jueves, octubre 05, 2006

Tony

Esta semana ha estado de visita en España Tony Blair, con el que Zapatero parece haber hecho buenas migas. Supongo que habrá borrado del despacho algunas pintadas y lemas contra el trío de las Azores, o las opiniones de José Bono sobre el personaje (ese gggilipollag integral). En todos los actos se ha visto a ZP y Blair compitiendo por quién enseña la sonrisa más amplia y limpia, y de paso ZP ha recibido un respaldo exterior a sus gestiones en el mal denominado proceso de paz, cosa que sí es el de Irlanda, pero ya e sabe que todas las comparaciones son odiosas.

Blair lleva al frente del gobierno del Reino Unido desde 1997, y en todos estos años se ha ganado una aureola de respetabilidad y prestigio que, a pesar del fiasco de Irak, le ha encumbrado a lo más alto de la esfera internacional. Con unos inicios tenues, algo desdibujados, se decidió por poner en práctica eso que se llamó la Tercera Vía (¿alguien se acuerda de eso?) teoría política desarrollada por el sociólogo Anthony Giddens que, dicho muy en grueso, busca una alternativa plausible al capitalismo y al socialismo, tomando un poco de todo. Blair es laborista, y en estos años ha transformado a su partido en una máquina de ganar elecciones, viendo como los líderes del Partido Conservador se sucedían sin pena ni gloria, perdiendo escaños y poder a la vez que acumulaban escándalos de todo tipo. Quizás el mayor momento de gloria de Blair fue el día en el que se anunció que Londres iba a ser la ciudad organizadora de los Juegos Olímpicos de 2012, el 6 de Julio de 2005. Su decadencia empezó, curiosamente, con los atentados del día siguiente en Londres. Tras ganar sus últimas elecciones, creció la presión para que fijase una fecha para abandonar la presidencia del gobierno, dado que afirmó que no se iba a presentar más, y allí espera su ministro de Economía, Gordon Brown, nombrado sucesor de Tony, viviendo cada vez más cerca del nº 10 de Downing street, aunque las encuestas ante unas futuras elecciones lo sitúan por detrás del candidato conservador, el joven David Cameron, que parece haber conseguido poner en pie a su partido. De hecho algunos dicen que Blair ha “nombrado” a Cameron como su sucesor, porque realmente le sucederá quien gane las elecciones.

En una entrevista de trabajo que tuve hace un año me preguntaron lo que era ser un líder, y si yo lo era. Respondí que no se muy bien lo que es el liderazgo, aunque es fácil distinguir quién no lo tiene, y que yo no era uno de esos líderes, y que creía que la mayor parte de quienes así se definen no lo son. El entrevistador me pidió algún ejemplo y, sin dudarlo, dije que Blair sí me parecía un líder. Puedes discrepar o compartir su política, pero es innegable que tiene carisma, fuerza, un discurso inteligente, arrollador, lleno de creencias e ideas, y que sabe transmitirlas. Me parece una de las grandes figuras de la política de estos últimos 25 años, y creo que la historia le juzgará acertadamente, y le absolverá. Podían los políticos españoles, empezando por Zapatero y Rajoy, aprender algo de un hombre al que le queda poco en el cargo, y que seguro que estará dispuesto a echarles algún discurso interesante.

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