La previsión meteorológica para hoy anuncia riesgo de tormentas dispersas y cielos cada vez más cubiertos en toda España. Para el caso de las Islas Baleares, el cielo estará encapotado y es probable que caigan algunas gotas que, con el polvo en suspensión, se transformen en barro, y así el tiempo atmosférico adquirirá el mismo aspecto de pocilga que posee la política del archipiélago, donde un día sí y otro también no dejan de salir personas de los juzgados, enfangados en corruptelas, robos y estafas variadas. Junto a las playas de Palma se ha organizado una auténtica pocilga y parece que nadie se ha dado cuenta hasta ahora.
Ayer fue el turno de Jaume Matas, que no es un don nadie. Fue presidente de la Comunidad Autónoma con el PP y Ministro de Medio Ambiente en el gobierno de Aznar. Si entró al juzgado con sospechas de culpable salió sin declarar porque las noticias corrían por todas partes, y algunas declaraciones de su cuñado, en plan casposo total, le dejaban en muy mal lugar, por lo que su abogado solicitó un aplazamiento de la vista. No sólo Matas está con el culo al aire, también el resto de dirigentes de la isla, que durante años han robado de manera organizada el patrimonio público. Es casi necesario elaborar un mapa del tesoro, nunca mejor dicho, para seguir el rastro de tanto mandante y estafador. En esto PP y PSOE poco pueden acusarse mutuamente, porque están igualmente enfangados. Si me apuran más el PP porque ha gobernado más años y en cargos de mayor autoridad. A parte del deseo de enriquecimiento de cada uno de estos partidos, una de las causas de este robo organizado ha sido Unión Mallorquina, UM, pequeño partido regional que ha actuado de bisagra y ha apoyado antes al PP y ahora al PSOE para seguir en el gobierno y permitir de paso que uno de los grandes partidos también lo estuviera. Es duro decirlo, pero UM tiene todo el aspecto de haber sido fundado con el único objetivo de permitir enriquecerse a sus integrantes. No es un partido político, sino una sociedad de intereses que robaba aquí y allá, en todas partes donde ocupaba algún cargo, sea el de bedel o de consejero autonómico. Al frente de este tinglado se encuentra Maria Antonia Munar, una mujer de esas que dan para una teleserie de intrigas y ambiciones, y que en Estado Unidos sería elevada a la categoría de estrella mediática absoluta. A Munar se le conocía en al isla como “la princesa” por el poder que poseía, ejercía y representaba. Gastando dinero a manos llenas, con bolsos y trajes carísimos, Munar a tejido y hecho a su antojo lo que ha querido en las Baleares durante años y años. Vista desde fuera Munar era la típica corrupta, que alardeaba de lo que pillaba, y que se rodeaba de gente que pillaba a su alrededor, como las ratas que acuden al festín que les da el que las alimenta. Desde su cargo de presidenta del Parlamento Balear, con alta representación institucional, ha acudido a decenas de actos públicos relevantes, inauguraciones y cortes de cintas variados en los que seguramente más que la conclusión de las obras lo que celebraba era la comisión que se había llevado en ellas, motivo sin duda para una gran sonrisa. PP y PSOE se disputaban su cariño, como amantes despechados, y ella a veces quería a uno, otras a otro, miraba desdeñosa desde lo alto y escogía con quién compartía sus ganancias. Y así durante años.
Que Munar ahora esté imputada, Matas procesado y otros altos cargos camino de la cárcel es bueno, pero que hayan pasado décadas sin que nada se haya hecho para evitarlo es vomitivo. Todo ha fallado en Baleares, quizás lo que menos los políticos ladrones, que han hecho bien su trabajo (pongan las comillas donde quieran). Jueces, fiscales, tribunales, auditorías, controles, medios de comunicación, agentes sociales... todo ha fracasado, hundido en el fango de la corrupción y el trapicheo. No me extraña que la gente este harta de los políticos y los gobernantes, lo raro es que aún no hayan tomado el palacete del gobierno balear al asalto, y es que esta época es floja hasta para eso.....
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