El espectáculo ofrecido durante este fin de semana por los componentes del gobierno tripartito catalán, o los integrantes del circo de varias pistas en que se ha convertido eso, ha sido inenarrable. Tras propugnar un voto nulo de resistencia, ERC, miembro del gobierno que ha creado ese estatuto, haciendo caso a sus histéricas bases, decide votar que no, y tenemos que el principal proyecto de ese gobierno (un bodrio infumable, por otro lado) va a ser apoyado por la mitad del mismo y rechazado por la otra mitad, pero todo el mundo sigue en el gobierno, claro. Muy difícil de explicar y de entender.
Ayer mismo se llegó al límite. El PSC, marca del PSOE en Cataluña, celebró una reunión para analizar todo esto, y tras ella salió el portavoz Miguel Nadal afirmando que es muy probable que haya elecciones en otoño, tras el referéndum famoso, independientemente del resultado. Al poco salí ante los medio un alto dirigente del PSC y acusaba a Nadal de ser astrólogo, y que de lecciones anticipadas por ahora nada de nada, y claro, como los dos son del mismo partido, han ido a la misma reunión y han oído lo mismo uno debe suponer que ambos estaban haciendo sudokus bajo la mesa o descargándose videos de Laura y similares. Apoteósico, sin duda, rivalizando en el patetismo alcanzado por Carod Rovira, quien este fin de semana afirmó que quién no se sienta cómodo en el gobierno (del que ellos forman parte minoritaria) con su decisión del no puede irse, pero que ellos se quedan, en un acto de afirmación chulesca y desafiante sin parangón. Ni yo recuerdo algo similar en la turbulenta vida política en el País Vasco, que mira que ha tenido momentos patéticos, como aquel primer intento de coalición PNV EA que fracasó a los seis meses.
Y si yo estoy indignado ante semejante despropósito, como lo estará un ciudadano de Cataluña, dependiente directo de ese gobierno, sometido a él, viendo que sus impuestos sirven para financiar el 3% de uno, las comisiones de otro, los chantajes del consejero de ERC, la intoxicación informativa que permita tapar el agujero del Carmelo y mantenga desamparados a ciudadanos privados de casa y enseres. En el llamado oasis catalán hace tiempo que ha acampado una banda de filibusteros que se dedican a estafar y engañar a los pobres residentes del palmeral, que no saben que hacer para desembarazarse de unos huéspedes que amenazan con arrasarlo todo. Como no drenen el lago del que viven...........
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