lunes, octubre 06, 2014

Seguirás pedaleando en el cielo (para José Domingo Martín Álvarez)


A José Domingo le gustaba escribir. Con una prosa sencilla, clara pero emotiva, rememoraba en sus textos los avatares de su familia, que a lo largo del pasado siglo y finales del XIX vivió multitud de episodios rocambolescos, algunos muy trágicos, pero que resumen muy bien la desventura de la clase media española, necesitada de buscarse la vida más allá de su tierra de origen. Logró componer varias novelas, e incluso publicó algunas de ellas gracias a algunos premios municipales que obtuvo. La mejor, la más cruda, la más tierna y emotiva, la que más le costó escribir en todos los sentidos, está sin publicar. Ojalá sea editada algún día en su memoria.

A José Domingo le gustaba el deporte. Y no sólo como espectador, que también, sino como practicante. Atado a una bici desde que le conocí, y con unas botas de monte siempre guardadas en su garaje, los kilómetros de las carreteras y las piedras del camino eran amigos suyos. Tanto en la sierra madrileña como en las tierras de Sanabria como a cualquier lugar donde fuera de excursión, gustaba de otear el horizonte, pensar en si se podía subir aquel risco o pedalear por aquella carretera empinada, y ahí se lanzaba, y el lunes nos lo contaba con la sincera emoción del principiante y el orgullo de quien ha logrado cubrir su reto.

A José Domingo le gustaba su pueblo, Sampil, y su comarca, Sanabria. Siempre que podía se escapaba para allá, donde encontraba descanso, pero no mucho, porque no paraba de trabajar con y para la gente del pueblo. Ayudaba en la limpieza de los ríos y montes, trataba de colaborar en la restauración de ermitas y otros monumentos que, en el mundo rural, son pasto de la naturaleza al menos síntoma de abandono, convirtiéndose en bucólicas, sí, pero inútiles estructura. Promocionaba su comarca con su voz clara y como administrador de las páginas de Facebook y otras redes sociales, y siempre había tiempo para, si le necesitaban, ir allí de viaje a ayudar.

A José Domingo le gustaban las estrellas. La astronomía era una de sus pasiones, Quizás nació en su infancia, donde pudo disfrutar de esas noches infinitamente estrelladas del páramo castellano, entonces mucho más oscuro que ahora, y la curiosidad le invadía cada vez que miraba a ese negro infinito lleno de puntos luminosos. Comentábamos noticias al respecto, efemérides futuras, como eclipses y otro tipo de avistamientos, compartíamos esa pasión y la frustración de ver cómo la ilusión por el espacio de décadas pasadas se había convertido en desidia y abandono por parte de muchos hoy en día. Él, que sí vio llegar a la Luna, soñó, como yo, con contemplar un viaje a Marte o un futuro espacial, que cada vez está más lejos.

Y podría seguir horas y horas hablando de las muchas cosas que le gustaban a José Domingo, además de su profesión, donde era un hombre competente, esforzado y servicial, que llenaban su vida y le animaban a jubilarse para dedicar por entero su tiempo a esas aficiones, pero al comentarlas todas debería, como en el caso de las anteriores, usar el tiempo verbal en pasado. Porque la muerte, siempre cruel, odiosa, e injusta como en pocas ocasiones, se lo llevó este sábado, antes de ayer, después de volver a casa tras un paseo en bici. Su vida se apagó en un momento de dolor que resuena de manera estruendosa en todos aquellos que le conocimos, y que deja a su familia, por la que se desvivía sin límite, sola y sin consuelo. Allá donde estés, disfruta de las vistas, acuérdate de nosotros, y no dejes nunca de dar pedales en la bici, quizás hecha de nubes, en la que vas montado a la conquista de nuevas cimas…

4 comentarios:

peich dijo...

Un homenaje sincero y muy sentido, que comparto aunque yo conocía menos de él. Que envíe paz, energía y consuelo a sus seres queridos desde donde esté.

Jalonso dijo...

Un recuerdo emocionado de otro sanabrés, compañero y amigo de José Domingo. Comprato con él la afición por la bicicleta y recuerdo las charlas sobre las sensaciones que nos infunden los bosques de Sanabria, lo cual hace más dura esta despedida.
Tus amigos te recordaremos.

Juan Antonio Alonso

David Azcárate dijo...

Amén, que así sea, y valgan todas las redundancias en su nombre....

Paula dijo...

Muchas gracias por las emotivas palabras sobre mi padre. Siempre estará en nuestros corazones.

Paula Martín