¿Cómo son sus sábados por la
noche? ¿Activos, desenfrenados y divertidos? ¿Suaves y románticos? ¿Aburridos?
De todo un poco, verdad? Los míos no son de los que dan envidia, no se lo voy a
negar, y habitualmente me llevan pronto a casa, a unas horas en las que la
programación televisiva se ha llenado de debates políticos y sociales, que en
el fondo no son sino una gradería enfervorizada que chilla, grita y dice opinar
en medio del ruido. Hemos sustituido el sonido discotequero por el de los
tertulianos forofos, y sinceramente, creo que hemos salido perdiendo.
En fin, que llegaba yo este pasado
sábado noche a casa y puse la tele para ver que había por ahí. Una mala
película, otra aburrida, mierdacinco y me paré un instante en el debate de la
sexta, por llamarlo de alguna manera. De mientras me iba quitando la ropa en el
salón (uuhh) observa a un grupo de mujeres gritando a una tercera. Entre las
gritonas se encontraba una portavoz de la plataforma en contra de los
desahucios y una periodista que es famosa por ser la mujer de un juez, y a la
que estaban acusando con voces destempladas era Beatriz Talegón, chica que
pertenece a las juventudes del PSOE que se hizo famosa hace unas semanas por un
discurso bastante populista en contra de los dirigentes de su partido, y que
luego, varios días después, tuvo que ser escoltada por la policía para abandonar
una manifestación que tuvo lugar en Madrid en contra de las políticas del
gobierno a la que acudió, donde fue reconocida por algunos participantes, que
la increparon y acusaron, entre otras cosas, de ser… política!!. Ten el
programa televisivo Talegón no estaba en el estudio, sino en una conexión en
directo desde, creo recordar, un pueblo de Palencia, y entre la imposibilidad
de responder en persona a las que le aludían y el retorno del sonido, que al
parecer le llegaba con retardo, las posibilidades con las que contaba para
poder defenderse en una discusión rápida eran escasas. Pero es que lo peor no
era eso, sino lo que estaba teniendo que oír. Las exaltadas del estudio,
erigidas en portavoces de la verdad revelada, pontificaban en contra de todo el
mundo amparadas en la tragedia del desahucio, y eso les permitía determinar
quién tenía derecho a protestar y quién no, quién podía salir a la calle a
defender sus derechos y quién no, en un discurso totalitario que parecía sacado
de un manual de historia del aciago siglo XX. Y Talegón, como política, como
representante de un partido, como miembro del mismo, no tenía derecho a opinar,
a protestar, a expresarse, a denunciar, a decir lo que le viniera en gana,
porque formaba parte de la maquinaria opresora que había echado a la calle a
miles de personas. Absorto, con la camisa aún en mi mano, y sin entender nada,
observaba como Beatriz trataba de argumentar en defensa de la democracia yd el
estado de derecho frente a los populismos que empiezan a hacerse dueños de la
calle, y de que la ley es el instrumento que puede arreglar el desastre
inmobiliario y social que tenemos entre manos, pero las vociferantes
tertulianas no le dejaban acabar, y le decían que ella, como política, no tenía
los mismos derechos que el resto de los ciudadanos, que debía saber que iba a
ser objeto de agresiones, insultos y ataques por parte de la ciudadanía, dada
su condición y por pertenecer a un partido, colaborador necesario en la
creación de la burbuja la crisis posterior. De mientras semejante argumento
totalitario era expresado con una franqueza y bravura que yo nunca había visto
fuera del País Vasco el presentador del programa, imagino que encantado con la
audiencia que, presumiblemente iba a cosechar el enfrentamiento, no decía nada.
Cobarde, callaba ante la agresión.
Como liberal convencido que soy seguro
que son muy pocos los puntos de coincidencia ideológicos que pueda compartir
con Beatriz Talegón, pero ella y yo estamos de acuerdo en lo básico, en lo
importante. La democracia se fundamenta en la existencia de ciudadanos libres e
iguales, sometidos a la Ley y el estado de derecho, dotados de derechos y
libertades que no pueden ser conculcados fuera de la Ley. El sábado por la noche
algunas pretendían erigirse en tribunal para determinar si Beatriz era sujeta
de derechos o no, si era ciudadana o súbdita, como en una dictadura. El sábado
por la noche tuvo lugar un ataque a la libertad y la democracia vestido de
debate contra una ciudadana llamada Beatriz talegón, y aquí lo denuncio para
que todo el mundo, los cuatro locos que leen esto, lo sepan.
2 comentarios:
uuuuhhhhh.
Te comunico que mi misión de compras de hoy está cumplida.
Y baratita.
Gracias por la defensa de la libertad.
gracias a ti por todo
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