Por fin un año con primavera y espectáculo..... y qué grandiosa fue la tormenta de anoche!!! No todo el mundo opinará lo mismo, seguro, pero la verdad es que pocas veces he visto unas nubes tan raras, amenazadoras, bonitas, y que luego derivasen en un chubasco potentísimo, con muy poco granizo en mi barrio (mucho en otros) y densas y cerradas cortinas de lluvia, repletas de gotas apelmazadas, gordas, unidas entre sí, que se lanzaban sin piedad como kamikazes contra las ramas de los árboles, ya muy debilitados tras un vendaval previo que los dejo casi en ruinas.
Y eso que la previsión lo anunciaba, para ayer y toda esta semana. Ya el Domingo tuvo lugar una tormenta severa por la tarde. Me pilló saliendo de la FNAC, cargado de provisiones papeleras. Corrí a la boca del metro en medio de la lluvia, que empezaba a arreciar, y no me mojé mucho. Al llegar al barrio esperé un rato en mi boca porque no se podía salir de la cantidad de agua que salpicaba. Tras un breve receso aproveché, y corrí hasta el portal, paraguas en mano, desafiando más el viento que la lluvia, que casi me lleva paraguas y bolsas. Al poco de entrar en casa la lluvia arreció, y tras la tormenta vino un chubasco lento, tendido, de algunas horas, con un sonido de lluvia cayendo que es ideal para disfrutar a cubierto, desde el sofá de casa. Y todo ello aderezado por raros y relámpagos que dejaban flashes de luz en todo momento. Ayer la cosa fue más breve, pero mucho más intensa. A las 20:30 ya se oía el rumor del trueno de fondo, pero en diez minutos el cielo se oscureció, parecía que habían apagado las luces. En medio de la negrura las nubes empezaron a adquirir unas ondulaciones preciosas, y un tono amarillento rarísimo, y todo lleno de relámpagos, casi al unísono, que me recordaban un poco esa escena de al guerra de los mundos cuando todos los rayos caen a al vez en el mismo sitio. Espectral. Allí estaba yo, en la ventana del salón, desde la que no puedo disfrutar de muy buenas vistas porque entre los árboles y la escasa altura de mi tercero el panorama queda muy oculto, pero ahí estaba, recordando los gritos que me pegaría mi made al verme, quizás más ensordecedores que los propios rayos.
Y el viento se llevó ramas y hojas, y llovió, y la fuerza del cielo volvió a quedar de manifiesto. Ríos improvisados de arena y hojas caían por las aceras, desbordando unas enormes alcantarillas que no podían tragar ya más. En el programa de Alsina, en Onda Cero, entraban a la vez mensajes de oyentes relatando la granizada de su barrio o la furia del viento. Y allí estaba yo, disfrutando como un enano. Hoy puede repetirse, aunque esto de las tormentas siempre es muy aleatorio, y desde luego ahora, a las 8:28 AM veo rayos desde la ventana del trabajo, mi atalaya sobre Madrid., quizás en el entorno de Carabanchel o Cuatro Vientos. A ver si hoy podemos ver también algo tan bonito....
1 comentario:
Una de tus mejores entradas..muy poética y bonita. Has disfrutado con la lluvia y tormentas como un enano...
..eso si, como la lea alguien que ha quedado atrapado en el metro, o con su coche, por las lluvias, te odiará a muerte :)
Publicar un comentario