tanto sufre con el contacto con el sol. Su muerte, no se la causa, pilló por sorpresa ayer a medio mundo, aunque a esa avanzada edad el tiempo se sabe que se disfruta de regalo, casi con la sensación de préstamo que exige devolución rápida. Hoy no hay medio de comunicación en el mundo que no recoja la noticia de su muerte.

Hubo unos años en los que Redford era una de las personas más conocidas del mundo, en todo el planeta su imagen era reconocible. Era el rey de lo que se llamaba el “star system” la factoría californiana que creaba iconos globales que en todo el mundo eran seguidos y generaban pasión. Millones de personas en todo el mundo, la gran mayoría mujeres, han estado alguna vez locamente enamoradas de Redford, de su mirada picarona, de su semblante, que sabía ser a la vez gracioso y serio. Millones de personas lamentan hoy su pérdida y la rotura del corazón adolescente que esos ojos y rubios cabellos les causaron en sus años de juventud.

martes, septiembre 16, 2025

Drones rusos

La semana pasada vivimos un episodio de alta tensión en la frontera este de la OTAN. Varios drones rusos, unos diecinueve según parece, penetraron en el espacio aéreo polaco y acabaron cayendo sobre ese país, algunos de ellos sobre campos de cultivo, otro sobre la casa de un matrimonio, que se salvó, pero vio su hogar parcialmente destruido. La incursión se produjo principalmente a través de la frontera que Polonia tiene con Ucrania, pero unos pocos también entraron desde el norte, desde Bielorrusia, fiel aliado, más bien vasallo, de las directivas que emanan de Moscú. No hubo heridos en todo el episodio.

Esta es la mayor violación que sufre la soberanía territorial de Polonia desde hace décadas, y ha puesto a todo el mundo muy nerviosos. Los artefactos no tenían carga explosiva, eran del tipo iraní Shahed, una especie de ala delta con un cilindro en su parte intermedio que en la zona posterior monta el cohete que lo propulsa y en la frontal se inserta la carga militar que genera la explosión. En este caso llevaban instrumentos de medición, observación, no eran armas destructivas más allá del impacto que, a su velocidad, en el final de su trayectoria, sean capaces de provocar. Por eso, técnicamente, Polonia no ha sido atacada y no ha invocado el artículo 5 de defensa mutua de la OTAN, pero si el 4, el de apoyo, para que el resto de los países se pongan en guardia y preparen. Rusia ha afirmado que todo se debió a un error técnico y que no alberga intenciones oscuras sobre Polonia. Más allá de la nula credibilidad de lo que sale de los portavoces del Kremlin, su argumento del error se cae por su propio peso. Dada la intensidad de los ataques que se suceden contra Ucrania en forma de oleadas de drones, entra dentro de lo comprensible que uno o dos de ellos se desvíen por causas técnicas y acaben donde no deben, pero tantos como los que llegaron la semana pasada a territorio polaco no son un error, sino algo intencionado. Puede que sea cierto que Rusia, enfangada en su cruel guerra en Ucrania, no pretenda ir mucho más allá, porque su patético ejército ha demostrado la incapacidad que le corona como fuerza de conquista, pero sí creo que lo de estos días ha sido deliberado. Me da que Rusia ha tratado de tocar las narices, por así decirlo, de testar, mediante un ejercicio de riesgo, una situación semibélica más allá de las fronteras de Ucrania, en pleno territorio OTAN y UE, para ver qué respuesta se le da. Algo así como tirar la piedra, esconder la mano y comprobar si el acosado hace algún gesto que presente intimidación o se calla. Un ejercicio de sondeo sobre el terreno, muy a lo mafioso. ¿Cuál ha sido el resultado? La verdad, inquietante. No tanto por el plano de los países de la UE, que se han aprestado a responder verbalmente con dureza y dejando claro que la soberanía de Polonia y sus fronteras son intocables, sin hacer a la vez ningún tipo de bravata. Lo malo ha sido, nuevamente, que EEUU, por boca de Trump, ha hecho unas declaraciones fuera de tono, comprando el relato ruso del error sin intención, y no dejando claro si su voluntad de apoyar a Polonia, socio firme de la OTAN, se mantendría en caso de una agresión formal. Ante esta actitud norteamericana de ni sí ni no, el temor ha cundido en las cancillerías europeas, que ven como, poco a poco, el problema de la seguridad en el este del continente alcanza proporciones cada vez mayores y las posibilidades de disuasión conjuntas frente a Rusia no acaban de crearse. Putin nos da mucho más miedo del que nosotros le damos a él, y de mientras sigan así las cosas nada estará seguro en esa zona. Con una guerra de Ucrania que no cesa, el entrenamiento en nuevas tácticas y material de combate de las tropas rusas se está produciendo en directo, sin necesidad de maniobras aparatosas como las ensayadas este fin de semana en territorio bielorruso. La drónica de Moscú ya compite entre las primeras del mundo en capacidad destructiva, y sólo Ucrania en Europa, por motivos obvios, está a su altura.

De hecho, ver como se ha visto estos días a cazas europeos sobrevolando el espacio aéreo polaco como muestra de firmeza frente a Moscú encierra la cruel paradoja de que esos aviones, carísimos, apenas pueden hacer nada ante un ataque perpetrado por un enjambre de cientos de drones que actúen de manera coordinada, por no hablar del ridículo precio de esa novedosa acción militar. Las fronteras de la UE con las naciones hostiles del este deberán ser reforzadas, militarizadas y vigiladas sin descanso, a un coste elevado, pero la amenaza rusa y el resquemor a que, desde allí, se planteen acciones ofensivas, es algo que ha venido para quedarse.

lunes, septiembre 15, 2025

La violencia venció a las bicis

Era de esperar, y por ello ni me acerqué a la zona, cosa que sí he hecho en los años anteriores. Con el ambiente caldeado por la animación, entre otros, del propio presidente del gobierno, y con la esperable pasividad de la delegación, que está controlada por el propio presidente, las manifestaciones pro palestinas acabaron desbordándose y los grupos violentos que se encontraban en ellas tomaron el centro de Madrid e impidieron por completo la finalización de la etapa de la vuelta y el acto protocolario del pódium, con la entrega de premios e himnos. Un espectáculo de violencia se impuso al evento deportivo y dejó una imagen triste.

Ya lo he dicho en muchas ocasiones, y me reiteraré hasta el hartazgo, aunque me temo que me quede sólo en mi opinión. Uno puede manifestarse por lo que quiera, la libertad de expresión implica precisamente eso, pero la libertad de uno termina donde empieza la de los demás, y tanto derecho tienen los manifestantes que denuncian la actuación del gobierno de Israel como los ciclistas a recorrer una etapa en un evento organizado. Esto, que es tan obvio, genera una enconada discusión por parte de los que, esta vez amparados en la bandera palestina, ayer en cualquier otra cosa y mañana a saber, se creen con el derecho de usurpar las calles atizar la violencia contra el resto de los que se encontraban en la zona del circuito, por no hablar de los heridos registrados entre las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, que hicieron lo que pudieron frente a la movilización que les desbordaba y sabiendo que la autoridad de sus mandos jaleaba a los manifestantes. Se podía haber corrido toda la etapa y que las banderas palestinas, como ha pasado en muchas etapas, fueran las que llenasen los arcenes y las pantallas de televisión, y la protesta hubiera sido efectiva para aquellos que quieren usar la carrera como escaparate para sus reivindicaciones, pero no pasó eso. El evento se suspendió, los ciclistas y sus equipos se vieron atrapados en una encerrona en la que en algún momento peligró su integridad física y la escena que ayer se ofreció al mundo fue la equivocada. La algarada en la que se convirtió la tarde atrapó a no pocos ciudadanos, varios de ellos familias con niños, que acudieron al circuito a ver el paso de los corredores con la ilusión que sólo los críos tienen (y que tristemente los adultos suplimos con cinismo y mala leche) y tuvieron que salir de allí corriendo para que nada de lo que pasaba les supusiera daños. Cargarse La Vuelta, que es lo que ha sucedido, no va a alterar para nada los planes de Netanyahu en Gaza, sólo supone cargarse La Vuelta. Si las cosas fueran así de sencillas muchos de los problemas del mundo se arreglarían. La legitimidad de la protesta de ayer fue perjudicada por los violentos que creen que la calle es suya, y la calle es de todos, lo que significa que todos podemos usarla, utilizarla y hacer de ella un espacio de ocio, disfrute y, sí, también, reivindicación. La organización de la carrera no puede expulsar de la misma al equipo contra el que se dirigen las protestas si las autoridades deportivas internacionales no lo inhabilitan, que es lo que pasó hace unos pocos años con las entidades rusas. No siendo así, la organización del evento carece de derechos para impedir su presencia. Es a las autoridades federativas internacionales, a los estados, a los gobiernos, a los que los manifestantes deben exigir que actúen para que consigan lo menos relevante, la no presencia de un equipo deportivo en un evento internacional que se rige por normas no nacionales que, en este caso, se ha producido en España, y lo relevante, que es que se detenga la guerra de Gaza. Suena tan imposible como es. Resulta curioso, en este sentido, cómo un ente tan entregado a la causa como RTVE, tan sometido al gobierno que ya es un apéndice más, no toma en firme la decisión, tema menor donde los haya, de no participar en la siguiente edición de Eurovisión, cosa en la que tiene toda la potestad para decidir estar presente o no, alegando que Israel sí va a concursar. ¿Qué le importa más a RTVE, su compromiso con la causa palestina o los ingresos que le reporta Eurovisión? Por ahora la respuesta es clara, e indicativa de lo que realmente le mueve.

En fin, durante unos días vamos a tener una bronca política de primera a cuenta del triste espectáculo de ayer, y la sensación de que el gobierno ha encontrado en la desgracia palestina un banderín de enganche para tratar de ocultar sus corruptelas y necedades. Todo es muy patético. Y de mientras, en Gaza, Netanyahu seguirá ordenando arrasar la franja sea cual sea el coste en vidas palestinas, que para nada le importan, mientras Trump le mantenga su apoyo. Lo demás, folclore en las opiniones públicas de países ricos que viven ajenos a la guerra y a sus infames consecuencias. Y los palestinos, entre masacrados y utilizados, muriendo a decenas.

viernes, septiembre 12, 2025

Se dispara la violencia política en EEUU

Charlie Kirk apenas era poco conocido en Europa, y apenas en España. En EEUU era una celebridad, un personaje mediático de primer orden nacido en el mundo de las redes sociales, con decenas de millones de seguidores en Tik Tok. Kirk no se dedicaba a los retos virales o a hacer recetas de bizcochos con forma de orquídea, o cosas así, sino al proselitismo político. Era un abanderado de los MAGA, un fiel trumpista, y volcó todas sus dotes de comunicación en la difusión de las ideas de esa ola que mezcla conservadurismo, mesianismo y disparates populistas de una manera que se me hace difícil de entender. Era uno de los más influyentes en ese mundo.

Casado con una exmodelo y con dos hijos, defensor del matrimonio tradicional, la procreación y la sumisión de la mujer, a sus treinta y pocos años llevaba una vida coherente con sus ideas. La cuestión es que lo primero ha desaparecido. Su asesinato, perpetrado en la tarde del miércoles, noche en Europa, por un francotirador, que le disparó un tiro certero en el cuello a unos doscientos metros de distancia en un acto público al aire libre en la universidad de Utah, ha conmocionado a aquel país y ha generado un escalofrío intenso al poner sobre la mesa la violencia política como la forma de resolución de las discrepancias. No se sabe nada del asesino, que sigue siendo buscado, más allá de la juventud que parecen transmitir las pocas imágenes que de él se han captado y que era un tirador de gran calidad. Kirk defendía una ideología que muchos apoyan y otros critican, yo entre ellos, y lo más probable es que su asesino se encuentre entre estos últimos. La decisión de matarle se habrá basado, probablemente, en la intolerancia que el autor del hecho ha ideo desarrollando ante los discursos de Kirk, y el odio que eso le ha ido inculcando. Es de suponer que ambos se encuentran en espectros opuestos, irreconciliables en lo ideológico, y que el asesinato ha sido la última de las alternativas que el perpetrador ha estudiado para acabar con lo que, para él, era insoportable. En fin, es desolador. Este hecho será observado desde el prisma ideológico de manera inevitable, y hay defensores del mismo en las redes que festejan la muerte de Kirk, tantos como otros lo canonizan como un mártir de su causa. Quienes actúan de la primera manera son unos indeseables, quienes hacen lo segundo, unos irracionales. La ideología, las creencias, lo que cada uno pensemos sobre determinados aspectos, religiones y otras muchas cosas son cuestiones secundarias respecto al respeto a la vida del individuo, que debe prevalecer siempre. Asesinar en nombre de una idea es, simplemente, asesinar. Kirk podía ser un activista MAGA, como pudo haber sido un proselitista de lo woke o de cualquier otra ideología, eso es lo de menos, porque fuera cual fuese el caso no hay excusa alguna, no hay excusa alguna, no hay excusa alguna, que justifique su asesinato ni el de nadie. Matar de manera premeditada a alguien es el mayor de los crímenes posibles, porque la exterminación de la persona es lo definitivo, lo que la elimina de este mundo y le cierra el paso al futuro que se sucede instantes después de su muerte. Durante décadas, en el País Vasco, aquí mismo, se ha matado a cientos de personas por presentas creencias ideológicas, por parte de un movimiento totalitario y mafioso que contaba con la comprensión de no pocos y que hoy en día se vende como lo más del progresismo. Y esas cientos de personas asesinadas por el terrorismo etarra no tenían que haber muerto, ninguna, y ninguno de esos crímenes tiene justificación alguna en patrañas como las ideas, el conflicto, los derechos y todas esas argucias que quien asesina construye para tratar de justificar la indignidad del acto que ha cometido. Un asesinato carece de apellidos, es sólo un asesinato.

En EEUU la violencia física es algo bastante más extendido que aquí, y la existencia de armas por todas partes provoca que el número de fallecidos en incidentes con disparos sea atroz. La política allí también ha tenido su buena cantidad de asesinatos, no sólo el de Kennedy, y la polarización creciente que vive la nación hace temer a muchos que sucesos graves, como el asesinato de Kirk, abran brechas irrecuperables y lancen a más de uno a coger las armas como el recurso para imponer sus ideas. El clima político del país se empieza a volver irrespirable y un asesinato como este sólo contribuye a empeorarlo todo.

jueves, septiembre 11, 2025

11 de septiembre

Hoy es 11 de septiembre, vigésimo cuarto aniversario de la destrucción de las Torres Gemelas del WTC de Nueva York en los sádicos atentados terroristas que también impactaron en Washington y dejaron un avión destruido en Pensilvania. En un mundo como el nuestro de ahora, de violencia creciente entre estados, de sectarismo y polarización, este día debiera obligarnos a recordar que la acción del mal, planificado, de manera inteligente, es capaz de destruir muchas de las cosas que consideramos permanentes o eternas. Sea el recuerdo de hoy a las más de dos mil víctimas de aquellos hechos atroces y, por extensión, a todas las víctimas del terrorismo que en el mundo hay, y a sus familiares y allegados, que sufren su pérdida.

miércoles, septiembre 10, 2025

Israel, descontrolada, ataca Qatar

Es una frase tan manida que apenas tiene sentido, pero el ataque que ejecutó ayer Israel sobre Qatar supone un salto cualitativo en todo lo que tiene que ver con la situación militar y geopolítica de Oriente Medio. En Qatar se encuentra alojada una delegación de Hamas que es la que mantiene el hilo negociador con el gobierno de Israel para mantener un hilo de comunicación entre ambas partes durante la cruel guerra que se vive en Gaza. Es de suponer que también allí se encuentran dirigentes de la organización islamista, que han escapado de las ruinas de Gaza, o que desde un principio se mantienen en la retaguardia a sabiendas de lo que iba a pasar en el territorio palestino.

La acción de ayer, en principio quirúrgica, pretendía acabar con esa delegación de Hamas, y consta que causó muertes en ella, aunque al parecer también hubo supervivientes, pero en todo caso se ejecutó violando la soberanía del país atacado, su espacio aéreo y la seguridad de todos sus habitantes, que se vieron expuestos a una acción militar de primer orden con fuego real y bombardeo efectivo. Qatar no es un país cualquiera, sino uno de los reinos de la zona con mayor capacidad de influencia, riqueza y poder. Es uno de los mayores exportadores de gas natural licuado del mundo y mantiene estrechas relaciones con Irán, al ser una nación chií. Más por lo primero que por lo segundo, sus relaciones con EEUU son muy estrechas, existiendo un nivel de cooperación económica y militar de primer orden. Qatar es uno de esos lugares del Golfo Pérsico en el que la riqueza se desborda, residen millonarios de medio mundo que llevan una vida artificiosa en resorts de una calidad y discreción difícil de imaginar y no tiene mucho que ver con las pobres naciones islámicas que asociamos al mundo del conflicto palestino. Atacar a Qatar es una decisión bruta por parte del gobierno de Israel que supone no sólo la extensión del conflicto, que también, sino atacar a un socio de EEUU, el principal, y ya único valedor de las autoridades de Tel Aviv. La manera en la que se ha producido el ataque, además, ha dejado a las claras que el gobierno de Netanyahu no se comporta precisamente como un socio fiable de la potencia americana, sino que, embravecido por su soberbia, ha decidido actuar por su cuenta y riesgo. Al mayor parte de las informaciones señalan que fue la inteligencia de EEUU la que detectó los movimientos de la aviación israelí y sus intenciones, sin que se hubiera producido una comunicación oficial por parte de las autoridades hebreas a sus homólogos norteamericanos. Ello provocó que el aviso que recibieron las autoridades qataríes por parte de EEUU de que se iba a producir un ataque se produjo cuando la acción ya se había iniciado y, dada la velocidad a la que se dan estos hechos, quizás ya hubiera concluido. Así lo confirmó la autoridad qatarí que ayer comentó lo sucedido a los medios internacionales por la noche, horario europeo, dejando clara la indignación del gobierno ante lo sucedido y anunciando que se producirían probables represalias o contramedidas de tipo no declarado. Es lógico el enfado profundo que puede tener ahora mismo ese gobierno y país. El comunicado de ayer por la noche de Trump en su red social haciendo referencia a lo sucedido también dejaba bastante claro que no había una especial satisfacción en la Casa Blanca por lo sucedido. Todo ha pasado a espaldas de las autoridades de EEUU, que han vuelto a ser toreadas por Netanyahu, a la manera a la que el maestro del engaño Putin ha convertido en su forma de actuar, dejando en el más absoluto de los ridículos a todo el Departamento de Estado, y a los responsables, por llamarlos de una manera, de la seguridad del país. Israel ayer se comportó como un macarra sin excusa ni justificación alguna ante un tercer estado. Y eso EEUU no lo puede consentir, por la sensación que transmite al mundo de que su aliado ya no está sujeto a su voluntad.

Lo cierto es que la degeneración que se vive en las autoridades israelíes en lo que hace a la gestión de la guerra en Gaza y todo lo que tiene que ver con ella ha entrado en una espiral difícil de contener. El componente ultranacionalista que mantiene en pie el gobierno de Netanyahu parece haberse hecho con el pleno control de la situación en el gabinete y no hay día en el que las acciones militares en la franja, y fuera de ella, aumenten en intensidad, gravedad y desparpajo. Israel va camino de convertirse en un estado paria global, en un apestado, y sólo la respuesta de su sociedad civil puede cambiar el rumbo, a mi entender suicida, en el que le ha embarcado su actual gobierno.

martes, septiembre 09, 2025

Otro gobierno francés a la basura

No hubo sorpresas, y ayer el gobierno francés del primer ministro Bayrou perdió la moción de confianza que había planteado ante el legislativo. Desde que se presentó el plan de recortes de gasto a principios del verano, la posición del ejecutivo se había debilitado notablemente, y el consenso en la cámara, por parte de la extrema derecha y la izquierda, era que esas medidas no podían salir adelante. La votación estaba cantada desde hace varios días, y eso ha permitido el curioso ejercicio de ver a Bayrou, un gobernante aún en ejercicio, expresarse con una absoluta sinceridad sobre la situación política y económica del país, a sabiendas de que la penalización por ello ya estaba fijada. Es algo notable.

Francia se enfrenta a graves problemas financieros, principalmente fiscales, con un déficit que no cesa, una deuda que se acumula sin freno y una competitividad de fondo que no deja de erosionarse. Es un país mucho más rico que nosotros, desde luego, pero no tanto como él mismo se cree, y como le pasaba a las economías periféricas de la UE, ahora también se mantiene gracias a la creencia de los acreedores en su deuda, lo que supone un hándicap enorme para sus posibilidades futuras. Es el país de la UE en el que el gasto del estado más supone sobre el PIB, superando ampliamente el 50%, cifras desorbitadas para una economía occidental de mercado, un estado además centralizado, tan poderoso como ramificado. El modelo francés se encuentra herido, tanto por problemas propios como por causas que soportamos el resto de naciones, pero allí hay una particularidad, que es la aparente ceguera de la población a admitir que su situación económica es la que es. Mientras que aquí y en otros países se mantienen debates profundos sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones, por el daño a la competitividad que van a suponer tanto los aranceles de Trump como la pujanza china, en Francia se sigue soñando con un excepcionalismo que les haga mantenerse inmunes ante la marejada global que vivimos. Junto a Alemania, es el corazón de la UE, en lo económico y en lo político, pero mientras que en Berlín se lleva ya un tiempo asumiendo que pintan bastos globales y que el problema es serio, en Francia no se ha hecho apenas nada para mirar de frente a la situación. Ha sido este ejecutivo de Bayrou el primero que realmente ha expuesto a la sociedad francesa la crudeza de las cifras, las dificultades por las que atraviesa el presupuesto, los costes elevados de financiación de una deuda cuya prima de riesgo respecto a la alemana (¿les suena, eh?) no deja de crecer, y la necesidad de empezar ya a realizar ajustes, con el riesgo de que todo lo que se dilate su puesta en marcha en el tiempo será una vía segura para tener que hacerlos de manera más intensa cuando el margen se estreche. La ventana de oportunidad para realizar reformas se está cerrando, allí y aquí, porque es cuando los ciclos suben cuando, al calor de la bonanza económica, es posible realizar ajustes que sean menos lesivos para el ciudadano. Si el ciclo ha tocado techo o empieza a bajar, a saber si estamos en ese punto o no, las medidas contractivas aumentarán la sensación de crisis del ciudadano y contribuirán a agravarla, creando una retroalimentación negativa de muy malas consecuencias. Por una vez, el ejecutivo galo ha actuado ante su ciudadanía, en materia económica, tratándola como la adulta que es, exponiéndole la situación y ofreciendo unas medidas paliativas para tratar de que no empeore. Políticamente ha sido un suicidio, y el resto de formaciones del parlamento, que saben que tarde o temprano habrá que tomar medidas de ese tipo, se regodean en que sean otros los que las propongan y paguen el precio del rechazo en sus carnes.

La posición de Macron es débil, y esta cascada de gobiernos fracasados está minando su segundo mandato de una manera, probablemente, definitiva. Las expectativas de voto de su formación son muy malas, descontando que creo que no puede presentarse a un tercer mandato, y la extrema derecha lidera ahora con ventaja las encuestas de una nación que ya ofrece una perspectiva similar a la que se podía intuir en la periferia europea antes de 2012. Cada crisis es distinta y cada nación tiene sus particularidades, pero el mero hecho de que en el “core” de la UE se esté hablando de problemas de sostenibilidad de la deuda es un paso significativo en el mal camino. Es probable que el nuevo ejecutivo que encargue Macron no tenga una vida mucho más larga y productiva que este y los que le han precedido.

lunes, septiembre 08, 2025

Incidentes en la Vuelta a España

Ayer un corredor del Movistar resultó herido durante el transcurso de la etapa de la Vuelta a España al caerse por la irrupción de un espontáneo que, bandera palestina en ristre, trató de provocar un parón de todo el grupo principal. Afortunadamente no hubo más implicados en la caída, pero el susto fue monumental, y para el corredor afectado, doloroso. Pudo reincorporarse a la ruta, magullado. En la meta, antes de la llegada de los corredores, se reprodujeron los incidentes y algunas personas fueron detenidas por su actitud violenta. Finalmente, la llegada se produjo sin que hubiera problemas y la etapa acabo con normalidad.

Queda una semana de carrera y se está hablando mucho más de todos estos incidentes que de la propia competición. La presencia de un equipo patrocinado por Israel entre los integrantes del pelotón ha convertido a La Vuelta en el escaparate perfecto para los manifestantes que protestan por las acciones que Israel está desarrollando en Gaza. La presión para que este equipo se retire ha ido creciendo a medida que las protestas ganan fuerza, y el propio equipo ha decidido retirar el nombre de Israel de su equipación para disimularla y así pasar algo desapercibido, pero ha dejado claro que no va a abandonar voluntariamente la carrera. La Vuelta la organiza una entidad privada, que decide, en función de baremos deportivos y de negocio, los equipos que pueden correrla, y aunque se ha especulado con que se han lanzado mensajes al equipo israelí para que se retire, públicamente no ha hecho comunicado alguno. El gobierno, que no decide nada en este caso, ha mostrado su apoyo a la retirada del equipo, pero es una declaración voluntarista. A medida que pasan las etapas y se acerca la conclusión en Madrid, con un final de montaña el sábado y el domingo con el circuito por las calles de la capital, crece la preocupación ante lo que puede ser un acto de boicot completo en un evento que otorga una enorme visibilidad y que, por sus dimensiones físicas, es casi imposible de controlar en todo su recorrido, a pesar de que las fuerzas y cuerpos de seguridad se están empleando a fondo. Todo esto está pasando factura a varios corredores, que se sienten incómodos en medio de un clima de inseguridad creciente. Los serios incidentes que se produjeron en Bilbao, donde el final no pudo disputarse por invasión de la meta por parte de manifestantes, fueron el primer gran aviso del riesgo que corre la competición, y sus integrantes, ante los grupos violentos que pueden tomar el control de un espacio público. El mismo aficionado puede pensárselo dos veces si acudir al evento o no en vista de que las condiciones de seguridad se van deteriorando a medida que pasan los días. Hoy es jornada de descanso, y supongo que de reflexión de todos los organizadores y participantes, ante los días que quedan por delante, con las dos citadas etapas finales en Madrid y una contrarreloj individual en Valladolid que está por ver cómo se va a controlar. No hay ninguna noticia que haga supone que La Vuelta se vaya a cancelar ni nada por el estilo, pero es evidente que todo el mundo desea que acabe cuanto antes, y que en cuanto sea posible la sombra de la actualidad internacional desaparezca de un evento que no tiene nada que ver con la actuación del gobierno israelí. El Tour de Francia se salvó de este tipo de protestas, y eso que en él también corría en aquel caso el equipo de la discordia. Hace unos meses la guerra de Gaza y la crueldad que en ella se vive también se desarrollaba a plena luz del día, pero por lo que fuera en Francia no se vieron protestas al respecto, o no fueron relevantes, y desde luego no causaron incidencia alguna en la carrera. En este sentido La Vuelta ha tenido peor suerte, y o bien la mayor conciencia social de lo que pasa en Gaza o la presencia de alborotadores profesionales de origen local (en el caso de Bilbao es obvio) han sido factores distintivos que están llevando la carrera a una crisis bastante seria. Si el temor a lo que pueda pasar en los arcenes domina a lo que sucede en la carretera la carrera en sí queda bastante en entredicho.

Como siempre, me reitero, nada justifica la violencia. Se puede protestar por lo que se quiera, y lo que está haciendo Israel en Gaza merece todas las críticas posibles, pero la actitud violenta de los manifestantes deslegitima sus actos, siempre. También en este caso. Agredir a corredores, sabotear etapas y recorridos, enfrentarse a la policía, son actos violentos que no deben permitirse nunca, nunca, nunca. La Vuelta determinará lo que quiera respecto a su organización y los estados harán lo mismo, ya veremos si es así, en las competiciones en las que tengan competencias. Lo demás es bronca y malos modos. Y, por cierto, nada útil para aliviar el sufrimiento de los palestinos o para frenar a las tropas de Netanyahu.

viernes, septiembre 05, 2025

María Pombo no lee

Esta semana he conocido a María Pombo o, más bien, le he puesto cara. Y sí, es muy guapa. Me sonaba ligeramente pero no la tenía ubicada, dado el poco caso que hago al mundo de los influencers, fenómeno que no logro entender del todo. Busqué algo para saber quién era después de unas declaraciones suyas que le han dado relevancia a lo largo de la semana, y la trayectoria que tiene se me hace ajena a más no poder. En todo caso es evidente que la vida, al menos en lo material, ha sido bastante más gratificante para ella que para mi, por lo que en lo que respecta a la supervivencia, me gana de calle. Para eso no le ha hecho falta leer, desde luego.

Pombo ha dicho que las personas que leen no las hace mejores respecto a las que no leen, y que el mero hecho de leer está sobrevalorado. Esto ha generado mucha polémica, ruido en las redes y respuestas de todo tipo, en general críticas hacia ella. Eso le ha obligado a reconocer que algún libro se ha leído, y ha mencionado a unos cuantos de autoayuda y el principito. Más allá de que la fama de Pombo sea merecida o no, creo que no pero eso da igual, en parte tiene razón con sus declaraciones, al menos respecto a la bondad personal asociada a la lectura, porque creo que las buenas personas, las que son mejores, no tienen por qué leer, o no es algo que sea distintivo en ello, pero eso mismo se puede decir de mil facetas distintas de la vida. Uno puede ser bondadoso e iletrado, culto y capullo, devorador de libros y generoso, amante de la cultura y racista, etc etc. La gente, en estos tiempos en los que todo es blanco y negro, no logra entender que las personas somos complejas, tenemos un montón de facetas distintas en nuestra personalidad, combinaciones de todo tipo de gustos, preferencias, recuerdos, historias, hechos que nos han marcado, etc, y suele ser el efecto de todo eso lo que determina cómo somos. Leer es una manera intensa de aprender y acceder a conocimientos acumulados por la humanidad, y genera empatía respecto a las historias que se cuentan de esta manera, pero eso puede generar efectos de todo tipo en cada persona y a algunos volverles más receptivos respecto a lo que pasa en el mundo y a su alrededor y a otros no. La superioridad moral, de la que tanto presumen determinados colectivos e ideologías que pululan entre nosotros es, a mi entender, un oxímoron, porque quien así se manifiesta está cayendo en un desprecio hacia los demás, lo que es un comportamiento poco moral. Pombo, a quien no conozco de nada, puede ser una bellísima persona, o lo contrario, o ni fu ni fa, haya leído o no. A mi, que la lectura me encanta, me resultará mucho más interesante alguien a quien también los libros le digan algo, porque tendré allí una afinidad común que es muy relevante en mi vida, pero yo no leo porque me crea que eso me hace ser mejor que otros, por la misma razón que cuando como espaguetis no me creo superior a quien come ensalada. Ese pensamiento es una estupidez profunda. Leo porque me gusta aprender cosas, porque me seduce el hecho de sumergirme en un contexto no visual en el que lo que se cuenta debe ser complementado por la imaginación para conformar un relato. Leo porque me gusta que me cuenten historias, igual que si vas al cine o escuchas un poadcast en el que se relatan anécdotas. Leo porque me lo paso bien, porque me entretengo, porque me parece una manera fantástica de pasar el rato, porque me produce placer sentarme en un banco, o en casa, o en donde sea, abrir un libro y meterme dentro. Leo principalmente por el mero hecho del entretenimiento, del disfrute. Decía Savater que de pequeño le caía alguna bronca en casa por estar “ahí, leyendo, sin hacer nada” y el respondía que leer es hacer algo, y que no había momento en el que se lo pasase mejor que metido en las novelas y ensayos que le absorbían. Leer por placer es, para mi, una excelente manera de pasar la vida, y el montón de obligaciones de la vida adulta (en mi caso no tan adulta como lo normal, lo que genera menos debes) quita tiempo para ello, pero una vida de horas libres para poder leer lo que se quiera es una buena idea de paraíso.

Leer, escuchar música, asistir a conciertos o exposiciones, visitar museos…. Todo ese tipo de actividades que asociamos con la cultura son buenas porque, en general, otorgan a quien las practicas mayores criterios y recursos para enfrentarse a la vida, por lo que puede ser de utilidad. Pero, por encima de todo, pueden resultar actos gratificantes, estéticos, de gozo, de pasarlo bien, de sonreír mientras se ejecutan. Dudo que la cultura nos haga ser mejores personas, hay contraejemplos profundos al respecto, pero al menos, a los que nos gusta, nos va a hacer pasar buenos momentos y aliviar el paso vital. Y eso, que esté tranquila, no afectará al elevado nivel de facturación del negocio de María Pombo.

jueves, septiembre 04, 2025

La sucesión en las dictaduras

Uno de los comentarios más reiterados ayer tras la aplastante parada militar de Beijing fue, además de la exhibición de poder que supuso, esa conversación pillada entre Putin y Xi en la que hablaban sobre la posibilidad de vivir hasta los 150 años, mediante trasplantes. Al parecer comentaban algunas de esas noticias medio fantasiosas que surgen a veces de gurús de Silicon Valley sobre posibilidades maravillosas de alargar la vida o alcanzar la inmortalidad. Ya les advierto que todas ellas están, por ahora, condenadas a la melancolía, porque son tan falsas como el valor de un dólar de chocolate. La vida no se va a alargar de esa manera, no.

Lo que sí es cierto es que Xi y Putin tienen intención de gobernar sus naciones hasta que se mueran, y a la edad que ambos comparten, 72 años, es algo que acabará pasando pero, probablemente, no a corto plazo. Eso les plantea, y lo saben, el problema de la sucesión en el régimen, uno de los mayores en lo que hace a la supervivencia de un estado y de su forma de poder. Las democracias tienen establecida una manera tortuosa pero efectiva, que son elecciones regulares cada pocos años, normalmente cuatro, y el pacto común entre todos de aceptar que gobierna el que gana cada vez. Eso permite que el traspaso de poderes sea un acto reglado, más o menos periódico y sin una especial trascendencia. En las dictaduras, regímenes personalistas muy jerarquizados, donde la cúspide lo controla todo, la muerte del dictador supone una convulsión profunda que puede acabar con la estructura de poder que controla la nación y desestabilizarla hasta límites insostenibles. Una solución tradicional a estos problemas es la sucesión de golpes de estado, en los que una facción se levanta y derroca al gobernante, y con el tiempo otra hará lo mismo, y así sucesivamente. La sociedad vive sometida, el país no se desarrolla, la violencia es endémica y la sensación de inestabilidad, permanente. En el caso de China estaba establecido que los mandatos del líder del PCCh fueran uno más uno, sin posibilidad de prórroga, y con la elección conocida de un delfín que, salvo sorpresa, sería el sucesor. Xi ha roto esa tradición y se ha convertido en líder indiscutido y prorrogable hasta el hartazgo. Ha verticalizado mucho la estructura de poder del PCCh y cada día que pasa complica la perspectiva de qué puede suceder en su ausencia. En todo caso, la estructura del partido sigue siendo enorme y, pongamos, si Xi fallece en el corto plazo, aunque haya diputas entre facciones, es probable que el liderazgo no quede vacante durante un tiempo significativo, y que otra figura, puede que de transición, sea puesta en su lugar. En el caso de Putin la cosa es más complicada, dado que hay consenso en que lo que gobierna en Rusia es una mafia, una camarilla de poderosos que se amenazan entre sí y que no dudan en recurrir a lo más sucio para mantenerse. Putin sabe que dejará el poder muerto, bien por causas naturales o provocadas, y de eso segundo sabe bastante. En el caso ruso la ausencia de Putin sí desencadenaría una lucha entre los distintos miembros de esa mafia para saber quién accede al Kremlin como el más poderoso, y no está nada claro qué es lo que pasaría. No son pocos los que opinan que sería un momento muy peligroso, porque ahora Putin ofrece una estabilidad interna en ese país que impide movimientos de todo tipo. Pensemos en los seres grises que se mueven por allí en la sombra, en la cantidad de oligarcas con mando, en los que disponen acceso a armamento y a fuerzas paramilitares, como fue el caso del ya asesinado dirigente de Wagner. La sucesión en Rusia a la muerte de Putin es una total incógnita y un momento peligroso que muchos temen, dentro y fuera de ese país.

El que mejor se lo ha montado de entre los dictadores del desfile de ayer es el norcoreano. Es el tercero de los Kim que se sucede en el poder después de que su abuelo se hiciera con el poder, implantase una dictadura demoniaca y no tuviera otra ocurrencia que convertirla en un reino hereditario, de tal marea que Corea del Norte es la única monarquía absoluta leninista conocida. Sus resultados como ejemplo de gobernanza son claros, y es mejor no imitarlos en nada. Kim Jong Un es joven, creo que no llega a cuarenta, aunque de salud mejorable, y tiene una hija, que le ha acompañado a su visita a China, que algunos apuntan como la sucesora, frente a la hermana de Kim, que también ha sonado. No se conoce a ningún hijo de Putin que pueda ser futuro Zar.

miércoles, septiembre 03, 2025

China exhibe músculo militar

Hoy se cumple el ochenta aniversario de la firma, por parte de Japón, de su rendición en la IIGM, acto con el que e ponía punto final definitivo a la mayor carnicería de la historia. En Asia este día es muy importante, porque la guerra no acabó en mayo en Europa, sino allí en septiembre, y para las naciones como China, que vivieron en sus carnes las atrocidades cometidas por Japón durante su invasión, esta jornada siempre ha sido muy importante. Normalmente se conmemora con un desfile militar y una exaltación de patriotismo muy controlada por el partido, que busca emocionar a su pueblo, mostrar poder al mundo y, de paso, presumir de sus logros.

Lo de esta vez ha sido especial, el aniversario tan redondo permitía hacer una exhibición muy espectacular, y en el marco de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái que les comentaba el otro día, China ha hecho alarde de todo su poderío militar en un desfile majestuoso que ha llenado la plaza de Tiananmen y aledaños, lo que ya de por sí es meritorio dadas las dimensiones gigantescas de ese entorno. En la tribuna presidencial se encontraba Xi Jinping, el máximo dirigente del PCCh y toda su corte de cargos intermedios, y junto a él, los presidentes de Rusia y Corea del Norte. Sólo el hecho de ver a estos tres personajes haciendo alardes juntos en medio de miles de soldados y armas de la mejor tecnología resulta inquietante. De hecho lo es cuando por separado se dedican a hacer estas cosas, desfiles de ejércitos que están sujetos a ciega obediencia ante su líder máximo. De las tres naciones una está en guerra contra nosotros, Rusia. Otra ayuda militar y humanamente al agresor, Corea del Norte, y la tercera, China, no consta que suministre material militar al Kremlin, pero es su principal socio comercial para todo tipo de productos, algunos de ellos de evidente doble uso, por lo que no sólo mantiene con vida a la economía rusa sino que le permite seguir con su agresión. El desfile de hoy es una enorme exhibición de poder duro por parte de una China creciente y una señal al resto del mundo por parte del grupo de naciones que allí se han reunido. Más allá de palabras, están dispuestas a rediseñar un orden mundial que surgió de las cenizas de esa conmemorada victoria en la IIGM, un orden mundial que ha derivado en el dominio económico y geopolítico de occidente de la mano de EEUU. China es la segunda economía del mundo, el segundo país más poblado, su peso global crece sea cual sea el indicador que usemos para medirlo y, al contrario de lo que pasaba con la URSS en la época de la guerra fría, su modelo, mezcla de autoritarismo estalinista y capitalismo salvaje, ofrece unos grandes resultados en lo que a prosperidad se refiere, por lo que más allá de las cuestiones ideológicas, China ofrece al resto de países del mundo una visión alternativa a la de EEUU, y con evidentes resultados económicos. La prosperidad no sólo se puede alcanzar vía democracia, también el autoritarismo puede lograrla. China supone el gran reto al que se enfrenta el mundo hoy en día, con empresas enormes de sectores tan diversos como la tecnología, automoción o farmacia que son capaces de invadir el mundo con sus productos a unos precios de derribo, ante los que muchas empresas occidentales no son capaces de competir. China mantiene unos subsidios a la exportación de sus bienes que los pone por debajo de los costes de producción de nuestros negocios, y les quita cuota de mercado sin cesar, y por si eso no bastara, posee un evidente mercado interno de más de mil millones de personas, de las cuales unos cuatrocientos millones se pueden considerar de clase media tal y como la entendemos aquí. Son más que toda la población de EEUU y se acerca a los registros de habitantes de Europa. Sí, China es un monstruo.

Y ese monstruo, con sus socios, reclama cada vez con más fuerza la remodelación de un mundo cuyas reglas le han sido impuestas y no ve con buenos ojos. La prevalencia de las economías de derecho capitalistas occidentales y sus sistemas de reglas y pactos es vista como algo caduco por parte de la cúpula del PCCh, que cree que su autoritarismo y eficacia son muy superiores a un occidente que asocian a inestabilidad y decadencia. Más allá de los problemas militares que puedan surgir en el sureste asiático, con Taiwán como foco, la gestión de qué hacer con China empieza a ser algo que puede llegar a superar nuestras capacidades como bloque, y ni les cuento en el caso de que EEUU siga haciendo trumpterías. El desfile de hoy es un alarde, también una advertencia al resto del mundo.

martes, septiembre 02, 2025

La vuelta al cole

Septiembre es un nuevo enero, un reinicio para muchas cosas, que viene expresado en esas tres palabras, vuelta al cole, que tanto contenido tienen. Los críos dejan el odio infinito y rehacen maletas para volver a llenar las aulas. Ahí tienen, por ejemplo, al crío de Illa, que sometido a la autoridad de Sánchez, acude hoy a visitar al prófugo puigdemoníaco para tratar de negociar, a escondidas, nuevos chantajes que permitan al inquilino de la Moncloa seguir ahí sin límite y al sedicioso manipular todo lo habido y por haber. Hay más decencia en el mayor repetidor de la clase más cutre del país que en esta banda de sujetos, alguno ya condenado, otros que quizás en el fututo también lo estén.

En los inevitables y repetitivos informativos en los que la “vuelta al cole” laboral es la apertura durante los últimos días de agosto se reiteran testimonios sin fin de los que vuelven agobiados por tener que hacerlo, que se lo han pasado bien en su descanso pero que querían seguir allí eternamente, y que desde que han empezado el camino de retorno hacen cuentas para cuándo va a ser el próximo puente o la siguiente escapadita. Todos los años igual. De vez en cuando se cuela entre los entrevistados alguno que afirma tener deseos de volver, porque echa de menos la rutina de su vida laboral, y ese testimonio de deseo, curiosamente, o no, se da más entre los chavales, que afirman querer volver al cole para reencontrarse con sus amigos, a muchos de los cuales no han podido ver en todo el verano. Como suele ejercer en mi entorno el papel de insidioso oficial reitero una y otra vez que los que vuelven de vacaciones son unos afortunados por tener un trabajo al que reincorporarse, porque el desempleado, que carece de él, no tiene vacaciones como tales, sino un tiempo de espera, de angustia, que se prolonga sin límite conocido. El concepto de vacación se define por su opuesto, el de trabajo, como el negro es lo contrario al blanco. En el mundo de los jubilados no existen las vacaciones, porque el tiempo se mide de una manera mucho más homogénea, ni hay distinciones relevantes entre martes y sábado, entre laborables y festivos. Los que trabajamos, y nos quejamos de las incomodidades que pueden tener las labores que desempeñamos, no queremos reconocer que el mundo laboral aporta una serie de certezas a la existencia, entre ellas la de la medición del tiempo y la distinción de los periodos, que ayudan mucho a mantenerse sano en cuestiones mentales. Hay gente que tiene trabajos desagradables o, mejor dicho, condiciones desagradables, o jefes nefastos, o malos compañeros, o situaciones de estrés muy abundantes. En esos casos la vuelta al curro supone un esfuerzo añadido, y las vacaciones, una necesidad de desconexión respecto a un entorno que aporta bastante menos de lo que quita, pero muchos otros tienen trabajos normales, donde se hacen cosas, y unos días son buenos y otros son malos, lo que viene siendo la normalidad de la vida. Enfrentar la jornada laboral por defecto con caras largas, con agobio, con sensación depresiva y cosas por el estilo es el mejor camino para que las cosas se tuerzan. Y no, no estoy cayendo en tópicos de autoayuda. Ir feliz al trabajo es tan absurdo como ir feliz al supermercado a rellenar el carrito. Uno va a ambos lugares porque debe y, una vez allí, ya se verá como va la cosa. Lo que no tiene sentido es ese bombardeo de negatividad constante que, sobre todo desde los informativos televisivos, se realiza a finales del pasado mes como si se tratara de la próxima ejecución de una condena global, como si todo lo bueno del mundo se terminara el 1 de septiembre, como si la vacación fuera el paraíso y el trabajo el infierno. Y no es así, Y pensar que así es puede llevar a serias equivocaciones. La mejor manera de frustrar unas vacaciones en poner sobre ellas unas expectativas imposibles. Eso, que ahora se lleva mucho, no se por qué, es la receta perfecta para que el tiempo de descanso se convierta en algo bastante más siniestro.

Además, no debemos olvidar nunca que, si uno está de vacaciones, y hace cosas, es porque otros que trabajan permiten que esas cosas sean posibles. Irse a comer a un chiringuito de verano se puede hacer, si se ha ampliado lo necesario la hipoteca para financiarlo, porque en el establecimiento trabajan cocineros, camareros, personal de limpieza, reponedores, y un largo desfile de empleados de todo tipo. Las vacaciones de unos suponen el trabajo de no pocos, y de eso también nos olvidamos (y los de la televisión no caen nunca en ello, faltaría más). Unas vacaciones completas de todo el mundo supondrían el fin de la sociedad tal y como la entendemos, nada funcionaría. Piense en ello cuando vuelva a estar en la playa, mirando a la nada.

lunes, septiembre 01, 2025

Cumbre de autócratas

Aunque la actualidad nacional siga centrada en la gresca política de bajísimo nivel y en la pseudo depresión por la vuelta al trabajo (el que no lo tiene sí posee derecho para agobiarse, el resto somos privilegiados por tener uno al que volver) el mundo por ahí se sigue moviendo, y cada vez lo hace más a la contra de nuestros intereses, y no meramente los de España, que nada pinta, sino los de la UE y eso que llamamos occidente, que comienza a estar bajo presión por parte de naciones que ven una oportunidad de hacerse con el control del mundo. En parte ese movimiento responde a su propia prosperidad, pero también refleja nuestros errores e incompetencias, que de todo hay.

Estos días se está celebrando en Beijing una cumbre de naciones que están asociadas a eso que se denomina el sur global, expresión buenista que esconde un significado bastante más recóndito. En el marco de la Organización de Cooperación de Shanghái, un foro comercial que reúne a varias naciones del sudeste asiático, Xi Jinping, el mandatario chino, ha recibido con todos los agasajos posibles a Putin, el presidente ruso. El mismo que día tras día ordena atacar Kiev y matar civiles sin frente en Ucrania es agasajado en esta cumbre como un igual, como un socio preferencial de China. Ambos líderes, dictadores de sus naciones, lucen en las imágenes de este encuentro en franca sintonía, aunque se dan menos agasajos entre ellos que los que el desquiciado Trump le ofreció al déspota ruso. Como tipos fríos que son no expresan muchos sentimientos en sus gestos, y el aspecto ligeramente robótico de sus pasos y rostros esconde el placer que sienten al coordinar de manera efectiva sus esfuerzos, economías e ideas de conquista. A este foro ha acudido la India, actualmente el país más poblado del mundo, ya que desde el año pasado superó a China. Entre las dos naciones reúnen a un tercio de la población mundial y algo más de una cuarta parte de su PIB. Las relaciones mutuas siempre han sido malas, por simplificar, con disputas territoriales fronterizas y rivalidades económicas, y por eso ha sido muy comentado que haya sido el propio Modi, el máximo dirigente indio, el que haya acudido a Shanghái y se haya mostrado tan receptivo a las propuestas chinas. La India ha oscilado durante muchos años entre su vinculación con occidente y su pertenencia física al mundo asiático. Cortejada por los gobiernos de EEUU, las interacciones entre ambas naciones han sido intensas, y basta con comprobar el número de CEOs y otros altos ejecutivos de origen indio que se encuentran en las grandes empresas norteamericanas. Cortejar a India ha sido uno de los mantras de toda administración norteamericana, y más a medida que el peso de China no ha dejado de crecer, pero es ahí donde empieza el mandato desequilibrado de Trump, lanzando amenazas y aranceles por doquier. Desde que la Casa Blanca ha comenzado su estrategia de guerra comercial global no son pocas las naciones que están dudando sobre a qué bando apoyar, si se puede usar esta expresión, dadas las formas de EEUU. Y una de las más afectadas es India. Delhi mantiene enormes vínculos tanto con sus vecinos como con occidente, y es uno de los lugares en los que la globalización más ha incidido de cara a la implantación de empresas y cadenas de valor. De hecho Apple y otras multinacionales norteamericanas habían empezado a derivar algunas de sus plantas de producción de China a India, buscando no alimentar más el crecimiento de la nación de Beijing y eludir parte de los aranceles que ya impuso Trump en su primer mandato. Por eso, las últimas decisiones de la Casa Blanca de penalizar tanto a Beijing como a Delhi en el disparate de la guerra comercial ha sido recibida en la India como un golpe bajo, como el comportamiento desquiciado de lo que siempre ha sido un socio comercial y político de primer orden, que ahora decide actuar con una prepotencia nunca vista. Modi, que es un nacionalista hindú por encima de todo, sabe que la prosperidad de su economía es la base sobre la que puede consolidar su poder y que las trabas comerciales suponen, para él mismo, una amenaza.

Por eso, el abrazo que se ha visto este fin de semana entre Xi y Modi es una imagen de un enorme valor global. Con Putin de fondo, es la representación de un eje alternativo, de una internacional autócrata que se organiza, pese a sus diferencias internas, para cooperar entre ellos y movilizar su enorme potencial económico de cara a rediseñar un mundo que se rige por unas normas que ellos no han creado, pero que se les imponen. Lo que se está viendo estos días en Shanghái es la posible creación de un polo global alternativo, que está diseñado para disputar el trono global a occidente. Y en él está Rusia, una nación que tratamos de aislar completamente, pero que, visto lo visto, no está sola para nada.