Ayer, siguiendo esa moda por la que cada día se debe conmemorar el día de lo que sea, se celebraba por primera vez el “Día del Orgullo Friki”. Se ve que los homosexuales han adquirido el suficiente poder como para dictar moda en la denominación de estos eventos. Antes era el día de la mujer, o del árbol, pero ahora parece que se van a convertir en algo así como el día de la acacia orgullosa, a la que si tocas o amenazas talar te pega como el sauce boxeador de Harry Potter. Pues ayer era el día de que el poseedor de una espada de al Guerra de las Galaxias te podía zurrar con él, todo orgulloso.
Creo que esto de lo friki se ha transformado mucho en España de lo que era originariamente. Se trataba de describir con este nombre a fanáticos de lo extrañó, pero con una cierta tendencia al mundo moderno, informáticos y tecnológico, lo que incluye a toda esos individuos locos por poner un módulo más de memoria en cualquier parte para que todo valla 0,0003 MGhz mejor (yo conocí a un individuo en el Instituto de Durango que era la definición perfecta de este personaje, un friki de libro, y orgulloso que estaba...) En Los Simpson el vendedor de comics, o los tres universitarios con los que Hommer se reengancha a la Universidad son arquetipos de friki. Pero al parecer aquí se ha denominado así a individuos simple y llanamente cutres, en su mayor parte lunáticos, tarados, mangantes y vividores del cuento y la estafa, y las televisiones, lugar donde proliferan estos especimenes, los sacan a todas horas, pasean como fieras en un zoo y les ofrecen un día como el de ayer. Menos mal que Forges supo captar al esencia del movimiento, y ayer publico una viñeta magistral que es uno de los homenajes más sentidos y sinceros a ese movimiento decadente por definición.
Creo que yo no encajo plenamente en al categoría de friki, pese a que algunos lo digan así. Pero lo cierto es que si ser friki es ser un apasionado de tus aficiones, una persona que investiga, disfruta conociendo, comparte experiencias con otros devotos, se divierte con aquello que le apasiona y encima hace cosas distintas y originales de lo que dicta la manada en la que se parece estar convirtiendo la sociedad actual, pues que mejor cosa hay que serlo. Qué orgullo, suerte, privilegio y honra poder alardear de semejante triunfo. La próxima vez que alguien, amparado en el reverso tenebroso de la fuerza, me acuse (o lo haga a otra persona) de ser friki, que sea consciente que lo que está haciendo es elogiarnos, alabarnos y (seguro que en lo profundo) envidiar nuestro sano y henchido orgullo.
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