Este sábado, un grupo de locos,
organizados en torno al Centro Nacional de Difusión Cultural, y encabezados por
la figura de Jesús López Cobos, tomaron al asalto el Auditorio Nacional y, al
grito de guerra de Mucho Beeethoven,
programaron una jornada de actuaciones de una intensidad brutal, en la que, en
las distintas salas del Auditorio, se iban a escuchar una gran selección de las
obras de cámara del maestro, todas sus sonatas de piano y las nueve sinfonías
enteras, una tras otra, en bloques de dos, con una hora descanso de intermedio
entre ellas aproximadamente, y con la novena como broche final. Una locura.
Como suele ser habitual me pillé
los dedos con el tiempo y, pese a que sabía de la existencia del acto, no cogí
entradas para el mismo, así que entre una cosa y otra me pase oyendo las
sinfonías y alguna de las sonatas a través del programa especial de Radio
Clásica que, desde las diez de la mañana, se encargó de seguir el evento de la
manera más completa posible, sabiendo en todo momento que la magnitud y
simultaneidad de los conciertos impedían la audición de todos ellos. A las 12
del mediodía López Cobos subió al atril del Auditorio, o así al menos imaginaba
la escena desde el sofá de mi casa, y la primera sinfonía empezó a brotar de
los altavoces de mi salón con fuerza y ritmo vivo. Frente a las versiones a las
que estoy acostumbrado, López Cobos realizó unas interpretaciones más rápidas,
veloces y nerviosas, pero llenas de fuerza, ímpetu podría decirse. El primero
de los platos fuertes llegó a las dos de la tarde, que es cuando el doble golpe
de inicio de la tercera sinfonía tuvo lugar. Esa tercera, junto con la tocata y
fuga de Bach, fue mi iniciación al mundo de la música clásica. La oí un día en
casa en una cinta cutre, y ese primer movimiento me pareció tan fascinante como
me lo sigue resultando hoy en día. Era total. Y no podía seguir oyéndolo en un
formato tan cutre, así que un día en Bilbao encontré un vinilo de la Deutsche
Gramophon que anunciaba una grabación digitalizada de esa tercera, y lo compré
sin dudarlo, e hice la vida de mis padres mucho más dura y ruidosa a base de
ponerlo cuando ellos me lo permitían, o cuando no había nadie en casa. Poco a
poco me compré los vinilos de esa misma edición que contenían el resto de
sinfonías del genio de Bonn, pero esa tercera fue la primera, y eso mismo volvía
a sentir cuando los acordes de la orquesta se desataron a primera hora de la
tarde, y sospecho que mis vecinos, imposible que no oyesen nada, tendrían la
misma expresión de hartazgo que mis padres al oír de manera tan estruendosa ese
movimiento marcial, impetuosos, arrebatador, que en sí mismo es una nueva forma
de música para orquesta, que deja todo lo que se escribió antes de él
convertido en pasado y alumbra un futuro que llega hasta nuestros días. La “heroica”
quiso ser el homenaje de Beethoven a un héroe militar, un Napoleón libertador e
ilustrado, pero acabó siendo la expresión de la decepción del compositor ante
un emperador soberbio, dictatorial y absolutista. Nada en la música
anteriormente compuesta servía a Beethoven para canalizar su enojo, su
frustración, y para ello tuvo que inventar un nuevo lenguaje musical, y gracias
a él la orquesta se elevó al olimpo de la música. Y a medida que los compases
avanzan la maestría del genio se desata y ya no conocerá fin hasta su muerte. A
las cuatro de la tarde llegó la quinta y luego la sexta, monumentos absolutos del
genio humano, que todo el mundo ha tarareado alguna vez, le guste la música o
no, y cuando se acabó la emisión de la octava salí de casa rumbo al Auditorio,
en frente al cual, en la explanada sita junto a su puerta principal, en las
gradas pequeñas que allí existen, se habían instalado multitud de sillas para
que los que quisieran se acercasen y, a través de una pantalla gigantes,
siguieran la interpretación de la novena sinfonía, que iba a tener lugar a las
diez de la noche.
2 comentarios:
Música que emociona dos veces. Al escucharla y al relatarla ¿no?.
Gracias por hablar también y tan bien de estos genios...
Bueno, a ti te toca disfrutar esta semana de otro genio, no???? Pásalo en grande y regálate una jornada inolvidable
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