miércoles, abril 24, 2013

El inmenso poder de un tweet


Ayer fue un día de fiesta en el mercado, con la prima de riesgo rozando sus mínimos de más de un año, perdiendo por momentos la cota de los 300, y el Ibex disparado subiendo más de un 3%, seguramente al calorcito de los rumores que apuntan a que las medidas de reforma y recorte del viernes serán más duras de lo que se esperaba. Como no estamos acostumbrados a oír cosas buenas de la bolsa últimamente pueden ustedes brindar con champán, pero les aconsejo que terminen la botella, porque estas subidas pueden ser mañana bajadas, y viceversa, que todo está muy revuelto e indefinido.

Pero en lo que quería fijarme más en detalle de lo sucedido ayer en los mercados es el derrumbe instantáneo que sufrió la bolsa americana a golpe de rumor, lo que en el argot se llama un “flash crash” y que, por fortuna, se quedó en un mero susto, pero que da lugar a muchas preguntas de gran alcance. Las cosas fueron así. En un momento dado, entorno a las 19 horas en España, la cuenta de twitter de Associated Press (AP), una de las grandes agencias de noticias del mundo, relata que ha habido un atentado con bomba en la Casa Blanca y que Obama está herido. Ese mensaje cala en un ambiente de nervios tras los sucesos de Boston y es retuiteado (reenviado por seguidores de la cuenta de AP a sus propios seguidores) más de cuatro mil veces, y genera un efecto derrumbe en la cotización del Dow Jones que, como pueden ver en la gráfica, es lo más parecido a un precipicio. A los pocos minutos AP emite un comunicado oficial en el que anuncia que esa noticia del atentado es falsa, y que alguien ha hackeado su cuenta en Twitter para difundirla. Inmediatamente vuelve la calma a medio mundo, la bolsa rebota con la misma fuerza con la que se derrumbaba minutos antes y se posiciona en un nivel idéntico al que tenía antes de la emisión del falso rumor, dejando tras de sí un profundo y finísimo abismo. A media noche la cuenta de AP seguía inactiva, lo que muestra que el ataque no fue simplemente una intromisión de un aficionado, y en ella se podía leer un mensaje de disculpas por la falta de servicio debida a problemas técnicos. Este episodio se ha quedado, finalmente, en una anécdota que dará para algunos chistes y que provocará risas maliciosas en los rostros de los competidores de AP, pero muestra muy a las claras dos cosas, al menos, que me parecen muy importantes, y más en los tiempos en los que vivimos. Una es la mayor o menor seguridad que poseen las redes sociales que usamos en el día a día, que están sujetas a ataques por parte de desaprensivos que pueden usurpar nuestra personalidad para hacerse con nuestros datos, contactos, o simular simplemente que somos nosotros para encubrir sus fechorías o, simplemente, para hacer el tonto a costa de nuestro nombre. ¿Son seguras estas webs? ¿Hasta qué punto poseen sistemas de controles exhaustivos y potentes? Los bancos, poseedores de grandes redes y sistemas de datos, han aprendido a blindarlos en muchos casos a base de ataques y robo de información que en ellos se almacenaba. Puede que un usuario y contraseña no sea suficiente para garantizar la confidencialidad y seguridad del acceso, pero en todo caso twitter, dado que esta vez ha sido en esa red donde se ha producido el ataque, debiera investigar muy en serio qué es lo que ha pasado, quién lo ha hecho, cómo, y dar explicaciones para evitar que algo así vuelva a suceder. Porque el efecto de ese bulo, aunque breve, fue enorme, y si llega a extenderse de manera viral y no es cortado por un desmentido oficial a tiempo sus consecuencias podrían ser muy serias, y en ese caso no estaríamos hablando de una anécdota, sino de un grave problema, y aquí es donde está el otro punto importante, el que más, de este asunto, y no es otro que el inmenso poder e influencia que estas redes poseen en nuestro mundo. Lo que allí aparece condiciona en muchas ocasiones nuestra opinión, comportamiento, pensamiento y decisiones. ¿Hasta qué punto eso es lógico? ¿No tienen demasiado poder las redes sociales?

Un comentario desafortunado en twitter es capaz de hundir la reputación y carrera de una persona, poniéndola a ojos de muchas otras que de nada le conocen como un auténtico deshecho, objeto de burla y escarnio. Vivir en un mundo que se mueve a golpe de frases cortas es muy peligroso, y como mínimo puede provocar situaciones como las de ayer, y otro tipo de movimientos bruscos, anómalos y gregarios, que se alejan de todo lo que tenga que ver con serenidad, calma e información contrastada y veraz. Debemos tener mucho cuidado con lo que ponemos en la red y lo que leemos, y contrastarlo todo, y los medios de comunicación, a los que otorgamos un plus de credibilidad y confianza, debieran ser mucho más escrupulosos en este asunto. Hay mucho que aprender y reflexionar tras lo sucedido ayer.

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