viernes, junio 21, 2013

Verano en el cielo, invierno en los mercados


Desde las 7:04 de la mañana de hoy estamos en verano, mi estación favorita, la de los grandes calores y la luz infinita, que justo hoy alcanza su máximo esplendor. A partir de mañana los días empezarán a acortar, muy muy despacio primero, pero de manera tozuda las horas de luz irán disminuyendo para caminar hacia el solsticio de invierno. Hoy es el día con más horas de luz del año, el mayor entre todos los que, genéricamente, se hacen llamar así. En el hemisferio sur ya saben que todo es al revés, así que desde hace poco han entrado en invierno, y curiosamente los mercados internacionales parecen haberse trasladado a ese hemisferio, dadas las pérdidas que registraron ayer.

Las bolsas europeas y norteamericanas vivieron ayer un día rojo, con caídas intensas, superiores al 3% en Madrid y al 2% en Nueva York, las primas de riesgo se dieron un festín y escalaron veinte puntos básicos en una sola jornada y el bono español a 10 años se volvió a acercar nuevamente a la barrera del 5%. Mal día, desde luego. ¿Por qué? Como siempre tendrán ustedes cientos de analistas de guardia que les explicarán perfectamente porque era obvio que sucediera ayer por la tarde lo que nadie había intuido que fuera a pasar a primera hora de la mañana. Viendo cómo se desarrolló la jornada en los mercados asiáticos era previsible que el día viniera torcido en Europa, pero se torció bastante más de lo que esperaba todo el mundo. Más allá de explicaciones coyunturales creo que hay tres factores que, en parte, explican lo sucedido ayer y que, sobre todo, condicionan lo que va a pasar los próximos meses en bolsas, primas, divisas, demás mercados y el conjunto de la economía, financiera, real o imaginada. El primero es que, poco a poco, el efecto sorpresa del estímulo financiero japonés, el famoso Abenomics, se está diluyendo, y lo que se prometía una gran palanca de reactivación económica en el país nipón se empieza a ver como la fuente de una burbuja financiera que ha afectado a los activos japoneses y parte de los del resto del mundo que, como todas las burbujas, se ha pinchado y empieza a retroceder. Parte del muchísimo dinero que Japón puso en circulación empieza a volver al origen, y abandona activos como el bono español y, por tanto, se deshace el efecto positivo que eso había tenido en las primas periféricas. El segundo factor, mucho más importante que el japonés, es lo que vaya a hacer el amigo Bernanke desde la FED con la retirada (o no) de sus paquetes e estímulo financiero, lo que se conoce en el mundillo como el QE. Todo el mundo sabe, aunque nadie quiere reconocerlo, que la mayor parte de las subidas experimentadas estos últimos meses en las bolsas de medio mundo se deben a la manipulación (fea palabra, sí, pero acertada) que ha hecho la FED de los mercados con sus continuas inyecciones de liquidez vía compra de bonos norteamericanos, a un ritmo de 85.000 millones de dólares al mes. El objetivo de al FED ha sido en todo momento que ese estímulo contrarrestase la tendencia negativa de la economía en EEUU y que, con un efecto riqueza derivado del aumento de las cotizaciones bursátiles, los consumidores se animasen, el crédito fluyera y la economía arrancase por si sola. Este objetivo se ha cumplido en parte, dado que la economía en EEUU crea empleo y crece, a tasas bajas, sí, pero crece. Pero lo que nunca ocultó el amigo Ben es que una vez que la economía alcanzase una velocidad de crucero, estas medidas de ayuda, estas muletas extraordinarias, se retirarían, la FED volvería a sus cuarteles, a practicar la aburrida política monetaria de siempre, y las bolsas y mercados dejarían de depender de ella. Lo que sucede es que Bernanke ya ha anunciado, el miércoles lo hizo, que se dispone a empezar la retirada, progresiva, y se ha encontrado con unas bolsas adictas, yonkis del estímulo monetario, que a mi entender han transformado gran cantidad de ese flujo de dinero en inflación de activos, monetarios y reales, y que ahora pueden revertir todo el camino. ¿Ha creado Ben una burbuja que no es desmontable sin dolor? Pudiera ser.

Y el tercer factor, que emrege poco a poco como un problema de dimensiones difíciles de calibrar, es China. Los últimos datos de PMI manufacturero y de servicios (una encuesta que mide la tendencia de esos sectores a corto plazo) muestran que la economía china se frena más de lo esperado. Además el miércoles por la noche el mercado interbancario en Pekín sufrió una especie de infarto con el disparo de los tipos de los repos (préstamos a muy corto plazo que se hacen los bancos entre sí) y que puede indicar la existencia de problemas de fondo en el oscuro mundo de las finanzas chinas, de las que nada se sabe a ciencia cierta. Así, esta semana acaba con nervios en el parqué y sombras en el horizonte, que sólo los próximos días de verano podrán ayudarnos a calibrar en su justo término.

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