Hoy hay mucho de que hablar, incluyendo la nueva entrega de al operación Malaya, pero intuyo que habrá muchos periodistas y muchísimos más que no lo son debatiendo en emisión continua la vida, obra y milagros de Isabel Pantoja, así que ni lo mencionaré, y también se merece un buen puesto la actuación de la fiscalía del Estado y los listos de las listas, que al final van a engañar a muchos que quizás miran el asunto con menos ojos de los debidos. Este asunto sí es de calado, no como el otro, pero mira, ni uno ni otro. Hoy voy a hablar de una pareja que se ama, y que este Domingo se consagrará como.... ganador y perdedor.
Segolene y Sarkozy, Sarkozy y Segolene, este próximo Domingo uno de ellos será el nuevo presidente de Francia, asumirá el papel de rey sin corona que la Quinta República le otorga y empezará un periodo de reformas, ambiciosas en un caso, tímidas en otro, que al parecer Francia necesita. Las encuestas proclaman desde hace tiempo la ajustada victoria de Sarkozy, como ya sucedió en una primera vuelta marcada por una altísima participación y la defenestración del ultra Le Pen, dos muy buenas noticias. Antes de ayer tuvo un lugar un debate cara a cara entre los dos en televisión de más de dos horas, y oyendo los comentarios de la radio me moría de envidia. En primer lugar, por el debate en sí, cosa que aquí no podemos ver, dado que nuestros políticos se niegan a debatir entre ellos, pero también ansiaba que alguna vez en España los políticos muestren un coraje, unas convicciones y una calidad de discurso no comparables a la de estos dos personajes, porque dado el patio es imposible, pero sí al menos que no produzcan sonrojo. La capacidad expresiva de Acebes, Blanco, Zaplana o Magdalena Álvarez, por poner unos ejemplos, es similar a la de un disléxico de cuatro años, siendo como son incapaces siquiera de leer con algo de estilo las frases que les escriben. Pero estaba en Francia.... parece que el país se encuentra en medio de una crisis social y económica, bendita crisis dirán algunos. Sí, bendita, pero es cierto que Francia ya no es lo que era. Su producción ideológica ha menguado muchos estos últimos años, y los intelectuales de cabecera son más anglosajones que francófonos. A su idioma le ha pasado otro tanto, superado ya ampliamente por el español, cosa que les debe producir mucha rabia a ellos, tan llenos de “grandeur” como siempre, pero últimamente tan de capa caída por la política internacional. Al menos están pensando sobre que les ocurre y que hacer para solucionarlo, en vez de nacionalizar ríos como por aquí.
Coinciden estas elecciones con el 199 aniversario de la alzamiento español contra las tropas francesas del 2 de Mayo. Una de las grandes dudas de la historia, sobre todo viendo el desastre que vino tras la guerra en forma de Fernando VII, es si hizo bien España en sublevarse, y si no le hubiera ido mejor bajo el dominio francés. Quién sabe ahora pudiéramos vivir en Esprancia, o Franpaña (prefiero el último, al menos lleva la ñ) pero eso nunca lo sabremos. Al menos el Domingo sí habrá respuesta sobre que S va a gobernar a los gabachos. Se prevé una jornada apasionante...
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