viernes, abril 26, 2013

La Diputación Foral de Vizcaya y el derroche de dinero público


Una de las críticas que más frecuentemente se hace a los políticos es que ante la dramática situación que vivimos, y la cifra de al EPA de ayer es el mejor ejemplo de nuestra tragedia vital, sus intereses se centran en ellos mismo, en su supervivencia, en no hacer lo que es debido sino lo que les conviene para mantenerse en el cargo. Asistimos a recortes continuos de servicios esenciales pero no vemos que los políticos practiquen la austeridad en sí mismos, en sus estructuras de poder y en gastos superfluos que son prescindibles, y más en estas épocas. La Diputación Foral de Vizcaya DFV ha dado esta semana un ejemplo de lo que no se debe hacer.

Este organismo foral, que posee mucho poder, porque entre otras cosas es el que recauda los impuestos en Vizcaya, está presidida desde hace algunos años por Jose Luis Bilbao, un personaje que dijo una vez que lo más grande en el mundo es ser del Athletic, del PNV y de la Virgen de Begoña, toda una declaración de intenciones, típica por cierto de los nacionalistas, encantados de estar todo el día dividiendo a la ciudadanía entre los buenos (ellos) y los malos (todos los demás). Yo, que no soporto el fútbol, soy antinacionalista y no me llama el marianismo debo ser muy pequeño a ojos del señor Bilbao, pero si tributo en Vizcaya, como lo hacía hasta hace no muchos años, soy igual que el resto de los ciudadanos de ese territorio. Pues bien, la DFV del señor Bilbao ha decidido rescatar el equipo de Baloncesto de Bilbao ciudad mediante el uso de los recursos púbicos, al ser imposible que el patrocinador del club abonase los importes adeudados en el contrato que se firmó hace un par de años. El acuerdo al que han llegado el club y la DFV supone que el gobierno foral otorga 1,5 millones de euros de ayuda directa a la entidad deportiva y perdona los 3,7 millones de euros que ésta tenía con la Hacienda Foral, por lo que el club queda saneado de deudas y los salarios de la plantilla se garantizan para al menos esta temporada y, supongo, alguna más. Y todo ello, por supuesto, con recursos públicos obtenidos mediante impuestos del conjunto de los ciudadanos, empresas y demás entidades obligadas a tributar en Vizcaya, les guste el baloncesto o no, sean fanáticos del deporte o les traiga al pairo. La excusa que ha dado la DFV para llegar a este acuerdo se argumenta en que, de no hacerlo, el equipo estaría en trance de desaparición y que una entidad que lleva el nombre de Bilbao y de Vizcaya por el mundo entero tiene un valor añadido al que el territorio no puede renunciar. No entro en si estos argumentos son válidos o no, que pueden defenderse hasta cierto punto, no lo niego, pero lo que me parece lamentable es que un gestor público debe ser consciente de que no gestiona SU dinero, sino el dinero de los ciudadanos, que les es detraído mediante impuestos. Bilbao no ha cogido la chequera de su cuenta corriente y se la ha dado al club de baloncesto, ya que de hacerlo nada habría que objetar, sino que ha cogido la chequera de la DFV, que se nutre del dinero de los contribuyentes, para darle ese dinero. En una época de recortes, escasez de recursos, donde la necesidad de priorizar el gasto, eliminar lo superfluo y redundante y centrarse en lo importante y necesario, la DFV sigue con sus mensajes de austeridad, recortes en los servicios básicos de los ciudadanos pero se gasta cinco millones del ala en el equipo de baloncesto. Seamos un poco demagogos ¿Cuántos sueldos de profesores, o de personal sanitario, se pueden pagar con cinco millones de euros? ¿Cuántos despidos que se han efectuado en Vizcaya en este último año en organismos dependientes de la DFV se hubieran evitado con cinco millones de euros? ¿Cuántos de los inscritos en la EPA en Vizcaya en este trimestre de 2013 no lo estarían de haberse destinado ese dinero a otros fines?

Esta medida, populista, demagógica y que seguro contará con el beneplácito de gran parte de la sociedad, es solo un pequeño ejemplo del dinero que todas las administraciones en España tiran a la basura sosteniendo equipos de fútbol y demás clubs deportivos quebrados que viven del presupuesto público sin enterarse de la guerra que hay ahí fuera, en la mejor de las tradiciones romanas del pan y circo, que en este país hemos convertido en todo un estilo de vida. Pero hay indignados que se rebelan. Los camioneros autónomos de Vizcaya, ahogados por la crisis, piden a la DFV que a ellos también les perdonen las deudas fiscales, ya que también pasean el nombre de la provincia por todo el territorio. Qué Bilbao, ¿les perdonas a ellos o no? ¿y si te lo piden con la camiseta del Athletic y una estampa de la amatxu?

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