Llevan bastantes días los expertos en la materia diciendo que el IBEX se encuentra inmerso en lo que llaman un “movimiento lateral”, que es una forma muy elegante de decir que va dando tumbos sin rumbo fijo hacia no se sabe donde. Quizás esos expertos afirmen esta semana que la lateralidad se ha roto hacia abajo, porque ya son dos días de caídas cercanas al 3%, que ni son noticia en la prensa y los medios, porque nos hemos acabado acostumbrando a unos números tan horrendos, a el crash de todos los Martes, que no deja de ser curioso como el índice cae y perfora objetivos en medio de la indiferencia.
De hecho ya nos encontramos en los niveles de Noviembre del año pasado. Recordemos que el derrumbe de esos meses provocó la convocatoria de la cumbre del G20+ZP en Washington, que no parece que sirviera para mucho, y enormes discusiones sobre que hacer, y creación de esa figura maravillosa llamada “planes de rescate” consistente básicamente en un texto, auspiciado por el gobierno de turno, que intenta cubrir la desastrosa gestión llevada a cabo en un sector cualquiera (bancos, automóviles, sexo, etc) mediante un aporte de dinero público cifrado en unas cantidades exorbitantes, enormes, gigantescas, que cada vez que las anuncian sigo sin saber de donde salen. ¿En qué lugar estaban escondidos los tropecientos mil millones de dólares que cada semana se anuncian?, más que nada por si hay un bar cerca para tomar algo y planear un pequeño robo. Lo divertido es que, varios meses después, decenas de planes de esos anunciados cada semana, votados por el Congreso de turno siempre con grandes dificultades, y finalmente rubricados delante de las cámaras, su efecto parece haber sido nulo. Es como si todo el dinero que anuncian estuviese compuesto por monedas de chocolate, brillantes y deliciosas, pero falsas en lo que hace a su uso fiduciario. Y quizás el problema sea que tratamos de controlar una crisis real con monedas de chocolate, y no somos capaces de descubrir cual debe ser la pieza de artillería que debemos disparar para hacer frente a este monstruo que nos devora sin piedad. No esperen de mi una respuesta, porque pese a que llevo un tiempo dándole vueltas al asunto no se me acaba de ocurrir algo interesante. Lo malo es que los responsables económicos de los países parecen estar en la misma situación, y si en mi caso es disculpable, porque no tengo cargo ni intelecto prodigioso, en el de ellos las excusas ya no son tan claras, salvo que sólo tengan cargo y no capacidad, y en tal caso mejor nos ponemos a correr. Llevamos un tiempo jugando a la política de ensayo y error, y así no vamos lejos. Hoy probamos los rescates bancarios, pero parece que no funcionan... vamos a jugar con la compra de activos, a ver si así...... y si creamos un banco malo????? Podíamos también detener a los estafadores, que no dejan de aparecer.... qué tal bajando los tipos????? Invertimos en obra pública o transferimos rentas???? No se, la ruleta de opciones es extensa, pero no tanto, y el problema crece sin que demos con el dardo en el objeto adecuado.
Y de mientras en España la cosa se complica por momentos. En el otrora imbatible sistema financiero patrio Unicaja de Málaga va a absorber a Caja Castilla la Mancha en un proceso auspiciado por el gobierno para no decir que la Caja manchega está quebrada, que lo está. El Santander ha implantado una demo del llamado “corralito” impidiendo el rescate de un fondo de inversión inmobiliario, cuyos inversores deseaban salirse la semana pasada ante el cariz que adquiere la situación, y claro, el nerviosismo crece, a la par que el paro. La montaña rusa en la que se ha convertido la economía empieza a convertirse en una ruleta de igual nacionalidad. ¿Les gusta? A mi nada.
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