jueves, agosto 04, 2016

La banca europea se despeña en Bolsa

El viernes pasado la EBA publicó el resultado de los test de estrés a la banca. La EBA es la entidad europea encargada de supervisar y medir los riesgos bancarios. Está situada en un Londres que va a dejar la Unión y muchas ciudades, entre ellas Madrid y Barcelona, se han ofrecido para ser su futura sede. Estos test de estrés dieron los resultados previstos. La mayor parte de las entidades europeas podrían superar un escenario económico adverso y las excepciones, como también se esperaban, venían de Italia, donde muchos de sus bancos están hechos unos zorros y el rumor del rescate es continuo desde hace meses.

Podría uno pensar que tras este resultado, este espaldarazo, la cotización de la banca en las bolsas, que llevaba un año desastroso, iba a mejorar. Y la verdad es que no ha sido así, más bien al contrario. Desde el Lunes las bajadas son constantes y alcanzan cifras muy serias, del entorno del 5% diaria en algunas entidades. ¿Por qué? Eso no lo se con certeza. Si es verdad que los test de estrés se han fijado en controlar una de las variables básicas, como es el colchón de capital, los recursos propios, frente a otras más ligadas al negocio bancario, y la generación de beneficios, que están ahora mismo más en entredicho. ¿Vendrá de ahí esa discrepancia entre el resultado de las pruebas y los valores cotizados’ No lo se. Lo único seguro es que la presentación de resultados bancarios está siendo mala, mejor de lo que se esperaba, pero mala. Los beneficios caen y, más allá de los extraordinarios, el negocio se agota. Son tres los factores que están haciendo daño al negocio bancario. El primero es el de la regulación, global y europea, que quiere atar en corto a las entidades para que no cometan desmanes como en el pasado y que les obliga a ser más prudentes y aumentar constantemente sus reservas, y prudencia también significa no hacer demasiados negocios y poder ganar dinero con ellos. Otro factor son las llamadas “fintech” o aplicaciones móviles financieras, que generan un doble efecto. Por un lado el surgimiento de competidores virtuales en el mundo del préstamo y la intermediación, quitando clientes a las oficinas tradicionales y, por otro, la pérdida completa de valor de dichas oficinas, cada vez menos frecuentadas. Los bancos siguen cerrando oficinas, despidiendo empleados y reduciendo costes, pero este margen de bajada se acabará tarde o temprano. Y el tercer, y más importante ahora mismo, de los factores que hunden el negocio bancario son los tipos de interés, que viven ahora mismo en el 0% o en terreno negativo. El negocio del banco es sencillo, consiste en recoger ahorro ocioso y pagar por custodiarlo mientras se presta parte de ese ahorro a quien lo necesita, cobrando un interés: Es la diferencia entre el interés cobrado (mayor) y el remunerado (menor) la que permite hacer el negocio. Pero si ambos intereses se derrumban o se vuelven negativo esto no funciona. Si la remuneración por los depósitos es nula, o incluso el banco me cobra por tener mi dinero allí, ¿para qué lo voy a meter en la sucursal? Los tipos actualmente están matando el negocio y distorsionando de una manera perniciosa y, en muchos sentidos, desconocida, el funcionamiento de las finanzas, no sólo globales, sino las del día a día de muchos ahorradores y empresas. Y los bancos, que están en medio, sufren el impacto directamente.

Hay algunos que han hablado de la posibilidad de que esos tipos reducidos, junto a la expansión tecnológica, convierta a los bancos en objetos obsoletos, que un sistema como Uber o similar destrone a las entidades y ahorre una enorme cantidad de costes de intermediación. En definitiva, que la banca sea el siguiente sector canibalizado por la virtualización y la tecnología. Tampoco lo se, puede que sí o que no, pero de suceder algo así, ¿Cómo lo regulamos? ¿Cómo protegemos los ahorros que estuvieran dispersos en plataformas colectivas? ¿Se dispararía, como parece probable, el riesgo de burbujas financieras y de prácticas irregulares? No se si eso cotiza en bolsa o no, pero desde luego quita el sueño a muchos.

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