Si ayer hablaba del Marte real, hoy toca el Marte figurado, el que encarnaba al Dios de la guerra de los griegos y romanos, y es que tras al aprobación ayer por parte del parlamento heleno del plan del nuevo plan de austeridad, en el segundo día de huelga general consecutiva que se vivía en el país, los incidentes callejeros fueron a más, y las imágenes de violencia que hoy llenan las portadas de los medios de comunicación de todo el mundo expresan la cólera y el miedo que se vivió ayer en Atenas. Me da mucha pena ver esto, créanme.
Y me apena, entre otras cosas, porque esas duras medidas no van a servir para lo que se pretende, que es sacar al país del pozo de la deuda. Algunas de ellas debieron haberse tomado hace tiempo, como las relacionadas con la privatización de servicios públicos que en el resto de Europa hace tiempo que no dependen del estado, o la lucha contra el fraude y la estafa, que en Grecia alcanzan grandes proporciones. Pero la idea básica del plan, que aspira a recaudar 78.000 millones de euros en pocos años, fracasará. No podrán ingresar los 14.000 millones de euros previstos con las subidas de impuestos porque la demanda griega está medio muerta y se encamina cada vez más a la economía sumergida, difícilmente disminuirán el gasto en los 14.000 millones de euros adicionales previstos, porque el gobierno griego ah empezado a perder el control de la situación y está por ver si podrá poner en marcha los recortes prometidos, y desde luego nunca podrán ingresar los 50.000 millones de euros que estiman mediante privatizaciones y ventas de activos públicos. En una época estancamiento económico en Europa los precios de venta no serán muy altos, y como todo el mundo sabe que el estado griego está en quiebra y el urge vender las ofertas serán a la baja. Grecia malvenderá hoy lo que pudo facturar hace años a mucho mejor precio. Y entonces, ¿Qué? ¿Para qué todo esto? ¿con qué fin? Opino que lo único que se trata aquí es de ganar tiempo, meses, y aplazar el momento de la verdad. La aprobación del parlamento griego de ayer libera el quinto y último tramo del primer plan de rescate europeo, el aprobado hace ahora un año, y el dinero, una vez llegue a Grecia, se irá directamente a la cuenta de los acreedores, permitiéndole así a Atenas pagar los vencimientos de deuda que tiene en Julio y Agosto. ¿Y en septiembre qué? Pues estaremos en las mismas si no se aprueba un nuevo plan de rescate que sólo servirá para ganar unos meses de tiempo y aumentar el importe total de principal e intereses que deberá Grecia. Esto no es sostenible, y no hay que ser ningún genio para darse cuenta. Y después de Grecia estará Irlanda, y luego Portugal….. Esto parece una pesadilla, y en el fondo lo es. La Unión Europea se enfrenta a un reto inmenso, causado por un error de diseño en la Unión Económica y Monetaria y agravado por la lentitud y aparente incapacidad de hacer frente al problema de fondo, que es la inexistencia de una unidad política y fiscal que respalde a la política monetaria unificada. Lo decía ayer muy bien el editorial del New York Times. Europa carece de líderes. Hay una canciller alemana, un presidente francés, un primer ministro italiano, etc, pero cada uno en el fondo sólo mira por sus intereses. Así no se puede llegar a ninguna parte.
Viendo los incidentes de Atenas me acordaba de lo que se vivió en Bilbao en los años ochenta. La reconversión industrial acabó con grandes empresas en toda España, y los astilleros euskalduna de Bilbao se convirtieron en el emblema de la batalla diaria entre trabajadores y policías, seguro que muchos lo recuerdan. Fue muy duro, costó mucho dinero y esfuerzo, pero el sacrificio, en el fondo, se hizo por toda la sociedad a la búsqueda del sueño europeo y la modernidad, viniendo como veníamos de décadas grises y dictatoriales. Hoy, el sacrificio griego (y los que vendrán) se enmarca en una pesadilla económica que no parece tener fin, y así es muy difícil que la población lo entienda, asuma y lleve a cabo. Prácticamente imposible.
jueves, junio 30, 2011
miércoles, junio 29, 2011
En qué nos gastamos el dinero
Ver y oír una sesión parlamentaria como la de ayer demuestra hasta que punto es malo el estado de nuestra nación, y cómo la crisis que vivimos ha superado por completo la capacidad de los gobernantes y aspirantes. Discursos vacíos, desconocimiento, falta de rigor y seriedad, eslóganes sin contenido, bajura de miras… en fin, no por no sorprender resulta triste. Pero no quiero darle vueltas a este asunto, no, sino a otro, aunque relacionado con la crisis, y en parte causante de la misma. La pregunta que quiero plantearme hoy es con qué criterio nos gastamos el dinero, público y privado, y para qué lo empleamos.
Y viene esto a cuento del artículo que encontré ayer por la web que señala, para que vean que no sólo pongo ejemplos de cosas malas que pasan en España, que el gasto del departamento de defensa de los EEUU en aire acondicionado para sus soldados desplazados en Afganistán equivale al presupuesto anual de la NASA. La cifra del primero es de 20.000 millones de dólares mientras que, según esta fuente, el presupuesto que al NASA gasta al año se cifra en 19.000 millones. Cuando vi esto me entró algo parecido a una depresión fulminante, aliviada por saber qué contestar para el resto de mi vida a aquellos que se quejan de todo el dinero que se gasta en la carrera espacial. Sí, 19.000 millones de dólares al año es mucho dinero, pero no me dirán que comparativamente hablando merecen la pena frente a otras partidas de gasto. El arrastre de empleo, innovación tecnológica, incremento de productividad y, en definitiva, progreso del bueno, que supone el desarrollo de la carrera espacial no tiene comparación alguna con el grueso pero fuegazo incremento de riqueza que se deriva de una burbuja inmobiliaria como la que hemos vivido, y sin contar para nada la ilusión y el espíritu de superación que se esconde detrás de la carrera espacial, algo que está en las antípodas de lo que se cuece en un despacho de una agencia inmobiliaria. Por pensar un poco en España, en estos años de la crisis, ¿cuánto dinero hemos tirado a la basura en urbanizaciones de adosados invendibles? ¿En centros culturales y palacios de congresos que nunca vana a ser utilizados? Yo viajo poco, pero el país entero está lleno de edificaciones que se pudren poco a poco, complejos residenciales en los que las zarzas se apoderan de los alicatados, y las ventanas y puertas hace tiempo que desaparecieron en manos de ladrones. En España no tenemos la NASA, una pena, pese a que muchos estarían orgullosos de que eso permanezca así, y a día de hoy no podríamos costear semejante presupuesto, pero sí otros más modestos e igualmente retadores. Por ejemplo, a finales de este 2011 tendremos el lanzamiento de una nueva sonda a MArte, el proyecto llamado Mars Science Laboratory, un robot autopropulsado de las dimensiones de un coche que ha sido bautizado como Curiosity, y que es una evolución de los rovers Spirit y Oportunity, que todavía pululan por la superficie del planeta rojo. Pues bien, por lo que he podido ver por ahí, el coste de esta misión se sitúa en torno a los 2.500 millones de dólares, pongamos euros para simplificar las cosas, pese a que el cambio sería favorable a nuestra moneda. ¿Es eso mucho dinero? ¿es poco? Oyendo las noticias sobre los importes adeudados por la banca, los rescates, los impagos, los volúmenes de deuda de los ayuntamientos, las CCAA y demás, ¿son 2.500 millones una cifra disparatada? A bote pronto es una tercio de la deuda del ayuntamiento de Madrid, y una cifra bastante inferior a lo que ganan, por ejemplo, BBVA, Santander o Telefónica. Si lo comparamos con el presupuesto de las televisiones autonómicas españolas seguro que sería inferior. Sin embargo, ¿cuánta innovación, tecnología y empleo de calidad se habrá generado en ese proyecto? Incalculable.
Así, cuando Oportunity despegue en torno a la Navidad algunos, espero que muchos, estaremos encantados de, entre otras cosas, pensar en la maravilla que supone mandar algo a Marte, y que es un dinero MUY BIEN empleado, frente al que se tira a la basura en la tierra en tantas y tantas tonterías. Peor lo pasaremos en el verano de 2012, cuando el robot llegue a su destino y deba amortizar, en una secuencia de despegue cara, sí, pero de una complejidad extraordinaria. Para que se hagan una idea del reto tecnológico (e inversor) que esto supone, vean este alucinante video que recrea cómo será la llegada a Marte. Sí, esto es dinero bien empleado. Y sí, ZP y Rajoy no tienen ni idea de nada de esto.
Y viene esto a cuento del artículo que encontré ayer por la web que señala, para que vean que no sólo pongo ejemplos de cosas malas que pasan en España, que el gasto del departamento de defensa de los EEUU en aire acondicionado para sus soldados desplazados en Afganistán equivale al presupuesto anual de la NASA. La cifra del primero es de 20.000 millones de dólares mientras que, según esta fuente, el presupuesto que al NASA gasta al año se cifra en 19.000 millones. Cuando vi esto me entró algo parecido a una depresión fulminante, aliviada por saber qué contestar para el resto de mi vida a aquellos que se quejan de todo el dinero que se gasta en la carrera espacial. Sí, 19.000 millones de dólares al año es mucho dinero, pero no me dirán que comparativamente hablando merecen la pena frente a otras partidas de gasto. El arrastre de empleo, innovación tecnológica, incremento de productividad y, en definitiva, progreso del bueno, que supone el desarrollo de la carrera espacial no tiene comparación alguna con el grueso pero fuegazo incremento de riqueza que se deriva de una burbuja inmobiliaria como la que hemos vivido, y sin contar para nada la ilusión y el espíritu de superación que se esconde detrás de la carrera espacial, algo que está en las antípodas de lo que se cuece en un despacho de una agencia inmobiliaria. Por pensar un poco en España, en estos años de la crisis, ¿cuánto dinero hemos tirado a la basura en urbanizaciones de adosados invendibles? ¿En centros culturales y palacios de congresos que nunca vana a ser utilizados? Yo viajo poco, pero el país entero está lleno de edificaciones que se pudren poco a poco, complejos residenciales en los que las zarzas se apoderan de los alicatados, y las ventanas y puertas hace tiempo que desaparecieron en manos de ladrones. En España no tenemos la NASA, una pena, pese a que muchos estarían orgullosos de que eso permanezca así, y a día de hoy no podríamos costear semejante presupuesto, pero sí otros más modestos e igualmente retadores. Por ejemplo, a finales de este 2011 tendremos el lanzamiento de una nueva sonda a MArte, el proyecto llamado Mars Science Laboratory, un robot autopropulsado de las dimensiones de un coche que ha sido bautizado como Curiosity, y que es una evolución de los rovers Spirit y Oportunity, que todavía pululan por la superficie del planeta rojo. Pues bien, por lo que he podido ver por ahí, el coste de esta misión se sitúa en torno a los 2.500 millones de dólares, pongamos euros para simplificar las cosas, pese a que el cambio sería favorable a nuestra moneda. ¿Es eso mucho dinero? ¿es poco? Oyendo las noticias sobre los importes adeudados por la banca, los rescates, los impagos, los volúmenes de deuda de los ayuntamientos, las CCAA y demás, ¿son 2.500 millones una cifra disparatada? A bote pronto es una tercio de la deuda del ayuntamiento de Madrid, y una cifra bastante inferior a lo que ganan, por ejemplo, BBVA, Santander o Telefónica. Si lo comparamos con el presupuesto de las televisiones autonómicas españolas seguro que sería inferior. Sin embargo, ¿cuánta innovación, tecnología y empleo de calidad se habrá generado en ese proyecto? Incalculable.
Así, cuando Oportunity despegue en torno a la Navidad algunos, espero que muchos, estaremos encantados de, entre otras cosas, pensar en la maravilla que supone mandar algo a Marte, y que es un dinero MUY BIEN empleado, frente al que se tira a la basura en la tierra en tantas y tantas tonterías. Peor lo pasaremos en el verano de 2012, cuando el robot llegue a su destino y deba amortizar, en una secuencia de despegue cara, sí, pero de una complejidad extraordinaria. Para que se hagan una idea del reto tecnológico (e inversor) que esto supone, vean este alucinante video que recrea cómo será la llegada a Marte. Sí, esto es dinero bien empleado. Y sí, ZP y Rajoy no tienen ni idea de nada de esto.
martes, junio 28, 2011
Lo que hicieron los Jemeres Rojos
Absortos como estamos en nuestro día a día, siguiendo la minuto lo que hace la maldita prima de riesgo (sube, sólo sube) y subsumidos por la inmediatez, olvidamos muchas de las cosas que pasan a nuestro alrededor. Y lo que es peor, la mayoría directamente las desconocemos. Nos pasa a todos, y a mi más, no vayan a creerse que no. Sin embargo el asunto de hoy sí lo conozco, y por lo que he comprobado, casi era el único de mi trabajo que era consciente de lo que pasó en los años setenta en Camboya, bajo la siniestra dictadura de los Jemeres Rojos, autores del genocidio que más proporción de gente de una nación ha exterminado en el siglo XX.
Y la cosa fue casual, porque hablando con unas secretarias muy amigas mías, bellas personas donde las haya, hice referencia a los jemeres rojos, y se quedaron con una cara de “¿te pasa algo en la lengua?”. Ante esto empecé a explayarme en el asunto y su cara de asombro por lo pirado que estaba yo era similar a la de desconocimiento por lo que les estaba contando. No les sonaba de nada. Ni idea. Yo estaba más asombrado que ellas, y tras dejarlas pregunté a mis compañeros de despacho, de edad similar a la mía o un poco menor, si sabían quién era Pol Pot o el régimen Jemer tenía algún significado. Nada, cero. Uno de mis jefes, AAP, una de las mentes más brillantes que he conocido (y no es por ser pelota, porque a mi eso no me va ni, por cierto, sirve de nada en este contexto) sí sabía la historia, y como suele suceder muchas veces, nos pusimos a hablar de ella mientras el resto del personal desconectaba de lo que estos dos friquis estarían diciendo. Y la historia del régimen Jemer, por lo que parece, sigue en el ostracismo. Quizás porque sucedió en Camboya, un lugar remoto y del que poco sabemos, en una época, los setenta, en la que España tenía por sí sola enormes problemas a los que hacer frente, o porque fue en un régimen llamado comunista, maoísta, y eso de primeras da buena prensa a todo lo que suceda. La cosa es que la historia de Camboya en los setenta es atroz, difícil incluso de creer. En Apenas dos años el régimen maoísta de los Jemeres Rojos exterminó a dos de los ocho millones de habitantes que residían en aquel país. Movido por la creación de una sociedad utópica, sin clases, militarizada, dominada por la planificación, y contraria al avance tecnológico imperialista, Camboya se sumergió en un infierno de atraso, hambre y miseria como en pocas partes del mundo se ha vivido a lo largo de la historia. El desconocimiento de lo que allí sucedía realmente, unido a que los pocos testimonios que lograban escapar relataban historias de una crueldad y sadismo que eran tomados a guasa por el resto del mundo contribuyó a que la matanza cesara cuando sus proporciones hicieron inviable al régimen y al país. Ya a finales de los setenta y principios de los ochenta empezaron a llegar imágenes a nuestras televisiones de las selvas camboyanas, de los campos de exterminio y de las calaveras, cientos, miles de ellas, apiladas en montañas infames, silos de huesos, el fruto de una pesadilla de exterminio que, como la de los judíos treinta años antes, fue consentida de facto por el resto de la humanidad. Y es hoy, cuarenta años después de aquellos hechos, cuando se pretende juzgar a un grupo de ancianos, los últimos responsables del gobierno Jemer, por aquellos infames crímenes. Amparados en su edad, su desmemoria y, sobre todo, su infame cobardía, pretenden eludir el peso de la justicia diciendo que no sabían lo que sucedía en el régimen que ellos gobernaban, típica excusa de dictadores. Pero nada hay comparable a las dictaduras que hemos conocido en Europa o Latinoamérica en la segunda mitad del pasado siglo XX a lo que estos “viejecitos” hicieron en Camboya.
De hecho, aunque sean condenados, no hay nada que la justicia pueda hacer para resarcir tanto dolor. Si por lo menos la historia de los jemeres fuera conocida al menos la humanidad les condenaría, pero aún hoy en día pocos son los testimonios de lo que allí pasó. Hace poco se ha publicado un breve y emocionante libro de una superviviente de aquel infierno, llamada Denise Affonço, que les aconsejo que compren y lean muy poco a poco, porque no van a creer casi nada de lo que allí se cuenta. Pero todo es verdad, una aterradora verdad. Leerlo, difundir esta historia, que sea conocida, es una obligación moral, y quizás lo único que esté en nuestras manos para ayudar a toda la gente que fue asesinada en los arrozales camboyanos.
Y la cosa fue casual, porque hablando con unas secretarias muy amigas mías, bellas personas donde las haya, hice referencia a los jemeres rojos, y se quedaron con una cara de “¿te pasa algo en la lengua?”. Ante esto empecé a explayarme en el asunto y su cara de asombro por lo pirado que estaba yo era similar a la de desconocimiento por lo que les estaba contando. No les sonaba de nada. Ni idea. Yo estaba más asombrado que ellas, y tras dejarlas pregunté a mis compañeros de despacho, de edad similar a la mía o un poco menor, si sabían quién era Pol Pot o el régimen Jemer tenía algún significado. Nada, cero. Uno de mis jefes, AAP, una de las mentes más brillantes que he conocido (y no es por ser pelota, porque a mi eso no me va ni, por cierto, sirve de nada en este contexto) sí sabía la historia, y como suele suceder muchas veces, nos pusimos a hablar de ella mientras el resto del personal desconectaba de lo que estos dos friquis estarían diciendo. Y la historia del régimen Jemer, por lo que parece, sigue en el ostracismo. Quizás porque sucedió en Camboya, un lugar remoto y del que poco sabemos, en una época, los setenta, en la que España tenía por sí sola enormes problemas a los que hacer frente, o porque fue en un régimen llamado comunista, maoísta, y eso de primeras da buena prensa a todo lo que suceda. La cosa es que la historia de Camboya en los setenta es atroz, difícil incluso de creer. En Apenas dos años el régimen maoísta de los Jemeres Rojos exterminó a dos de los ocho millones de habitantes que residían en aquel país. Movido por la creación de una sociedad utópica, sin clases, militarizada, dominada por la planificación, y contraria al avance tecnológico imperialista, Camboya se sumergió en un infierno de atraso, hambre y miseria como en pocas partes del mundo se ha vivido a lo largo de la historia. El desconocimiento de lo que allí sucedía realmente, unido a que los pocos testimonios que lograban escapar relataban historias de una crueldad y sadismo que eran tomados a guasa por el resto del mundo contribuyó a que la matanza cesara cuando sus proporciones hicieron inviable al régimen y al país. Ya a finales de los setenta y principios de los ochenta empezaron a llegar imágenes a nuestras televisiones de las selvas camboyanas, de los campos de exterminio y de las calaveras, cientos, miles de ellas, apiladas en montañas infames, silos de huesos, el fruto de una pesadilla de exterminio que, como la de los judíos treinta años antes, fue consentida de facto por el resto de la humanidad. Y es hoy, cuarenta años después de aquellos hechos, cuando se pretende juzgar a un grupo de ancianos, los últimos responsables del gobierno Jemer, por aquellos infames crímenes. Amparados en su edad, su desmemoria y, sobre todo, su infame cobardía, pretenden eludir el peso de la justicia diciendo que no sabían lo que sucedía en el régimen que ellos gobernaban, típica excusa de dictadores. Pero nada hay comparable a las dictaduras que hemos conocido en Europa o Latinoamérica en la segunda mitad del pasado siglo XX a lo que estos “viejecitos” hicieron en Camboya.
De hecho, aunque sean condenados, no hay nada que la justicia pueda hacer para resarcir tanto dolor. Si por lo menos la historia de los jemeres fuera conocida al menos la humanidad les condenaría, pero aún hoy en día pocos son los testimonios de lo que allí pasó. Hace poco se ha publicado un breve y emocionante libro de una superviviente de aquel infierno, llamada Denise Affonço, que les aconsejo que compren y lean muy poco a poco, porque no van a creer casi nada de lo que allí se cuenta. Pero todo es verdad, una aterradora verdad. Leerlo, difundir esta historia, que sea conocida, es una obligación moral, y quizás lo único que esté en nuestras manos para ayudar a toda la gente que fue asesinada en los arrozales camboyanos.
lunes, junio 27, 2011
Morir bajo el sol de Afganistán
Este fin de semana ha hecho calor, mucho calor, como corresponde para finales de Junio. Son los días más largos del año y el sol pega con una fuerza enorme, lo más vertical posible. Uno trata de refugiarse como puede, encerrado en casa, metido en centros comerciales, vegetando y estando quieto para tratar de no sudar… hay muchas maneras de lograrlo, algunas más efectivas que otras, pero hoy en días eso es posible, al menos en el mundo en el que vivimos. En otras partes el calor es la menor de las preocupaciones.
Como en, por ejemplo, Afganistán. Ayer, bajo un sol inmisericorde que castigaba con fuerza unas montañas que no eran más que un erial, dos soldados españoles murieron al explotar bajo su vehículo blindado una carga explosiva. Un chico y una chica, de Gijón y Colombia, que vieron como sus vidas terminaban en el polvoriento Afganistán. Hace una semana tuvo lugar otro atentado similar, que en este caso afortunadamente sólo ocasionó heridos, pero ya se advirtió que la carga explosiva que se había puesto era más elevada de lo habitual. En esto los talibanes no son tontos. Antes reventaban los viejos BMR con una carga dada, pero al poner en servicio los nuevos blindados lince descubrieron que sus explosivos no podían con ello. ¿Solución? Más explosivo, y así hasta que sea necesario. Quizás el atentado de la semana pasada fuera un ensayo y el de ayer fue el de verdad. Lo cierto es que la carga era mucha y ya han comprobado que suficiente para causar víctimas. Así que la ventaja estratégica que hemos tenido durante unos meses contando con unos medios técnicos superiores se ha vuelto a esfumar. Nuestros soldados y los talibanes vuelven a estar nivelados. Es lo que tiene la guerra, que cada bando aprende del otro y usa lo aprendido para atacar nuevamente, y así en progresión. Creo que lo más importante del atentado de ayer, a parte de las dos víctimas, claro está, es la sensación de incongruencia que se produce ente los discursos oficiales sobre el papel de nuestras tropas en Afganistán y el mensaje, de la misma semana pasada, anunciando la retirada de allí. Ha dicho hace unos minutos Carme Chacón, la ministra de defensa, y ha dicho bien, que estos soldados han muerto por defender a los afganos y al resto del mundo de los terroristas. Y en efecto, así ha sido. Sin embargo esto no cuadra con la estrategia de retirada, casi huida, que los occidentales hemos empezado a orquestar bajo la batuta de EE.UU. En Afganistán el trabajo no está hecho, casi ni ha comenzado. El país sigue sumido en el caos absoluto, las fuerzas de seguridad del gobierno afgano son mero papel mojado y el proceso de traspaso de poder a dicho gobierno y ejército no es sino una formalidad para que se pueden sacar unas fotos y podamos huir de la manera más decorosa posible. Si dentro de año y medio o dos años las tropas han desaparecido de allí, y los talibanes vuelven a tomar el poder, ¿para qué habrá servido todo el esfuerzo y gasto de estos años? ¿Para qué las campañas de propaganda justificando una guerra, justificable, que ha dado estos frutos? ¿Para qué la muerte de los dos soldados de hoy, y de los heridos de ayer? ¿Y de los que fallezcan mañana? Los asesores de los políticos occidentales van a tener que fabrica un argumentario, así se llama ahora, que justifique la salida en base a las causas por las que desde hace diez años defendemos la permanencia. Incoherente, ¿verdad?
De momento hoy y mañana toca recoger los cadáveres del sargento Manuel Argudín Perrino, de 34 años, y la soldado Niyireth Pineda Marín, de 31, traerlos de vuelta, honrarlos y acompañar en el duelo a sus familias. Pero luego tendremos que reflexionar mucho sobre el fracaso de la misión y sus consecuencias. Dije en un artículo la semana pasada que la retirada anunciada por Obama es asumir la derrota de la guerra en Afganistán. Por lo que se ve los talibanes son los primeros que han entendido ese discurso, y de una manera mucho más clara de lo que los estrategas occidentales son capaces de asimilar.
Como en, por ejemplo, Afganistán. Ayer, bajo un sol inmisericorde que castigaba con fuerza unas montañas que no eran más que un erial, dos soldados españoles murieron al explotar bajo su vehículo blindado una carga explosiva. Un chico y una chica, de Gijón y Colombia, que vieron como sus vidas terminaban en el polvoriento Afganistán. Hace una semana tuvo lugar otro atentado similar, que en este caso afortunadamente sólo ocasionó heridos, pero ya se advirtió que la carga explosiva que se había puesto era más elevada de lo habitual. En esto los talibanes no son tontos. Antes reventaban los viejos BMR con una carga dada, pero al poner en servicio los nuevos blindados lince descubrieron que sus explosivos no podían con ello. ¿Solución? Más explosivo, y así hasta que sea necesario. Quizás el atentado de la semana pasada fuera un ensayo y el de ayer fue el de verdad. Lo cierto es que la carga era mucha y ya han comprobado que suficiente para causar víctimas. Así que la ventaja estratégica que hemos tenido durante unos meses contando con unos medios técnicos superiores se ha vuelto a esfumar. Nuestros soldados y los talibanes vuelven a estar nivelados. Es lo que tiene la guerra, que cada bando aprende del otro y usa lo aprendido para atacar nuevamente, y así en progresión. Creo que lo más importante del atentado de ayer, a parte de las dos víctimas, claro está, es la sensación de incongruencia que se produce ente los discursos oficiales sobre el papel de nuestras tropas en Afganistán y el mensaje, de la misma semana pasada, anunciando la retirada de allí. Ha dicho hace unos minutos Carme Chacón, la ministra de defensa, y ha dicho bien, que estos soldados han muerto por defender a los afganos y al resto del mundo de los terroristas. Y en efecto, así ha sido. Sin embargo esto no cuadra con la estrategia de retirada, casi huida, que los occidentales hemos empezado a orquestar bajo la batuta de EE.UU. En Afganistán el trabajo no está hecho, casi ni ha comenzado. El país sigue sumido en el caos absoluto, las fuerzas de seguridad del gobierno afgano son mero papel mojado y el proceso de traspaso de poder a dicho gobierno y ejército no es sino una formalidad para que se pueden sacar unas fotos y podamos huir de la manera más decorosa posible. Si dentro de año y medio o dos años las tropas han desaparecido de allí, y los talibanes vuelven a tomar el poder, ¿para qué habrá servido todo el esfuerzo y gasto de estos años? ¿Para qué las campañas de propaganda justificando una guerra, justificable, que ha dado estos frutos? ¿Para qué la muerte de los dos soldados de hoy, y de los heridos de ayer? ¿Y de los que fallezcan mañana? Los asesores de los políticos occidentales van a tener que fabrica un argumentario, así se llama ahora, que justifique la salida en base a las causas por las que desde hace diez años defendemos la permanencia. Incoherente, ¿verdad?
De momento hoy y mañana toca recoger los cadáveres del sargento Manuel Argudín Perrino, de 34 años, y la soldado Niyireth Pineda Marín, de 31, traerlos de vuelta, honrarlos y acompañar en el duelo a sus familias. Pero luego tendremos que reflexionar mucho sobre el fracaso de la misión y sus consecuencias. Dije en un artículo la semana pasada que la retirada anunciada por Obama es asumir la derrota de la guerra en Afganistán. Por lo que se ve los talibanes son los primeros que han entendido ese discurso, y de una manera mucho más clara de lo que los estrategas occidentales son capaces de asimilar.
viernes, junio 24, 2011
Nos vamos de Afganistán
Hoy les voy a dar descanso griego, y no será porque la jornada de ayer no fue intensa, no. La semana que viene aún lo será más, por lo que tiempo habrá de comentar lo que pase. En vez de analizar las ruinas de Atenas, veamos el panorama desde la no menos ruinosa Kabul, o mejor desde su extrarradio, porque nos vamos de allí. Salió Obama el Miércoles en una comparecencia oficial anunciando que en 2012 se retirará el grueso de las tropas norteamericanas de ese país, y que la guerra se dará por finalizada. Tiempo ha faltado para que el resto de aliados aplauda la decisión y anuncie que también se van.
Este año se cumple el décimo aniversario del atentado del 11S y de la consiguiente invasión de Afganistán. Diez años de guerra, cuyo balance resulta, visto de manera superficial, deprimente. Si entramos en detalles la cosa empeora. Las tropas internacionales (EEUU y unos acompañantes simbólicos) no han logrado en este tiempo no ya estabilizar, ni siquiera controlar el país. Zonas enteras de Afganistán siguen siendo lugares de acceso vetado para los ejércitos occidentales, donde a saber que pasa. Kabul y sus alrededores han logrado cierta estabilidad, rota por el tradicional atentado de casi todos los días, pero fuera de ahí el panorama es triste. La pobreza de al población sigue siendo inmensa, el sometimiento de las mujeres no cesa y los talibanes, reorganizados y rearmados, mantienen ofensivas durante varias semanas, mostrando sus intenciones de reconquistar el poder en cuanto les sea posible. Es difícil saber que va a pasar allí cuando las tropas americanas se vayan, pero no creo equivocarme demasiado si supongo que el gobierno de Kharzai caerá como fruta madura, las exportaciones de opio aumentarán aún más y el sometimiento de la población a la sharia de los iluminados talibanes se intensificará. Más difícil es saber qué va a pasar en la relación Afganistán Pakistán. El que Bin Laden fuera eliminado por los EEUU abrió, en parte, la puerta a esta retirada, pero el que estuviera en Afganistán, bien cuidado, puso aún más de manifiesto que esa zona es un problema que debe abordarse de manera conjunta y decidida. Cuando Obama llegó a al Casa Blanca su mensaje era el de retirarse de Irak y potenciar los esfuerzos en lo que se llamó Af-Pak, para unificar bajo un mismo término a toda la región. Era una iniciativa lógica, porque de Irak no vino el terrorismo, y de Af-Pak sí. Pocos años después la realidad es que Af-Pak se descontrola cada vez un poco más, y que la intervención se deshace. Muchas son las causas que han provocado este estado de cosas, desde el agotamiento del ejército norteamericano, entrenado para guerras cortas, intensas y de tipo clásico, pero que se ha mostrado incapaz ante una guerrilla de desgaste continuada, intensa y en un terreno inhóspito. Al igual que los rusos, y antes los ingleses, los americanos han visto como su potencia militar de poco les ha servido en los pedregales afganos. Es cierto que occidente usa su tecnología militar con escrúpulos, y que si deseara arrasarlo todo podría hacerlo, técnicamente hablando, pero eso no serviría de mucho. Frente a ellos, los talibanes exprimen al máximo las posibilidades de su rudimentario armamento, y se cobran lenta pero incesantemente vidas de jóvenes americanos que llegan de vuelta a sus residencias envueltos en la bandera de las barras y estrellas. El talibán ha usado muy bien su estrategia de largo plazo, y ha vendido.
Y no se puede obviar el otro factor que condiciona la retirada, y es que Afganistán le cuesta a EEUU unos dos mil millones de dólares al mes. En medio de una crisis inacabable y con un déficit fiscal imparable, lo de Obama del Miércoles, en el fondo, era una medida de recorte de gasto público. Un intento de reducir costes y destinar parte de esa inversión a las necesidades de al economía doméstica norteamericana, que son muchas. En fin, se puede decir, alto y claro, aunque no lo verán escrito en los medios, que hemos perdido la guerra de Afganistán.
Este año se cumple el décimo aniversario del atentado del 11S y de la consiguiente invasión de Afganistán. Diez años de guerra, cuyo balance resulta, visto de manera superficial, deprimente. Si entramos en detalles la cosa empeora. Las tropas internacionales (EEUU y unos acompañantes simbólicos) no han logrado en este tiempo no ya estabilizar, ni siquiera controlar el país. Zonas enteras de Afganistán siguen siendo lugares de acceso vetado para los ejércitos occidentales, donde a saber que pasa. Kabul y sus alrededores han logrado cierta estabilidad, rota por el tradicional atentado de casi todos los días, pero fuera de ahí el panorama es triste. La pobreza de al población sigue siendo inmensa, el sometimiento de las mujeres no cesa y los talibanes, reorganizados y rearmados, mantienen ofensivas durante varias semanas, mostrando sus intenciones de reconquistar el poder en cuanto les sea posible. Es difícil saber que va a pasar allí cuando las tropas americanas se vayan, pero no creo equivocarme demasiado si supongo que el gobierno de Kharzai caerá como fruta madura, las exportaciones de opio aumentarán aún más y el sometimiento de la población a la sharia de los iluminados talibanes se intensificará. Más difícil es saber qué va a pasar en la relación Afganistán Pakistán. El que Bin Laden fuera eliminado por los EEUU abrió, en parte, la puerta a esta retirada, pero el que estuviera en Afganistán, bien cuidado, puso aún más de manifiesto que esa zona es un problema que debe abordarse de manera conjunta y decidida. Cuando Obama llegó a al Casa Blanca su mensaje era el de retirarse de Irak y potenciar los esfuerzos en lo que se llamó Af-Pak, para unificar bajo un mismo término a toda la región. Era una iniciativa lógica, porque de Irak no vino el terrorismo, y de Af-Pak sí. Pocos años después la realidad es que Af-Pak se descontrola cada vez un poco más, y que la intervención se deshace. Muchas son las causas que han provocado este estado de cosas, desde el agotamiento del ejército norteamericano, entrenado para guerras cortas, intensas y de tipo clásico, pero que se ha mostrado incapaz ante una guerrilla de desgaste continuada, intensa y en un terreno inhóspito. Al igual que los rusos, y antes los ingleses, los americanos han visto como su potencia militar de poco les ha servido en los pedregales afganos. Es cierto que occidente usa su tecnología militar con escrúpulos, y que si deseara arrasarlo todo podría hacerlo, técnicamente hablando, pero eso no serviría de mucho. Frente a ellos, los talibanes exprimen al máximo las posibilidades de su rudimentario armamento, y se cobran lenta pero incesantemente vidas de jóvenes americanos que llegan de vuelta a sus residencias envueltos en la bandera de las barras y estrellas. El talibán ha usado muy bien su estrategia de largo plazo, y ha vendido.
Y no se puede obviar el otro factor que condiciona la retirada, y es que Afganistán le cuesta a EEUU unos dos mil millones de dólares al mes. En medio de una crisis inacabable y con un déficit fiscal imparable, lo de Obama del Miércoles, en el fondo, era una medida de recorte de gasto público. Un intento de reducir costes y destinar parte de esa inversión a las necesidades de al economía doméstica norteamericana, que son muchas. En fin, se puede decir, alto y claro, aunque no lo verán escrito en los medios, que hemos perdido la guerra de Afganistán.
miércoles, junio 22, 2011
Grecia se desgracia
Ayer, en una sesión retransmitida en directo por las televisiones de todo el mundo, el gobierno griego ganó la cuestión de confianza que le permite presentar en lo que queda de semana, y la próxima, un nuevo plan de recortes, condición impuesta por la Unión Europea para darle el último tramo del primer plan de rescate, acordado hace un año. No hubo sorpresas en la votación, el resultado fue el esperado. Lo que no se sabes es lo que va a suceder los próximos días, si finalmente el parlamento griego aprobará los nuevos recortes, y si en el fondo servirán de algo. Me atrevo a contestar esta última pregunta con un No.
Hablar de Grecia es hacerlo, entre otras cosas, de historia antigua, de míticas batallas y de guerreros conocidos por todos. En su entrada diaria en la Brújula de Onda Cero, Ignacio Camacho se refería a la batalla de Salamina, en la que los griegos derrotaron a los persas e impidieron definitivamente el avance de estos últimos sobre el occidente europeo. Decía Ignacio que Grecia se enfrenta estos días a otra Salamina, también de una importancia decisiva, pero que no parece que entre el bando heleno se encuentre Temístocles o algún otro gran estratega. De hecho se corre el riesgo de que la historia de referencia de los griegos sea la batalla de las Termópilas, que se desarrolló poco antes de la de Salamina, igualmente cargada de mito y leyenda, pero en la que Leónidas y los hoplitas espartanos perdieron frente a un ejército persa mucho más numeroso. En este caso Grecia se enfrenta al imparable ejército de la deuda, que amenaza con arrasarlo todo. Los préstamos de la UE son tan inútiles que su mera finalidad es destinarlos directamente a cubrir vencimientos mensuales. Grecia se financia para llegar a fin de mes, y sin esa asistencia no puede vivir. Me decía a principios de semana una amiga mía, gran profesional, bien informada y con mejores contactos, que la UE no puede permitirse la quiebra de Grecia, a lo que yo le dije que tenía razón, pero que como Grecia YA está quebrada, lo que trata la UE es de no hacerlo público y no admitir las consecuencias que de ello se derivan. Los planes de recorte que apruebe Atenas, más o menos duros, no servirán para mucho, porque los intereses de la deuda crecen más deprisa que el crecimiento nominal del país, por lo que la suma de intereses y principal no deja de aumentar. Es imposible. La UE debe decidir cómo declarar y afrontar la quiebra griega, cómo definir las quitas que los tenedores de deuda, públicos y privados, van a soportar, y debe hacerlo cuando antes. La sensación de parón que se percibe en Bruselas es demoledora para los intereses de los países que formamos la Unión. Probablemente la declaración de quiebra nos lleve a lo que ya se llama “momento Lehmann” con inevitables caídas bursátiles, situaciones de pánico financiero y descontrol, pero de no hacerlo ya, esas experiencias negativas se darán inevitablemente en el futuro, y con mayor virulencia. Grecia debe hacer muchos recortes y reformas, sí, pero no podrá devolver toda su deuda. Nunca. Todo esto, como no, es mi opinión, Si ustedes leen hoy artículos en prensa podrán encontrar variados y consistentes argumentos para hacer una cosa, su contraria o las dos a la vez, lo que es un síntoma de lo desorientados que estamos y de la inmensa y compleja dimensión del problema al que nos enfrentamos.
Una de las causas de haber llegado a esta situación tan lamentable es que nos hemos mentido a nosotros mismos minusvalorando las dimensiones del problema, y nuestros dirigentes nos han mentido aún más. En 1940 Churchill no prometió una victoria rápida sobre Alemania, sino sangre, sudor y lágrimas. ¿Dónde están los Churchill de 2011? ¿Tanto miedo da decir la verdad y perder elecciones? De todas maneras, gobierne quien gobierne, va a perder, por lo que, ¿por qué mentir y ocultar? Tras cuatro años de sucedáneos es imposible ocultar la auténtica dimensión de la crisis. . Es hora de que empecemos a gestionarla de verdad, cueste lo que cueste y, parafraseando a ZP, nos cueste lo que nos cueste. Será mucho.
Mañana Jueves 23, es fiesta en Madrid, hasta el Viernes!!!
Hablar de Grecia es hacerlo, entre otras cosas, de historia antigua, de míticas batallas y de guerreros conocidos por todos. En su entrada diaria en la Brújula de Onda Cero, Ignacio Camacho se refería a la batalla de Salamina, en la que los griegos derrotaron a los persas e impidieron definitivamente el avance de estos últimos sobre el occidente europeo. Decía Ignacio que Grecia se enfrenta estos días a otra Salamina, también de una importancia decisiva, pero que no parece que entre el bando heleno se encuentre Temístocles o algún otro gran estratega. De hecho se corre el riesgo de que la historia de referencia de los griegos sea la batalla de las Termópilas, que se desarrolló poco antes de la de Salamina, igualmente cargada de mito y leyenda, pero en la que Leónidas y los hoplitas espartanos perdieron frente a un ejército persa mucho más numeroso. En este caso Grecia se enfrenta al imparable ejército de la deuda, que amenaza con arrasarlo todo. Los préstamos de la UE son tan inútiles que su mera finalidad es destinarlos directamente a cubrir vencimientos mensuales. Grecia se financia para llegar a fin de mes, y sin esa asistencia no puede vivir. Me decía a principios de semana una amiga mía, gran profesional, bien informada y con mejores contactos, que la UE no puede permitirse la quiebra de Grecia, a lo que yo le dije que tenía razón, pero que como Grecia YA está quebrada, lo que trata la UE es de no hacerlo público y no admitir las consecuencias que de ello se derivan. Los planes de recorte que apruebe Atenas, más o menos duros, no servirán para mucho, porque los intereses de la deuda crecen más deprisa que el crecimiento nominal del país, por lo que la suma de intereses y principal no deja de aumentar. Es imposible. La UE debe decidir cómo declarar y afrontar la quiebra griega, cómo definir las quitas que los tenedores de deuda, públicos y privados, van a soportar, y debe hacerlo cuando antes. La sensación de parón que se percibe en Bruselas es demoledora para los intereses de los países que formamos la Unión. Probablemente la declaración de quiebra nos lleve a lo que ya se llama “momento Lehmann” con inevitables caídas bursátiles, situaciones de pánico financiero y descontrol, pero de no hacerlo ya, esas experiencias negativas se darán inevitablemente en el futuro, y con mayor virulencia. Grecia debe hacer muchos recortes y reformas, sí, pero no podrá devolver toda su deuda. Nunca. Todo esto, como no, es mi opinión, Si ustedes leen hoy artículos en prensa podrán encontrar variados y consistentes argumentos para hacer una cosa, su contraria o las dos a la vez, lo que es un síntoma de lo desorientados que estamos y de la inmensa y compleja dimensión del problema al que nos enfrentamos.
Una de las causas de haber llegado a esta situación tan lamentable es que nos hemos mentido a nosotros mismos minusvalorando las dimensiones del problema, y nuestros dirigentes nos han mentido aún más. En 1940 Churchill no prometió una victoria rápida sobre Alemania, sino sangre, sudor y lágrimas. ¿Dónde están los Churchill de 2011? ¿Tanto miedo da decir la verdad y perder elecciones? De todas maneras, gobierne quien gobierne, va a perder, por lo que, ¿por qué mentir y ocultar? Tras cuatro años de sucedáneos es imposible ocultar la auténtica dimensión de la crisis. . Es hora de que empecemos a gestionarla de verdad, cueste lo que cueste y, parafraseando a ZP, nos cueste lo que nos cueste. Será mucho.
Mañana Jueves 23, es fiesta en Madrid, hasta el Viernes!!!
martes, junio 21, 2011
El sueño del avión hipersónico
Estos días se celebra en Le Bourget, en los alrededores de París, la feria aeronáutica más importante del mundo, en la que las distintas empresas involucradas en el sector presentan sus apuestas y novedades. El aéreo es uno de los sectores industriales más competitivos y complejos que existen, donde la innovación tecnológica es constante y las inversiones que se deben efectuar son inmensas y normalmente se amortizan al cabo de muchos años. De hecho esta feria sirve también como escaparate para prototipos y diseños conceptuales, futuristas y chocantes.
Así, frente al tradicional duelo entre Boeing y Airbus, que esta vez se miran a cara de perro con sus modelos 737 y A380, la noticia para el gran público estaba ayer en el diseño que presentó la europea EADS sobre un avión hipersónico, capaz de cruzar medio mundo en un instante, y lograr que el vuelo entre Madrid y Tokyo se haga en poco más de dos horas, algo impensable a día de hoy. El prototipo de avión, con una capacidad máxima de entorno a los cien pasajeros, se asemeja más a un cohete estilizado, en el que la mitad del fuselaje consiste en motores y tanques de combustible. Capaz de alcanzar velocidades cuatro veces superiores a las del sonido, dejaría muy atrás los registros alcanzados por el Concorde, hasta le momento el único proyecto de avión comercial supersónico que ha existido, y supondría una revolución en los vuelos a muy larga distancia. Sin embargo al leer la noticia uno empieza a desalentarse, y no porque se estime que el precio del pasaje se sitúe en torno a los 6.000 euros, sino porque se prevé que pueda volar en 2050. Eso es dentro de casi cuarenta años, una cifra inmensa y, a mi entender, demasiado lejana. Esto me hizo recordar que ya en los ochenta, con un Concorde a pleno rendimiento, se hablaba de una nueva generación de aviones de este tipo que surcarían los cielos de todo el mundo allá por el 2015. Un cuarto de siglo después lo que hemos visto es que los aviones que nos transportan no han sufrido variaciones muy significativas, ni en capacidad ni en prestaciones. Las grandes novedades del transporte aéreo han venido por la reducción del precio del mismo, el fenómeno low cost, la paralela reducción de espacio entre asientos, fenómeno que no tiene nombre porque ya no hay espacio ni para poder definirlo, y la elefantiasis que ha afectado a los aeropuertos, que se han convertido en monstruosas ciudades, inmanejables en muchos casos, y que son tan complejos e inmensos que hacen que llegar y salir de ellos pueda ser en muchos casos más difícil que hacerlo de la propia ciudad de destino. Otra gran novedad aérea ha sido la de la seguridad, derivada del terrorismo, y en especial de los atentados del 11S. Desde entonces volar no ha sido lo mismo, y para mucha gente coger el avión se ha convertido en sinónimo de engorro, vejación y molestia. El sector cambia día a día y la tecnología lo ha transformado. Ya no hay billetes de avión, las tarjetas de embarque se pueden imprimir tranquilamente en la ofician o en casa, y la selección de ofertas a través de Internet hace que a veces sea más sencillo comprar vuelos que fruta en una tienda de barrio. Sin embargo, curiosamente, se sigue tardando prácticamente lo mismo en ir desde Madrid a Nueva York hoy que hace veinte o treinta años. O más si se piensa que el Concorde ya no existe. Los tiempos de vuelo no se han reducido, y los aviones, más eficientes en su consumo y económicos, hacen los trayectos a un menor coste de pasajero por kilómetro, cosa que permite la existencia del low cost, pero el tiempo de vuelo, eso es inmutable.
Visto así, parece que la tecnología aérea se ha estancado. Evidentemente eso no es cierto, pero en lo que respecta a velocidad de vuelo sí es verdad que desde hace décadas no hay novedades significativas. El alto precio del petróleo a desincentivado el desarrollo de motores muy potentes y, a día de de hoy, demasiado tragones de queroseno. Por lo tanto, curioso el modelo de avión presentado, pero me da que corre el riesgo de quedarse en un proyecto bonito e interesante, sin ir más allá. Confiemos en que eso no ocurra y lo veamos volar, a ser posible antes del lejano 2050.
Así, frente al tradicional duelo entre Boeing y Airbus, que esta vez se miran a cara de perro con sus modelos 737 y A380, la noticia para el gran público estaba ayer en el diseño que presentó la europea EADS sobre un avión hipersónico, capaz de cruzar medio mundo en un instante, y lograr que el vuelo entre Madrid y Tokyo se haga en poco más de dos horas, algo impensable a día de hoy. El prototipo de avión, con una capacidad máxima de entorno a los cien pasajeros, se asemeja más a un cohete estilizado, en el que la mitad del fuselaje consiste en motores y tanques de combustible. Capaz de alcanzar velocidades cuatro veces superiores a las del sonido, dejaría muy atrás los registros alcanzados por el Concorde, hasta le momento el único proyecto de avión comercial supersónico que ha existido, y supondría una revolución en los vuelos a muy larga distancia. Sin embargo al leer la noticia uno empieza a desalentarse, y no porque se estime que el precio del pasaje se sitúe en torno a los 6.000 euros, sino porque se prevé que pueda volar en 2050. Eso es dentro de casi cuarenta años, una cifra inmensa y, a mi entender, demasiado lejana. Esto me hizo recordar que ya en los ochenta, con un Concorde a pleno rendimiento, se hablaba de una nueva generación de aviones de este tipo que surcarían los cielos de todo el mundo allá por el 2015. Un cuarto de siglo después lo que hemos visto es que los aviones que nos transportan no han sufrido variaciones muy significativas, ni en capacidad ni en prestaciones. Las grandes novedades del transporte aéreo han venido por la reducción del precio del mismo, el fenómeno low cost, la paralela reducción de espacio entre asientos, fenómeno que no tiene nombre porque ya no hay espacio ni para poder definirlo, y la elefantiasis que ha afectado a los aeropuertos, que se han convertido en monstruosas ciudades, inmanejables en muchos casos, y que son tan complejos e inmensos que hacen que llegar y salir de ellos pueda ser en muchos casos más difícil que hacerlo de la propia ciudad de destino. Otra gran novedad aérea ha sido la de la seguridad, derivada del terrorismo, y en especial de los atentados del 11S. Desde entonces volar no ha sido lo mismo, y para mucha gente coger el avión se ha convertido en sinónimo de engorro, vejación y molestia. El sector cambia día a día y la tecnología lo ha transformado. Ya no hay billetes de avión, las tarjetas de embarque se pueden imprimir tranquilamente en la ofician o en casa, y la selección de ofertas a través de Internet hace que a veces sea más sencillo comprar vuelos que fruta en una tienda de barrio. Sin embargo, curiosamente, se sigue tardando prácticamente lo mismo en ir desde Madrid a Nueva York hoy que hace veinte o treinta años. O más si se piensa que el Concorde ya no existe. Los tiempos de vuelo no se han reducido, y los aviones, más eficientes en su consumo y económicos, hacen los trayectos a un menor coste de pasajero por kilómetro, cosa que permite la existencia del low cost, pero el tiempo de vuelo, eso es inmutable.
Visto así, parece que la tecnología aérea se ha estancado. Evidentemente eso no es cierto, pero en lo que respecta a velocidad de vuelo sí es verdad que desde hace décadas no hay novedades significativas. El alto precio del petróleo a desincentivado el desarrollo de motores muy potentes y, a día de de hoy, demasiado tragones de queroseno. Por lo tanto, curioso el modelo de avión presentado, pero me da que corre el riesgo de quedarse en un proyecto bonito e interesante, sin ir más allá. Confiemos en que eso no ocurra y lo veamos volar, a ser posible antes del lejano 2050.
lunes, junio 20, 2011
¿Tiene ideología el arte? (para Russian Red)
El viernes me topé con una de esas noticias que, sino indignación, si me enervan, y bastante, porque muestran hasta que punto es tonto el mundo en el que vivimos. El asunto se relaciona con unas declaraciones efectuadas por la cantante Lourdes Hernández, conocida por su seudónimo, Russian Red, en las que afirma sentir más afinidad con las ideas de la derecha. Esto, según el articulista, ha generado una intensa polémica y el texto de la noticia consiste en una serie de entrevistas a cantantes variados para que expresen su opinión política y que opinen sobre Russian Red y su apuesta por la derecha.
Y mi pregunta es dónde está la polémica. Porque no se ustedes, pero yo cuando oigo música no pienso para nada en la ideología del compositor, entre otras cosas porque lo ignoró. Me da igual. Russian Red puede ser de derechas, izquierdas, apátrida, medio pensionista o afiliada al Hare Krisna, me da igual. Lo que me interesa de ella son sus canciones, melodías y sonidos. Sus opiniones son libres y como tales deben ser tomadas. No me gustó, por tanto, el tono de cierta superioridad moral que destilaba el artículo, viniendo a decir algo así como “Russian, qué equivocada estás, a ver si te hacemos ver qué es lo correcto”. Porque se supone que los artistas son de izquierdas, suposición que yo no se muy bien de donde sale, ni en qué se fundamenta, ni siquiera qué valor posee. De primeras, muchos de los que se proclaman de izquierdas en sus entrevistas están forrados y llevan un tren de vida propio de ricos y potentados, alardeando de sus mansiones y gastándose fortunas en extravagancias. De vez en cuando aportan una pequeña calderilla de sus ingresos a obras comprometidas, y declaraciones de prensa mediante, consiguen la absolución mediática a su forma de vida y alabanza progresista. Curiosamente ayer venía en la revista dominical de El País una entrevista a un modisto que posee ya su propio imperio y que retrata perfectamente esta doble moral. Su titular lo dice todo” Soy comunista de corazón y fascista de bolsillo” y probablemente este sujeto sea catalogado de “izquierdas” por decir algo así, cuando lo que demuestra es que, como casi todo el mundo, no posee ideología, sino un mero ansia de poseer, que el capitalismo que tanto dice odiar, pero que en el fondo ama, le ha saciado. Curiosa hipocresía. No es nuevo que las ideologías, de izquierdas y derechas, traten de usar a artistas y personajes de la vida pública como estandarte para transmitir su mensaje, siempre ha pasado y pasará, ni tampoco es novedad que quienes se niegan a participar en ese juego, o se salen de lo establecido, son castigados y tratados como traidores. El intelectual orgánico, palabro bastante feo pero que refleja muy bien a aquellos que tiran su compromiso a la basura a cambio de poder, moqueta y coche oficial, es una especie que abunda en todos los ecosistemas de gobierno, sean del PP o del PSOE, y en un país como España, donde la subvención se reparte con una generosidad impropia de nuestra penuria, aún más. Qué cantante o artista se va a llevar mal con el alcalde, presidente de comunidad o gobierno si corre el riesgo de perder la subvención correspondiente. Así, el compromiso militante se acaba convirtiendo en un mero juego de intereses. En este sentido la declaración de Russian Red me parece de una enorme valentía, porque se sale de lo establecido, de la dictadura de lo políticamente correcto, y muestra hasta cierto punto su ingenuidad. Quizás ahora empiece a descubrir lo cruel que es el mundo en el que vive y lo cainita que es su país, es España de rencores y envidias siempre a punto de ser lanzadas contra quién se salga de lo establecido.
En cierto modo, y a escala, esto me recuerda a la polémica de la que hablé hace unos meses sobre la suspensión en Francia del homenaje a Celine por sus escritos fascistas y antisemitas. Lo dije entonces, lo repito ahora y lo diré siempre. La obra de un autor es independiente de su vida. Un compositor será comunista, fascista, trotskista, anarquista, afrancesado, liberal, burgués o anacoreta, pero por encima de todo es compositor. Es su obra lo que debe ser juzgada, no algo tan simple y esquemático como su ideología. Y es que los escritos, dibujos, y obras de arte en general son mucho más duraderos que esas banalidades con las que juzgamos y etiquetamos a las personas.
Y mi pregunta es dónde está la polémica. Porque no se ustedes, pero yo cuando oigo música no pienso para nada en la ideología del compositor, entre otras cosas porque lo ignoró. Me da igual. Russian Red puede ser de derechas, izquierdas, apátrida, medio pensionista o afiliada al Hare Krisna, me da igual. Lo que me interesa de ella son sus canciones, melodías y sonidos. Sus opiniones son libres y como tales deben ser tomadas. No me gustó, por tanto, el tono de cierta superioridad moral que destilaba el artículo, viniendo a decir algo así como “Russian, qué equivocada estás, a ver si te hacemos ver qué es lo correcto”. Porque se supone que los artistas son de izquierdas, suposición que yo no se muy bien de donde sale, ni en qué se fundamenta, ni siquiera qué valor posee. De primeras, muchos de los que se proclaman de izquierdas en sus entrevistas están forrados y llevan un tren de vida propio de ricos y potentados, alardeando de sus mansiones y gastándose fortunas en extravagancias. De vez en cuando aportan una pequeña calderilla de sus ingresos a obras comprometidas, y declaraciones de prensa mediante, consiguen la absolución mediática a su forma de vida y alabanza progresista. Curiosamente ayer venía en la revista dominical de El País una entrevista a un modisto que posee ya su propio imperio y que retrata perfectamente esta doble moral. Su titular lo dice todo” Soy comunista de corazón y fascista de bolsillo” y probablemente este sujeto sea catalogado de “izquierdas” por decir algo así, cuando lo que demuestra es que, como casi todo el mundo, no posee ideología, sino un mero ansia de poseer, que el capitalismo que tanto dice odiar, pero que en el fondo ama, le ha saciado. Curiosa hipocresía. No es nuevo que las ideologías, de izquierdas y derechas, traten de usar a artistas y personajes de la vida pública como estandarte para transmitir su mensaje, siempre ha pasado y pasará, ni tampoco es novedad que quienes se niegan a participar en ese juego, o se salen de lo establecido, son castigados y tratados como traidores. El intelectual orgánico, palabro bastante feo pero que refleja muy bien a aquellos que tiran su compromiso a la basura a cambio de poder, moqueta y coche oficial, es una especie que abunda en todos los ecosistemas de gobierno, sean del PP o del PSOE, y en un país como España, donde la subvención se reparte con una generosidad impropia de nuestra penuria, aún más. Qué cantante o artista se va a llevar mal con el alcalde, presidente de comunidad o gobierno si corre el riesgo de perder la subvención correspondiente. Así, el compromiso militante se acaba convirtiendo en un mero juego de intereses. En este sentido la declaración de Russian Red me parece de una enorme valentía, porque se sale de lo establecido, de la dictadura de lo políticamente correcto, y muestra hasta cierto punto su ingenuidad. Quizás ahora empiece a descubrir lo cruel que es el mundo en el que vive y lo cainita que es su país, es España de rencores y envidias siempre a punto de ser lanzadas contra quién se salga de lo establecido.
En cierto modo, y a escala, esto me recuerda a la polémica de la que hablé hace unos meses sobre la suspensión en Francia del homenaje a Celine por sus escritos fascistas y antisemitas. Lo dije entonces, lo repito ahora y lo diré siempre. La obra de un autor es independiente de su vida. Un compositor será comunista, fascista, trotskista, anarquista, afrancesado, liberal, burgués o anacoreta, pero por encima de todo es compositor. Es su obra lo que debe ser juzgada, no algo tan simple y esquemático como su ideología. Y es que los escritos, dibujos, y obras de arte en general son mucho más duraderos que esas banalidades con las que juzgamos y etiquetamos a las personas.
viernes, junio 17, 2011
Los políticos USA y la entrepierna
Pese a que lo de Grecia es lo más grave que estamos viviendo, y las consecuencias de lo que allí suceda pueden ser devastadoras para toda Europa, y en particular para nuestra maltrecha España, no quiero hoy escribir sobre eso, demasiados días vendrán para ello, sino que quiero fijarme en el último de los escándalos “made in USA” que ha azotado a uno de los políticos norteamericanos. En este caso el protagonista se llama Anthony Weiner, valor emergente del partido demócrata, que incluso llegó a sonar como candidato a la alcaldía de Nueva York en las elecciones de, me suena, 2013. Eso fue hace poco. Ahora Weiner esta en paro.
La historia es casi la de siempre. Político casado, poseedor de una imagen familiar intachable, que se ve envuelto en un asunto de faldas con un componente más o menos erótico, depende del caso, que lo niega todo y jura a los cuatro vientos que nunca ha engañado a su mujer y todo es un montaje. Al final admite que sí, le puso los cuernos con la que fuera y, compungido, pide perdón y desaparece humillado. Siempre es igual, sólo varían los matices y el grado de obscenidad de la historia. En este caso Weiner se ha convertido en un cornudo 2.0, porque ha usado twitter para mandar fotos suyas subidas de tono a una joven, cosa que parece bastante habitual entre parejas, e incluso ha creado subredes de sexdating, por así llamarlo, en las que los usuarios se intercambian material erótico y pornográfico de cara a futuros encuentros, o como recuerdo de los habidos en el pasado (“mira que acaramelados estábamos mientras me lo hacías”). Lo que me choca de este asunto es la profunda estupidez que ha mostrado Weiner, porque conociendo los antecedentes, muy numerosos, hace falta ser tonto para usar una red social a la que todo el mundo puede acceder con un fin tan privado y que posee tal potencial de riesgo. De hecho mucha gente que trastea continuamente por twitter o facebook husmeando, entrando y saliendo en los perfiles de gente conocida para ver si se entera de algo interesante. El que los políticos mismos usen twitter como medio de comunicación y difusión de sus mensajes aumenta la sensación de que en esa red, y para estos personajes, la privacidad no existe. Y va Weiner y pone allí sus fotos. Lo dicho, una pifia de las gordas, que casi reclamaría su dimisión por incompetente. Más allá del asunto moral, que aquí se ve como algo laxo y en EEUU es mucho más serio, lo de Weiner vuelve a demostrar que los electores americanos quizás puedan consentir el adulterio de sus políticos, pero desde luego lo que no van a tolerar es que les mientan. En todos estos casos el político pillado en paños menores tira de la teoría de al conspiración, negando el asunto y acusando a todo el mundo, por lo que se convierte en un blanco fácil y jugoso para la prensa, sabedora de que si encuentra una falla en su historia la explotará hasta sacarle todo el jugo posible. El caso más claro de este comportamiento tuvo lugar en los ochenta, si no recuerdo mal, y afectó a Gary Hart, senador y aspirante demócrata a la presidencia. Hart era un candidato atractivo, con aire moderno y con posibilidades frente al nominado republicano, Bush padre. Sin embargo era un mujeriego imprudente. En el proceso de primarias demócratas, cuando iba por buen camino, salió a la luz una supuesta amante con la que Hart mantenía relaciones desde hacía tiempo. Él se encaró con la prensa, negó las acusaciones y, en el mayor error de su carrera, retó a los medios a que encontrasen pruebas del adulterio. Estos, oliendo carne fresca, se lanzaron a por ella, y no pasaron muchos días hasta que algunos periódicos y revistas publicaron las imágenes del senador retozando con su amiga. Pillado por completo, y en medio de un ridículo inmenso, Hart renunció, su campaña terminó y su carrera política se marchitó para siempre.
Así que mi consejo para los políticos de EEUU es que lleven puestos tres calzoncillos cuando salgan de casa para no cagarla, pero que si lo hacen y los pillan, lo reconozcan en el acto. Mentir sólo servirá para humillarles aún más. Un acto de contrición con la familia humillada, falso como un euro de chocolate (de momento) puede servir para recuperar el aprecio del votante. Aunque también tienen otra alternativa, y es sacarle rédito a lo que han hecho y vivir a cuenta de ello. Larry Flint, el rey del porno USA, ya ha ofrecido empleo a Weiner, con mejor sueldo que en el Congreso y, ojo, iguales beneficios médicos. Supongo que esto es la versión X del sueño americano, de la nueva oportunidad para reconstruirse, ayudado por el Viagra.
La historia es casi la de siempre. Político casado, poseedor de una imagen familiar intachable, que se ve envuelto en un asunto de faldas con un componente más o menos erótico, depende del caso, que lo niega todo y jura a los cuatro vientos que nunca ha engañado a su mujer y todo es un montaje. Al final admite que sí, le puso los cuernos con la que fuera y, compungido, pide perdón y desaparece humillado. Siempre es igual, sólo varían los matices y el grado de obscenidad de la historia. En este caso Weiner se ha convertido en un cornudo 2.0, porque ha usado twitter para mandar fotos suyas subidas de tono a una joven, cosa que parece bastante habitual entre parejas, e incluso ha creado subredes de sexdating, por así llamarlo, en las que los usuarios se intercambian material erótico y pornográfico de cara a futuros encuentros, o como recuerdo de los habidos en el pasado (“mira que acaramelados estábamos mientras me lo hacías”). Lo que me choca de este asunto es la profunda estupidez que ha mostrado Weiner, porque conociendo los antecedentes, muy numerosos, hace falta ser tonto para usar una red social a la que todo el mundo puede acceder con un fin tan privado y que posee tal potencial de riesgo. De hecho mucha gente que trastea continuamente por twitter o facebook husmeando, entrando y saliendo en los perfiles de gente conocida para ver si se entera de algo interesante. El que los políticos mismos usen twitter como medio de comunicación y difusión de sus mensajes aumenta la sensación de que en esa red, y para estos personajes, la privacidad no existe. Y va Weiner y pone allí sus fotos. Lo dicho, una pifia de las gordas, que casi reclamaría su dimisión por incompetente. Más allá del asunto moral, que aquí se ve como algo laxo y en EEUU es mucho más serio, lo de Weiner vuelve a demostrar que los electores americanos quizás puedan consentir el adulterio de sus políticos, pero desde luego lo que no van a tolerar es que les mientan. En todos estos casos el político pillado en paños menores tira de la teoría de al conspiración, negando el asunto y acusando a todo el mundo, por lo que se convierte en un blanco fácil y jugoso para la prensa, sabedora de que si encuentra una falla en su historia la explotará hasta sacarle todo el jugo posible. El caso más claro de este comportamiento tuvo lugar en los ochenta, si no recuerdo mal, y afectó a Gary Hart, senador y aspirante demócrata a la presidencia. Hart era un candidato atractivo, con aire moderno y con posibilidades frente al nominado republicano, Bush padre. Sin embargo era un mujeriego imprudente. En el proceso de primarias demócratas, cuando iba por buen camino, salió a la luz una supuesta amante con la que Hart mantenía relaciones desde hacía tiempo. Él se encaró con la prensa, negó las acusaciones y, en el mayor error de su carrera, retó a los medios a que encontrasen pruebas del adulterio. Estos, oliendo carne fresca, se lanzaron a por ella, y no pasaron muchos días hasta que algunos periódicos y revistas publicaron las imágenes del senador retozando con su amiga. Pillado por completo, y en medio de un ridículo inmenso, Hart renunció, su campaña terminó y su carrera política se marchitó para siempre.
Así que mi consejo para los políticos de EEUU es que lleven puestos tres calzoncillos cuando salgan de casa para no cagarla, pero que si lo hacen y los pillan, lo reconozcan en el acto. Mentir sólo servirá para humillarles aún más. Un acto de contrición con la familia humillada, falso como un euro de chocolate (de momento) puede servir para recuperar el aprecio del votante. Aunque también tienen otra alternativa, y es sacarle rédito a lo que han hecho y vivir a cuenta de ello. Larry Flint, el rey del porno USA, ya ha ofrecido empleo a Weiner, con mejor sueldo que en el Congreso y, ojo, iguales beneficios médicos. Supongo que esto es la versión X del sueño americano, de la nueva oportunidad para reconstruirse, ayudado por el Viagra.
jueves, junio 16, 2011
La indignación borroka
Ver ayer las imágenes de lo que pasaba en varios puntos de España me recordaba, a escala, a lo vivido en Elorrio el Sábado o lo que sucede habitualmente en la política vasca, en sus actos públicos y manifestaciones. Un grupo de violentos, fanatizados, intolerantes y provistos de desparpajo, violencia y descaro son capaces de tomar una plaza o calle, amedrentar a quién allí esté, sea un paseante, político o pensionista congelado, y envueltos en consignas, demuestran hasta que punto es fácil pervertir la democracia e instalarse en el totalitarismo que dicen combatir, pero que propagan con eficacia.
Por la mañana, en el barrio madrileño de Tetuán, un grupo de indignados trató de impedir el desahucio de una familia de su hipotecado e impagable piso. Allí acudió Cayo Lara, el coordinador de Izquierda Unida, quizás con ganas de sacar rédito de lo que se estaba cociendo, puede que por estar plenamente de acuerdo con la protesta. En fin, las causas de su presencia son lo de menos. Lo cierto es que en un momento dado Lara fue rodeado por algunos de los manifestantes, zarandeado, insultado y sobre el se arrojó agua, y quiso la suerte que nada más. Su cara ante los medios tras lo sucedido mostraba miedo por lo que había pasado, angustia, y una pena por ver como esa manifestación había derivado en algarada violenta. Ayer Cayo Lara sufrió una agresión intolerable y vergonzosa. Lo malo es que no fue el único agredido del día. A lo largo de la jornada cientos de manifestantes optaron por bloquear los accesos al Parlamento de Cataluña, la sede de la soberanía popular de la región, provocaron escenas inéditas, como el que el Artur Mas, Presidente de la Generalitat, tuviera que usar un helicóptero de la policía para acceder al recinto, y la tomaron con todo aquello que, rodeando el complejo, tuviera pinta de político. Insultos, zarandeos, arrojo de objetos, pintadas a políticos, etc. Todo un ejercicio de pura kale borroka de libro, que producía vergüenza ajena al contemplarlo desde la distancia, que me traía a la memoria los años oscuros de la política vasca, que parece que quieren volver ahora otra vez, y mostraban entre otras cosas como el movimiento 15M parece haber caído en manos de reventadote, violentos, antisistemas y demás aprovechados que suelen aparecer en torno a todo tipo de protesta y tratan de hacerse con su control. Un portavoz del movimiento de Barcelona salió ayer en contra de estos incidentes, y sus palabras eran correctas y sinceras, pero ¿a quién representa ese portavoz? ¿A los campados? ¿A los twitteros? ¿A algunos de los que se manifestaban en Plaza Cataluña? De seguir así las cosas el loable espíritu del 15M va a acabar siendo una pesadilla y un problema de orden público. Los más interesados en impedir que sucesos como los de ayer se vuelvan a repetir son los propios integrantes del movimiento, porque es su idea reivindicativa la que se vio prostituida ayer, es su concepto asambleario el que les ha colocado en este punto de degeneración organizativa. O montan una estructura formal, sometida a las normas de la democracia, o desaparecerán. Es lógico que, como relatan hoy algunos artículos, el apoyo a este movimiento disminuya porque escenas como las vividas en Barcelona, Tetuán, o el antecedente de agresión a Alberto Ruiz Gallardón de hace dos noches a las puertas de su casa hacen que las personas de bien, el ciudadano común, el principal sufridor de esta devastadora crisis, huya de estos comportamientos. La violencia radical creará un grupo de manifestantes furibundos, convencidos y compactos, pero no tendrá apoyo social, afortunadamente. Y durará poco si Rubalcaba, el Ministro de Interior, omnipresente siempre y ahora desaparecido, empieza a hacer su trabajo de una vez.
Qué difícil es crear la democracia, pero qué fácil es destruirla…… entre otras cosas, democracia es sinónimo de normas y reglas iguales para todos. Uno no puede manifestarse como, cuando y donde le de la gana sin pedir los permisos reglamentados. Y no se puede violentar el sagrado recinto de un Parlamento, escogido por los votos de las ciudadanos, libres e iguales, por ningún motivo. El último que lo hizo en España fue Tejero a golpe de pistola. Si no respetamos esos símbolos sagrados mal vamos. Hoy es un día de resaca, de probables nuevas manifestaciones, y de necesaria reflexión por parte de mucha gente.
Por la mañana, en el barrio madrileño de Tetuán, un grupo de indignados trató de impedir el desahucio de una familia de su hipotecado e impagable piso. Allí acudió Cayo Lara, el coordinador de Izquierda Unida, quizás con ganas de sacar rédito de lo que se estaba cociendo, puede que por estar plenamente de acuerdo con la protesta. En fin, las causas de su presencia son lo de menos. Lo cierto es que en un momento dado Lara fue rodeado por algunos de los manifestantes, zarandeado, insultado y sobre el se arrojó agua, y quiso la suerte que nada más. Su cara ante los medios tras lo sucedido mostraba miedo por lo que había pasado, angustia, y una pena por ver como esa manifestación había derivado en algarada violenta. Ayer Cayo Lara sufrió una agresión intolerable y vergonzosa. Lo malo es que no fue el único agredido del día. A lo largo de la jornada cientos de manifestantes optaron por bloquear los accesos al Parlamento de Cataluña, la sede de la soberanía popular de la región, provocaron escenas inéditas, como el que el Artur Mas, Presidente de la Generalitat, tuviera que usar un helicóptero de la policía para acceder al recinto, y la tomaron con todo aquello que, rodeando el complejo, tuviera pinta de político. Insultos, zarandeos, arrojo de objetos, pintadas a políticos, etc. Todo un ejercicio de pura kale borroka de libro, que producía vergüenza ajena al contemplarlo desde la distancia, que me traía a la memoria los años oscuros de la política vasca, que parece que quieren volver ahora otra vez, y mostraban entre otras cosas como el movimiento 15M parece haber caído en manos de reventadote, violentos, antisistemas y demás aprovechados que suelen aparecer en torno a todo tipo de protesta y tratan de hacerse con su control. Un portavoz del movimiento de Barcelona salió ayer en contra de estos incidentes, y sus palabras eran correctas y sinceras, pero ¿a quién representa ese portavoz? ¿A los campados? ¿A los twitteros? ¿A algunos de los que se manifestaban en Plaza Cataluña? De seguir así las cosas el loable espíritu del 15M va a acabar siendo una pesadilla y un problema de orden público. Los más interesados en impedir que sucesos como los de ayer se vuelvan a repetir son los propios integrantes del movimiento, porque es su idea reivindicativa la que se vio prostituida ayer, es su concepto asambleario el que les ha colocado en este punto de degeneración organizativa. O montan una estructura formal, sometida a las normas de la democracia, o desaparecerán. Es lógico que, como relatan hoy algunos artículos, el apoyo a este movimiento disminuya porque escenas como las vividas en Barcelona, Tetuán, o el antecedente de agresión a Alberto Ruiz Gallardón de hace dos noches a las puertas de su casa hacen que las personas de bien, el ciudadano común, el principal sufridor de esta devastadora crisis, huya de estos comportamientos. La violencia radical creará un grupo de manifestantes furibundos, convencidos y compactos, pero no tendrá apoyo social, afortunadamente. Y durará poco si Rubalcaba, el Ministro de Interior, omnipresente siempre y ahora desaparecido, empieza a hacer su trabajo de una vez.
Qué difícil es crear la democracia, pero qué fácil es destruirla…… entre otras cosas, democracia es sinónimo de normas y reglas iguales para todos. Uno no puede manifestarse como, cuando y donde le de la gana sin pedir los permisos reglamentados. Y no se puede violentar el sagrado recinto de un Parlamento, escogido por los votos de las ciudadanos, libres e iguales, por ningún motivo. El último que lo hizo en España fue Tejero a golpe de pistola. Si no respetamos esos símbolos sagrados mal vamos. Hoy es un día de resaca, de probables nuevas manifestaciones, y de necesaria reflexión por parte de mucha gente.
miércoles, junio 15, 2011
Sin acuerdo sobre Grecia
Ayer la reunión del Eurogrupo, convocada de manera extraordinaria para tratar el asunto de Grecia, acabó en fracaso. Mala noticia. Se han vuelto a citar todos los ministros para este Domingo porque antes de la reunión de jefes de estado y gobierno de la UE de la semana que viene debe haber un acuerdo. Como vivimos en una época de falsedad y mentira es difícil que muchos se enteren a qué es debida la falta de acuerdo, según la cuentan hoy los medios, y que esconde ese eufemismo de “participación de las entidades privadas en el rescate griego”. Si seguimos mintiéndonos al hablar no llegaremos a ninguna parte.
Hay que partir de la obviedad que no se quiere decir en público, y es que Grecia está quebrada. Es insolvente, no puede hacer frente ni a los pagos de su deuda ni a los intereses, ni hoy ni mañana ni pasado. Si no se asume esto no se puede avanzar. Oír decir, como ayer sucedía, a un responsable económico de Bélgica (creo) que hay que hacer lo posible para que no parezca que estamos gestionando la quiebra de Grecia es de un patetismo sonrojante. Sobre la mesa ahora hay dos posturas. Una es la alemana, que propone un periodo de siete años en los que los bonos griegos no serán exigibles, y por tanto no se reembolsarán. Así, si alguien compró un bono griego por, digamos cinco años, recibirá el principal del bono y el interés pactado en doce años, lo que bloquea su inversión durante ese periodo de siete. Esto no es sino una manera alternativa de establecer una quita o impago. Si yo debo dinero a un plazo pero no puedo devolverlo hay dos opciones, o pago menos o pago más tarde, pero en todos los casos el prestamista pierde. Frente a esta postura están algunos países y, importante, el BCE. ¿Por qué? Porque supone asumir, de facto, la quiebra de Grecia y porque el BCE es uno de los que más deuda griega ha comprado, posee en su balance, y se convertiría en rémora para el mismo. El eufemismo de la “participación privada” hace referencia a que hay muchos bancos, sobre todo alemanes y franceses, que poseen millones de euros en deuda griega, así que si esto se produce esos bancos perderán dinero, “participarán” en el rescate. Y a todo esto se debe añadir la discusión sobre una segunda línea de financiación entre la UE, el FMI y bancos privados que permita a Grecia devolver los intereses del préstamo que se le concedió hace un año. Esta nueva ayuda genera a su vez una enorme discusión, porque hay que repartirla entre los estados de la UE, el FMI (en proceso de sucesión) y, otra vez, los bancos privados. Como verán un embrollo de los gordos, y de muy difícil salida. La asunción de la quiebra griega podría tener efectos muy graves en el sistema financiero europea, se le ha comparado a un Lehman Brothers, sobre todo porque pondría sobre la mesa la inutilidad de los rescates afrontados desde hace más de un año, señalaría con fuerza al resto de países que han entrado en esta fórmula financiera (Irlanda y Portugal) y haría que los ojos se posasen con intensidad en otros países con problemas, especialmente España, Italia y Bélgica. Además, cualquier decisión que se adopte obligaría a poner en claro cuales son las participaciones de los bancos que se ven afectadas por la deuda griega, qué productos financieros, qué ahorradores van a perder dinero y quines no. Algo así como saber cuáles son los productos afectados por las hipotecas subprime, algo que a día de hoy aún estamos muy lejos de conocer.
Y más allá, ¿puede Grecia salirse del euro? ¿O incuso cargárselo? Que yo sepa no existe protocolo de salida, pero a este paso habrá que inventarlo por la vía de urgencia. Establecer un protectorado económico en Atenas liderado por Bruselas no será aceptado por la población local, y las tensiones de la zona euro entre los países centrales y los periféricos no dejan de crecer. Va a llegar un punto en el que los diferenciales sobre el bono alemán serán insoportables y, o se crea un tesoro y gobierno financiero europeo que mande sobre todos los países o el euro se romperá y la UE entrará en riesgo de muerte. Lo deseable es lo primero. A día de hoy lo más probable es lo segundo. Esa es la gravedad del problema, así de cruda.
Hay que partir de la obviedad que no se quiere decir en público, y es que Grecia está quebrada. Es insolvente, no puede hacer frente ni a los pagos de su deuda ni a los intereses, ni hoy ni mañana ni pasado. Si no se asume esto no se puede avanzar. Oír decir, como ayer sucedía, a un responsable económico de Bélgica (creo) que hay que hacer lo posible para que no parezca que estamos gestionando la quiebra de Grecia es de un patetismo sonrojante. Sobre la mesa ahora hay dos posturas. Una es la alemana, que propone un periodo de siete años en los que los bonos griegos no serán exigibles, y por tanto no se reembolsarán. Así, si alguien compró un bono griego por, digamos cinco años, recibirá el principal del bono y el interés pactado en doce años, lo que bloquea su inversión durante ese periodo de siete. Esto no es sino una manera alternativa de establecer una quita o impago. Si yo debo dinero a un plazo pero no puedo devolverlo hay dos opciones, o pago menos o pago más tarde, pero en todos los casos el prestamista pierde. Frente a esta postura están algunos países y, importante, el BCE. ¿Por qué? Porque supone asumir, de facto, la quiebra de Grecia y porque el BCE es uno de los que más deuda griega ha comprado, posee en su balance, y se convertiría en rémora para el mismo. El eufemismo de la “participación privada” hace referencia a que hay muchos bancos, sobre todo alemanes y franceses, que poseen millones de euros en deuda griega, así que si esto se produce esos bancos perderán dinero, “participarán” en el rescate. Y a todo esto se debe añadir la discusión sobre una segunda línea de financiación entre la UE, el FMI y bancos privados que permita a Grecia devolver los intereses del préstamo que se le concedió hace un año. Esta nueva ayuda genera a su vez una enorme discusión, porque hay que repartirla entre los estados de la UE, el FMI (en proceso de sucesión) y, otra vez, los bancos privados. Como verán un embrollo de los gordos, y de muy difícil salida. La asunción de la quiebra griega podría tener efectos muy graves en el sistema financiero europea, se le ha comparado a un Lehman Brothers, sobre todo porque pondría sobre la mesa la inutilidad de los rescates afrontados desde hace más de un año, señalaría con fuerza al resto de países que han entrado en esta fórmula financiera (Irlanda y Portugal) y haría que los ojos se posasen con intensidad en otros países con problemas, especialmente España, Italia y Bélgica. Además, cualquier decisión que se adopte obligaría a poner en claro cuales son las participaciones de los bancos que se ven afectadas por la deuda griega, qué productos financieros, qué ahorradores van a perder dinero y quines no. Algo así como saber cuáles son los productos afectados por las hipotecas subprime, algo que a día de hoy aún estamos muy lejos de conocer.
Y más allá, ¿puede Grecia salirse del euro? ¿O incuso cargárselo? Que yo sepa no existe protocolo de salida, pero a este paso habrá que inventarlo por la vía de urgencia. Establecer un protectorado económico en Atenas liderado por Bruselas no será aceptado por la población local, y las tensiones de la zona euro entre los países centrales y los periféricos no dejan de crecer. Va a llegar un punto en el que los diferenciales sobre el bono alemán serán insoportables y, o se crea un tesoro y gobierno financiero europeo que mande sobre todos los países o el euro se romperá y la UE entrará en riesgo de muerte. Lo deseable es lo primero. A día de hoy lo más probable es lo segundo. Esa es la gravedad del problema, así de cruda.
martes, junio 14, 2011
Ella era él, o los errores de Internet
Usar Internet como fuente de información, consulta o denuncia es maravilloso. Supone tener a nuestro alcance el mayor recurso del conocimiento que jamás haya existido. Sin embargo existen riesgos, derivados de que todos podemos usarla para consultar e introducir datos, y algunos pueden ser erróneos. Es típica la denuncia que con frecuencia se hace de entradas de la Wikipedia, loada seas, que posee información inexacta, tergiversada o incluso maliciosa. El riesgo de que esto suceda en los blogs, personales por antonomasia, es muy elevado.
Un ejemplo cuyo titular es gracioso, pero que esconde un asunto muy serio, es lo que ha sucedido con la bloguera lesbiana siria que contaba su experiencia desde un Damasco aplastado por las tropas del régimen de Bashar el Asad. Durante estos días su historia ha conmovido a mucha gente, y le ha acercado a muchos internautas occidentales el drama que se vive en Siria, donde decenas de personas mueren todos los días demandando el derecho a la libertad que la dictadura que les rige hace tiempo les negó. Este y otros blogs han denunciado esta situación ante un occidente que no parece que vaya a hacer nada para impedir esta atrocidad. Quizás por el hecho de ser mujer en una sociedad islámica, y encima lesbiana, esta web ha adquirido una relevancia mucho mayor que otras, y sus denuncias han salido a la opinión pública mundial. Hasta aquí la parte seria, porque ayer se supo que ese blog era, en el fondo, una máscara. Y es que la bloguera lesbiana siria era un norteamericano heterosexual que vive en Escocia. Sí, sí, todo al revés. Tom MacMaster, que así se llama el autor real del blog, ha desvelado que durante varios meses ha creado una realidad ficticia, enmascarada en Amina, que ese era el nombre de la supuesta blogeura, y que todo lo que relataba en su web, las experiencias de sometimiento, humillación y persecución de Amina, eran falsas, empezando porque Amina no existía. Su invención ha llegado a engañar a medios de comunicación serios, como algunos periódicos, que concedieron entrevistas a Amina, supongo que vía envió de preguntas y recepción de respuestas a través del blog, y la semana pasada llegó al paroxismo de denunciar el secuestro de Amina por parte de las fuerzas represoras sirias, y por tanto cancelar la inclusión de entradas en el blog. Esto provocó un movimiento de denuncia en Internet por la libertad de Amina, y que varios blogueros se solidarizasen con ella, un grupo en facebook al efecto y, en fin, el típico movimiento de protesta ante un acto a todas luces injusto y cruel. Y todo por una mentira. Siendo serios, esto es un desastre, porque no es necesario inventarse nada para denunciar las atrocidades que el régimen sirio comete sobre su población. Es más, esta burda historia le puede servir a ese régimen para emprender su particular campaña de propaganda, utilizándola como muestra de cómo los occidentales mienten y manipulan sobre lo que pasa en Siria, con el único objeto de acabar con el gobierno. El tonto de Tom le ha dado munición mediática a Bashar el Asad, justo de la que más falta le hacía en estos momentos (de la otra le sobra, y bien que la utiliza…) Además, y con toda la razón, muchos activistas se han sentido engañados por esta historia, han movilizado esfuerzos y recursos en pos de algo que no existía, y su credibilidad ante los suyos y otros organismos, oficiales en algunos casos, ha podido verse muy mermada. ¿Con qué cara pedirán ayuda para salvar a otra persona la próxima vez? ¿Con qué cara se les escuchará? Lo que ha hecho Tom MacMaster, con buena voluntad, ha sido prostituir, pervertir Internet como herramienta, debilitándola y haciendo mucho daño a todos los que la usamos día a día. Hablando en plata, Tom, la has cagado.
Visto por el lado cómico, al enterarme de la noticia no pude evitar la típica escena de cita a ciegas apalabrada por Internet en la que has quedado con Jazmine, joven y morena, y al punto de encuentro aparece un barbudo imitador de Alex de la Iglesia, que se quiere echar unas risas a costa tuyo. O del episodio de los Simpson en el que Bart arroja un radio transmisor al pozo y simula ser un pobre niño caído en el fondo, y todo el mundo se moviliza para rescatarlo. Tim O’toole, el supuesto niño desvalido, era un fraude, como Amina. La diferencia es que en los dibujos da mucha risa ver cavado a Sting en busca del niño, y en la realidad lo que ha hecho Tom no tiene ninguna gracia.
Un ejemplo cuyo titular es gracioso, pero que esconde un asunto muy serio, es lo que ha sucedido con la bloguera lesbiana siria que contaba su experiencia desde un Damasco aplastado por las tropas del régimen de Bashar el Asad. Durante estos días su historia ha conmovido a mucha gente, y le ha acercado a muchos internautas occidentales el drama que se vive en Siria, donde decenas de personas mueren todos los días demandando el derecho a la libertad que la dictadura que les rige hace tiempo les negó. Este y otros blogs han denunciado esta situación ante un occidente que no parece que vaya a hacer nada para impedir esta atrocidad. Quizás por el hecho de ser mujer en una sociedad islámica, y encima lesbiana, esta web ha adquirido una relevancia mucho mayor que otras, y sus denuncias han salido a la opinión pública mundial. Hasta aquí la parte seria, porque ayer se supo que ese blog era, en el fondo, una máscara. Y es que la bloguera lesbiana siria era un norteamericano heterosexual que vive en Escocia. Sí, sí, todo al revés. Tom MacMaster, que así se llama el autor real del blog, ha desvelado que durante varios meses ha creado una realidad ficticia, enmascarada en Amina, que ese era el nombre de la supuesta blogeura, y que todo lo que relataba en su web, las experiencias de sometimiento, humillación y persecución de Amina, eran falsas, empezando porque Amina no existía. Su invención ha llegado a engañar a medios de comunicación serios, como algunos periódicos, que concedieron entrevistas a Amina, supongo que vía envió de preguntas y recepción de respuestas a través del blog, y la semana pasada llegó al paroxismo de denunciar el secuestro de Amina por parte de las fuerzas represoras sirias, y por tanto cancelar la inclusión de entradas en el blog. Esto provocó un movimiento de denuncia en Internet por la libertad de Amina, y que varios blogueros se solidarizasen con ella, un grupo en facebook al efecto y, en fin, el típico movimiento de protesta ante un acto a todas luces injusto y cruel. Y todo por una mentira. Siendo serios, esto es un desastre, porque no es necesario inventarse nada para denunciar las atrocidades que el régimen sirio comete sobre su población. Es más, esta burda historia le puede servir a ese régimen para emprender su particular campaña de propaganda, utilizándola como muestra de cómo los occidentales mienten y manipulan sobre lo que pasa en Siria, con el único objeto de acabar con el gobierno. El tonto de Tom le ha dado munición mediática a Bashar el Asad, justo de la que más falta le hacía en estos momentos (de la otra le sobra, y bien que la utiliza…) Además, y con toda la razón, muchos activistas se han sentido engañados por esta historia, han movilizado esfuerzos y recursos en pos de algo que no existía, y su credibilidad ante los suyos y otros organismos, oficiales en algunos casos, ha podido verse muy mermada. ¿Con qué cara pedirán ayuda para salvar a otra persona la próxima vez? ¿Con qué cara se les escuchará? Lo que ha hecho Tom MacMaster, con buena voluntad, ha sido prostituir, pervertir Internet como herramienta, debilitándola y haciendo mucho daño a todos los que la usamos día a día. Hablando en plata, Tom, la has cagado.
Visto por el lado cómico, al enterarme de la noticia no pude evitar la típica escena de cita a ciegas apalabrada por Internet en la que has quedado con Jazmine, joven y morena, y al punto de encuentro aparece un barbudo imitador de Alex de la Iglesia, que se quiere echar unas risas a costa tuyo. O del episodio de los Simpson en el que Bart arroja un radio transmisor al pozo y simula ser un pobre niño caído en el fondo, y todo el mundo se moviliza para rescatarlo. Tim O’toole, el supuesto niño desvalido, era un fraude, como Amina. La diferencia es que en los dibujos da mucha risa ver cavado a Sting en busca del niño, y en la realidad lo que ha hecho Tom no tiene ninguna gracia.
lunes, junio 13, 2011
El pleno del Ayuntamiento de Elorrio
Este fin de semana se han constituido casi todos los ayuntamientos que salieron elegidos en las elecciones del 22 de Mayo. Las excepciones, notable la de Barcelona, se deben a recursos puestos por algún partido ante escrutinios muy ajustados, que pueden hacer bailar el recuento de concejales. Y es que un concejal, uno sólo, puede ser determinante para gobernar. Esto es lo que ha sucedido en Elorrio, mi pueblo natal, y si a ese resultado in extremis se le junta la actuación de la mafia local, el resultado es lo que se ha podido vivir este fin de semana.
La anterior corporación estaba en manos de ANV, posteriormente independientes tras su ilegalización. Tras poder concurrir bajo la marca Bildu, el escrutinio del 22 de Mayo arrojó un empate a seis concejales entre Bildu y el PNV y, oh, sorpresa, un concejal del PP. Ya en el anterior consistorio había un concejal no nacionalista, en este caso del PSOE, y ha sido el PP el que ha ocupado esa plaza en esta ocasión. Pero el empate entre ambas formaciones ponía las cosas muy difíciles de cara a crear gobierno. Súmese a eso el odio visceral que en Elorrio existe entre los batasunos, acogidos a distintas marcas, y los peneuvistas, fruto de años de inquina mutua y de acusaciones de nepotismo y corruptelas. Con este panorama el pacto nacionalista que se ha producido en otros ayuntamientos no podía llevarse a cabo. Ante esto, la declaración del concejal del PP de votar al PNV para que Bildu no tuviese la alcaldía generó mucha polémica pero pocas sorpresas. Carlos García, el representante del PP, es un chico joven que ha estado esta última legislatura de concejal en Bilbao y que se presentó al Ayuntamiento de Elorrio con mucha voluntad y un par de…. Cuando pasaban los días de la campaña y amigos míos me decían que el chico iba con el coche del PP poniendo la música por la calle y dando panfletos no me lo creía. Poco a poco vería este hombre donde se había metido, porque en Elorrio hay un sector de la población que no es capaz de entender lo que significa la palabra democracia, y que prefiere el insulto a la discusión, la calumnia y los malos modos al debate. Carlos poco a poco adquirió notoriedad, en parte por su hablar dicharachero y hasta cierto punto ingenuo, y empezó a ser entrevistado por medios de comunicación nacionales, que ponían el nombre de Elorrio en todas partes y que me generaban una sonrisa compleja cuando los veía, sonrisa porque es curioso ver desde el sofá de tu casa como en una radio o televisión nacional hablan de tu pueblo, y compleja, quizás acomplejada, por la causa por la que hablan. Siempre igual, y así el nombre del pueblo se ve ensuciado por los de siempre, y es una pena, porque Elorrio es un sitio precioso, lleno de personas maravillosas y con cosas muy interesantes que ver, visitar y conocer. Sin embargo, gracias a la cofradía Batasuna, somos ya conocidos en toda España, y no creo que el turista, que alucinaría si fuese y vierta aquello, se sienta motivado a emprender el viaje. En fin, en este ambiente enrarecido y algo violento se presentaba el pleno de este Sábado, y lo que allí se vivió, y vi desde la calle, fue el típico espectáculo de los ochenta y noventa, con gritos, insultos, amedrentamientos, coacciones y demás parafernalia violenta. Carlos votó a favor de la lista del PNV y Ana será la alcaldesa, e Idoia, candidata de bildu, la jefa de la oposición.
En los pueblos pequeños se conocen todos. Tanto que a veces se casan entre ellos y se crea una gran familia. Así, uno de los primos carnales de Ana, la alcaldesa, está casado con Idoia, la candidata de Bildu (y a ellas y a sus familias les conozco y aprecio desde hace muchos años). Sospecho que desde hace un tiempo las reuniones familiares serán complicadas, pero no se como se desarrollarán tras lo vivido el Sábado. Supongo que ellas sabrán pasar por encima de todo eso, pero los que gritaban en la plaza sus consignas no entienden ni de familia ni de comprensión y cariño, y desde luego no saben nada de política.
La anterior corporación estaba en manos de ANV, posteriormente independientes tras su ilegalización. Tras poder concurrir bajo la marca Bildu, el escrutinio del 22 de Mayo arrojó un empate a seis concejales entre Bildu y el PNV y, oh, sorpresa, un concejal del PP. Ya en el anterior consistorio había un concejal no nacionalista, en este caso del PSOE, y ha sido el PP el que ha ocupado esa plaza en esta ocasión. Pero el empate entre ambas formaciones ponía las cosas muy difíciles de cara a crear gobierno. Súmese a eso el odio visceral que en Elorrio existe entre los batasunos, acogidos a distintas marcas, y los peneuvistas, fruto de años de inquina mutua y de acusaciones de nepotismo y corruptelas. Con este panorama el pacto nacionalista que se ha producido en otros ayuntamientos no podía llevarse a cabo. Ante esto, la declaración del concejal del PP de votar al PNV para que Bildu no tuviese la alcaldía generó mucha polémica pero pocas sorpresas. Carlos García, el representante del PP, es un chico joven que ha estado esta última legislatura de concejal en Bilbao y que se presentó al Ayuntamiento de Elorrio con mucha voluntad y un par de…. Cuando pasaban los días de la campaña y amigos míos me decían que el chico iba con el coche del PP poniendo la música por la calle y dando panfletos no me lo creía. Poco a poco vería este hombre donde se había metido, porque en Elorrio hay un sector de la población que no es capaz de entender lo que significa la palabra democracia, y que prefiere el insulto a la discusión, la calumnia y los malos modos al debate. Carlos poco a poco adquirió notoriedad, en parte por su hablar dicharachero y hasta cierto punto ingenuo, y empezó a ser entrevistado por medios de comunicación nacionales, que ponían el nombre de Elorrio en todas partes y que me generaban una sonrisa compleja cuando los veía, sonrisa porque es curioso ver desde el sofá de tu casa como en una radio o televisión nacional hablan de tu pueblo, y compleja, quizás acomplejada, por la causa por la que hablan. Siempre igual, y así el nombre del pueblo se ve ensuciado por los de siempre, y es una pena, porque Elorrio es un sitio precioso, lleno de personas maravillosas y con cosas muy interesantes que ver, visitar y conocer. Sin embargo, gracias a la cofradía Batasuna, somos ya conocidos en toda España, y no creo que el turista, que alucinaría si fuese y vierta aquello, se sienta motivado a emprender el viaje. En fin, en este ambiente enrarecido y algo violento se presentaba el pleno de este Sábado, y lo que allí se vivió, y vi desde la calle, fue el típico espectáculo de los ochenta y noventa, con gritos, insultos, amedrentamientos, coacciones y demás parafernalia violenta. Carlos votó a favor de la lista del PNV y Ana será la alcaldesa, e Idoia, candidata de bildu, la jefa de la oposición.
En los pueblos pequeños se conocen todos. Tanto que a veces se casan entre ellos y se crea una gran familia. Así, uno de los primos carnales de Ana, la alcaldesa, está casado con Idoia, la candidata de Bildu (y a ellas y a sus familias les conozco y aprecio desde hace muchos años). Sospecho que desde hace un tiempo las reuniones familiares serán complicadas, pero no se como se desarrollarán tras lo vivido el Sábado. Supongo que ellas sabrán pasar por encima de todo eso, pero los que gritaban en la plaza sus consignas no entienden ni de familia ni de comprensión y cariño, y desde luego no saben nada de política.
viernes, junio 10, 2011
Miguel López Alegría, un astronauta
Ya saben muchos de ustedes que uno de los asuntos que me apasionan en la vida es la carrera espacial. El espacio, los viajes, la exploración, la inmensidad, lo desconocido….. De pequeños casi todos hemos soñado con ser astronautas, subirnos a un cohete y llegar a las estrellas, o al menos acercarnos lo más posible a su brillo. La vida da muchas vueltas y esos sueños suelen quedarse en eso, sueños, pero a veces se aproximan mucho, e incluso pueden hacerse realidad, al menos en parte. Y es que ayer, por primera vez en mi vida vi, oí, aprendí y aplaudí a un astronauta.
Aprovechando su estancia en Madrid, la fundación Rafael del Pino invitó a dar una conferencia a Miguel “Michael” López Alegría, astronauta norteamericano de origen español, su padre es de Badajoz, y que ha viajado en numerosas misiones del transbordador espacial. Vi por casualidad que ayer era el evento, me emocioné, llamé para reservar y había plazas, así que allí me planté, expectante, como casi todos los que estábamos en el auditorio, por oír su relato y por ver cómo es un astronauta. Su conferencia versaba sobre la exploración del espacio en el medio siglo transcurrido desde el vuelo de Yuri Gagarin, aniversario sucedido este pasado 12 de Abril. Con algo de retraso llegó Miguel, acompañado por un representante de la fundación y de Amadeo Petitbó, otro miembro de la misma, que hizo la presentación del personaje. Economista como es el señor Petitbó, dejó claro su desconocimiento del mundo espacial, pero la pasión que le producía tener a Miguel allí para poder dar una charla y lo orgulloso que estaba de que alguien que ha salido de este mundo pudiera ahora hablarnos a los que ni somos capaces de imaginar qué es eso. Alegría, poseedor de un español bueno, aunque con un marcado acento, como no podía ser de otra manera, dio una conferencia apasionante de más de una hora en la que al principio fue la historia de las misiones espaciales el hilo conductor, pero que derivó en un relato personal de los viajes que él ha hecho, porque en su trayectoria ha pasado de ser ingeniero de vuelo de transbordador a piloto del mismo, de técnico de sistemas a paseante espacial, y de astronauta de dos semanas en la lanzadera a residente de la Estación Espacial Internacional durante seis meses. Su trayectoria ejemplifica los progresos alcanzados en estas dos últimas décadas en la exploración espacial, el haber convertido en rutina la proeza que supone estar seis horas fuera de la nave, trabajando en el espacio, como si nada, con la tierra y el infinito de fondo. Su carácter, reservado y modesto pero afable, dejaba intuir en todo momento lo orgulloso que estaba del trabajo que había hecho y lo privilegiado que era por haber llegado hasta allí, y al suerte de haber contado con un enorme equipo de profesionales que, en medio mundo, se dejan miles de horas de su vida para que todo pueda funcionar como es debido y los astronautas estén lo más seguros posibles allá arriba. No la puso porque es muy reciente, pero la NASA ha colgado esta semana una foto maravillosa, que aquí les enlazo, en la que se ve la Estación Espacial con el Endeavour acoplado, en un momento de la misión que ha finalizado hace unas pocas semanas. Este ha sido el “apartamento” en el que López Alegría ha estado trabajando y viviendo durante medio año, y el transbordador ha sido el “autobús” que le ha llevado de ida y vuelta desde la tierra hasta allí. Entre anécdotas y datos, Alegría relató una historia de sacrificios, dolores y éxitos que pocos en este mundo pueden contar. Con un hablar pausado, sin estridencias, se metió al público en el bolsillo y recibió un enorme aplauso al acabar su exposición.
Hubo un largo turno de preguntas, de cerca de veinte minutos, que fueron amenas e instructivas, y en las que todo el mundo expresó su absoluta admiración por los logros y el carácter de Miguel. En el auditorio había niños, algunas decenas, con familiares, que estaban absortos viendo las imágenes de despegues, órbitas y astronautas. Sus caras reflejaban el mismo sueño que tuve yo (y ustedes, seguro que sí) a su edad. Pero ellos son unos privilegiados, porque estaban viendo hacerse realidad ese sueño allí mismo. Ojala entre esos niños surja algún nuevo Miguel, que pueda llegar a las estrellas, nos lo cuente y nos emocione con su relato.
Aprovechando su estancia en Madrid, la fundación Rafael del Pino invitó a dar una conferencia a Miguel “Michael” López Alegría, astronauta norteamericano de origen español, su padre es de Badajoz, y que ha viajado en numerosas misiones del transbordador espacial. Vi por casualidad que ayer era el evento, me emocioné, llamé para reservar y había plazas, así que allí me planté, expectante, como casi todos los que estábamos en el auditorio, por oír su relato y por ver cómo es un astronauta. Su conferencia versaba sobre la exploración del espacio en el medio siglo transcurrido desde el vuelo de Yuri Gagarin, aniversario sucedido este pasado 12 de Abril. Con algo de retraso llegó Miguel, acompañado por un representante de la fundación y de Amadeo Petitbó, otro miembro de la misma, que hizo la presentación del personaje. Economista como es el señor Petitbó, dejó claro su desconocimiento del mundo espacial, pero la pasión que le producía tener a Miguel allí para poder dar una charla y lo orgulloso que estaba de que alguien que ha salido de este mundo pudiera ahora hablarnos a los que ni somos capaces de imaginar qué es eso. Alegría, poseedor de un español bueno, aunque con un marcado acento, como no podía ser de otra manera, dio una conferencia apasionante de más de una hora en la que al principio fue la historia de las misiones espaciales el hilo conductor, pero que derivó en un relato personal de los viajes que él ha hecho, porque en su trayectoria ha pasado de ser ingeniero de vuelo de transbordador a piloto del mismo, de técnico de sistemas a paseante espacial, y de astronauta de dos semanas en la lanzadera a residente de la Estación Espacial Internacional durante seis meses. Su trayectoria ejemplifica los progresos alcanzados en estas dos últimas décadas en la exploración espacial, el haber convertido en rutina la proeza que supone estar seis horas fuera de la nave, trabajando en el espacio, como si nada, con la tierra y el infinito de fondo. Su carácter, reservado y modesto pero afable, dejaba intuir en todo momento lo orgulloso que estaba del trabajo que había hecho y lo privilegiado que era por haber llegado hasta allí, y al suerte de haber contado con un enorme equipo de profesionales que, en medio mundo, se dejan miles de horas de su vida para que todo pueda funcionar como es debido y los astronautas estén lo más seguros posibles allá arriba. No la puso porque es muy reciente, pero la NASA ha colgado esta semana una foto maravillosa, que aquí les enlazo, en la que se ve la Estación Espacial con el Endeavour acoplado, en un momento de la misión que ha finalizado hace unas pocas semanas. Este ha sido el “apartamento” en el que López Alegría ha estado trabajando y viviendo durante medio año, y el transbordador ha sido el “autobús” que le ha llevado de ida y vuelta desde la tierra hasta allí. Entre anécdotas y datos, Alegría relató una historia de sacrificios, dolores y éxitos que pocos en este mundo pueden contar. Con un hablar pausado, sin estridencias, se metió al público en el bolsillo y recibió un enorme aplauso al acabar su exposición.
Hubo un largo turno de preguntas, de cerca de veinte minutos, que fueron amenas e instructivas, y en las que todo el mundo expresó su absoluta admiración por los logros y el carácter de Miguel. En el auditorio había niños, algunas decenas, con familiares, que estaban absortos viendo las imágenes de despegues, órbitas y astronautas. Sus caras reflejaban el mismo sueño que tuve yo (y ustedes, seguro que sí) a su edad. Pero ellos son unos privilegiados, porque estaban viendo hacerse realidad ese sueño allí mismo. Ojala entre esos niños surja algún nuevo Miguel, que pueda llegar a las estrellas, nos lo cuente y nos emocione con su relato.
jueves, junio 09, 2011
La estafa de las dietas
Aunque no se lo crean, visto lo sucedido en los últimos días, este fin de semana va a ser plenamente veraniego en casi todas España, salvo en la franja norte. Hará sol y las temperaturas empezarán a subir, acercándose a los 30. Un preludio del verano que entra, astronómicamente, dentro de doce días, pero que está en la mente de todos desde mucho antes. Así hace mucho que empezó la llamada operación bikini, con objeto de amoldar la figura al lucimiento playero y tostar la piel para que parezca morena. Y con todo eso llegó un concepto que nunca entenderé pero que triunfa sin límites. La dieta.
No les exagero si les digo que en mi planta hay más mujeres a dieta que el total de hombres, y es que la cosa está así así. Una compañera de despacho, otra funcionaria que está el despacho contiguo, otra sita en la esquina… es increíble. Y claro, la mayor parte están siguiendo la dieta que se ha puesto de moda, la llamada Dukan, inventada por un señor que ha conseguido hacerse famoso y forrarse a cuenta de este asunto. ¿Y en qué consiste esta dieta? No tengo ni idea, pero sospecho que prohibirá unas cosas, alterará unos productos con otros mediante unas reglas complejas y carentes de todo sentido, y obligará a sus seguidores a seguir un estricto comportamiento a la hora de saber cuantas calorías ingieren, que hidratos toman y cosas por el estilo. Vamos, como todas las demás, sólo que alterará el orden de los factores y, por lo que veo en su web, lo adorna de un contenido moderno, basado en el coaching, para darle un aire de representabilidad y que parezca algo serio. Lo siento mucho, pero cada vez que alguna compañera me empieza a contar que está a dieta me entra la risa floja, lo que hace que, unido a la irascibilidad que genera el someterse a la tortura impuesta por Dukan o quién sea, hace que muchas compañeras me miren con cara odiosa al decir estas cosas, como si fuera una especie de suflé de azúcar dispuesto a destruir los avances que han logrado bajando tallas. No, no entiendo las dietas, me parecen una tomadura de pelo, en algunos casos peligrosas para la salud y, en general algo insano y engañoso. Prometen hacer perder peso y que la figura de toda mujer logrará entrar en esa ansiada talla 38 que sólo está disponible para aquellas que han nacido con la pelvis estrecha. El resto no lo van a lograr (no falta que hace, pero eso es otra historia) y tras unos intentos sólo encontrarán un nuevo motivo de frustración que les generará tristeza, y seguramente una fe aún mayor en la siguiente dieta que les propongan (porque esa sí funciona, que sí!!!!) Entiendo que si alguien es diabético debe reducir su consumo de azúcares, y que si tienes 300 de colesterol debes dejar de comer algunas cosas, pero esto de las dietas adelgazantes es un timo. Usan la ansiedad por esa figura estilizada para engañar y forrarse a cuenta de mucha manipulación e ingenuidad. ¿Qué a veces funcionan? Desde luego si la que la practica se la cree y ansía adelgazar por encima de todo lo logrará, pero más como efecto somático que por la efectividad del tratamiento. Un análisis médico riguroso del efecto de las dietas en el peso, y aún más importante, en la salud de la paciente, puede arrojar conclusiones devastadoras de hasta que punto se pone en peligro el estado físico de la persona en busca de algo que, así, no se va a lograr.
Y es que la única dieta que funciona es gastar más energía de la que se ingiere. En función del ritmo metabólico de cada uno el flujo de ingreso y gasto será distinto y requerirá mayor o menor esfuerzo, pero no hay otra. Si estamos obesos se debe a que comemos cuanto y cuando nos da la gana, y cogemos el coche para todo, subimos en ascensores y escaleras mecánicas, trabajamos sentados y retozamos en el sofá. Si no quemamos lo que comemos, se acumulará, es obvio. Lo mejor es comer de todo y gastar más. Andar, correr, coger la bici, subir escaleras, sudar, sudar, sudar. Esa es la única dieta que funciona, pero exige esfuerzo y constancia. Lo otro es un autoengaño y, desde luego, un creciente negocio.
No les exagero si les digo que en mi planta hay más mujeres a dieta que el total de hombres, y es que la cosa está así así. Una compañera de despacho, otra funcionaria que está el despacho contiguo, otra sita en la esquina… es increíble. Y claro, la mayor parte están siguiendo la dieta que se ha puesto de moda, la llamada Dukan, inventada por un señor que ha conseguido hacerse famoso y forrarse a cuenta de este asunto. ¿Y en qué consiste esta dieta? No tengo ni idea, pero sospecho que prohibirá unas cosas, alterará unos productos con otros mediante unas reglas complejas y carentes de todo sentido, y obligará a sus seguidores a seguir un estricto comportamiento a la hora de saber cuantas calorías ingieren, que hidratos toman y cosas por el estilo. Vamos, como todas las demás, sólo que alterará el orden de los factores y, por lo que veo en su web, lo adorna de un contenido moderno, basado en el coaching, para darle un aire de representabilidad y que parezca algo serio. Lo siento mucho, pero cada vez que alguna compañera me empieza a contar que está a dieta me entra la risa floja, lo que hace que, unido a la irascibilidad que genera el someterse a la tortura impuesta por Dukan o quién sea, hace que muchas compañeras me miren con cara odiosa al decir estas cosas, como si fuera una especie de suflé de azúcar dispuesto a destruir los avances que han logrado bajando tallas. No, no entiendo las dietas, me parecen una tomadura de pelo, en algunos casos peligrosas para la salud y, en general algo insano y engañoso. Prometen hacer perder peso y que la figura de toda mujer logrará entrar en esa ansiada talla 38 que sólo está disponible para aquellas que han nacido con la pelvis estrecha. El resto no lo van a lograr (no falta que hace, pero eso es otra historia) y tras unos intentos sólo encontrarán un nuevo motivo de frustración que les generará tristeza, y seguramente una fe aún mayor en la siguiente dieta que les propongan (porque esa sí funciona, que sí!!!!) Entiendo que si alguien es diabético debe reducir su consumo de azúcares, y que si tienes 300 de colesterol debes dejar de comer algunas cosas, pero esto de las dietas adelgazantes es un timo. Usan la ansiedad por esa figura estilizada para engañar y forrarse a cuenta de mucha manipulación e ingenuidad. ¿Qué a veces funcionan? Desde luego si la que la practica se la cree y ansía adelgazar por encima de todo lo logrará, pero más como efecto somático que por la efectividad del tratamiento. Un análisis médico riguroso del efecto de las dietas en el peso, y aún más importante, en la salud de la paciente, puede arrojar conclusiones devastadoras de hasta que punto se pone en peligro el estado físico de la persona en busca de algo que, así, no se va a lograr.
Y es que la única dieta que funciona es gastar más energía de la que se ingiere. En función del ritmo metabólico de cada uno el flujo de ingreso y gasto será distinto y requerirá mayor o menor esfuerzo, pero no hay otra. Si estamos obesos se debe a que comemos cuanto y cuando nos da la gana, y cogemos el coche para todo, subimos en ascensores y escaleras mecánicas, trabajamos sentados y retozamos en el sofá. Si no quemamos lo que comemos, se acumulará, es obvio. Lo mejor es comer de todo y gastar más. Andar, correr, coger la bici, subir escaleras, sudar, sudar, sudar. Esa es la única dieta que funciona, pero exige esfuerzo y constancia. Lo otro es un autoengaño y, desde luego, un creciente negocio.
miércoles, junio 08, 2011
El sonido de la máquina de escribir
En días tormentosos como los que estamos viviendo me entra continuamente la fantasía de imaginar que pasaría si un rayo dejara sin luz a Madrid, o a cualquier otra ciudad. De noche sería peligroso, pero de día sólo generaría el mayor caos posible. Todo lo que hacemos depende de la electricidad, y de dispositivos alimentados por ella. Ascensores, metro, farolas, Internet, ordenadores, cajeros automáticos, puertas, cajas registradoras. Una imagen de ese parón, aunque por motivos muy distintos, reflejó Arturo Pérez reverte en su columna de pasado Domingo. Y es que lo electrónico ha conquistado nuestra vida.
Y como en toda conquista, hay bajas. Hace pocos días se supo que ha cerrado la última fábrica de máquinas de escribir que quedaba en el mundo, sita en la India. Tras ese momento las máquinas se han convertido directamente en antigüedades, piezas de museo. El ordenador, y el procesador de textos, ya las habían arrinconado desde hace años, y es raro el lugar en el que aún se pueden ver. Mi relación con la máquina de escribir no fue muy larga, dado que, a diferencia de otros colegios, en el mío no había clases de mecanografía. Teníamos en casa, y todavía estará, supongo, un modelo de esos que se podían meter un una caja con asas y transportarla como si fuera u portátil, concepto que desde luego no existía. Era una Olivetti Lettera 12 de carcasa plástica blanca. No me acuerdo de la primera vez que la usé, pero sí que en torno a séptimo u octavo de EGB, años 1983 y 1984, la usaba con frecuencia, porque era con ella como elaboraba las facturas y presupuestos que mi padre, albañil autónomo, mandaba a clientes y proveedores. Tenía su mística hacer aquello, con los tabuladores fijados a mano, haciendo rayas con los caracteres de guión medio y bajo (- y _) y el inevitable papel de calco para poder sacar dos copias a la vez. Luego ya empecé a usarla también como medio de escritura, pero mi innata incapacidad de coordinación lograba que nunca adquiriese una buena velocidad, y que siempre escribiera los “que” como “qeu” y similar, cosa que ahora también me pasa, pero el Word me lo corrige y ustedes no lo notan mucho, salvo varios “al” que debieran ser “la” y cosas así. En primero o segundo de BUP empecé a escribir una pequeña historia de terror adolescente, que no llegó a nada, pero que con sus cerca de cuarenta hojas fue lo más largo que llegué a teclear en aquel aparato, que dejaba mis meñiques destrozados por la maldita situación en la que está la A. Si piensan que el teclado QWERTY está mal hecho no se equivocan, se diseñó para evitar el exceso de velocidad al teclear, exceso que podía provocar que varios macillos confluyeran a la vez sobre el rotor d la máquina y se atascase. En las secretarías del colegio y del instituto seguían reinando aquellas máquinas verdes, muy altas, con un teclado que parecía el de un órgano, por la pendiente que tenía, y un carro muy largo, pensado para poner en el un folio en apaisado (sí, folio, el A4 no se implantó del todo hasta finales de los ochenta principios de los noventa, al menos en el mundo que yo he conocido). Las secretarias alcanzaban un grado de simbiosis con aquellos trastos difícil de definir, y la velocidad a la que los macillos golpeaban el papel generaba ese tactactac característico que nunca alcancé en casa pero que era sinónimo de redacción de periódico, oficina o centro de trabajo. Todo eso, con su parte buena y mala, hace tiempo que ha desaparecido.
La pérdida de la máquina supone algo muy importante sobre todo para los que la tuvieron como elemento imprescindible en sus vidas. No se puede imaginar a un escritor del siglo XX sin ella, un periodista, viajero, cronista… y ese sonido, traqueteo, a veces impertinente, que ya es historia, ha sido la banda sonora de miles de personas durante gran parte de sus vidas, laborales y de ocio y creación. Forma parte de su banda sonora personal. De entre los homenajes más recientes que he visto a ese sonido, como sinónimo de creación literaria, está el potente inicio de la película Expiación, basada en la novela homónima de Ian McEwan. Ambas, libro y película, son magníficas, y en ellas la máquina de escribir juega su papel.
Y como en toda conquista, hay bajas. Hace pocos días se supo que ha cerrado la última fábrica de máquinas de escribir que quedaba en el mundo, sita en la India. Tras ese momento las máquinas se han convertido directamente en antigüedades, piezas de museo. El ordenador, y el procesador de textos, ya las habían arrinconado desde hace años, y es raro el lugar en el que aún se pueden ver. Mi relación con la máquina de escribir no fue muy larga, dado que, a diferencia de otros colegios, en el mío no había clases de mecanografía. Teníamos en casa, y todavía estará, supongo, un modelo de esos que se podían meter un una caja con asas y transportarla como si fuera u portátil, concepto que desde luego no existía. Era una Olivetti Lettera 12 de carcasa plástica blanca. No me acuerdo de la primera vez que la usé, pero sí que en torno a séptimo u octavo de EGB, años 1983 y 1984, la usaba con frecuencia, porque era con ella como elaboraba las facturas y presupuestos que mi padre, albañil autónomo, mandaba a clientes y proveedores. Tenía su mística hacer aquello, con los tabuladores fijados a mano, haciendo rayas con los caracteres de guión medio y bajo (- y _) y el inevitable papel de calco para poder sacar dos copias a la vez. Luego ya empecé a usarla también como medio de escritura, pero mi innata incapacidad de coordinación lograba que nunca adquiriese una buena velocidad, y que siempre escribiera los “que” como “qeu” y similar, cosa que ahora también me pasa, pero el Word me lo corrige y ustedes no lo notan mucho, salvo varios “al” que debieran ser “la” y cosas así. En primero o segundo de BUP empecé a escribir una pequeña historia de terror adolescente, que no llegó a nada, pero que con sus cerca de cuarenta hojas fue lo más largo que llegué a teclear en aquel aparato, que dejaba mis meñiques destrozados por la maldita situación en la que está la A. Si piensan que el teclado QWERTY está mal hecho no se equivocan, se diseñó para evitar el exceso de velocidad al teclear, exceso que podía provocar que varios macillos confluyeran a la vez sobre el rotor d la máquina y se atascase. En las secretarías del colegio y del instituto seguían reinando aquellas máquinas verdes, muy altas, con un teclado que parecía el de un órgano, por la pendiente que tenía, y un carro muy largo, pensado para poner en el un folio en apaisado (sí, folio, el A4 no se implantó del todo hasta finales de los ochenta principios de los noventa, al menos en el mundo que yo he conocido). Las secretarias alcanzaban un grado de simbiosis con aquellos trastos difícil de definir, y la velocidad a la que los macillos golpeaban el papel generaba ese tactactac característico que nunca alcancé en casa pero que era sinónimo de redacción de periódico, oficina o centro de trabajo. Todo eso, con su parte buena y mala, hace tiempo que ha desaparecido.
La pérdida de la máquina supone algo muy importante sobre todo para los que la tuvieron como elemento imprescindible en sus vidas. No se puede imaginar a un escritor del siglo XX sin ella, un periodista, viajero, cronista… y ese sonido, traqueteo, a veces impertinente, que ya es historia, ha sido la banda sonora de miles de personas durante gran parte de sus vidas, laborales y de ocio y creación. Forma parte de su banda sonora personal. De entre los homenajes más recientes que he visto a ese sonido, como sinónimo de creación literaria, está el potente inicio de la película Expiación, basada en la novela homónima de Ian McEwan. Ambas, libro y película, son magníficas, y en ellas la máquina de escribir juega su papel.
martes, junio 07, 2011
Castilla la Mancha como síntoma
Este fin de semana ha sido muy tormentoso en Castilla la Mancha, y no solo por las nubes y rayos, que los ha habido, y muchos. El proceso de traspaso de poder en la Junta entre PSOE y PP se ha envenenado tras unas declaraciones de un dirigente popular en las que acusaba a la Junta de haber llevado a la comunidad a la quiebra, cosa que al PSOE no le ha gustado nada y ha provocado la suspensión de las reuniones con las que se gestiona el paso del poder de un partido a otro. Se notan los nervios entre los que nunca han gobernado ese territorio, y el pánico entre los que siempre lo han hecho y ahora se van. Hasta cierto punto es comprensible.
Lo importante es saber si realmente la Junta de Castilla la Mancha está hecha unos zorros, financieramente hablando. Aquí ya nos movemos en el terreno de las intuiciones, y es que poco se puede afirmar con claridad de las cuentas de las Comunidades Autónomas. Son opacas a la hora de detallar los gastos, y su sistema de financiación es tan complejo que resulta cuanto menos imposible dar una cifra de ingresos. Lo que parece bastante claro es que las cuentas cada vez están peor, y el hecho de que se hable de déficits ocultos, facturas escondidas en los cajones, retrasos de pagos a proveedores cercanos a los dos años y demás hace pensar a uno que si no hay quiebra poco le falta. Todo esto es muy importante porque de nada sirve que el gobierno central rece e implore perdón a Bruselas, prometiendo propósito de enmienda fiscal, si las Comunidades Autónomas, que gestionan cerca de la mitad del presupuesto de gasto, se desmadran y poseen unos déficits que no dejan de crecer. Y desde fuera se observa esta situación con extrañeza, porque no entienden como funciona el estado autonómico (toma, ni nosotros) y empieza a cundir el nerviosismo. Noticias como las de ayer, en las que se afirma que Moodys avisa que el déficit de Cataluña es un problema para la solvencia de España en su conjunto son de esas que a uno le ponen nervioso, sobre todo porque rebaten el principal argumento con el que hemos basado ese mantra de “España no es Grecia”. Aquí no hay deudas ocultas, impagos raros, estadísticas camufladas….. Pues sí, las hay. Parece que en muchos cajones de despachos autonómicos se esconden algo más que caramelos, y en este caso la ideología del gobierno de la Comunidad es indiferente, porque si el PSOE oculta algo en Castilla la Mancha, el PP lo hace en Valencia. Apasionante carrera de ineptitud hacia la nada. Y más allá de rumores y noticias interesadas hay datos veraces que parecen confirmar esta existencia de facturas ocultas, y sino lean la breve columna semanal de Ángel Laborda en el País del Domingo en la que, extrayendo el jugo de las estadísticas oficiales, verifica que debe haber facturas escondidas que están empezando a aflorar, porque el ritmo de gasto autonómico no es sostenible con las previsiones presupuestarias que se habían hecho hace unos meses. De hecho en el sector sanitario es un secreto a voces, a gritos más bien, que nadie paga, que todos los proveedores, trabajen con el gobierno regional con el que lo hagan, tienen grandes problemas para obtener pagos, en algunos casos de meses, en otros de años, y que de momento se va tirando vía crédito, pero esto no es sostenible durante mucho más tiempo. ¿Qué sucederá cuando una autonomía decrete que es incapaz de pagar las recetas? ¿Será la sanidad, lo más importante del estado de bienestar que poseemos, la primera piedra en derrumbarse? Algunas Comunidades empiezan a anunciar medidas de contención del gasto que suenan a precipitadas, urgentes y de último recurso ante la situación en la que viven. ¿Cuál es esa situación? ¿Por qué no es posible saber lo que cuesta la sanidad en cada CCAA y si hay margen para pagarlo?
Resulta desolador contemplar este panorama, y ver que en el fondo todo esto es el fruto de una nefasta gestión por parte de los administradores públicos que, en gran parte, se han dedicado a aumentar los gastos de representación, propaganda, televisiones, subvenciones deportivas y dádivas para garantizarse unas prebendas y privilegios, y han desatendido a la sanidad y educación, las dos áreas que debieran ser las únicas de importancia para cualquier autonomía. Tal y como está el patio no sería de extrañar una cascada de impagos y cierre de servicios de asistencia local en muchas regiones. Y el riesgo país de España crecerá, y entonces habrá aún más causas para estar indignado.
Lo importante es saber si realmente la Junta de Castilla la Mancha está hecha unos zorros, financieramente hablando. Aquí ya nos movemos en el terreno de las intuiciones, y es que poco se puede afirmar con claridad de las cuentas de las Comunidades Autónomas. Son opacas a la hora de detallar los gastos, y su sistema de financiación es tan complejo que resulta cuanto menos imposible dar una cifra de ingresos. Lo que parece bastante claro es que las cuentas cada vez están peor, y el hecho de que se hable de déficits ocultos, facturas escondidas en los cajones, retrasos de pagos a proveedores cercanos a los dos años y demás hace pensar a uno que si no hay quiebra poco le falta. Todo esto es muy importante porque de nada sirve que el gobierno central rece e implore perdón a Bruselas, prometiendo propósito de enmienda fiscal, si las Comunidades Autónomas, que gestionan cerca de la mitad del presupuesto de gasto, se desmadran y poseen unos déficits que no dejan de crecer. Y desde fuera se observa esta situación con extrañeza, porque no entienden como funciona el estado autonómico (toma, ni nosotros) y empieza a cundir el nerviosismo. Noticias como las de ayer, en las que se afirma que Moodys avisa que el déficit de Cataluña es un problema para la solvencia de España en su conjunto son de esas que a uno le ponen nervioso, sobre todo porque rebaten el principal argumento con el que hemos basado ese mantra de “España no es Grecia”. Aquí no hay deudas ocultas, impagos raros, estadísticas camufladas….. Pues sí, las hay. Parece que en muchos cajones de despachos autonómicos se esconden algo más que caramelos, y en este caso la ideología del gobierno de la Comunidad es indiferente, porque si el PSOE oculta algo en Castilla la Mancha, el PP lo hace en Valencia. Apasionante carrera de ineptitud hacia la nada. Y más allá de rumores y noticias interesadas hay datos veraces que parecen confirmar esta existencia de facturas ocultas, y sino lean la breve columna semanal de Ángel Laborda en el País del Domingo en la que, extrayendo el jugo de las estadísticas oficiales, verifica que debe haber facturas escondidas que están empezando a aflorar, porque el ritmo de gasto autonómico no es sostenible con las previsiones presupuestarias que se habían hecho hace unos meses. De hecho en el sector sanitario es un secreto a voces, a gritos más bien, que nadie paga, que todos los proveedores, trabajen con el gobierno regional con el que lo hagan, tienen grandes problemas para obtener pagos, en algunos casos de meses, en otros de años, y que de momento se va tirando vía crédito, pero esto no es sostenible durante mucho más tiempo. ¿Qué sucederá cuando una autonomía decrete que es incapaz de pagar las recetas? ¿Será la sanidad, lo más importante del estado de bienestar que poseemos, la primera piedra en derrumbarse? Algunas Comunidades empiezan a anunciar medidas de contención del gasto que suenan a precipitadas, urgentes y de último recurso ante la situación en la que viven. ¿Cuál es esa situación? ¿Por qué no es posible saber lo que cuesta la sanidad en cada CCAA y si hay margen para pagarlo?
Resulta desolador contemplar este panorama, y ver que en el fondo todo esto es el fruto de una nefasta gestión por parte de los administradores públicos que, en gran parte, se han dedicado a aumentar los gastos de representación, propaganda, televisiones, subvenciones deportivas y dádivas para garantizarse unas prebendas y privilegios, y han desatendido a la sanidad y educación, las dos áreas que debieran ser las únicas de importancia para cualquier autonomía. Tal y como está el patio no sería de extrañar una cascada de impagos y cierre de servicios de asistencia local en muchas regiones. Y el riesgo país de España crecerá, y entonces habrá aún más causas para estar indignado.
lunes, junio 06, 2011
La ruinas de Atenas
Desde el Viernes llevo leyendo varios artículos en los que se expresa la alegría del escritor por el acuerdo de refinanciación de la deuda griega que se alcanzó a finales de la semana pasada en Bruselas. Se habla de pasos para la solución del problema, balones de oxígeno y otros términos similares, cuando en su lugar se debiera haber escrito una especie de oda fúnebre a la nación griega, sus habitantes e instituciones. Me asombra la negación de la realidad a la que estamos asistiendo y que, de seguir así, amenaza con que incluso nos sorprendamos con lo que ocurra dentro de unos meses, cuando en realidad será fruto de nuestros errores.
Lo de Grecia, en el fondo es muy sencillo, y se puede describir en tres sencillos puntos. Primero, Grecia está quebrada. Segundo, los rescates no sirven para nada, y en todo caso, al aumentar el importe total de la deuda debida, agravan el problema. Tercero, todos los agentes (países, gobiernos, instituciones, medios de comunicación, etc) hacen todo lo posible para engañarse, engañarnos, y no asumir las terribles consecuencias que se derivan de los puntos primero y segundo. Así de simple y duro. Cuanto más tardemos en asumir esta verdad peor será para todos, y me asombra escuchar cada día a varios expertos, que saben más que yo, repetir una y otra vez que los rescates son útiles y exitosos, por lo que deduzco que están mintiendo a sabiendas, o pagados para ello. Los rescates sólo sirven para ganar algo de tiempo, menso cada vez, antes de que el país se declare en bancarrota. Dado que los principales tenedores, no griegos, de deuda helena son bancos franceses y alemanes, se comenta que ese tiempo ganado está para que esos bancos provisionen a todo correr para evitar las pérdidas derivadas del futuro impago. Se estarías así tratando de ayudar a esas entidades, de manera indirecta, dando por sentado que los gobiernos francés y alemán conocen cuál es la verdadera situación de las finanzas helenas. Por lo tanto, estaríamos asistiendo a un rescate de los acreedores, más que de los deudores. Es una hipótesis coherente, pero de ser cierta revela hasta que punto estamos equivocándonos. En el momento en el que se declare la insolvencia griega habrá una situación de pánico en Europa y un nuevo crash bancario, como sucedió a nivel global con Lehmann Brothers en 2008. Y eso que Grecia es muy poca cosa en el conjunto de Europa. Su PIB es de poco más de la quinta parte del español, y sería un buen caso para ensayar, estableciendo un sistema europeo de quiebra de países, por así llamarlo. Se debería anunciar una reunión entre los acreedores griegos, públicos y privados, y el gobierno de la nación, y establecer un sistema de renegociación, con ampliación de plazos, o de quitas, impagos, que afectaría tanto a los inversores institucionales como a la banca privada. Cuanto antes se haga mejor, porque menos dinero se deberá y menor será el importe de las renuncias a las que los acreedores deban exponerse. Pero cuanto más tarde y más rescates se acumulen, peor. Esto ocasionaría un momento de turbulencias en la zona Euro muy fuerte, pero es probable que se apaciguara sui se ve que hay voluntad de cumplir con lo pactado y se asume la realidad de que no se va a cobrar de donde no se puede. Si sale bien, este sistema sería útil para el caso irlandés y, llegado el caso, el portugués. Para España no hay alternativa posible, somos demasiado grandes, y su llegáramos a caer, Dios no lo quiera, no es posible diseñar algo similar a lo anterior sin que el euro mismo reviente por la presión de los mercados y naciones.
¿Existe otra solución? Sí, basada en más Europa y en la integración financiera. Algo así es lo que expone Paul de Grauwe en esta breve pero clarividente entrevista, cuya idea comparto plenamente, y cuyos temores también suscribo, porque lo que dice implicaría que Alemania, sobre todo, pero no sólo, se haría cargo de parte de las pérdidas, que le corresponden como primer inversor privado en Grecia, pero es probable que no haya canciller preparado, Ángela no lo está, para asumir ese coste financiero y político. Así las cosas, o se adopta la integración tipo Grauwe, o se organiza la quiebra o Grecia se derrumbará y arrastrará muchas cosas por delante. El tiempo se acaba. ¿Qué elegimos?
Lo de Grecia, en el fondo es muy sencillo, y se puede describir en tres sencillos puntos. Primero, Grecia está quebrada. Segundo, los rescates no sirven para nada, y en todo caso, al aumentar el importe total de la deuda debida, agravan el problema. Tercero, todos los agentes (países, gobiernos, instituciones, medios de comunicación, etc) hacen todo lo posible para engañarse, engañarnos, y no asumir las terribles consecuencias que se derivan de los puntos primero y segundo. Así de simple y duro. Cuanto más tardemos en asumir esta verdad peor será para todos, y me asombra escuchar cada día a varios expertos, que saben más que yo, repetir una y otra vez que los rescates son útiles y exitosos, por lo que deduzco que están mintiendo a sabiendas, o pagados para ello. Los rescates sólo sirven para ganar algo de tiempo, menso cada vez, antes de que el país se declare en bancarrota. Dado que los principales tenedores, no griegos, de deuda helena son bancos franceses y alemanes, se comenta que ese tiempo ganado está para que esos bancos provisionen a todo correr para evitar las pérdidas derivadas del futuro impago. Se estarías así tratando de ayudar a esas entidades, de manera indirecta, dando por sentado que los gobiernos francés y alemán conocen cuál es la verdadera situación de las finanzas helenas. Por lo tanto, estaríamos asistiendo a un rescate de los acreedores, más que de los deudores. Es una hipótesis coherente, pero de ser cierta revela hasta que punto estamos equivocándonos. En el momento en el que se declare la insolvencia griega habrá una situación de pánico en Europa y un nuevo crash bancario, como sucedió a nivel global con Lehmann Brothers en 2008. Y eso que Grecia es muy poca cosa en el conjunto de Europa. Su PIB es de poco más de la quinta parte del español, y sería un buen caso para ensayar, estableciendo un sistema europeo de quiebra de países, por así llamarlo. Se debería anunciar una reunión entre los acreedores griegos, públicos y privados, y el gobierno de la nación, y establecer un sistema de renegociación, con ampliación de plazos, o de quitas, impagos, que afectaría tanto a los inversores institucionales como a la banca privada. Cuanto antes se haga mejor, porque menos dinero se deberá y menor será el importe de las renuncias a las que los acreedores deban exponerse. Pero cuanto más tarde y más rescates se acumulen, peor. Esto ocasionaría un momento de turbulencias en la zona Euro muy fuerte, pero es probable que se apaciguara sui se ve que hay voluntad de cumplir con lo pactado y se asume la realidad de que no se va a cobrar de donde no se puede. Si sale bien, este sistema sería útil para el caso irlandés y, llegado el caso, el portugués. Para España no hay alternativa posible, somos demasiado grandes, y su llegáramos a caer, Dios no lo quiera, no es posible diseñar algo similar a lo anterior sin que el euro mismo reviente por la presión de los mercados y naciones.
¿Existe otra solución? Sí, basada en más Europa y en la integración financiera. Algo así es lo que expone Paul de Grauwe en esta breve pero clarividente entrevista, cuya idea comparto plenamente, y cuyos temores también suscribo, porque lo que dice implicaría que Alemania, sobre todo, pero no sólo, se haría cargo de parte de las pérdidas, que le corresponden como primer inversor privado en Grecia, pero es probable que no haya canciller preparado, Ángela no lo está, para asumir ese coste financiero y político. Así las cosas, o se adopta la integración tipo Grauwe, o se organiza la quiebra o Grecia se derrumbará y arrastrará muchas cosas por delante. El tiempo se acaba. ¿Qué elegimos?
viernes, junio 03, 2011
El miedo a la E.coli recorre Europa
Si se fijan, periódicamente asistimos a la aparición de enfermedades que amenazan con derrumbar nuestro sistema de vida y sociedad, y que finalmente se desvanecen en medio de la nada sin que se sepa mucho de ellas. El temido fin pronosticado por los agoreros se aplaza y los fallecidos por estos males son olvidados con rapidez. Es lo que pasó con la fiebre de las vacas locas, que amenazaba con explotar nuestros cerebros como los de los marcianos de Tim Burton, y que ahora nadie recuerda al paladear un chuletón o ponerse una de esas extrañas camisetas de Kukuxumuxu llenas de vacas.
Puede que en el caso de la E.coli alemana que vivimos estos días se de un ciclo muy similar, y que dentro de unos meses de lo único que nos acordemos sea del desastre económico que ha causado la imprudencia de una responsable sanitaria de Hamburgo, nerviosa, locuaz y ansiosa por encontrar a un culpable. Ahora mismo estamos en la parte “caliente” del brote, ese que sirve a los periódicos para que las secciones de ciencia puedan escalar puestos en las portadas y asomar titulares, casi siempre bordeando la tragedia. Los datos son malos, la verdad, con 1.500 personas afectadas, unos quince muertos y casos que se empiezan a dar en numerosos países, no sólo ya en las vecindades de Alemania. No me se las cifras, pero no me extrañaría que en personas afectadas hayamos superado a los casos registrados en humanos de lo de las vacas locas. También crecen las consecuencias económicas a medida que el brote se descontrola, y es que la decisión tomada por Rusia de cerrar sus fronteras a todos los productos de huerta provenientes de la UE ha sentado muy mal en Bruselas. Quizás ahora sepan en la capital europea cómo nos hemos sentido en España por un bloque inicial de productos que fue infundado y sólo ha causado ruina y preocupación. Ahora la decisión rusa nos perjudica a los españoles, y también a los franceses y alemanes. Veremos a ver con que diligencia se mueven los funcionarios comunitarios para salvar los sectores agrarios de los países que sí importan en la UE, visto que nosotros no somos uno de esos países. Tampoco acabo de entender muy bien lo de Rusia, porque la salubridad y los controles sanitarios de ese país brillan por su ausencia. Mi impresión siempre ha sido de que los productos alimentarios rusos no hacen enfermar a su población porque el frío natural mata todos los gérmenes y el vodka ingerido a mansalva extermina los pocos que no se hayan congelado. En fin, la cosa es que Moscú vuelve a apretar las tuercas, amparada eso sí en una alerta real. Lo único cierto de toda esta historia es que el brote se inició en Hamburgo, que la fuente den contaminación está allí, que no llegó de fuera, y que es desde esa ciudad desde donde se está propagando por todas partes. Así, mientras los técnicos tratan de encontrar el origen del brote, para impedir que siga emitiendo una contaminación sin fin, los laboratorios alemanes están trabajando a destajo para encontrar un freno a la bacteria. La secuenciación del genoma de la misma ha permitido saber que esta bacteria es distinta a las conocidas, fruto de una mutación, mezcla o vaya usted a saber, producida no se sabe cómo, cuándo ni donde (bueno, eso sí, en Hamburgo). Es más peligrosa que las cepas ya conocidas y genera daños severos, especialmente en los riñones, habiendo pacientes a los que sólo un proceso de diálisis les permite sobrevivir. Ahora mismo la situación en Alemania no es buena, no.
Si todo va como debe, en un plazo razonable (días, semanas) se habrá encontrado el foco de la infección y una cura, al menso parcial, a la enfermedad, y el brote se irá apagando poco a poco, siendo sustituido en los informativos por la última frase ocurrente y hueca dicha por uno de nuestros ingeniosos políticos. No tengo muchas dudas sobre esto. De lo que no estoy seguro es de que los agricultores españoles cobren indemnización alguna por lo que les han hecho, que la UE resarza el daño o que Alemania simplemente se disculpe. El daño económico y de imagen ya está hecho, y recuperar eso costará mucho más tiempo y esfuerzo.
Puede que en el caso de la E.coli alemana que vivimos estos días se de un ciclo muy similar, y que dentro de unos meses de lo único que nos acordemos sea del desastre económico que ha causado la imprudencia de una responsable sanitaria de Hamburgo, nerviosa, locuaz y ansiosa por encontrar a un culpable. Ahora mismo estamos en la parte “caliente” del brote, ese que sirve a los periódicos para que las secciones de ciencia puedan escalar puestos en las portadas y asomar titulares, casi siempre bordeando la tragedia. Los datos son malos, la verdad, con 1.500 personas afectadas, unos quince muertos y casos que se empiezan a dar en numerosos países, no sólo ya en las vecindades de Alemania. No me se las cifras, pero no me extrañaría que en personas afectadas hayamos superado a los casos registrados en humanos de lo de las vacas locas. También crecen las consecuencias económicas a medida que el brote se descontrola, y es que la decisión tomada por Rusia de cerrar sus fronteras a todos los productos de huerta provenientes de la UE ha sentado muy mal en Bruselas. Quizás ahora sepan en la capital europea cómo nos hemos sentido en España por un bloque inicial de productos que fue infundado y sólo ha causado ruina y preocupación. Ahora la decisión rusa nos perjudica a los españoles, y también a los franceses y alemanes. Veremos a ver con que diligencia se mueven los funcionarios comunitarios para salvar los sectores agrarios de los países que sí importan en la UE, visto que nosotros no somos uno de esos países. Tampoco acabo de entender muy bien lo de Rusia, porque la salubridad y los controles sanitarios de ese país brillan por su ausencia. Mi impresión siempre ha sido de que los productos alimentarios rusos no hacen enfermar a su población porque el frío natural mata todos los gérmenes y el vodka ingerido a mansalva extermina los pocos que no se hayan congelado. En fin, la cosa es que Moscú vuelve a apretar las tuercas, amparada eso sí en una alerta real. Lo único cierto de toda esta historia es que el brote se inició en Hamburgo, que la fuente den contaminación está allí, que no llegó de fuera, y que es desde esa ciudad desde donde se está propagando por todas partes. Así, mientras los técnicos tratan de encontrar el origen del brote, para impedir que siga emitiendo una contaminación sin fin, los laboratorios alemanes están trabajando a destajo para encontrar un freno a la bacteria. La secuenciación del genoma de la misma ha permitido saber que esta bacteria es distinta a las conocidas, fruto de una mutación, mezcla o vaya usted a saber, producida no se sabe cómo, cuándo ni donde (bueno, eso sí, en Hamburgo). Es más peligrosa que las cepas ya conocidas y genera daños severos, especialmente en los riñones, habiendo pacientes a los que sólo un proceso de diálisis les permite sobrevivir. Ahora mismo la situación en Alemania no es buena, no.
Si todo va como debe, en un plazo razonable (días, semanas) se habrá encontrado el foco de la infección y una cura, al menso parcial, a la enfermedad, y el brote se irá apagando poco a poco, siendo sustituido en los informativos por la última frase ocurrente y hueca dicha por uno de nuestros ingeniosos políticos. No tengo muchas dudas sobre esto. De lo que no estoy seguro es de que los agricultores españoles cobren indemnización alguna por lo que les han hecho, que la UE resarza el daño o que Alemania simplemente se disculpe. El daño económico y de imagen ya está hecho, y recuperar eso costará mucho más tiempo y esfuerzo.
jueves, junio 02, 2011
Para exprimir el Sol hay que invertir en I+D+i
Hablaba ayer de las energías renovables, y al solar es, junto a la eólica, la más importante. Sin embargo es mucho más difícil sacar el fruto del poder solar que del viento. Hay dos vías principales, una a través de las placas fotovoltaicas, que transforman la luz recibida en electricidad, y otra mediante centrales termosolares, en las que la luz y el calor solar, concentrados de alguna manera, calientan un fluido que mueve una turbina. Estas segundas me parecen las más prometedoras, pero hoy voy a hablar de las primeras, las placas que se ven por todas partes.
Y eso debido a que ayer, a la vuelta a casa del trabajo, a horas tardías, escuché a dos chicos en el vagón del metro, y uno de ellos le contaba al otro que, junto con el resto de la clase, habían estado de visita en un polígono de Madrid en una empresa que fabrica placas solares, y el chico le contaba entusiasmado como aquello le había parecido similar a la NASA, con un montón de investigadores y laboratorios de esos “llenos de cristales y todo limpio” en los que trabajaban sin cesar para aumentar el rendimiento de las placas de silicio. El otro amigo le preguntó qué era eso del rendimiento, y al explicarlo el entusiasta solar expuso, en pocos minutos, y con muestras de haber aprendido muy bien la lección, cual es el principal problema que tienen las placas. Y es que el rendimiento, que no es otra cosa que el porcentaje de la energía que recibe al placa del sol y que ésta es capaz de transformar en electricidad, se sitúa hoy en torno al 18%, lo que quiere decir que el 82% de la energía recibida por el sol se transforma en calor, alabando sin cesar a la segunda ley de la termodinámica. ¿Es ese rendimiento alto o bajo? Parece bajo, y en efecto lo es, pero este interesante artículo muestra que, en cierto modo, ni mucho menos es un comportamiento desastroso. Además no es menos cierto que en los últimos años se ha alcanzado ese porcentaje del 18% desde valores muy inferiores. La tecnología de las placas es muy compleja, y se basa en las propiedades cuánticas de los átomos de silicio y las redes que con ellos se pueden montar. Es un mundo complejo y apasionante que no deja de dar frutos, pero es evidente que cuesta mucho dinero de inversión, trabajo y tiempo, y los frutos tardan en obtenerse. Sin embargo el reloj corre a favor de estas nuevas tecnologías. En esta web se muestra un gráfico en el que se comparan los costes de la inversión nuclear y la solar a la hora de producir energía, y según la fuente se está llegando a un punto de equilibrio. Es cierto que en asuntos de costes todo es muy confuso, porque dudo que en el lado nuclear se cuente como costes el proceso de desmantelamiento de una central o la gestión de los residuos, y que en el lado solar se imputen las subvenciones públicas que se dan año tras año a la industria, y que han generado la burbuja de paneles (de bajo rendimiento) que llenan algunos campos españoles, cuyo único objetivo era cobrar la prima y dejar achatarrar el producto. Sin embargo creo que, como señalé ayer, el futuro va por ahí. Y en el caso de la solar las placas tendrán su nicho de mercado, pero más prometedora aún es la tecnología termosolar, que trata de buscar el producir electricidad de manera continua, haya sol o no, mediante la acumulación de calor por sales. Es un proceso aún muy novedoso y experimental, pero que puede dar sus frutos. Y es que el mejor panel solar del mundo rinde al 0% de noche.
Comentaba el chico excursionista de ayer que en la empresa les habían dicho que su mayor partida de gasto era la de I+D+i, con el objeto de mejorar todas las tecnologías del proceso de producción y del funcionamiento de las placas. Ese es el camino. Seguro que los chicos, que siguieron en la línea cuando yo me bajé en mi parada, se han quedado dentro con el gusanillo de cómo hacer que esas placas funcionen mejor, rindan más. Esa curiosidad por aprender, que es lo que mueve al investigador, y los recursos necesarios, públicos y, sobre todo, privados, es la única vía que tenemos para avanzar en el campo de la energía renovable, y en todos los demás retos que se nos plantean día a día. Ese es el camino.
Y eso debido a que ayer, a la vuelta a casa del trabajo, a horas tardías, escuché a dos chicos en el vagón del metro, y uno de ellos le contaba al otro que, junto con el resto de la clase, habían estado de visita en un polígono de Madrid en una empresa que fabrica placas solares, y el chico le contaba entusiasmado como aquello le había parecido similar a la NASA, con un montón de investigadores y laboratorios de esos “llenos de cristales y todo limpio” en los que trabajaban sin cesar para aumentar el rendimiento de las placas de silicio. El otro amigo le preguntó qué era eso del rendimiento, y al explicarlo el entusiasta solar expuso, en pocos minutos, y con muestras de haber aprendido muy bien la lección, cual es el principal problema que tienen las placas. Y es que el rendimiento, que no es otra cosa que el porcentaje de la energía que recibe al placa del sol y que ésta es capaz de transformar en electricidad, se sitúa hoy en torno al 18%, lo que quiere decir que el 82% de la energía recibida por el sol se transforma en calor, alabando sin cesar a la segunda ley de la termodinámica. ¿Es ese rendimiento alto o bajo? Parece bajo, y en efecto lo es, pero este interesante artículo muestra que, en cierto modo, ni mucho menos es un comportamiento desastroso. Además no es menos cierto que en los últimos años se ha alcanzado ese porcentaje del 18% desde valores muy inferiores. La tecnología de las placas es muy compleja, y se basa en las propiedades cuánticas de los átomos de silicio y las redes que con ellos se pueden montar. Es un mundo complejo y apasionante que no deja de dar frutos, pero es evidente que cuesta mucho dinero de inversión, trabajo y tiempo, y los frutos tardan en obtenerse. Sin embargo el reloj corre a favor de estas nuevas tecnologías. En esta web se muestra un gráfico en el que se comparan los costes de la inversión nuclear y la solar a la hora de producir energía, y según la fuente se está llegando a un punto de equilibrio. Es cierto que en asuntos de costes todo es muy confuso, porque dudo que en el lado nuclear se cuente como costes el proceso de desmantelamiento de una central o la gestión de los residuos, y que en el lado solar se imputen las subvenciones públicas que se dan año tras año a la industria, y que han generado la burbuja de paneles (de bajo rendimiento) que llenan algunos campos españoles, cuyo único objetivo era cobrar la prima y dejar achatarrar el producto. Sin embargo creo que, como señalé ayer, el futuro va por ahí. Y en el caso de la solar las placas tendrán su nicho de mercado, pero más prometedora aún es la tecnología termosolar, que trata de buscar el producir electricidad de manera continua, haya sol o no, mediante la acumulación de calor por sales. Es un proceso aún muy novedoso y experimental, pero que puede dar sus frutos. Y es que el mejor panel solar del mundo rinde al 0% de noche.
Comentaba el chico excursionista de ayer que en la empresa les habían dicho que su mayor partida de gasto era la de I+D+i, con el objeto de mejorar todas las tecnologías del proceso de producción y del funcionamiento de las placas. Ese es el camino. Seguro que los chicos, que siguieron en la línea cuando yo me bajé en mi parada, se han quedado dentro con el gusanillo de cómo hacer que esas placas funcionen mejor, rindan más. Esa curiosidad por aprender, que es lo que mueve al investigador, y los recursos necesarios, públicos y, sobre todo, privados, es la única vía que tenemos para avanzar en el campo de la energía renovable, y en todos los demás retos que se nos plantean día a día. Ese es el camino.
miércoles, junio 01, 2011
Alemania antinuclear
Esta parece ser la semana de las noticias alemanas, malas visto lo del pepino, y confusas por el asunto nuclear. Y es que el Lunes el gobierno de Angela Merkel, cual veleta, se retractaba de sus anteriores intenciones y anunciaba que Alemania renunciará a la energía nuclear en 2022. Las razones esgrimidas son de seguridad tras lo sucedido en Fukushima, que ya originó el cierre preventivo de los reactores más antiguos del país. Lo que se ha propuesto es apagar todos los reactores alemanes, ahora mismo son 17, que producen la cuarta parte de la electricidad del país, y sustituirlos por fuentes renovables. ¿es esto posible?
Pues sí y no. Técnicamente es posible instalar un parque de aerogeneradores y de placas solares que cubran el hueco de demanda que dejen las nucleares al marcharse, pero esa infraestructura se enfrentará al reto de cómo producir electricidad de manera estable. En España ha habido días en los que cerca de la mitad de la producción nacional se ha obtenido del viento, sí, sí, de los molinos eólicos. ¿Cuál es el problema? Que cuando no sopla viento no producen nada, por lo que su efectividad está en manos de la meteorología. Algo similar sucede con las placas solares. Por ello, cuando se instala un parque eólico o solar la compañía eléctrica está obligada a crear, en paralelo, una central, habitualmente de ciclo combinado de gas, con una potencia equivalente a la del parque renovable, para garantizar que si instala 100 Mw de potencia, esto se producirán siempre, con las aspas o combinándolos con la central convencional cuando las aspas miren al horizonte quietas como pedruscos. Evidentemente esto dispara el coste de la instalación renovable, y de paso provoca que la infraestructura de respaldo se use “mal”, apagándose y encendiéndose de manera aleatoria en función del viento, por lo que se estropeará antes de lo debido y el coste de mantenimiento crecerá. Ello unido a que la tecnología renovable aún es novedosa hace que los costes de producción por estos medios sean más caros que por los convencionales, tal y como se miden ahora, por lo que esta energía renovable sólo es rentable por dos vías. Una, subvencionándola para disminuir el coste, que es lo que se hace en la mayaría de países, España y Alemania incluidos, y otra es la de aumentar la factura de la luz, de tal manera que sea el consumidor el que, directamente, corra con el coste de producción (por si alguno tenía dudas, la subvención sale de nuestros impuestos). El gobierno alemán, curioso, parece que optará más por esta vía de subir precios, y se estima una subida del 6% en la factura, aunque esto puede variar dependiendo del tipo de consumo que se haga y de su intensidad. Lo que sí ha provocado Alemania es el abrir en serio el debate de cómo queremos producir la energía que actualmente consumimos, a qué precio y, si no tenemos buenas respuestas a estas dos preguntas, a cuánta estamos dispuestos a renunciar. Y es que la tecnología renovable a día de hoy es importante, pero incapaz de proporcionar el suministro seguro, fiable y continuado que nuestra sociedad demanda. La nuclear produce de manera estable y continua, pero posee riesgos obvios. La quema de combustibles fósiles es también una fuente continua y estable, además de segura, pero emite CO2, nos hace dependientes de un producto que debemos importar de países nada fiables, dictatoriales en muchos casos, y que tarde o temprano se acabará, al menos a precios accesibles. ¿Cómo solucionamos este endiablado puzzle?
La respuesta obvia es con un poco de todo. Se debe invertir mucho dinero en innovación en el campo renovable, porque sin duda allí está el futuro, y me atrevo a decir que el gran negocio de este siglo. Y, poco a poco, ir pasando de un modelo fósil a uno verde, por así llamarlo, pero no tengo dudas de que esa transición será lenta, costosa y compleja. Lo que si que parece cierto es que el consumo no va a disminuir, e ideas como el coche eléctrico no hacen si no aumentar la demanda potencial en el futuro. Este es uno de los mayores retos, problemas… oportunidades al que nos vamos a enfrentar en estos años venideros. De hecho ya lo tenemos aquí.
Pues sí y no. Técnicamente es posible instalar un parque de aerogeneradores y de placas solares que cubran el hueco de demanda que dejen las nucleares al marcharse, pero esa infraestructura se enfrentará al reto de cómo producir electricidad de manera estable. En España ha habido días en los que cerca de la mitad de la producción nacional se ha obtenido del viento, sí, sí, de los molinos eólicos. ¿Cuál es el problema? Que cuando no sopla viento no producen nada, por lo que su efectividad está en manos de la meteorología. Algo similar sucede con las placas solares. Por ello, cuando se instala un parque eólico o solar la compañía eléctrica está obligada a crear, en paralelo, una central, habitualmente de ciclo combinado de gas, con una potencia equivalente a la del parque renovable, para garantizar que si instala 100 Mw de potencia, esto se producirán siempre, con las aspas o combinándolos con la central convencional cuando las aspas miren al horizonte quietas como pedruscos. Evidentemente esto dispara el coste de la instalación renovable, y de paso provoca que la infraestructura de respaldo se use “mal”, apagándose y encendiéndose de manera aleatoria en función del viento, por lo que se estropeará antes de lo debido y el coste de mantenimiento crecerá. Ello unido a que la tecnología renovable aún es novedosa hace que los costes de producción por estos medios sean más caros que por los convencionales, tal y como se miden ahora, por lo que esta energía renovable sólo es rentable por dos vías. Una, subvencionándola para disminuir el coste, que es lo que se hace en la mayaría de países, España y Alemania incluidos, y otra es la de aumentar la factura de la luz, de tal manera que sea el consumidor el que, directamente, corra con el coste de producción (por si alguno tenía dudas, la subvención sale de nuestros impuestos). El gobierno alemán, curioso, parece que optará más por esta vía de subir precios, y se estima una subida del 6% en la factura, aunque esto puede variar dependiendo del tipo de consumo que se haga y de su intensidad. Lo que sí ha provocado Alemania es el abrir en serio el debate de cómo queremos producir la energía que actualmente consumimos, a qué precio y, si no tenemos buenas respuestas a estas dos preguntas, a cuánta estamos dispuestos a renunciar. Y es que la tecnología renovable a día de hoy es importante, pero incapaz de proporcionar el suministro seguro, fiable y continuado que nuestra sociedad demanda. La nuclear produce de manera estable y continua, pero posee riesgos obvios. La quema de combustibles fósiles es también una fuente continua y estable, además de segura, pero emite CO2, nos hace dependientes de un producto que debemos importar de países nada fiables, dictatoriales en muchos casos, y que tarde o temprano se acabará, al menos a precios accesibles. ¿Cómo solucionamos este endiablado puzzle?
La respuesta obvia es con un poco de todo. Se debe invertir mucho dinero en innovación en el campo renovable, porque sin duda allí está el futuro, y me atrevo a decir que el gran negocio de este siglo. Y, poco a poco, ir pasando de un modelo fósil a uno verde, por así llamarlo, pero no tengo dudas de que esa transición será lenta, costosa y compleja. Lo que si que parece cierto es que el consumo no va a disminuir, e ideas como el coche eléctrico no hacen si no aumentar la demanda potencial en el futuro. Este es uno de los mayores retos, problemas… oportunidades al que nos vamos a enfrentar en estos años venideros. De hecho ya lo tenemos aquí.
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