Ha causado mucho revuelo en los medios y en la red la noticia de que, durante unos meses, la estación de metro de Sol va a cambiar de nombre con motivo de una campaña publicitaria. Un contrato firmado entre el metro y la empresa Samsung rebautizará esa estación como SOL Galaxy Note, para promocionar uno de los últimos modelos de smartphone de la compañía surcoreana. A simple vista suena un poco raro y cuando lo vea en persona les diré que me parece, pero en todo caso es una estrategia comercial ya ensayada en otros lugares y una manera de potenciar la marca por un lado y conseguir ingresos para la concesionaria del metro por otro.
De hecho en el metro, y en todos los soportes que podamos imaginar, ya luce la publicidad desde hace mucho tiempo. Lo hace en formatos más tradicionales, sí, con pósters, carteles e imágenes que tienen su espacio reservado, pero el patrocinio no es sino la evolución lógica de todo ese proceso de posicionamiento del producto en a través del soporte, que es como técnicamente denominan los que saben de estas cosas a todos estos procesos. De hecho hace ya tiempo que el patrocinio de marca llegó a los estadios de fútbol y teatros, y no sólo durante un par de meses, no, sino para siempre, en forma de contratos indefinidos que dan nombre al recinto, como es Allianz Arena de Munich, el Teatro Kodak de Los Ángeles, donde se entregan los Oscars, o sin salir de Madrid el MoviStar Gran Vía o el Hagen Datz Calderón, que lucen sus distintivos publicitarios junto a las obras que anuncian programadas. ¿Tiene esto un matiz perverso? Yo no lo veo, salvo quizá el hecho de sentirse cada vez más agobiado por una publicidad de la que no se puede escapar, pero por lo demás la idea de la promoción me parece buena. Además en este caso no supone entorpecer la vista ni ningún entorno protegido o de valor artístico o cultural mediante la instalación de nuevas pantallas murales, debate que sí se planteó en Venecia hace un tiempo sobre el patrocinio de la restauración de algunas obras y edificios históricos y el efecto que producía la agobiante promoción en un entorno tan virgen y dotado de una estética tan definida como ese. Por tanto, la idea de la Comunidad de ir extendiendo este modelo de promoción a otros objetos de la red, como las líneas, no deja de tener su lógica. El Santander podía patrocinar la 2, que es roja, el BBVA la 10, azul oscuro, y habría peleas por quién patrocina la 5, verde ecologista… otras como la morada 9 o la 4 marrón seguro que no generaban tantas disputas, aunque algún fabricante de brownies tendría en la 4 su lugar natural, jejeje. Lo que ha sacado a la luz esta noticia es que el ingenio de la gente no tiene límites, y al calor del patrocinio se han hecho propuestas de todo tipo, a cada cual más graciosa, como pueden leer en esta web. No es necesario conocerse la red de metro de Madrid para hacerse a la idea de que expresiones como Galletas Principe Pío, Audi Quattro Caminos, Durex Play Estrecho, Pan Bendito Bimbo, BicAlvaro, Pitis Marlboro, Barrio Dell Pilar, Port A Ventura Rodríguez o Pachá Ibiza tendrían un éxito asegurado, y puestos a buscar patrocinadores es lógico pensar que la Iglesia lo haría con gusto con la estación de Pan Bendito, una productora de Hollywood con Guzmán el bueno, el feo y el malo, Campo Frío tendría dudas entre “Casa de Campo” y “Campo de las Naciones”, e incluso se sugieren alternativas políticas como Rajoy Callao o Noos Ministerios. En fin, todo muy ingenioso y divertido. Prueben a intentarlo con las paradas de las redes de sus ciudades y seguro que también encuentran alternativas muy divertidas.
Pero la palma se la lleva un tipo, al que habría que darle un premio, que ha puesto una foto en su twitter, que reproduce esa web, en la que ha cambiado el nombre de la estación de Estrella, en la línea 9, por la que paso todos los días, por el del “Estrella de la Muerte” y aparece en la imagen vestido de Darth Vader blandiendo su espada láser bajo el nombre de su estación espacial favorita. Si George love acude raudo para poner un montón de pasta, cubre los pasillos con sus anillos hexagonales blancos, cambia los taquilleros por soldados imperiales y convierte a esa estación en un lugar de culto en todo el mundo y gran parte de la Galaxia….. Simplemente genial.
El Lunes 19 es fiesta en Madrid. Si no sucede nada raro, hasta el Martes 20. Que llueva…..
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