jueves, abril 25, 2013

La EPA de los seis millones


Hay días en los que la actualidad parece que decide citarse consigo misma varias veces para lograr que el efecto de las noticias se amplifique, y así hacer imposible la labor de los periodistas, desbordados por los acontecimientos. Así sucedió la semana pasada en EEUU y va a suceder hoy en España, donde está convocada huelga de metro en Madrid por la tarde, un presunto asalto al Congreso de los Diputados para las 17:00, y a primera hora de la mañana, los datos de la EPA del primer trimestre del año y la presentación de los resultados en ese mismo periodo del Banco Santander, el primero de los grandes que se examina.

De todos estos eventos el más trascendente, por mucho, es el de la EPA. Dentro de poco más de una hora (cuando escribo esto aún no son las 8) el INE certificará, casi con toda seguridad, que en España hay oficialmente más de seis millones de parados, dando así la cifra redonda y mágica que llena titulares, pido tipos de letra amplios y colapsa las portadas. Ese registro, nunca jamás alcanzado en España, será analizado por unos y otros de múltiples maneras. El gobierno quiere venderlo como el techo de una montaña de desempleo que ya hemos coronado y que empezaremos a bajar en breve, la oposición lo usará como arma arrojadiza contra el gobierno y los sindicatos y patronal ofrecerán ruedas de prensa en las que no dirán nada nuevo que no hayan dicho cuando alcanzamos, hace poco tiempo, los cuatro y los cinco millones. Ninguno dirá la verdad, que es que esa cifra es una vergüenza nacional, la principal de ellas, y que supone el fracaso del país, fracaso compartido por las instituciones públicas, privadas, sociales y de todo tipo. Y es que pese a todo lo que oigan, no se llamen a engaño. A ningún gobernante le preocupa demasiado el paro. Desde luego no le importa nada a aquellos que, sumidos en ensoñaciones nacionalistas crean mundos y naciones milenarias donde sólo hay pequeñas diferencias sociológicas de menor calado, o a gestores públicos interesados en mantener sus cuotas de poder, control económico e ingresos, que sólo ven a tres meses vista y que su único objetivo a largo plazo es tratar de ser reelegidos cueste lo que cueste. Tampoco pierden el sueño por los parados sindicatos o empresarios, que no encuentran en el desempleado quien pague sus cuotas, trabaje por ellos o financie su dispendio, y así podría seguir durante mucho tiempo, analizando cada una de las organizaciones que, en teoría, velan por la creación de empleo y, en general, la mejora económica del país, y que día tras días demuestran su incompetencia, cuando no vileza. El paro es un drama, es ÉL drama, y pese a lo que se nos quiera vender de manera interesada, es la base de todo nuestro problema. Una legislación arcaica, propia de un franquismo sociológico que sigue reinando en nuestra mentalidad colectiva, una falta de financiación que ahoga todo tipo de proyecto emprendedor, sea del sector que sea, una acumulación de gobiernos de todo tipo, dimensión y pelaje, cuyo único objetivo es poner trabas para crear negocios con tal de cobrar por superar cada uno de los peajes que se les ocurre, una cultura acomodaticia por parte de amplios sectores sociales que esperan que sean precisamente esos gobiernos incompetentes los que creen el empleo… son profundas y complejas las causas que nos han llevado hasta este punto de profunda depresión económica, que se refleja como en ninguna otra parte en un mercado laboral descompuesto, deshecho y desestructurado, en el que los que tenemos empleo nos levantamos cada mañana dando gracias al cielo por tenerlo y los que no lo tienen viven día y noche en el infierno de la ausencia. Yo estuve varios años en paro a finales de los noventa, y puedo volver estarlo en cualquier momento, y se lo angustiosa que es esa situación, lo mal que se siente uno, e intuyo lo que debe doler que vivas en un país en el que a nadie parezca importarle lo más mínimo.

Si este gobierno quiere, de verdad, pasar a la historia por algo útil, y no por desperdiciar una oportunidad como lo está haciendo, debiera ser valiente, arriesgado, y empezar a reformar de verdad las estructuras anquilosadas de este país, desmontando chiringuitos, gobiernos locales y regionales, trabas administrativas, trámites y problemas, copiando legislaciones y modelos que en otros países funcionan y que permiten que en un par de días se pueda crear un negocio… en definitiva, pegarse un tiro en el pie para salvar a la población del país. ¿Lo hará? Lo dudo mucho, no veo el valor audacia y coraje necesario. Así que ya saben. Cifra maldita, jaculatorias y penitencias públicas de media hora a lo largo de la mañana, y como quien oye llover por la tarde…. triste país este que nos acoge y que entre todos conformamos.

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