martes, mayo 07, 2013

Disparando en 3D


La escena es curiosa y parece un juego, aunque no lo es y esconde mucha miga en su interior. En ella vemos a un joven en un descampado semidesértico sujetando lo que parece una pistola, que así se nos hace ver por la forma en la que el personaje la coge y apunta con ella, pero que tiene formas y colores extraños. En un momento dado se produce un disparo procedente de esa extraña arma y, ya sin duda, sabemos que el hombre sujeta una pistola, que puede disparar y lo ha hecho. Es el primer caso de un arma producida individualmente mediante impresión 3D cuya exhibición es hecha pública por su autor.

Leído así de golpe parece que la frase no tiene sentido, ¿impresión 3D? ¿arma? Un no iniciado en el asunto llegaría a entender que ese joven se ha fabricado el arma, sí, pero no entendería como ni las implicaciones que eso tiene. Y es la impresión 3D lo más revolucionario de este asunto, aunque el ejemplo muestre como esa tecnología puede dejar obsoleta la ley que regula la posesión de armas en breve plazo, al igual que otras muchas. La impresión 3D es una tecnología novedosa, aún en pruebas, pero que empieza a asomar la cabeza. Se basa en máquinas que consiguen imprimir objetos con volumen mediante la apilación de capas plásticas. Uno introduce un bloque de plástico a modo de tinta en la impresora, carga en ella el programa en el que se indica el objeto que se desea imprimir, por ejemplo, un tornillo, y la máquina empieza a coger partes de ese plástico inicial, lo funde y genera capas que, puestas una encima de otra con la forma adecuada, van generando el volumen del objeto que se trata de reproducir. A medida que la impresión avanza las capas plásticas se funden entre ellas y finalmente el objeto posee la consistencia del material del que fue construido, pero adoptando la forma desea. Esto es una impresora 3D explicado de manera burda pero sencilla. Así, uno si tiene este dispositivo a mano puede “crear” objetos en casa sin necesidad de adquirirlos. Supongamos que soy un fanático de los LEGOS, como es mi caso, pero las piezas son tan caras que me retrae comprarlas. Podría conseguir un software en el que vienen especificados los ladrillos que me interesan y darle a la máquina para que construya decenas, cientos de ellos, partiendo de ese bloque plástico sólido inicial. Las posibilidades son inmensas, dado que hay diferentes modelos que pueden trabajar con distintas sustancias iniciales, plásticas y no, que generan objetos sólidos de muy distintos tipos. Y al igual que pasa con todo, uno se puede ir a internet a buscar el software en el que vienen diseñados esos objetos, bajárselo y añadirlo a la impresora para replicarlos. Esto, que puede parecer un juguete muy sofisticado pero diseñado en exclusiva para frikys, es una tecnología emergente que empieza a dar mucho que hablar y que, en función de cómo evolucione, puede llegar a cambiar muchas de las pautas de consumo y estilo de vida que ahora consideramos naturales. Y es que poseer estos aparatos puede hacer que sea superflua la compra de muchas de las cosas que actualmente adquirimos en nuestro día a día, ya que podríamos fabricarlas en casa a un coste menor y una comodidad absoluta. Como en toda nueva tecnología, está por ver hasta qué punto las expectativas se cumplen, las previsiones son certeras y si las cosas se van a desarrollar como se prevé, pero es indudable que tendrá un impacto en el desarrollo de procesos industriales y de fabricación que se puede suponer muy elevado. Y abre la puerta a escenarios difíciles de tratar o, siquiera, imaginar, y un ejemplo es el caso de la pistola, bautizada por su autor como “liberator” que es la excusa en la que me he basado para hablarles de este asunto.

La pistola consta de dieciséis piezas “imprimibles” y un mango rígido para sujetarla, como se puede ver en esta web, diseñadas por un software de CAD que uno puede bajarse e instalarlo en su casa, y replicar exactamente disponiendo de la impresora 3D y el cartucho plástico, de tal manera que si quieres tener una pistola en casa no necesitas comprarla, te la puedes hacer tú mismo!! Impactante, verdad? Como sucede siempre, una nueva tecnología abre un nuevo mundo de posibilidades, experiencias y problemas. Alucinaremos con las primeras, disfrutaremos con las segundas y nos tendremos que enfrentar a los terceros, así que vayan poniendo el concepto de impresión 3D en su agenda, oirán mucho hablar de él.

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