miércoles, junio 12, 2013

The Big Bang Theory hecha realidad


No se si ustedes son amantes de las series televisivas, o si conocen la comedia Te Big bang Theory, BBT, una divertida serie cuyos protagonistas son un par de genios científicos, el físico teórico Sheldom Cooper y el experimental Leonard Hoffstadaer, que se vuelven locos cuando Penny, despampanante rubia de Nebraska sin afanes culturales y de vida desatada, se convierte en su vecina de apartamento. El asexual Sheldom ve como su ordenado mundo se desbarata y el ansioso Leonard, dotado de un gran corazón y experimentadas manos, ve la salida a su infierno sexual justo en frente a la puerta de su casa. La serie es magnífica.

Siempre he tenido la sensación de que yo podría escribir casi todos los guiones de esa serie, si tuviera la gracia y el estilo necesario, claro, y esa misma sensación me entró ayer al conocer algunos detalles personales de la vida de Edward Snowden, el ex agente de la CIA que se fue de la lengua sobre el que hablé ayer, y que ha puesto al gobierno de Obama en uno de sus mayores bretes, y a las editoriales ante un chollo al revitalizar las ventas de 1984, la novela de Orwell. Bien, resulta que Snowden, pillín, tenía novia, cosa que no es tan rara, pero sí si observamos los perfiles de ambos que, por lo menos, se puede afirmar que conformaban un dueto singular. Él era lo que parece ser, un genio de los ordenadores, encantado de dedicar horas sin fin a su profesión, y de pasarse las tardes del domingo viendo fútbol en el salón, se supone que del americano, no la versión patria. Ella era, digámoslo así, diferente. No sólo diferente a él, cosa que pasa en muchas parejas, sino diferente a la mayoría de las personas a las que conocemos, al menos yo, hombre discreto y normalito, que conozco a muchas personas y más mujeres aún. Lindsay Mills, que así se denomina la Penny de nuestra serie, de 28 años, luce en las imágenes que de ella inundan la red, un físico y un aspecto sumamente atractivo, empezando por el hecho de que enseña mucho físico, casi todo. Bailarina, que algunos asocian al striptease por el hecho de aparecer muy ligera de ropa, Mills es una mujer sumamente extrovertida, que le gusta pasearse desnuda allá donde sea posible, que da clases de circo, y que en su vida y trabajo se rodea de bohemios excéntricos, donde ustedes pueden rellenar ese concepto de excentricidad bohemia con lo que les plazca porque la verdad es que no se indica en ningún lado qué personajes son los que merecen ese calificativo, aunque suene interesante. Así que piensen por un momento en las tardes de domingo de esta pareja. El en el sofá, absorto ente el fútbol, derrengado tras pasar decenas de hora delante del ordenador creando programas espía y manejando información confidencial para el gobierno mientras que su novia desnuda se acurruca a su lado agitando las piernas como en ejercicios de barra imaginarios y con un par de bohemios rondando por la cocina (porque, excéntricos o no, los bohemios también comerán algo, o al menos seguro que beben) Ella acaricia a su querido Nerd (friky informático en argot) sin saber que ese hombre deshecho que yace a su lado es un poderoso espía que posee los secretos de miles de personas, bohemias, sibaritas, sosas o apasionadas. Ella vive una vida alocada, desenfrenada y fuera de todo tipo de patrón social considerada como habitual mientras que él, que parece ser justo lo contrario, con su existencia anodina y supeditada a un trabajo esclavista, resulta llevar una doble vida, ser una tapadera andante, aparenta vivir en el ostracismo mientras que en el fondo late el desenfrenado espíritu de un James Bond que, sin saber si es adicto a los Vodka Martini agitados, seguro que zampa hamburguesas y cocacolas en grandes cantidades, mientras sueña con la copa de tallo alto y forma triangular, el smoking y el Aston Martin en la puerta. Y ella que se creía alternativa…..

Ahora Snowden se ha ido, ha huido del país con sus secretos, y Mills, con sus gafas de pasta, braguitas rosa y libro estratégicamente situado, se ha quedado sola, triste y engañada. Las frases que han sido extraídas de su blog muestran tristeza, amargura y sorpresa, al saberse engañada no tanto por la marcha de su amante como por la doble vida que éste llevaba, en la que ella no participaba en lo más mínimo. Penny se ha quedado sola, y el divertido científico de enfrente ha demostrado tener un reverso tenebroso muy propio del lado oscuro de la fuerza. Seguro que la lista de bohemios que ansían consolar a Mills y hacer que deje de leer es muy amplia.

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