Usar Internet como fuente de información, consulta o denuncia es maravilloso. Supone tener a nuestro alcance el mayor recurso del conocimiento que jamás haya existido. Sin embargo existen riesgos, derivados de que todos podemos usarla para consultar e introducir datos, y algunos pueden ser erróneos. Es típica la denuncia que con frecuencia se hace de entradas de la Wikipedia, loada seas, que posee información inexacta, tergiversada o incluso maliciosa. El riesgo de que esto suceda en los blogs, personales por antonomasia, es muy elevado.
Un ejemplo cuyo titular es gracioso, pero que esconde un asunto muy serio, es lo que ha sucedido con la bloguera lesbiana siria que contaba su experiencia desde un Damasco aplastado por las tropas del régimen de Bashar el Asad. Durante estos días su historia ha conmovido a mucha gente, y le ha acercado a muchos internautas occidentales el drama que se vive en Siria, donde decenas de personas mueren todos los días demandando el derecho a la libertad que la dictadura que les rige hace tiempo les negó. Este y otros blogs han denunciado esta situación ante un occidente que no parece que vaya a hacer nada para impedir esta atrocidad. Quizás por el hecho de ser mujer en una sociedad islámica, y encima lesbiana, esta web ha adquirido una relevancia mucho mayor que otras, y sus denuncias han salido a la opinión pública mundial. Hasta aquí la parte seria, porque ayer se supo que ese blog era, en el fondo, una máscara. Y es que la bloguera lesbiana siria era un norteamericano heterosexual que vive en Escocia. Sí, sí, todo al revés. Tom MacMaster, que así se llama el autor real del blog, ha desvelado que durante varios meses ha creado una realidad ficticia, enmascarada en Amina, que ese era el nombre de la supuesta blogeura, y que todo lo que relataba en su web, las experiencias de sometimiento, humillación y persecución de Amina, eran falsas, empezando porque Amina no existía. Su invención ha llegado a engañar a medios de comunicación serios, como algunos periódicos, que concedieron entrevistas a Amina, supongo que vía envió de preguntas y recepción de respuestas a través del blog, y la semana pasada llegó al paroxismo de denunciar el secuestro de Amina por parte de las fuerzas represoras sirias, y por tanto cancelar la inclusión de entradas en el blog. Esto provocó un movimiento de denuncia en Internet por la libertad de Amina, y que varios blogueros se solidarizasen con ella, un grupo en facebook al efecto y, en fin, el típico movimiento de protesta ante un acto a todas luces injusto y cruel. Y todo por una mentira. Siendo serios, esto es un desastre, porque no es necesario inventarse nada para denunciar las atrocidades que el régimen sirio comete sobre su población. Es más, esta burda historia le puede servir a ese régimen para emprender su particular campaña de propaganda, utilizándola como muestra de cómo los occidentales mienten y manipulan sobre lo que pasa en Siria, con el único objeto de acabar con el gobierno. El tonto de Tom le ha dado munición mediática a Bashar el Asad, justo de la que más falta le hacía en estos momentos (de la otra le sobra, y bien que la utiliza…) Además, y con toda la razón, muchos activistas se han sentido engañados por esta historia, han movilizado esfuerzos y recursos en pos de algo que no existía, y su credibilidad ante los suyos y otros organismos, oficiales en algunos casos, ha podido verse muy mermada. ¿Con qué cara pedirán ayuda para salvar a otra persona la próxima vez? ¿Con qué cara se les escuchará? Lo que ha hecho Tom MacMaster, con buena voluntad, ha sido prostituir, pervertir Internet como herramienta, debilitándola y haciendo mucho daño a todos los que la usamos día a día. Hablando en plata, Tom, la has cagado.
Visto por el lado cómico, al enterarme de la noticia no pude evitar la típica escena de cita a ciegas apalabrada por Internet en la que has quedado con Jazmine, joven y morena, y al punto de encuentro aparece un barbudo imitador de Alex de la Iglesia, que se quiere echar unas risas a costa tuyo. O del episodio de los Simpson en el que Bart arroja un radio transmisor al pozo y simula ser un pobre niño caído en el fondo, y todo el mundo se moviliza para rescatarlo. Tim O’toole, el supuesto niño desvalido, era un fraude, como Amina. La diferencia es que en los dibujos da mucha risa ver cavado a Sting en busca del niño, y en la realidad lo que ha hecho Tom no tiene ninguna gracia.
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