martes, marzo 21, 2006

El día de la condena

Hoy se cumplen tres años y un día del inicio de la segunda guerra del golfo, con los bombardeos americanos sobre Bagdad, de una espectacularidad incomparable a las verdes y feas imágenes de la primera guerra, de los años noventa. En una campaña diseñada para la prensa, con periodistas “empotrados” entre las tropas, se diseñó un operativo masivo con el objetivo de acabar al batalla en menos de un mes.... y poco más duró la cosa. La estatua de Sadam cayó y la guerra acabó, y según los telediarios empezó la postguerra, y en un caso único en la historia militar, frente a poco más de cien americanos muerto en batalla, más de dos mil han caído desde el final de las hostilidades (por no hablar de los iraquíes de antes, durante y después) ...... un poco hostil se presenta esto no???

Visto con perspectiva, el resultado de la intervención en Irak está siendo casi desastroso. No sólo las armas de destrucción masiva no han aparecido, quizá porque sí existieron, pero se gastaron usándolas contra Irán y los curdos, sino que la situación actual del país es un desastre de violencia, descontrol y continuos ataques de lo que los medios de comunicación españoles denominan resistencia, y que cualquier persona no hipócrita en otro país denominaría terroristas. ¿qué ha pasado? Como se pregunta Wesley Clark, general americano en la (esta sí) exitosa campaña de Kosovo, ¿qué ha fallado en Irak? Muchas cosas, pero sobre todo el no tener un plan para el después, el suponer que los soldados serían recibidos como liberadores por la población y una vez caídas las estatuas la democracia florecería en meses. Pues no, empantanados estamos en un endiablado campo de juego con Al Queda y similares, ansiosos porque las tropas se retiren y, en medio de una guerra civil entre chiítas y sunitas, puedan hacerse con el control del país, sus recursos y su maltratada población.

Hay gente que dice que debemos salir de allí (uso la primera persona del plural porque todo occidente, desee o no, está embarcado en este asunto) pero huir ahora sería acabar de rematar al país y a sus gentes. No podemos escapar, cometiendo un error tan grande como el de los noventa, cuando ya abandonamos a los curdos y chiíes. Pero eso sí, se debe empezar a jugar de manera inteligente, contando con el apoyo de los países vecinos, y gastando menos dinero en helicópteros Apache y más en espías, sobornos y estudiosos sobre el terreno, porque es una vergüenza que Al Zarqawi aún no haya sido detenido. Sobre las consecuencias más a largo plazo de este confuso asunto, recomiendo el gran artículo de
Tim Hames publicado ayer en TheTimes, aunque de su lectura se desprende un aroma descorazonador hacia el futuro. Qué oportunidad perdida, qué manera de dilapidar esfuerzos ....Me quedo con la imagen de los valientes iraquíes votando, ellos deben ser nuestra esperanza, por ellos debemos luchar, a ellos debemos defender.

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