miércoles, abril 10, 2013

La moneda Bitcoin y su posible burbuja


En estas últimas semanas se está hablando mucho en la red y, poco a poco fuera de ella, del Bitcoin, de la burbuja que está sufriendo, de si esto es un síntoma de descomposición de la economía real y de si esa moneda, que es lo que es un Bitcoin, puede representar valor real y hacer la competencia a las monedas tradicionales. Es un asunto complejo y algo “friky”, empezando porque el Bitcoin es una moneda virtual fruto de un programa informático que define cuál es su existencia su tasa de crecimiento y el, en teoría, máximo número de unidades que pueden llegar a existir.

La idea básica parece un juego. Hace algunos años un grupo de informáticos definió el Bitcoin como una unidad de valor en internet, que pudiera ser intercambiado entre desarrolladores y expertos de la red, a la manera que son utilizados los billetes de monopoly o las fichas de un casino. Para definirlos se usó un criterio matemático, definiendo el bitcoin como una secuencia de caracteres alfanuméricos de 64 bits de tamaño, definidos previamente por el programa generador de Bitcoins, que debían ser encontrados en las bases de datos que existen en la red. Para ello se usan programas informáticos que rastrean las webs buscando secuencias de esa dimensión y de la combinación dada. Encontrar Bitcoins se parece bastante a buscar oro en una mina, hay que cribar muchos datos para quedarse con una pepita. Esto, unido a que el programa generador de Bitcoins define cuántos se crean a lo largo del tiempo, determina que el número de monedas que existe en la red es limitado, y su crecimiento (ojo a este detalle, muy importante) no viene determinado por ninguna institución, organismo o persona, sino por el algoritmo que define lo que es un Bitcoin. Extraño, ¿verdad? ¿Y cómo consigue uno Bitcoins? Pues de dos maneras, buscándolos informáticamente, con el proceso de minería de datos que antes he mencionado o comprándoselos a quien ya los tenga, usando para ello dinero real. En principio el Bitcoin se usaba por desarrolladores, empresas de servicios web y expertos informáticos como medio de intercambio de favores y compra de bienes y servicios web, y tenía una cotización con el dólar real de escasos centavos de billete verde por una moneda web. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, el interés por esta moneda se ha disparado, a la par que lo hacía su cotización. Ésta, la contraparte en dólares del Bitcoin, ha subido como la espuma y a día de hoy alcanza el grandioso valor de 233 dólares por cada una de estas virtuales monedas. Impactante. Se ha iniciado una fiebre de Bitcoin, con búsquedas masivas de esa moneda y ofertas de compra que han hecho a muchos pensar que nos encontramos ante una clásica burbuja, en este caso centrada en un bien mucho más extraño que unos tulipanes o que los pisos. ¿Es esto cierto? ¿hay burbuja? El debate en la red es intenso. Expertos como Sala y Martí opinan que sí lo es mientras que otros como Juan Ramón Rallo creen que no, pero mientras la discusión crece el valor del Bitcoin no deja de aumentar, y algunos hablan de hasta qué punto esta moneda puede ser competencia real del dólar o del resto de monedas que tenemos en la vida real. Esto creo que no va a llegar a suceder, sobre todo porque el hecho de que sea una moneda “autogenerada” sin que intervenga un banco central por detrás y que no se pueda, por tanto, expandir ni regular a discreción la hace muy interesante como fenómeno pero muy poco útil de cara al control al que acostumbran los políticos y las instituciones. Algo que no puede ser controlado y alterado, ni por tanto usado en beneficio propio, no interesa. Además, el que al generación de Bitcoins sea tan automatizada (tiene definido hasta un límite máximo de cuántos pueden llegar a existir) favorece un uso especulativo de los mismos y al formación de burbujas, como la que muy probablemente estamos viviendo.

Lo que a mi entender demuestra el Bitcoin es que cualquier cosa que podamos imaginar puede llegar a existir y que, en materia económica y financiera, existe un creciente y preocupante grado de desconfianza respecto al dinero fiat como depósito de valor, y por ello crece el peso de Bitcoins, oro, colchones con cajas fuertes y demás elementos donde refugiar el valor que poseemos y del que no nos fiamos. Esta es una tendencia peligrosa, porque el dinero, aceptado obligatoriamente por ley, existe porque confiamos en él. Sino se deshace como el papel en el que está impreso. Para saber más del bitcoin este enlace o este otro son ejemplos de los muchos que explican su existencia y funcionamiento en detalle.

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