Hacía tiempo que las noches electorales se habían vuelto aburridas, dado que los resultados eran calvados días y horas antes por las encuestas. En todo caso se producían variaciones que ahondaban lo previsto, como pasó en las municipales ya nacionales de 2011, en las que la victoria del PP resultó ser aún mayor de lo que se pronosticaba. Sin embargo ayer vimos unas lecciones en las que la demoscopia fracasó, el PSOE, pese a perderlas, mantiene el gobierno de Andalucía y el PP, pese a ganarlas, cosecha un imprevisto y doloroso fracaso.
La imagen de la noche fue al de Javier Arenas en el balcón. Saludando a los fieles que se habían congregado frente a lo que supongo que sería la sede del PP de Sevilla. Creo que todos ellos estaban llamados a celebrar la victoria, pero tuvieron que digerir una derrota no esperada. Arenas, que aún en estas ocasiones mantiene una sonrisa de candidato, no podía disimular la tristeza que le embargaba, porque su futuro como presidente de la Junta de Andalucía se le había vuelto a escapar de las manos, cuando esta vez todo el mundo le decía que sí era posible, y muy probablemente ya no tenga más oportunidades para lograrlo. Cuatro derrotas, espaciadas de dos en dos, son demasiadas, y no debiera volver a ser candidato. En frente, la alegría de Griñán era sincera, y la apoteosis que vivían sus compañeros de partido detrás de él era una fiesta de verdad, y merecida. Con un partido fracturado, odios internos a mansalva, corrupción galopante, desgaste completo y campaña desarbolada, Griñán mantendrá el gobierno de la Junta y sólo ha perdido por tres diputados. Sí, es la primera vez que pierde el PSOE en unas autonómicas, es un hecho histórico, pero mantiene el gobierno. Y aunque a hora se niegue nadie daba un duro por Griñán hace unas horas. Muchos analistas fueron ayer a los debates electorales con un guión escrito en el que se explicaba la derrota total del PSOE y el éxito del PP andaluz, y se encontraron justo con lo contrario. Los más listos fueron capaces de variar su discurso, aún sin reconocer su error. La mayoría optó por empezar a denunciar los fallos de la campaña del PP, que hasta el día anterior habían alabado y seguido, y pusieron a Arenas como causa y origen de todos los males, haciendo esa leña del árbol caído que tanto nos gusta a los españoles. En ese sentido la noche electoral también fue muy divertida. Quienes no se pasaron por los estudios de ninguna cadena fueron los demoscópicos, encuestadores y demás, que esta vez han cosechado el mayor fracaso que se recuerda desde hace mucho tiempo. Cierto que la mayoría absoluta del PP aparecía en algunas encuestas y no en otras, pero una cota de 50 diputados para el PP no la marcaba nadie, y el menor de los registros oscilaba entre los 54 y 55, siendo ese el límite de la mayoría absoluta. Creo que el CIS fue el que más se acercó, dado una cota muy baja al PP, pero incluso las israelitas (encuestas a pie de urna a la salida del colegio) de ayer daban datos de 55 a 57. Mala noche en Génova y pero en casa de Sigma2, Ipsos, Metroscopia y demás empresas encuestadoras.
A quién mejor le han ido los resultados ha sido a Izquierda Unida. Tradicionalmente fuerte en Andalucía, ha doblado representación y es el socio necesario para que Griñán gobierne nuevamente, por lo que es seguro que realizará numerosas exigencias, aunque toda vía no se sabe si querrá entrar en el gobierno o apoyará desde fuera. Si uno mira los votos el PP no ha subido casi nada, y ha sido el trasvase del PSOE a IU lo que ha aupado a Arenas a la primera posición. Cayo Lara y compañía ayer brindaron con champán, y por una vez tenían motivos de sobra para hacerlo.
2 comentarios:
no se.... me parece raro que todas las empresas demoscopicas de ayan equivocado tanto... como es posible?
A mi me huele a fraude electoral por parte de los socialistas, pero solo es una impresión, no tendo pruebas, solo sospecio que algo aya pasaso, aunque no me explico como.
Hay algunos factores que pueden explicarlo, como el exceso de confianza del votante popular, que se quedó en casa (altísima abstención) el miedo a los recortes que une a votantes de PP y PSOE para mantener lo que existe frente a lo desconocido, el exceso de confianza popular y la labor eficaz del PSOE y los sindicatos en la campaña, etc pero sí es cierto que el fracaso de las encuestas es de los más sonados que se recuerdan. Habría que analizarlo con detalle para saber qué ha pasado. Saludos y gracias.
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