Ayer tuvo lugar el anunciado ensayo nuclear de Corea del Norte. Como era de esperar las consecuencias políticas y sociales no se han hecho esperar. La condena internacional ha sido unánime y el miedo también, porque esa prueba sólo contribuye a desestabilizar une zona ya de por sí muy tensa y llena de armamento. Corea del Norte se une al exclusivo club nuclear (EE.UU, Rusia, Francia, Reino Unido, India, Pakistán, Sudáfrica, China e Israel) y llena de dudas al mundo sobre el porqué de esa prueba, dado sobre todo la opacidad del régimen y el comportamiento, como mínimo extravagante, de su lider, Kim Jon Il, hijo del anterior dictador, Kim Il Sun, y convertido en el primer heredero de un régimen comunista.
Todo un personaje este Kim Jon Il. En un típico programa de televisión en España, en medio de la galería de frikis y subproductos que aparecen no desentonaría mucho, pero en el contexto internacional es una pieza. Amante del cine norteamericano, especialmente de las “pelis” del Oeste y las pornográficas, se dice que posee una DVDteca gigantesca. Obsesionado por sobrevivir a una supuesta invasión americana duerme cada día en un sitio diferente, posee algunos dobles y se gasta casi todo el presupuesto del país en fortalecer a un ejército gigantesco mientras que la población se muere de hambre, literalmente. No se sabe mucho del país porque la dictadura es muy cerrada, aislada e intervencionista. Actualmente será la nación más aislada del mundo, y de la que menos se conoce. A mi me recuerda a uno de esos países a los que solían viajar Mortadelo y Filemón en sus misiones secretas, que en la frontera sólo se apreciaban carteles de serpientes, calaveras y mensajes de LARGO escritos con enromes letras viperinas. Se dice incluso que los aparatos de radio se venden sin dial y permanentemente sintonizados a la emisora del régimen, y que hay inspecciones para descubrir si han sido manipulados. Las demostraciones “populares” en Pyonyang son espectaculares, con unas coreografías que dejan en mantillas a los desfiles de la Plaza Roja de los viejos tiempos, y las imágenes de su televisión muestran a locutores enfervorecidos que gritan y adoptan una pose marcial que provoca casi tanto miedo como risa, por lo forzada y payasa que es.
¿Cuáles son las intenciones del “amado líder”, como se hace llamar el simpático de Kim, al hacer este ensayo? Veo dos alternativas. Una es que, aterrado ante el fracaso de su régimen, busca una huída hacia delante, metiendo así miedo a la comunidad internacional, buscando ayuda que le permita sobrevivir y siendo de esta manera tenido en cuenta y apoyado para evitar su caída (la bomba sería, por tanto, un argumento de presión en una negociación multilateral). La otra alternativa es que viva en su propia paranoia y que se arme para una futura guerra, y que, peor incluso, intente explotar las lucrativas ventajas del negocio de la venta de tecnología y material nuclear a terceros (ya se sabe, los juguetes eróticos son caros, Kim). En ambos casos el panorama se ha complicado notablemente en la zona, y parece que el problema de la proliferación nuclear, anunciado hace tiempo, ya está aquí, y para quedarse.
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