Desde todas las tribunas, y desde esta modesta también, se le ha dado cera al gobierno por su política errática y desnortada ante al crisis. Improvisadores, advenedizos, perdidos pero sin el estilo de “lost”.. muchas han sido las lindezas, todas ellas ciertas, que hemos dirigido a los supuestos rectores de nuestra política económica, pero sería injusto negar que no son ellos los únicos que parecen no enterarse donde estamos, y que toman decisiones tan rápido como las rectifican. Ayer el papel de corrector de sí mismo lo desempeñó, y con buena nota, la CEOE.
Desde primera hora se supo que una de las propuestas que CEOE presentaba a esa pantomima que se desarrolla a oscuras y que se llama diálogo social era la de un nuevo tipo de contrato para jóvenes, dotado de características especiales. Los menores de treinta años que resultasen beneficiarios (es un decir) de esta modalidad cobrarían no más que el Salario Mínimo Interprofesional, fijado en 633 euros al mes para 2010,, no cotizarían a la Seguridad Social, no tendrían derecho al paro y el coste de despido sería nulo. Vamos, una porquería. Frente a las disparatadas propuestas de protección que proclaman los sindicatos la CEOE contraprogramaba no con una medida inteligente, sino con una versión refinada e informatizada del esclavismo, imposible de poner en práctica por muchas razones. A lo largo del día la polémica por la propuesta no dejó de crecer, como era de suponer, y al final de la jornada la CEOE tuvo que dar marcha atrás y negarla en público, en una declaración en la que Díaz Ferrán se agarró a los mismos falsos tópicos con los que el gobierno ha ido ocultando sus errores estas pasadas semanas: que si era sólo una idea, o un ejemplo de trabajo, una propuesta técnica para introducirla en el debate... no, no y no. O mucho me equivoco o era una propuesta seria y real, con la idea de ser presentada en la cosa esa del diálogo de marras para debatirla con sindicatos y empresarios. Evidentemente no tenía posibilidad alguna de salir adelante, y es lógico, porque plantea unos supuestos completamente irracionales. No se cual era el objeto de la CEOE al presentar esta idea, porque sólo ha servido para hundir un poco más su prestigio y levantar la moral de sindicatos y gobierno, lo que visto desde fuera es un fracaso en una negociación como la copa de un pino no volado por el viento. La reforma laboral que necesita este país tiene que partir de la base del documento elaborado por los cien economistas de FEDEA en el que se propone eliminar la maraña de contratos que tenemos y crear uno único indefinido con coste de despido creciente con el tiempo para los nuevos contratos, de tal manera que rompería la injusticia existente ahora mismo entre los privilegiados indefinidos muy protegidos y los temporales totalmente desprotegidos y echados a su suerte cada día que pasa. Quizás sea necesario realizar algún estudio de impacto de lo que supondría implantar un contrato así en sectores que ahora tiran mucho del temporal, como los servicios y la construcción, pero no tenemos tiempo para ello, por lo que si yo gobernara mandaría a patronal y sindicatos a hacer otras cosas, visto que no parecen saber ni querer hacer nada de lo que teóricamente es lo suyo, e implantaría directamente esta forma de contrato.
Pero dudo que suceda algo así. Seguiremos perdiendo el tiempo en debates estériles e interminables sobre auténticas tonterías que no sirven nada más que para tener entretenida a la población. Un ejemplo son los acuerdos que van a firmar el PP y el PSOE para salir de la crisis, consistentes básicamente en que las deudas a los proveedores hay que pagarlas (jode, pues claro) y que el empleo se recuperará con alicatados de baños y cambios de parqué en los salones. Madre mía, madre mí, en manos de que panda estamos.........
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