Impresionante el jaleo que se ha montado a cuenta del famoso ácido bórico, los peritos y los informes. Lo que en un principio destapó El Mundo como un caso de burda manipulación por parte de superiores de un informe técnico para eliminar la sombra de ETA del 11M se ha convertido en una aparente falsificación pericial por parte de unos expertos que se pasaron a la hora de establecer vínculos y ramificaciones. Y todo ello amenaza con no dejar títere con cabeza, pasando por políticos, jueces, periódicos, tertulianos y población en general. La acidez de estómagos y meninges a cuenta de este caso empieza a ser muy indigesta y pesada
Por si faltara alguien en este entuerto, la última semana ha sido copada por el protagonismo de Baltasar Garzón. Vuelto ya plenamente de su excedencia de un año en Nueva York, el supernuez ha decidido que no son suficientes dos portadas de periódico al día, y esta semana las ha acaparado todas, en un intento de reeditar su éxito mediático de la época de los GAL, pero justo al revés. Los que entonces le alababan y loaban como el juez más justo e íntegro del mundo ahora le tachan de manipulador, vendido al gobierno y cómplice de su estrategia. Por el contrario, los que antes le acusaban de rencoroso, vengador y resentido ahora le colocan sobre el pedestal de la justicia, la independencia y la fiabilidad, como el adalid de las causas justas y el caballero justiciero que hace su labor sin descanso. Probablemente, tanto entonces como ahora, todos mienten. Son políticos, y eso quizás contribuya a que nunca digan al verdad, quién sabe. Lo cierto es que Garzón suele actuar según l parece, más movido por su propio afán que por apoyos y presiones políticas. Esto a veces le sienta bien a unos y otras veces a otros, y en función de cada caso dirán lo que les convenga. Lo triste es que estemos dedicando a este turbio asunto decenas de páginas, horas de conversaciones y esfuerzos inmensos, enredándonos en una cosa algo antigua, poco prometedora para clarificar el 11M y que sólo va a producir destrozos en muchas instituciones e ideas.
Como, por ejemplo, la tan alabada independencia judicial. Ahora mismo la imagen que da este sumario del ácido es la de una legajo de papeles, de contenido desconocido, agarrado por tres o cuatro jueces, que tiran con fuerza para quedárselo, apoyados (y arrastrados) cada uno de ellos por políticos del PP, del PSOE y de otros grupos, que tratan de que el resultado de la investigación sea lo que ellos desean, y donde ellos desean, para que salga así lo que quieren que salga. Es un espectáculo lamentable, y mientras que, por ejemplo, el euribor sube, las hipotecas se encarecen, Batasuna sigue chantajeando, Corea del Norte amenaza con pruebas nucleares y la inmigración sigue sembrando de muertos el Atlántico, nuestros “responsables” pierden el tiempo en estas cosas. En menudo patio de colegio vivimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario