miércoles, mayo 29, 2013

Contando lo que quiera obtendré lo que me de la gana


Hoy es un día importante para España, y no solo por el cumpleaños de ABG, una amiga mía (que también). Esta mañana Bruselas, la Comisión Europea, se pronunciará sobre el programa nacional de reformas que se remitió hace un par de meses desde Madrid, le dará su visto bueno (o no) pondrá observaciones, pagas, comentarios, y determinará, como todo el mundo descuenta, que tendremos dos años más de plazo para alcanzar el objetivo de déficit del 3%, poniéndonos como fecha límite el 2015. Aun así no lo lograremos, pero es una medida esperada y será bendecida. También nos modificarán el techo de déficit de este año, que puede quedarse en el 6,5% del PIB. Tranquilos, lo superaremos….

En el día de ayer, conscientes de la decisión que se tomará hoy y de la cumbre de verano de la UE de dentro de unas semanas, Rajoy y Hollande en su encuentro en París trataron de meter presión a las instituciones comunitarias (Alemania) para que ponga en marcha de una vez lo acuerdos a los que se ha ido llegando desde el verano pasado y movilice recursos financieros para fomentar la contratación de jóvenes y luchar contra el paro juvenil. En este contexto Rajoy hizo suya una frase que ya utilizó el PSOE hace unos meses y que cada vez se oye más, y es la de excluir de las partidas que computan para el déficit público los ayudas destinadas a la contratación de los jóvenes, y al oírlo me sentí un poco estafado, porque recordé lo mucho que hubiera mejorado mi existencia si, a lo largo de la misma, me hubieran dejado escoger de qué cosas me podría haber librado. Si en la nota de selectividad no me hubieran contado mis cincos raspados en inglés y euskera a lo largo del COU habría obtenido algo mucho mejor que el 6,44 con el que me quedé finalmente, y si en la EGB o en el Instituto, como pedía incesantemente, me hubiera librado de las clases de deporte no lo habría pasado tan mal como lo hacía cada vez que había que dar una vuelta corriendo a un inútil campo, o botar un balón que siempre se iba para otra parte o hacer un ejercicio de gimnasia que se acercaba mucho a la acrobacia, comparado con mi habitual torpeza física. Seguro que muchos de los que han sido despedidos por errores laborales de uno u otro tipo, o que fueron expulsados de carreras universitarias o abandonaron determinados estudios podrían haber evitado ese trance si no les hubieran contado la asignatura maldita que fue su cruz durante los años de estudio, o ese cliente pesado, que nos hizo la vida imposible en un momento dado y que, ante su insistencia, flaqueamos y fallamos. Y así miles y miles de ejemplos, y no quiero meterme en las parejas que, si no tuvieran en cuenta ciertos deslices extraconyugales, seguirían juntas como si no hubiera pasado nada (qué gran chiste de forges… Mariano a Concha.. “sí, me acosté con esa sueca voluptuosa, pero exclúyelo a la hora de valorar nuestra gloriosa unión”… sospecho que el rodillo de amasar tendría un destino muy claro). En fin, que no. Si quiere el gobierno, y la oposición, y la UE, pueden llevar una contabilidad B, cosa que parece ser muy común en el mundo de la política, pero eso es trampa. Si se empiezan a hacer cosas por el estilo se pueden llegar a absurdos como presentar cada año una cifra de déficit del 1%, maravillosa, pero de la que se excluyan las ayudas a jóvenes, el desfase de la Seguridad Social, los incentivos a la exportación, las noches de hotel de asesores y acompañantes, el gasto en viandas y refrigerios varios y, como no, las ayudas al fútbol…. Siendo así que todos los años cuadramos el presupuesto aunque nos desfasemos decenas de puntos en el gasto respecto a lo previsto inicialmente. Lo preocupante es que algo así ya se empieza a hacer, porque en el dato de déficit de 2012, el 6,9%, no se incluye el préstamo del rescate a la banca, tres puntos más, que elevan la cifra real al 10%. Como empecemos así la contabilidad creativa puede ser tal que nos podemos ahorrar el sistema de doble entrada y dejar que un Bárcenas de turno nos apañe el saldo.

En fin, ¿Y qué hay de lo que vaya a decir Bruselas hoy? Supongo que no habrá sorpresas….hoy. Es decir, nos aumentarán el plazo y el montante total, echarán algún pescozón sobre reformas pendientes y poco más, y seguro que en mitad del verano o en otoño nos caen medidas de recorte adicionales impuestas por sorpresa, a requerimiento de una acusada UE por parte de un gobierno que no es capaz de controlar las cuentas. Los datos publicados ayer por Hacienda de ejecución de saldo presupuestaria hasta Abril son desoladores, con aumento de gastos y desplome de ingresos. Por eso sospecho que hoy asistiremos a una representación teatral muy formal, pero por detrás del escenario se planean nuevos ajustes, que tendrán que ser contabilizados como deben serlo, por supuesto.

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